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¿Puede la medicina alternativa cumplir las funciones de la medicina convencional?

17 marzo, 2010

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Aviso médico

La medicina tiene como funciones principales las de prevenir y curar enfermedades, así como paliar sus efectos. Esta ciencia está siendo criticada fuertemente por un conjunto de técnicas que se autodenominan medicina alternativa. Sin embargo ésta no cumple con los estándares científicos ni es capaz de reproducir muchos de sus resultados por los que es considerada una pseudociencia desde ámbitos médicos. Sin embargo, ¿cumple con las funciones que la medicina abarca?

Según la Real Academia de la Lengua española la medicina es “la ciencia y arte de precaver (prevenir) y curar las enfermedades del cuerpo humano”. Pero ese arte o ciencia ha sido criticado en múltiples ocasiones por ser considerado como un negocio altamente lucrativo y basarse en métodos mercantilistas que lo ha transformado en un método poco eficaz, incluso inútil en muchos de los casos. Entre los mayores críticos se suelen encontrar dos grande grupos:

(i) personas que se mueven en terrenos de la llamada “medicina alternativa”, que ofrecen otro tipo de terapias, que ellos llaman naturales, y que suelen ofrecer como revolucionarias. Para quienes no lo sepan esta “medicina” también es altamente mercantilista y mueve cantidades ingentes de dinero a lo largo del año. Y las críticas que vierten están más relacionadas precisamente con la captación de clientes (léase ingresos), que con razones científico-sanitarias. Además, salvo contadas excepciones, los métodos de este tipo de medicina no cuentan con el respaldo de la comunidad científica ya que sus artículos no han sido testados con el rigor que la academia impone, tal y como ya comenté en este artículo

(ii) personas que afirman que nuestro cuerpo tiene propiedades autocurativas y pueden hacer frente a las enfermedades, no siendo necesario aplicar ningún remedio. Esto entra dentro de una tendencia new age en la que todos los organismos estamos interconectados energéticamente, y esa energía es una tabla de salvación en condiciones adversas. Baste ver las consecuencias de las enfermedades en pacientes no tratados para comprender de qué va este mito. De hecho, muchos de lo que lo formulan lo hacen por simple vanidad, para vender libros, o por negocio puro y duro, tratando de colocar cualquier aparatejo para “transmitir” esa energía. Sin embargo ellos mismo corren a la consulta médica más cercana cuando enferman, no os quepa la menor duda.

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Hay toda una serie de conceptos médicos importantes de conocer, unos mecanismos y protocolos que los facultativos siguen y que son importantes de recordar. Para ello, y con ánimo de resumir, me voy a centrar en tres formas de abordar la enfermedad:

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(1) La llamada medicina curativa. Tiene como finalidad eliminar la enfermedad una vez ésta ha aparecido en el organismo. Hay diferentes técnicas de actuación. Así por ejemplo está la cirugía para eliminar problemas internos de órganos, tumores o corregir problemas óseos. Otra técnica sería el uso de fármacos contra dianas específicas. Por ejemplo para determinados tumores se utilizan combinaciones de cirugía y quimioterapia, o cirugía, radioterapia y quimioterapia; para eliminar bacterias se emplean antibióticos, para los hongos antifúngicos y para algunos virus interferón o antirretrovirales.

Sin embargo hay que decir algo que muchos parece que no acaban de aceptar aún: hay muchas enfermedades para las que no existe cura, otras en las que no se conoce ni siquiera su origen, y otras que aún y conociendo como se curan, y teniendo además las herramientas para curarlo, por alguna razón que no conocemos, no se produce la sanación. En el primer grupo tendríamos muchas clases de tumores cancerosos: el cáncer de pulmón, de páncreas o de hígado tienen muy mal pronóstico, aún no se han obtenido sustancias capaces de eliminarlos; a diferencia de lo que ocurre con muchos tipos de linfomas que responden muy bien a la quimioterapia. Hay enfermedades autoinmunes o degenerativas, de las que no conocemos su origen. Para la mayoría de esas enfermedades sólo disponemos de medicinas que retrasan ligeramente su avance o eliminan los dolores, pero nada más. Y en otras ocasiones se conoce bien la causa y como tratar la enfermedad, pero el remedio no funciona. Por ejemplo, hay infecciones causadas por bacterias multirresistentes a antibióticos, y para los que la farmacopea no tiene nada con qué matarlas. En otras ocasiones el paciente responde mal al fármaco, se produce alergia o daño hepático o renal (que son los órganos encargados de depurar el organismo de esos compuestos) que pueden poner la vida en compromiso. O bien la infección está tan extendida que los antibióticos ya no impiden el avance de la misma.

Como se puede el tema es complejo, con muchos efectos colaterales. Nada es simple y no hay dos paciente iguales. Y ante el grave problema de las enfermedades incurables queda la investigación, buscar las causas de la enfermedad y sustancias o tratamientos que la eliminen. Pero precisamente este es el terreno abonado para la pseudomedicina. Este agujero de conocimiento es aprovechado por otros “métodos alternativos”. En algunas ocasiones se hace con buena intención (aunque con resultados más que dudosos), con el fin de paliar el sufrimiento del paciente, pero en otras muchas se hace con malas artes, de forma desaprensiva, intentando sacar el máximo partido (económico por supuesto) a personas que ya tienen las defensas anímicas bajas y que, como es normal, se agarran al primer clavo ardiente que les prometa curación. Hay tratamientos experimentales que tampoco son una panacea, pero que tienen una gran diferencia con estos pseudotratamientos. Quien entra en un tratamiento de ese tipo conoce bien que tiene muchas posibilidades de que no salga bien, ya que en la mayoría de los casos es un tiro al aire, bien fundamentado en los aspectos teóricos, pero sin conocer aún como funcionará en los pacientes. Sin embargo los pseudotratamientos muchas veces, y de manera canallesca prometen la curación, cuando ésta, como ellos bien certifican y callan, requiere mucho más que la fe del paciente. Si todo se curara por cuestión de fe bastaría con unas sesiones de hipnosis y fármacos que indujeran estados de pensamiento positivo de la mente.

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(2) La llamada medicina paliativa. Su misión es eliminar los síntomas, si bien no cura la enfermedad. También cubre una amplia gama; hay tratamientos paliativos para eliminar los efectos de un simple catarro (rinitis, dolores de cabeza o musculares, tos…) hasta que permiten sofocar los dolores provocados por golpes, roturas óseas o tumores. Algunos amantes de la “medicina natural” critican estas prácticas ya que “la industria farmacéutica se está enriqueciendo con estos medicamentos”, olvidando que estas sustancias son pedidas por los propios enfermos. Es cierto que un paracetamol no elimina la gripe, pero sí el dolor de cabeza asociado, y la enfermedad se hace más llevadera con menos dolores o menos fiebre. También se critica que el beneficio que se obtiene en comparación con el riesgo que se sufre al ingerir un fármaco. Pero de nuevo se olvidan de dos cosas: (i) los efectos secundarios en la mayoría de los casos son muy pequeños, y por eso está permitida su venta y (ii) es el paciente el que valora los pros y los contras y elige libremente si tomarlos o no. Cumpliendo el primer punto, la seguridad del medicamento, el punto 2 hay que dejarlo a la libertad del paciente.

La medicina paliativa ha derivado también hacia problemas éticos cuando se trata de eliminar dolores de gran calibre en enfermos terminales, lo que implica que las dosis a emplear son cercanas a las que producen alta toxicidad, pero eso es un tema que merece un post en sí mismo y no es objetivo de este artículo.

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(3) La tercera y última que voy a considerar es la medicina preventiva. En este caso la finalidad es evitar que la enfermedad aparezca. Es quizás la que esté más en desarrollo y la que recibe menos críticas (en principio). Hay una regla de salud que en la mayoría de los casos es muy difícil de cumplir: hay que mantener un sistema de vida lo más saludable posible. Eso incluye alimentación equilibrada sin excesos de grasas, ejercicio moderado, no consumir ni bebida alcohólicas, ni tabaco, ni drogas en general, dormir un número de horas adecuado, evitar el estrés, vivir en zonas de aire saludable, etc, etc. Supongo que al ir leyendo el listado habréis dicho, pues esto o aquello no lo hago yo. Y este listado es claramente para el primer mundo, en el tercer mundo eso es una quimera. Incluso en el primer mundo el trabajo de cada día rompe los hábitos saludables, el que no tiene estrés se expone a situaciones de riesgo o a sustancias tóxicas, o apenas tiene las horas de descanso adecuado. Todo ello a la larga pasa factura. Pero no por ello la medicina preventiva debe de intentarlo, es su obligación. Sobre todo cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad. Hay momentos en los que llega la toma de decisión vital: o hago ejercicio o al cuadradillo, dejas el tabaco o el enfisema ataca.

Pero aparte de las decisiones globales como las indicadas que son importantes para prevenir enfermedades pulmones, metabólicas (diabetes) o cardivasculares también contamos con herramientas preventivas para otro tipo de enfermedades. Así por ejemplo existen los chequeos, que nos examinan rutinariamente cada cierto tiempo para identificar carencias o bien enfermedades en sus primeros estadios. En general se trata de comprobar el estado de salud y corregir problemas, si éstos aparecen.

Por último y no menos importante dentro de la prevención nos encontramos las vacunas. Existen agentes patógenos para los que aún no tenemos cura. La mayoría de las infecciones víricas son incurables y muchas infecciones bacterianas son muy graves y no responden bien a los antibióticos. También existen otras vacunas como aquellas que actúan contra alergenos como el polen, que nos pueden librar de molestias primaverales o de ataques de asma, e incluso vacunas contra algunos tipos de tumores. La idea siempre es la misma: introducir un componente del agente potencialmente peligroso para que el sistema inmune fabrique anticuerpos contra él, de tal manera que cuando éste se presente el cuerpo produzca anticuerpos que lo bloqueen. En este artículo encontraréis información útil sobre las vacunas.

En estos momentos disponemos de muchas vacunas en el mercado, afortunadamente. La viruela, enfermedad provocada por un virus que ha matado a millones de personas en el planeta, desapareció de la faz de la Tierra gracias a las campañas de vacunación. Otras enfermedades víricas han sido frenadas con campañas de vacunación similares como por ejemplo la polio, el sarampión, la varicela, paperas, rubeola, etc. Algunas de estas enfermedades parecen poco importantes, y son leves en niños, aunque siempre hay complicaciones y algunos niños mueren o quedan con secuelas. Y esas mismas enfermedades en adultos pueden ser serias, por las altas fiebres que provocan o llegando a producir la esterilidad masculina, como en el caso de las paperas. Un virus que nos visita cada año, causando entre 250.000 y 500.000 muertes al año, especialmente entre personas de más de 60 años, es el de la gripe. Cada año se dispone de la vacuna estacional, que salva muchas vidas. Algunas variantes de ese virus son bien conocidas por su peligrosidad, tal y como nos lo ha mostrado la historia. Quizás la más conocida es una variante del virus H1N1 que provocó en 1918 la llamada “gripe española” que mató a más de 50 millones de personas en el mundo. Pero siendo esa la más trágica, otros también han causado estragos, como una variante del virus H2N2 que en la década de los 60 del pasado siglo mató en Hong Kong a 47.000 personas, y después se extendió por el planeta matando a más de 2 millones de personas. La efectividad de la vacuna está más que demostrada, se asocia a una reducción en la mortalidad de un 50% en personas de riesgo sanitario, que son las que se recomienda vacunar preferentemente.

También se han desarrollado vacunas contra bacterias o componentes de éstas. ¿Por qué se hace, si ya contamos con antibióticos contra ellas? Pues por varios motivos; en primer lugar porque algunas bacterias no son especialmente peligrosas, pero producen toxinas letales. Es el caso del tétano. La bacteria Clostridium tetanii por sí sola no mata, pero su toxina ataca el sistema nervioso matando al paciente. Es por ello por lo que se precisa anticuerpos contra esa toxina. Además algunas cepas bacterianas resisten muy bien los antibióticos e incluso las sensibles pueden provocar graves daños. Así algunas cepas de neumococo que producen meningitis, en el 35% de los casos dejan graves secuelas neurológicas, a pesar de los antibióticos usados para erradicar la bacteria. Tener una vacuna efectiva en esos casos sería estupendo, por eso se está investigando para producirla.

Todavía no alcanzo a entender cómo un paciente hace caso a su médico cuando le recomienda dieta y ejercicio para tratar su hipertensión, pero luego se niegan a vacunarse contra un patógeno que puede poder su vida en peligro. Incluso algunos se niegan a reconocer que las vacunas sirvan para algo, negándolo con la misma contundencia con la que los creacionistas niegan la evolución (curiosamente algunos negacionistas de la vacunas son también creacionistas).

La medicina dispone de una vacuna contra la rabia, enfermedad provocada por un virus que mata con un 100% de eficacia (prácticamente es el único caso en que esto es así). Me gustaría saber si alguna persona que se opone a las vacunas es mordida por un perro, una ardilla o cualquier otro animal enfermo de rabia también se negarían a vacunarse. Si el virus ha pasado a su cuerpo, y no se inocula la vacuna en unos pocos días se produce una muerte atroz con un 100% de posibilidades. Eso ya lo sabía Pasteur y fue lo que le motivó para producir la vacuna que ensayó a un niño desahuciado.

Dentro de la medicina preventiva también se encuentra una farmacopea que tiende a ayudar a los supuestos estados carenciales, momentos de “bajón” de defensas, de glóbulos rojos, de hierro, etc. Hay toda una serie de complejos vitamínicos en el mercado para estas situaciones que no requieren de receta médica, ya que se supone que son simples suplementos. Lo que me llama la atención es como la parafarmacia muchas veces critica estos productos, a la vez que ellos mismos llenan kilómetros de estanterías con supuestos complementos basados en hierbas, plantas, pólenes, jaleas reales, etc., que no dejan de ser complejos vitamínicos y complementos, sólo que disfrazados con otro nombre. De nuevo la crítica viene para hacerse con una cuota de mercado.

Hasta aquí algunas de las estrategias médica existentes para tratar enfermedades. Para que una persona pueda ejercer la profesión y manejarse perfectamente en ellas tiene que realizar unos estudios universitarios de 5-6 años, más otros 3 de especialidad. Para que una sustancia pueda ser aprobada como fármaco para entrar a formar parte de una se estas divisiones ha de pasar toda una serie de exhaustivos controles. Y para que un investigador tenga la capacidad de diseñar nuevas terapias efectivas tiene que obtener una licenciatura de 4-5 años, un doctorado de 4 años y algunas estancias posdoctorales por una media de otros 5 años.

¿Qué rigor y profesionalidad ofrece a cambio las “terapias alternativas”?, ¿qué controles pasan los productos que ofrecen?, ¿qué titulaciones son requeridas para ponerse delante del paciente y ofrecerle tratamiento con garantías?. El problema que tienen delante esas terapia es el mismo que el tiene la medicina, la enfermedad. La medicina detalla claramente como responder en cada caso, sólo hay que ir a los tratados de medicina y las revistas científicas para comprobarlo. Espero que los seguidores de la “medicina alternativa” nos digáis como responde ésta y con qué cuenta para tratar la enfermedad. Es vuestro turno.

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Entradas relacionadas:

  1. Darío
    17 marzo, 2010 a las 16:56

    Manuel:

    Voy por mi silla, no quiero cansarme mucho en la espera de una respuesta sensata de parte de los conspiranoicos alucinados antivacunas…

    :mrgreen:

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  2. 17 marzo, 2010 a las 16:58

    Darío, si esperas a una respuesta sensata quizás necesites algo más que una silla. ¿Qué tal un nuevo Big Bang?
    😉

    PD: Ojalá tenga que rectificar mis palabras, pero despues de lo visto en http://evolucionarios.blogalia.com/historias/37858 (atención a los últimos comentarios), me cuesta creerlo.

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  3. 17 marzo, 2010 a las 17:20

    jajajaja soy patetico corrigiendo, fe de erratas dos. 😆
    El «no» deberia ir entre «que» y «han»
    Disculpa doble 🙂
    (y si se puede eliminalo, asi hago menos el ridiculo XD )

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  4. 17 marzo, 2010 a las 17:21

    Daiko, corregido gracias. 😉

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  5. 17 marzo, 2010 a las 17:37

    Enorme el articulo, claro, directo y con la suficiente dosis de reto a los defensores de la «medicina» alternativa, ahora a esperar la horda de defensores, y esperemos que esta vez tengan ago mejor que videos hechos por ellos mismos en youtube 😕

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  6. 17 marzo, 2010 a las 19:24

    Chapeau! Sencilla de leer, fácil de entender y contundente como una maza. Como la que publicó J. M hace unos días sobre las vacunas 😀

    Espero que los seguidores de la “medicina alternativa” nos digáis como responde ésta y con qué cuenta para tratar la enfermedad. Es vuestro turno.

    Podemos esperar sentados… 🙄

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  7. Rhay
    17 marzo, 2010 a las 20:07

    Muy interesante y esclarecedor. Mi enhorabuena.

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  8. 17 marzo, 2010 a las 21:13

    Apabullante. La respuesta de un naturópata sería algo así como

    «Pues nosotros hacemos una equilibración del chiki-mantra mediante la activación de los canales positivos energéticamente estimulados del organismo-tai en resonancia con la frecuencia común del universo. No hemos publicado nada en revistas de revisión por pares porque nuestro reino no es de este mundo, sino de las energías superiores que no pueden ser constatadas por los métodos materialistas de la ciencia oficial, que no trata el todo y el espíritu-aura, sino solo los síntomas. Tampoco podemos demostrar haber curado a nadie algo más grave que una alergia a los cereales por la mañana, pero es por falta de fe que no os creeis que en realidad hemos sando 100.000 cánceres y 45.000 sidas, pero no lo hemos publicado porque la conspiración internacional farmaceútica no acepta nuestros trabajos en las revistas oficiales. Además, ¡la gallina!»

    ¿Y no véis que ambas son igual de serias y creíbles? panda de ateos! (¿o lo de ateos no iba aquí?)

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  9. Cronopio
    17 marzo, 2010 a las 23:32

    Muy buen artículo, con los conceptos muy claros y muy bien explicados.
    creo que la siguiente frase se presta a confusión:

    «Lo que me llama la atención es como la parafarmacia muchas veces critica estos productos, a la vez que ellos mismos llenan kilómetros de estanterías con supuestos complementos basados en hierbas, plantas, pólenes, jaleas reales, etc., que no dejan de ser complejos vitamínicos y complementos, sólo que disfrazados con otro nombre.»

    El término parafarmacia engloba toda una serie de artículos(desde cepillos de dientes, hasta complejos vitamínicos, alimentación pediatrica, y medicamentos para los que no se requiere receta médica), que afortunadamente para nuestros bolsillos han salido del circuito exclusivo de los despachos de farmacia y pueden ser adquiridos en parafarmacias, algunos en supermercados e incluso por internet (legalmente en España).
    No debemos confundir medicina y medicamentos con productos que podemos encontrar en un despacho de farmacia. Entre ellos, cosméticos, paraortopedia, puericultura, complementos dietéticos, productos homeopáticos y pulseras magnéticas o antirreumáticas!! ( creo que estos últimos menoscaban la autoridad moral y la fiabilidad de los despachos de farmacia) y OTC ( medicamentos que se pueden expender sin receta médica como analgésicos etc).
    Desde que las leches maternizadas y los pañales han salido del circuito exclusivo de los despachos de farmacia, su precio ha bajado un 30%, sin menoscabo de su calidad o seguridad para el consumidor.
    Debe quedar clara la defensa de la medicina y el medicamento como unaa de sus herramientas, diferenciándolo del circuito de comercialización exclusivo de los despachos de farmacia, que supone un sobreprecio no justificable en substancias y productos que no son de dispensación con receta médica obligada (y en estos casos queda mucho por hacer para disminuir la diferencia de precio entre el coste del laboratorio farmaceútico y el precio que finalmente paga el consumidor sea directamente o mediante impuestos).

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  10. Nuria
    20 marzo, 2010 a las 17:05

    Enhorabuena por el blog, lo descubrí hace unos días y me está gustando mucho. Además me pilla en un momento sensible; descubrí hace poco que una persona que conozco, de la que sabía que era pelín conspiranoica y no tenía muchas luces, pero creía que era buena persona, está implicada, no sé si en la distribución y venta, pero al menos en la difusión de esto
    [enlace editado]
    Y la verdad, me quedé bastante tocada. Una cosa es vender hierbajos o pastillas homeopáticas para el catarro o el hipo, y otra ir anunciado un mejunje que «cura la malaria, el cáncer, el VIH… » Todas las enfermedades, cuanto más graves mejor, y por supuesto en unos días y sin efectos secundarios. Cada vez que me acuerdo me pongo de mala leche. Me alegro de haber encontrado una ventana donde airear un poco mi indignación…
    Un saludo!

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  11. 20 marzo, 2010 a las 17:23

    Nuria, gracias por la información. Te he editado el enlace para no dar propaganda a este tipo de pseudoterapias. De todas formas tomamos nota por si vemos que merece la pena denunciarlos en un artículo 😉
    Un saludo

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  12. provacunaschile
    1 abril, 2010 a las 15:35

    Hola
    Muy bueno el blog, aca en Chile los famosos seguidores de la medicina holistica o alternativa,y movimiento antivacunación estan tratando de que se detenga la campaña de vacunación contra la H1N1 que es gratis para las personas de alto riegos (bebes, embarazadas, ancianos y enfermos cronicos), y muchas personas les estan haciendo caso de no vacunar a sus hijos, exponiendolos a la enfermedade. Ya que estan divulgando información que no hace referencia a estudios demostrados y probabilisticos serios.
    Tambien este movimiento, que ha causado miles de muertes en el mundo (lean mi blog provacunaschile.wordpress.com) estan asustando a las personas para que no vacunen a sus niños, esto realmente me preocupa, porque enfermedades que estan casi erradicadas de nuestro pais pueden volver o incluso mutar y hacerse mas fuerte.
    Imaginenese cuando niños pueden morir a raiz de esto, ralmente me preocupa esta situación.
    saludos

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  13. Pepi
    19 abril, 2010 a las 22:41

    La definición de la RALE (donde por cierto se incluye la palabra arte con muy buen criterio), ¿supones que se refiere únicamente a la medicina convencional? ¿Por medicina convencional te refieres a la medicina practicada en occidente, por graduados de universidades, a la medicina mal llamada científica? Respecto a la última parte de la pregunta, aclaro lo de mal llamada porque en la práctica diaria de la medicina convencional se utiliza mucho el método cualitativo.
    Volviendo a las preguntas, ¿qué entiendes por medicina alternativa? Lo digo porque la «definición» de «…otro tipo de terapias, que ellos llaman naturales, y que suelen ofrecer como revolucionarias…», aclara poco a qué te refieres. Seguramente, el término está claro para los lectores habituales del blog, pero no para los que recién lo descubrimos.
    El esfuerzo del NIH o de la OMS por integrar, definir, regularizar, estandarizar las diferentes prácticas médicas e investigar en su eficacia está obviado en esta entrada. Por eso, creo que la entrada está dirigida a un público determinado, que tiene de antemano tu misma opinión y que ya tiene contestada de antemano la pregunta del título.
    A mi el título me era muy sugerente, pero al leerlo me faltan argumentos y definiciones.

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  14. ralvar
    20 abril, 2010 a las 6:23

    Pepi:
    Si recien descubres el blog, como tu dices, tomate el trabajo de leer los otros post referidos al tema.
    Seguramente ahí estarán todas las respuestas a tus preguntas.
    Y si queda alguna por responder, vuelve y hazla.

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  15. 20 abril, 2010 a las 7:36

    Provacunaschile, el enlace a tu blog da un mensaje de que éste ha sido borrado 😦

    Pepi, como muy bien te indica Ralvar, échale un vistazo a las entradas que aparecen al final del artículo, bajo el epígrafe «Entradas relacionadas». Llevas razón con que hay cosas que se dan por supuestas, pero dado que en este blog se tratan varios temas recurrentemente, sería pesadísimo para todos andar repitiendo siempre las mismas introducciones. De ahí el apartado «Entradas relacionadas».

    Saludos.

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  16. 20 abril, 2010 a las 7:49

    Pepi el término «medicina alternativa» no me lo he inventado yo. Precisamente lo utilizan quienes no son amantes de la médicina «convencional», esa que te encuentras en los grandes hospitales. Si quieres mi definición de medicina alternativa creo que está bien resumida aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Medicina_alternativa

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  17. Elena
    5 mayo, 2010 a las 11:05

    Diabetes, artrosis y cáncer con medicina alternativa.
    No siempre la medicina alternativa carece de base científica, pues el problema es que por ley sólo se puede hablar de «medicina y medicamento» cuando un tratamiento o producto ha pasado por los múltiples y complicados trámites del «ensayo clínico». Un medicamento no necesariamente es un fármaco (molécula agena al organismo), sino que en muchas ocasiones es un nutriente (como una vitamina o complemento) que a través de un complicado ensayo clínico se ha demostrado que puede ser beneficioso para el tratamiento de una enfermedad.
    Cuando un médico ve que un tratamiento con la dieta y suplementos puede ser beneficioso para sus pacientes, se va fuera del concepto tradicional de medicina. Es muy difícil demostrar con ensayo clínico lo que él ve en sus pacientes (pues la Administración pone trámites imposibles), de forma que comienza a usar sus protocolos como «Medicina Alternativa».
    Este problema es lo que pasó al grupo de Meléndez en Tenerife, cuando empezaron a tratar Diabetes y Artrosis con aminoácidos y dieta. Detrás del tratamiento había mucha ciencia, pero lo que no había era un ensayo clínico (las farmacéuticas tasan cada ensayo clínico en miles de dolares, además de 5 a 10 años de trámites).
    La Administración se les echó encima, mientras que los diabéticos regulaban su azúcar y los hipertensos dejaban su medicación, y todo con sorprendentes análisis de sangre que demostraban que estaban haciendo algo sano.
    Otros médicos han sufrido el mismo problema con la Administración, como le pasó al Dr. Chacón con el Biobac (que estimula el sistema inmune, consiguiendo buenos resultados en el tratamiento del cáncer). Al final lo único que pueden hacer es seguir con sus productos «sin decir que curan ni que son buenos para la salud».
    Biobac ya está en el mercado con el nombre de Renoven, el doctor Meléndez sigue con su investigación con CitricDiet, eso sí, nadie habla de enfermedades porque es ilegal. Pero al mismo tiempo otros médicos usan los productos para tratar a sus enfermos, como salió en enero en la revista Discovery Salud, que el Doctor Marti Bosh usa Renoven y dieta para tratar a los enfermos con cáncer. Y es que un médico puede usar medicamentos y complementos, pero el fabricante no puede decir sus propiedades hasta que no haga el ensayo clínico, un campo vetado para los mortales.
    Por favor, distingamos entre medicina alternativa basada en la ciencia (pero sin ensayos clínicos), de las cosas que difícilmente tienen una base bioquímica y muchas veces funcionan por el factor psicosomático (que respeto).

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  18. Jonás
    5 mayo, 2010 a las 11:56

    Elena, hacer propaganda de un timador también debería ser delito y los que periódicamente aseguran que tienen la cura del cáncer pero sin pruebas (por supuesto) debido a «trámites» son unos: (poner aquí lo más vulgar que te puedas imaginar). Ya se, ya se soy un intolerante fundamentalista y bla, bla, bla. Pues es cierto, soy absolutamente intolerante con (lo mismo de antes) que engañan a enfermos.
    Del «Dr» Meléndez sólo quiero saber cómo va su juicio por fraude y atentado contra la salud pública.
    (inicio ironía)Y yo he curado miles y miles de casos de Sida con azucarillos y la estampa de Sor cristina de la chancla, sólo es un «problemilla burocrático» que no pueda presentar ninguna prueba de ello, como meléndez; pero si me ingresas 5.000 euros te envío la vacuna del cancer y de la caspa creada por mí; se trata de una solución homeopática de meados naturales de burro, que la medicina tradicional se niega a aceptar. Espero que discoverysalud se haga eco de mi revolucionario sistema. (fin ironía)
    «Ciencia sin ensayos clínicos»……???????…….. y «nata desnatada», «creacionismo científico» y «discoverysalud-medicina».

    Y por último, para una persona de mente científica (JA) como tú: que la justicia les haya obligado a explicar sus productos “sin decir que curan ni que son buenos para la salud”, ¿no te hace pensar que quizás sea porque ni curan ni son buenos para la salud?

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  19. 5 mayo, 2010 a las 14:25

    Por no añadir que:

    No siempre la medicina alternativa carece de base científica, pues el problema es que por ley sólo se puede hablar de “medicina y medicamento” cuando un tratamiento o producto ha pasado por los múltiples y complicados trámites del “ensayo clínico”.

    Los ensayos clínicos no son un mero trámite. Son el protocolo obligatorio e imprescindible a seguir para otorgarle, a ese producto, las pruebas científicas necesarias para afirmar que: (1) posee los efectos que se dice que se posee, (2) se conocen sus efectos secundarios y (3) sus contraindicaciones.

    Lo que no pase por los diversos ensayos clínicos: (1) ni sabemos si realmente funciona (o si es un mero espejismo), (2) ni si tiene efectos secundarios (previstos o imprevistos) y (3) si tiene contraindicaciones (previstos o no).

    Un medicamento no necesariamente es un fármaco (molécula agena al organismo), sino que en muchas ocasiones es un nutriente (como una vitamina o complemento) que a través de un complicado ensayo clínico se ha demostrado que puede ser beneficioso para el tratamiento de una enfermedad.

    Una vitamina por definición es una sustancia ajena (que no «agena») al organismo.
    Según el RAE, un fármaco es lo mismo que un medicamento, según este:

    medicamento.
    (Del lat. medicamentum).
    1. m. Sustancia que, administrada interior o exteriormente a un organismo animal, sirve para prevenir, curar o aliviar la enfermedad y corregir o reparar las secuelas de esta.

    Sobre el caso Meléndez, ya te contesaron.

    Por favor, distingamos entre medicina alternativa basada en la ciencia (pero sin ensayos clínicos), de las cosas que difícilmente tienen una base bioquímica y muchas veces funcionan por el factor psicosomático (que respeto).

    Si no tiene ensayos clínicos NO está basada en la ciencia, es AJENA a la ciencia.
    Si algo solo es un mero «factor psicosomático» ajeno a una base bioquímica (sic), eso también podría verse por estudios científicos y ensayos pertinentes.
    Y digo antes que sic, porque somos bioquímica, incluso el estrés tiene una base bioquímica.

    Saludos!

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  20. 5 mayo, 2010 a las 15:29

    ¿Y cuanto le pagan por la propaganda Señorita Elena? 🙄

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  21. Cronopio
    5 mayo, 2010 a las 23:48

    Visto en un tablón de anuncios plagado de referencias biobac:

    «Se ofrece biobac

    Hola:
    Lamentablemente mi madre ha fallecido, solo busco consuelo en que hemos hecho todo lo posible por ella y la hemos querido, ha estado tomando biobac 3 años, quiero pensar que le ha ido bien, tengo 10 frascos de un pedido de esta misma semana, lo venderia mucho mas barato, vivo por la zona de Valladolid, Burgos y Zamora. Mi correo es nombreborrado@gmail.com

    Gracias / saludos»

    Y otro:

    «hace unos dias empeze con el renoven tengo muchas esperanzas sobre el ,gracias al doctor javier harraez hace 7 meses me dianosticaron un polipo con celulas cancerigenas y empeze con medicina alternativa y parece que de se estendio no quiero creer que esta medicina no me sirviera de nada ,a eso me niego y tengo muchas esperanzas en renoven,no se porque pero tengo miedo a la radio terapia ,un saludo isa »

    ….Quiero pensar ( de la primera cita) ….No quiero creer (de la segunda).

    Creo que son suficientemente autoexplicativos.

    El tema cáncer me afecta demasiado de cerca para poder refutar a Elena sin que algún administrador me tenga que editar.

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  22. ralvar
    6 mayo, 2010 a las 3:08

    Elena:
    Te pregunto lo mismo que Daiko, pues es obvio que quieres meter tu discurso aun en sitios donde no tiene nada que ver.
    http://jmhernandez.wordpress.com/2008/09/02/los-primeros-resultados-del-nuevo-etiquetado-de-alimentos/#comment-6333

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  23. Rhay
    6 mayo, 2010 a las 10:20

    Yo es que estoy alucinando en colores pastel con la Elena esta… Supongo que estará disfrutando de una estancia en algún cubito de hielo de la nevera con todos los gastos pagados, ¿no?

    A ver, ¿esta señora sabe lo que es la Endocrinología y la Nutrición? Todo esto que ella cuenta que hacen unos señores vetados, pobres ellos, por la «medicina oficial» ya lo hace la «medicina oficial», es decir, no hace falta que te vayas a ninguna terapia alternativa para estabilizarte la diabetes porque el propio endocrino en colaboración con el nutricionista ya se encarga de ello haciéndote una dieta a medida y prescribiéndote insulina. ¿Un médico va a tirar por tierra el trabajo de un nutricionista serio? JAMÁS. Porque son complementarios. Yo estoy harto de escuchar a los especialistas decir «hay que comer bien, que una dieta equilibrada evita enfermedades». ¿Hay algún médico que niegue esta afirmación? Ninguno. Sólo los caraduras que quieren forrarse con pulseritas magnéticas y zarandajas por el estilo. Pues vaya.

    Tema vitaminas, aminoácidos y demás compuestos: ¿Tú sabes lo que es un aminoácido? Definición directa del DRAE:

    aminoácido.

    1. m. Quím. Sustancia química orgánica en cuya composición molecular entran un grupo amino y otro carboxilo. 20 de tales sustancias son los componentes fundamentales de las proteínas.

    O sea, son los «ladrillos» que forman las proteínas. ¿Tú sabes cuál es el efecto en el cuerpo humano de tomar una cantidad descontrolada y excesiva de aminoácidos? Supongo que no. Te lo explico rápidamente: enfermedades hepáticas, renales y vasculares graves, intensa formación de ácido en el estómago, aumento del calor corporal, estreñimiento, cansancio y decaimiento, gota, y hasta depresión. ¿Sabes por qué un nutricionista no te prescribe jamás tomar aminoácidos? Porque ya los estás tomando en la dieta que te diseña. Cada vez que te comes un muslo de pollo, un filete de ternera, un pescado, unas lentejas, algas, etc. ya estás consumiendo esos aminoácidos sin necesidad de gastarte una pasta enorme en un complemente dietético que lo único que hace es engordar el bolsillo de señores como los que mencionas más arriba. Pues vaya (y van dos)…

    Dicho esto, teniendo en cuenta que una persona que tiene un cáncer normalmente está siendo sometida a un tratamiento muy agresivo, ¿crees de verdad que la ingestión de aminoácidos sin control facultativo le va a ayudar? ¿O quizás lo que haga sea empeorar la calidad de vida de ese paciente? Porque si resulta que alguien que tiene un cáncer de colon, por poner un cáncer común, esto le va a provocar estreñimiento, tú me dirás en qué ayuda, cuando está demostrado científicamente que el estreñimiento está detrás de algunos casos de cáncer de colon… Más claro creo que no te lo puedo decir…

    Las vitaminas. ¿Es que tú no has ido nunca al médico de cabecera y le has dicho «ay, no sé que me pasa que últimamente estoy como apático, un poco plof, un poco fófilo…» y el médico te ha dicho «vete a la farmacia y cómprate unas vitaminas»? Porque yo lo he hecho. Que un compuesto «X» no esté cubierto por la Seguridad Social no implica que no haya sido sometido a estudios científicos serios. Esta es la diferencia entre las vitaminas que se venden en las oficinas de farmacia y los compuestos de los que tú hablas: los estudios clínicos. Pues vaya (y van tres).

    La Medicina es mucho más que la prescripción de medicamentos. Ese es el argumentos falaz que utilizáis los listos de turno que estáis esperando como buitres a que la Medicina alopática no pueda dar con la solución a un problema para tiraros sin ningún escrúpulo sobre las víctimas y sacarles hasta la sangre con productos que NO FUNCIONAN A PRECIO DE PLATINO. Vergüenza debería daros. Hay miles de estudios psiquiátricos serios que hablan de lo que mejora una depresión cuando el paciente sale de casa y le da el solecito, o de lo importante que es la comunicación con el médico… Y todo esto también es Medicina «oficial», pero lo obviáis porque os tira por tierra el chiringuito. Pues vaya (y van cuatro). Los miembros de este blog saben que yo padezco una enfermedad que a día de hoy es incurable. La preparación psicológica ante esta eventualidad se hizo a través de la unidad de salud mental de mi ciudad, sin fármacos, y cubierto por la Seguridad Social. «Medicina oficial», ¿sabes?. Pues eso. A ver si nos hacemos menos pajas mentales y dejamos de apoyar a timadores que no merecen el más mínimo respeto. Desgraciadamente no todo en esta vida tiene cura, y ya está bien de jugar con la esperanza de las personas aniquilando su economía en beneficio de cuatro indeseables. Ya está bien.

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  24. Miriam
    28 julio, 2010 a las 13:12

    Estos debates y artículos siempre van a seguir existiendo sin solucionar gran cosa, mientras que todo se conciba cómo una «guerra» en vez de concebirse cómo un acto de tolerancia y respeto hacia las competencias de cada profesional sanitario.

    Gente que dedica toda su vocación a engrosar su cuenta monetaria las hay con muchos títutlos, desde una Licenciatura en Medicina Interna y Cirugía, hasta un diploma no oficial de Homeopatía (no oficial porque de modo gubernamental nadie mueve ni un sólo dedo para crear una legislación adecuada).

    Hay casos claros que requieren una medicina alopática o tradicional y hay otros casos dónde una medicina alternativa, cómo por ejemplo la acupuntura o la homeopatía daría excelentes resultados.

    Cuando hay una mínima noción sobre salud se sabe perfectamente que la farmacoterapia en muchos casos es imprescindible, en muchos otros, no lo es.

    Y cuando a un médico tradicional, nuestro gobierno, le paga más o menos según si receta medicamentos bioequivalentes «de marca» o genéricos, me pregunto hasta que punto ha sido degradado el criterio de ese médico.

    En fin, lo que está claro, es que sin una legislación adecuada, nada va a ninguna parte, hay que empezar a moverse y nadie mueve ni un dedo, y creedme, no es por la salud pública… sino por el interés económico.

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  25. 28 julio, 2010 a las 13:41

    Miriam estoy de acuerdo en que hay agujeros en la legislación. Por ejemplo se permite que terapias que no han demostrado su eficacia se promocionen como terapias eficaces. Se deberían de analizar cada una de esas terapias, y aquellas que no demuestren científicamente (con sus controles, placebos, dobles ciegos, etc) su funcionamiento ser eliminadas del listado. La farmacia y la medicina no son las única se mueven ingentes cantidades de dinero, muchas «alternativas» también mueven intereses económicos.

    PD: He editado tu mensaje y no he publicado tu e-mail. En este blog no damos a conocer el e-mail de nadie ni admitimos publicidad. Si lo publicara no sé cuantos de esos dos puntos vulneraría 😉

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  26. Pablo
    8 agosto, 2010 a las 22:57

    ¿Pero alguien se ha leido lo que ha escrito Elena?
    Este blog parece una cruzada contra la medicina alternativa. La ley del medicamento, podéis estar tranquilos, ya prohibe a nivel internacional que cualquier terapia alternativa compita con la medicina tradicional. Se amparan explicándonos que son las únicas que cumplen el doble ciego del ensayo clínico.
    Sin embargo, para hacer un ensayo clínico es necesario estar amparado por un potente laboratorio, Sanidad, colaborar con Hospitales y Centros Médicos… y mucho, mucho dinero.
    Por esta razón muchas terapias que pueden ayudar a tratar enfermedades únicamente se pueden comercializar como complementos o suplementos alimenticios.
    No podemos generalizar diciendo que todas las terapias alternativas son un fraude, sino que hay que analizar cada una de ellas por separado.
    Ahora va a resultar que cuando a un niño con diarrea le damos un suero oral casero con bicarbonato, zumo de limón y un poco de azúcar estamos cometiendo un gigantesco error!! Hay que ir a comprar el suero oral que venden en la farmacia!!

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  27. Darío
    9 agosto, 2010 a las 5:45

    Pablo:

    hasta el momento los defensores de las terapias altenativas no han demostrado que sirvan para algo, más allá de ser meros placebos, por mucha «ciencia» que pretendan meterle, la cual no ha demostrado ser más que charlatanería pura y barata.

    Lo del suero casero no cuela, este no es más que un paliativo que bajo ninguna circunstancia puede sustituir un tratamiento correcto, menos cuando se desconoce el origen de la diarrea y quizás este contribuya a esconder el problema, haciendo creer a los padres o tutores que el problema está resuelto, falsamente, por desgracia.

    Y lo que escribió Elena fue una defensa fallida y absurda: no hay medicina alternativa científica.

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  28. Rhay
    9 agosto, 2010 a las 16:35

    Además, Pablo olvida que prácticamente todas las farmacéuticas «oficiales» tienen una sección de parafarmacia, es decir, están amparados por un «potente laboratorio». El problema es que los ensayos clínicos que se han hecho han demostrado que no sirven para nada. Nada más.

    Otra cosa, los Laboratorios Boiron, ¿no te parecen lo suficientemente potentes como para hacer ensayos clínicos? ¿Tú sabes lo que factura este gigante empresarial al año? Pues mira, el año pasado facturaron 600 millones de euros. Sí, sí: seiscientos millones de euros, es decir: CIEN MIL MILLONES DE PESETAS, que da vértigo la cifra. ¿No es dinero suficiente para hacer ensayos clínicos?

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  29. Cronopio
    9 agosto, 2010 a las 21:49

    Hombre Rhay, para hacer ensayos clínicos si que da. Pero para hacer ensayos clínicos que demuestren la efectividad de la homeopatía, va a ser que no. Sera por eso que no los hacen.

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  30. Cris
    18 agosto, 2010 a las 13:40

    La mejor medicina es la que receta el representante farmaceutico para pagarle el viaje al medico de la Seguridad Social a Cuba. Como al paciente le sale gratis y pagamos todos, pues a recetar y ganarse un premio. Un medico firma 5 recetas del producto que le dice el representante y se gana una cena. Si son 50 el viaje a Cuba, pero no de vacaciones, sino a un Congreso a exponer unos resultados de una investigacion… Así funciona

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  31. 18 agosto, 2010 a las 17:22

    Pues hombre, Cris, al menos esa medicina ha pasado unos controles de calidad, unos estudios clínicos y una serie de pruebas que hacen que se conozca su efectividad. El laboratorio se ha dejado una pasta en investigación y desarrollo y además, está aprobada y regulada por el sistema nacional de salud.

    Los prescriptores de «medicina alternativa», en lugar de a Cuba (que es más baratito) se pegan los viajes a las Seychelles, dado que pueden recetar o vender directamente (algo que un médico no puede hacer) agua con azucar o sopa de ortigas a precio de oro.

    No se yo que deja mayor beneficio…

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  32. Rhay
    18 agosto, 2010 a las 17:47

    Efectivamente.

    Ahora va a resultar que la Agencia Española del Medicamento no sirve para nada, no te amuela…

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  33. EdgarWalter
    4 julio, 2011 a las 22:18

    Muy buena información..excelente articulo…aprendí un poco mas sobre la medicina natural y su aplicaciones…muchos lo toman como un juego… no llegan a entender que el mundo esta cambiando…el consumismo nos esta matando…debemos tomar conciencia sobre la medicina natural y alternativa..
    Gracias por tu articulo.

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  34. 4 julio, 2011 a las 22:39

    Edgar, creo que no has terminado de entender el artículo.

    El libro ese que publicitas en tu página, dice curar de forma natural la sífilis, el SIDA o el Alzheimer. ¿Me puedes explicar muy brevemente cómo?

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  35. Marcos 55
    21 enero, 2012 a las 19:02

    Esta burrada ¿quién la escribió?
    «Si no tiene ensayos clínicos NO está basada en la ciencia, es AJENA a la ciencia»

    La ciencia empieza antes del ensayo clínico, con una recopilación de datos «preclínicos».
    Porque para solicitar un ensayo clínico primero necesitas unos datos.
    Con los datos preclínicos, la ciencia ya está funcionando y puede demostrar que determinados complementos alimentarios sirven para tratar enfermedades.
    Ahora bien, si queremos que la ley del medicamento nos permita comercializar un determinado nutriente o fármaco para tratar una enfermedad, entonces es necesario el «ensayo clínico». Pero antes del ensayo clínico ya hay ciencia, pues además es indispensable el estudio preclínico.

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  36. 21 enero, 2012 a las 21:00

    Marcos, el comentario al que aludes hace referencia a un caso en el que un compuesto se vende para curar enfermedades (y por tanto es un medicamento) sin haber pasado ensayos clínicos. Además contesta a alguien que defiende que se da por satisfecho si ese medicamento funciona a modo de placebo. Tienes razón en lo que dices, cuando se aísla un principio activo y se hipotetiza su valor terapéutico en base a modelos o ensayos preclinicos en animales también se hace ciencia, pero creo que el comentarista quiere hacer énfasis a que por mucha prueba preliminar que hagas el verdadero efecto (tanto terapéutico como de escasez de efectos secundarios) se ha realizar en un ensayo clínico.

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  37. J.M.
    22 enero, 2012 a las 13:08

    Marcos 55 :
    Ahora bien, si queremos que la ley del medicamento nos permita comercializar un determinado nutriente o fármaco para tratar una enfermedad, entonces es necesario el “ensayo clínico”.

    Llevas razón, Marcos, aunque el ensayo clínico no es únicamente un formulismo para obtener una licenica administrativa. Es una continuación del estudio científico que -efectivamente- había comenzado muchísimo antes.

    El ensayo clínico es la forma científica de estudiar no ya las propiedades del fármaco, sino su efectividad, dosificación y reacciones adversas en humanos.

    El comentarista se refería a que, sin un ensayo clínico, no puedes decir «es efectivo en un xx% de los casos» o «presenta tales efectos secundarios en tal proporción».

    Saludos.

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