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Aves, dinosaurios y coherencia

3 diciembre, 2010

Una de las características del conocimiento científico es que las incoherencias no encajan bien. No hay nada más motivador que unos datos contradictorios. El que distintos métodos arrojen resultados dispares incita a seguir trabajando en el tema hasta descubrir la incoherencia. Mientras tanto, nos limitaremos a afirmar que “el asunto no está claro”.

Quizá esa inseguridad de la ciencia causa en muchas personas ajenas al mundo científico una sensación de desconfianza, pero se trata de todo lo contrario: una garantía de no dar nada por sentado, y menos aún si alguna evidencia señala hacia otra dirección. Un nuevo descubrimiento no sólo tiene que estar apoyado en pruebas sólidas, sino que tiene que encajar con el resto de conocimientos relacionados (que no suelen ser pocos). Si no coincide, hay que comprender porqué; quizá sea necesario modificar las conclusiones o -por el contrario- alterar a la luz de los nuevos datos el corpus general de la disciplina. El caso es que los datos deben encajar, o seguiremos en un estado de provisionalidad que, por otro lado, es la situación más habitual en ciencia.

Leía hace un par de días, en un número atrasado de Investigación y Ciencia, un interesante ejemplo de este tipo de encaje de bolillos a largo plazo. Se trata de la evolución de las aves modernas o neornites, que incluyen la totalidad de aves actuales.

De arriba a abajo: Archaeopteryx, Jeholornis y Rahonavis.

De arriba a abajo: Archaeopteryx, Jeholornis y Rahonavis.

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El controvertido origen de las aves modernas

Las aves evolucionaron a partir de pequeños dinosaurios carnívoros hace unos 145 millones de años.  Archaeopteryx, Jeholornis y Rahonavis , entre otros, convivieron con los dinosaurios mientras éstos dominaban la Tierra. Estas aves primitivas presentaban mayores similitudes con velociraptores y troodones que con gorriones y vencejos: largas colas óseas, dientes afilados, dedos libres en las extremidades anteriores, pubis perpendicular a la pelvis, etc.

Por el contrario, todos los fósiles con características modernas eran posteriores a la extinción masiva que acabó con el resto de dinosaurios hace 65 millones de años. El origen y diversificación de los neornites se situó así inmediatamente después del cataclismo, siendo considerado como un claro ejemplo de radiación evolutiva en respuesta a la gran disponibilidad de nichos ecológicos desocupados tras la extinción masiva.

Sin embargo, el estable escenario comenzó a tambalearse a principios de los años 90 del pasado siglo, cuando comenzaron a aparecer resultados contradictorios desde el campo de la biología molecular. Utilizando relojes moleculares, los genéticos calcularon que la divergencia entre algunos grupos de aves modernas era anterior a la extinción cretácica. Es decir, los neornites debieron aparecer previamente al impacto del asteroide y la consecuente extinción de los dinosaurios.

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Primeras pruebas fósiles

Lógicamente, los nuevos datos fueron tomados con escepticismo por los paleontólogos, que seguían sin encontrar ningún fósil con características modernas anterior a los 65 millones de años de edad. A pesar de tal ausencia, las repetidas confirmaciones de la biología molecular con diferentes estirpes de aves actuales pesaban de tal manera que la paleontología comenzó a revisar fósiles recientemente descubiertos en busca de nuevos datos. El primer gran hallazgo lo supuso Teviornis, descrito en 2002 a partir de un ala fósil encontrada en Mongolia unos años antes y que presentaba una antigüedad de 70 millones de años, unos 5 m.a. anterior a la extinción cretácica (Kurochkin et al., 2002). Teviornis, representaba el primer neornite conocido, y encajaba con los recientes datos moleculares.

La segunda confirmación del origen cretáceo de las aves modernas vino poco después de la mano de un fósil hallado en la Antártida y que fue bautizado como Vegavis (Clarke et al, 2005). Vegavis es algo más reciente, de unos 66 a 68 m.a. de antigüedad, pero claramente anterior a la extinción cretácica. Además, el esqueleto es mucho más completo que Teviornis, lo que llevó a aceptar el origen cretácico de los neornites por la mayor parte de los especialistas.

Fósil y recreación artística de Vegavis

Fósil y recreación artística de Vegavis

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Otros fósiles más incompletos han sido descritos como posibles neornites de hasta 100 millones de años de antigüedad, aunque al ser restos únicos y muy fragmentarios, no representan por sí mismos pruebas concluyentes.

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¿Y ahora qué?

Sin duda, la aparición de caracteres modernos en el cretácico puede hacer coincidir por fin los resultados paleontológicos con los moleculares, lo que provoca una enorme solidez a la hipótesis de la evolución neornite previa a la última extinción masiva. Sin embargo, esto abre un nuevo e interesante interrogante: ¿por qué sobrevivieron al cataclismo estas aves modernas mientras otras aves más primitivas, así como los pterosaurios se extinguían? Obviamente, el vuelo no pudo ser el carácter definitorio. Gareth Dike (2010) propone una hipótesis basada en los diferentes hábitos alimenticios: las aves modernas del cretácico pertenecen al grupo de los anseriformes, que viven en ambientes húmedos y suelen alimentarse de fuentes muy diversas. De hecho, los fósiles datados inmediatamente después de la extinción masiva pertenecen a este tipo de hábitats. Por el contrario, las aves primitivas han sido encontradas en hábitats mucho más diversos. Esto sugiere, según Dike, que la menor especialización alimenticia de los neornites cretácicos les permitió sobrevivir y adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales que siguieron a la catástrofe.

Se trata de una hipótesis muy prematura, como indica el propio autor, pero que sin duda abre una línea de investigación extremadamente apasionante. Esto es también una de las características de la ciencia: cuando aún no se ha acabado de responder una pregunta, aparece otra nueva aún más misteriosa.

Referencias

  • Dyke, G. (2010). El origen de las aves modernas. Investigación y Ciencia, 408:36-41.

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Entradas relacionadas:

 

  1. 3 diciembre, 2010 a las 14:54

    Correjir lo del cámbrico por cretácico. saludos.

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  2. Rawandi
    3 diciembre, 2010 a las 18:15

    Infogeología, corrige lo de «corregir». La forma plural del imperativo acaba siempre en «-d» 😉

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  3. 3 diciembre, 2010 a las 19:12

    infogeologia :
    Corregir lo del cámbrico por cretácico. saludos.

    Me gusta

  4. 3 diciembre, 2010 a las 19:29

    Corregido, gracias 😉

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  5. Rawandi
    3 diciembre, 2010 a las 20:22

    Infogeología, la verdad es que no me había fijado en el cambio de la «j» por la «g». Pensaba únicamente en el imperativo plural, que no acaba en «r» sino en «d»: Corregid, comed, id, subid, bajad, venid…

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  6. Phosphoros
    3 diciembre, 2010 a las 21:10

    Hola
    ¡Excelente Nota!…he venido a desintoxicarme, estuve en lo de Logos77.
    Saludos.

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  7. Pewui
    3 diciembre, 2010 a las 21:19

    Si las aves y los mamíferos sobrevivieron y prosperaron y ambos son homeotermos, ¿esta condición no podría haber ayudado?. Por cierto, nunca he encontrado información sobre si la homeotermia en estos dos grupos era un caso de convergencia adaptativa o de sistemas homólgos.

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  8. Marcos
    4 diciembre, 2010 a las 20:21

    ¿Algún paleontólogo ha relacionado la aparición de las primeras aves modernas con la extinción cretática? Porque la verdad es que parece una coincidencia bastante interesante.

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  9. 4 diciembre, 2010 a las 22:06

    Hasta hace poco se pensaba que la extinción cretácica favoreció la radiación adaptatavia a partir de la que surgieron las aves modernas. Ahora, las pruebas moleculares y los nuevos y escasos fósiles anteriores a la gran extinción sugiere que las aves modernas ya habíans surgido con anterioridad, y que superaron el cataclismo de hace 65 millones de años, algo que no pudieron hacer sus otros congéneres voladores, las aves primitivas y los pterosaurios.

    Saludos.

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  10. Gregorovius
    5 diciembre, 2010 a las 0:08

    @Pewul
    Debe ser convergencia, porque el origen de los mamíferos se sitúa bastante temprano en el Mesozoico, y no parece tener ninguna relación con el origen de las aves.
    Hay quien opina que los dinosaurios o parte de ellos eran homeotermos, pero eso no tendría nada que ver tampoco con los mamíferos.
    Y sí, la homeotermia debe ser una característica adaptativa más importante que volar, al menos en la comparación con los dinosaurios voladores. El oportunismo, el poder utilizar una gran variedad de recursos energéticos (alimento) también es estupendo para no extinguirse.

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  11. josemi
    5 diciembre, 2010 a las 1:41

    Yo creo que Marcos pregunta que si la desaparición de los dinosaurios se produjo como consecuencia de la aparicion de las aves modernas.

    La respuesta es evidentemente no, la extincion de los dinosaurios no es solo la extincion de los dinosaurios, es la extincion de muchas formas de vida al mismo tiempo, desde grandes a microscopicas. Durante algun tiempo se buscaron respuestas simples de tipo biologico, como por ejemplo que los mamiferos se comian los huevos de los dinosaurios, o la aparicion de plantas con flores, pero hace tiempo que se han avandonado estas explicaciones simplistas.

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  12. 5 diciembre, 2010 a las 12:37

    Ah, ok. Entendí que preguntaba lo contrario: si la extinción había permitido el desarrollo de las aves modernas.

    Cierto, recuerdo la hipótesis de los mamíferos comedores de huevos 🙂

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  13. Nelson
    6 diciembre, 2010 a las 4:18

    Phosphoros :
    Hola
    ¡Excelente Nota!…he venido a desintoxicarme, estuve en lo de Logos77.
    Saludos.

    ¡uuuff! Hablando de fósiles. Siempre me pregunto si visitar el sitio de esa señora es sadismo o masoquismo. Sadismo, por reírse en su cara de sus desatinos, o masoquismo por leerlos.

    Igual lo de las aves ya formadas antes de la extinción masiva me dejó interesado. Igual que en todo lo natural, suele ser un error buscar una explicación única de por qué algunas especies sobrevivieron y otras no.

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  14. josemi
    6 diciembre, 2010 a las 14:13

    Por cierto, perdón por mis impresentables faltas de ortografía.

    Por lo que lei hace tiempo, por lo que parece, tras el gran asteroidazo o lo que pasara hace 65 millones de años, los animales que se salvaron en general fueron los mas bien nocturnos (posiblemente los mamiferos) o los que vivian en rios o pantanos.

    El ejemplo mas claro es el de los cocodrilos. En aquella lejana epoca, el grupo de los cocodrilos se componia de muchos bichos distintos, los cuales murieron todos menos el bicho acuatico que todos conocemos y amamos. Algo parecido paso con los monotremas, del que solo sobrevivio el ornitorrinco, y por lo que dices ahora, con las aves.

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  15. 6 diciembre, 2010 a las 18:16

    josemi :

    Por lo que lei hace tiempo, por lo que parece, tras el gran asteroidazo o lo que pasara hace 65 millones de años, los animales que se salvaron en general fueron los mas bien nocturnos (posiblemente los mamiferos) o los que vivian en rios o pantanos.

    Por ahí va la propuesta de Dyke. Parece ser que todos los neornites inmediatamente posteriores a la gran extinción cretácica son de hábitats húmedos: riveras de ríos, pantanos, lagos, etc., de igual forma que Teviornis y Vegavis. A todas ellas se les puede presuponer unos hábitos alimenticios variados y poco especializados, al estilo de los anseriformes actuales. Sin embargo, las aves primitivas que se extinguieron estaban mucho más diversificadas, ocupando hábitats de todo tipo. Según Dyke, lo que salvó a estas pocas especies de aves modernas pudo ser precisamente esa falta de especialización, traducida en una plasticidad adaptativa considerable.

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  16. antonio
    9 marzo, 2011 a las 12:49

    En el libro: La última teoría sobre la extinción del Cretácico» Se da una respuesta alternativa a la supervivencia de las aves.

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  17. 9 marzo, 2011 a las 13:14

    Antonio, el enlaces que das es incorrecto, lleva a un portal comercial, el correcto es http://www.bubok.com/libros/21342/La-ultima-teoria-sobre-la-extincion-del-Cretacico.

    Ese libro no tiene nada que ver con la evolución de las aves (tema del artículo) sino con la extinción del Cretácico. Y es un libro llamativo en el que el autor nos informa en su prefacio

    No poseo cátedras ni magisterios, ni tan sólo los estudios mínimos de geología se que imparten en la universidad. Soy autónomo y me dedico a la creación de vitrales artisticos. El resultado de ésta teoría ha sido posible gracias a la providencia, ya que a partir de una idea, los descubrimientos se fueron sucediendo espontáneamente de forma que todo cuanto averiguaba iba encajando ante mi sorpresa, de la que son testigos mi familia.

    Sin querer hacer críticas ad hominem no estaría de más que esas «teorías» tan maravillosas obtuvieran una cierta crítica y análisis por parte de alguien que si posee formación, porque ideas colgadas en Internet hay para aburrir.

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  18. Ignacio
    9 marzo, 2011 a las 13:36

    Sí, pero la gran pregunta sigue siendo:
    ¿Por qué las aves modernas lograron sobrevivir al impacto del asteroide y a las consiguientes alteraciones ecológicas cuando los pterosaurios, sus parientes aviares más primitivos y compañeros de vuelo, no lo consiguieron?

    Saludos

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  19. Darío
    9 marzo, 2011 a las 15:32

    Si te digo que por azar … no me lo vas a creer.

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  20. Francesc
    9 marzo, 2011 a las 17:05

    Si te digo que los pterosaurios no son aves y ni siquiera son dinosaurios, por lo que están menos emparentadas con las aves que un Tiranosaurio, tampoco me vas a creer.

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  21. Phosphoros
    6 febrero, 2012 a las 1:42

    Hola
    Megalosauroide con Protoplumas.
    New insights on the Permian and Triassic vertebrates from the Iberian Peninsula with emphasis on the Pyrenean and Catalonian basins
    Saludos.

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  22. Phosphoros
    6 febrero, 2012 a las 1:43

    Phosphoros :
    Hola
    Megalosauroide con Protoplumas.
    New insights on the Permian and Triassic vertebrates from the Iberian Peninsula with emphasis on the Pyrenean and Catalonian basins
    Saludos.

    Perdón, me olvidé el Link…
    http://changemermaid.wordpress.com/2011/10/18/bavarian-baby-dino/

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