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Dos formas de llegar a conocer el Cosmos en una imagen

4 abril, 2011

La mejor herramienta que la humanidad ha desarrollado para llegar a alcanzar el conocimiento de las propiedades del Cosmos es ciencia. Eso hoy día sólo lo discute los que afirman que también se puede alcanzar mediante unas arcaicas revelaciones que se han transmitido de generación en generación desde un ser sobrenatural hasta nosotros. ¿Qué diferencias hay entre ambas formas? Intentaré resumirlo empleando la siguiente imagen:

Los caminos para conocer el Cosmos



Imaginemos que existe un vacío de conocimiento y representamos ese vacío mediante un campo yermo (1). La ciencia empezar a indagar y a experimentar, obteniendo datos que se irán acumulando. Así aparecen los primeros brotes (2), pero aún hay muchos vacíos, aún tenemos que seguir contestando “no lo sé” para algunas de las preguntas que nos podemos ir haciendo. Poco a poco, y conforme se sigue investigando se irá rellenando el campo de hierba (3), sin embargo en ocasiones se cometerán errores o malas interpretaciones que obligarán a eliminar una parte de la hierba (4) y esperar a que con el paso del tiempo se puede rellenar con nuevos brotes. El ideal es tener una pradera perfecta de conocimiento (5), pero para muchas cuestiones eso es un ideal, ya que cada vez que sembramos un brote aparecen nuevas calvas en el terreno, cada vez que realizamos un nuevo descubrimiento nos planteamos nuevas preguntas, con los que los vacíos de conocimientos siguen entre nosotros. Eso no debe avergonzarnos, todo lo contrario, es un fascinante reto intelectual en el que cada generación aporta piezas de un puzzle que se va completando a la vez que nos vamos conociendo cada vez mejor.

Sin embargo las creencias atacan los vacíos de conocimientos con un comodín que les sirve para tomar un atajo, y sin necesidad de experimentar llegan a unos “conocimientos” (6) que quieren divulgar sin aceptar los que la ciencia puede ofrecerles.

Ambos caminos presentan varias e importantes diferencias entre las que destaco:

1. La ciencia es un lenguaje universal, los caminos pueden ser diferentes, pero se llega a la misma pradera. Si hay discrepancias se puede desandar el camino y reanalizar la situación; dado que se habla un lenguaje universal. Diferentes razas, culturas, sexos o hablantes de distintos idiomas podrán entenderse entre ellos ya que hablan el lenguaje del método científico. Las distintas interpretaciones, que sin duda existen, se solventarán en base a los nuevos datos experimentales que vayan apareciendo.

2. La ciencia no es un dogma de fe, por lo que se puede introducir el cortacésped para eliminar los resultados que se consideren erróneos, se reanalizará la situación y el camino hacia el prado continuará.

3. Sin embargo las creencias nos construirán diferentes caminos finales: bosques mediterráneos, jungla, oasis…, todo va a depender de quien sea el ser mitológico que haya transmitido la información. Evidentemente esos escenarios son irreconciliables entre sí, y aunque sus seguidores se respeten, cada uno proclama que la única verdad es la suya. Muchos hacen proselitismo de esa “verdad” y tratan de convencer, incluso a los que ya tienen construida su “verdad” de que la suya es la única válida. No realizan divulgación ya que no se enseña un camino para dudar, testar y realizar los resultados (base del escepticismo y el espíritu crítico) sino que entrenan para recibir esa “verdad”, aceptarla como válida y transmitirla a mayor número de personas con los que se tropiezan.

4. Las creencias se aprovechan de los agujeros de conocimiento, donde colocan su resultado. Si la ciencia afirma que el resultado es otro lo niegan. Esa negación se puede ejercer con poder absoluto que aseguraba el control férreo de los mismos (como ocurría en el pasado) o, si pierden el control del poder, mediante tergiversaciones y creación de zonas de aislamiento (impedir que se divulgue). Así la ciencia ha rellenado muchos agujeros de conocimiento, pero de forma discordante con las “verdades” de algunas creencias. Éstas no admitirán jamás los resultados de la ciencia e intentan censurar los mismos para que no provoquen una “crisis de fe”.

5. De hecho, la verdad que defiende las creencias es inamovible, ni otras creencias ni los datos obtenidos por experimentación pueden ser aceptados por sus seguidores. En ese sentido su concepción de cómo es el Cosmos de las leyes lo gobiernan va depender estrechamente de la creencia religiosa que han recibido culturalmente.

Por todo ello ante una pregunta que afecte al origen de la biodiversidad de la Tierra, a la edad de nuestro planeta o al origen del Sistema Solar, siempre elegiré el camino de la izquierda del gráfico, el de la ciencia; el de la derecha me parece una respuesta infantil para contestar de forma rápida y sin el debido análisis a preguntas ante las que muchas veces deberíamos tener la suficiente humildad para decir “no lo sé”.

  1. AydaN
    4 abril, 2011 a las 11:39

    Me ha encantado. 🙂

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  2. Selfish
    4 abril, 2011 a las 12:58

    Muy bueno! </

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  3. AvA
    4 abril, 2011 a las 17:03

    ¡Bravo! Los has explicado tan bien que no hace falta ser cum laude en algo para entenderlo. Es accesible para quien quiera leerlo. Y yo lo recomiendo sin reservas. 😉

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  4. 4 abril, 2011 a las 19:15

    Bien explicado, sí señor.

    Me recuerda a un diagrama de flujo que es muy similar:

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