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Los test de intolerancia alimentaria y las dietas adelgazantes

10 enero, 2012

Aviso médico

Tras los excesos navideños, enero es un mes en el que solemos hacernos serios propósitos de controlar la alimentación y hacer ejercicio. Es una época en la que solemos mirar con especial atención las promesas publicitarias que prometen la pérdida de esos odiados kilos sin apenas esfuerzo.

De unos años a esta parte, se han puesto de moda los centros dietéticos donde,  generalmente bajo sistema de franquicias, te realizan determinados análisis para comprobar tu intolerancia a ciertos alimentos y aconsejar una dieta personalizada con la que adelgazarás eficazmente. Ultimamente, este tema de las intolerancias alimentarias también es muy utilizado como parte de tratamientos de estética, belleza y salud en los numerosos centros que proliferan por nuestras zonas comerciales. En la mayor parte de ocasiones, estas terapias mezclan distintos conceptos de medicinas tradicionales y alternativas, aderezándolos con novedosas y modernas tecnologías.

Cabría preguntarse por los métodos utilizados para detectar estos supuestos alimentos dañinos, estas llamadas «intolerancias alimentarias». Aquí, podemos encontrar desde los clásicos análisis de sangre en cualificados laboratorios hasta máquinas maravillosas que en unos minutos son capaces de detectar tu perfil metabólico y si las zanahorias te producen esos molestos dolores de cabeza.

Pero, ¿que hay de cierto en la intolerancia alimentaria, como son de fiables estas pruebas y cual es su utilidad en el diseño de una dieta adelgazante efectiva?

La alergia y la intolerancia alimentaria

Aunque existe bastante confusión entre estos términos, podemos definir como término general la reacción adversa o hipersensibilidad a los alimentos como aquellas situaciones en la que se producen efectos desfavorables en el organismo tras ingerir ciertos alimentos ingrediente culinarios como colorantes.

Bacteria Clostridium botulinicum, causante del botulismo

Bacteria Clostridium botulinum, causante del botulismo

Las causas son muy variadas. Una primera división de las reacciones adversas es la que está producida por toxinas (reacciones tóxicas o intoxicación alimentaria), en la que el factor desencadenante son compuestos de origen biológico que poseen una actividad tóxica en el organismo. Los más habituales son los producidos por bacterias comunes como el estafilococo o la Escherichia coli, aunque también son comunes intoxicaciones producidas por otras bacterias como Clostridium botulinum (causante del botulismo) o Salmonella (causante de la salmonelosis), virus como el VHA (que produce la Hepatitis A), hongos como Aspergillus (que produce aflatoxinas) o parásitos como el platelminto Diphyllobothrium latum (que produce Botriocefalosis al consumir pescado crudo o mal cocinado que esté infectado). También existen toxinas que no provienen de agentes patógenos, como las toxinas de algunas setas y mariscos.

Molécula de inmunoglobulina, con su característica forma de Y (fuente: wikimedia commons)

Molécula de inmunoglobulina, con su característica forma de Y (fuente: wikimedia commons)

El segundo grupo de reacciones adversas no están mediadas por toxinas, y pueden diferenciarse entre reacciones inmunitarias (alergias alimentarias) y no inmunitarias (intolerancia alimentaria). En el primer caso, se produce una reacción en la que participa algún componente del sistema inmune; las más graves son las denominadas alergias alimentarias en sentido estricto, mediadas por la Inmunoglobulina E (IgE), implicada también en otros procesos alérgicos. Otras reacciones implican mecanismos inmunitarios distintos, como las Inmunoglobulinas A y G (IgA e IgG), generalmente con una manifestación que puede retrasarse horas o incluso días tras la ingesta. Estas últimas reacciones alérgicas retrasadas se engloban frecuentemente dentro del término «intolerancias alimentarias» para separarlas de las alergias propiamente dichas de manifestación inmediata.

Por último, el grupo de reacciones no inmunitarias o intolerancia a los alimentos en sentido estricto, agrupa todas las reacciones adversas que no implican al sistema inmunitario. Fundamentalente se producen por déficits enzimáticos (como la intolerancia a la lactosa, producida por la carencia total o parcial de la enzima lactasa), reacciones por mecanismos farmacológicos (cuando un alimento desencadena una reacción farmacológica, como ocurre con una ingesta excesiva de cafeina), así como por toda una serie de mecanismos que no son conocidos y que producen reacciones con mayor o menor intensidad.

La intolerancia alimentaria, la salud y los gordos

Como resulta evidente, las reacciones adversas a los alimentos pueden provocar muy variados problemas orgánicos. Desde una pequeña jaqueca originada por una leve intolerancia a determinado alimento, hasta la muerte por intoxicación fúngica, pasando por complejas enfermedades metabólicas como la enfermedad celiaca.

Ahora bien, ¿tiene todo esto algo que ver con la obesidad y el diseño de dietas adelgazantes? La verdad es que bien poco. Si bien es cierto que algunas intolerancias pueden tener como síntoma una ganancia de peso, la obesidad es un fenómeno complejo, que implica factores no sólo dietéticos, sino también genéticos y sociales, donde no existe una fórmula mágica consistente en encontrar el alimento exacto que nos «engorda». Se de la concurrencia de causas que sea, la obesidad se produce por un desequilibrio entre la ingesta de calorías y el consumo de energía que realiza el organismo. Cualquier método para adelgazar debe tomar en cuenta estos factores, bien rebajando la ingesta calórica, bien aumentando el ejercicio físico o, normalmente, interviniendo en ambos casos.

Pretender que se pueden perder 10  kilogramos de peso corporal eliminando los alimentos que nos provocan reacciones adversas no tiene ninguna base científica o experimental consistente.

Los test de intolerancia alimentaria y las dietas milagro

Si el papel de la intolerancia alimentaria en la obesidad es altamente discutible, los test para la detección de estos factores y su aplicación en el diseño de dietas adelgazantes son rechazadas por la comunidad médica de forma casi unánime. La utilidad de muchos de estos test para otros fines diagnósticos es también discutible, por lo que resulta imprescindible que un análisis de este tipo se realice bajo el estricto control de personal sanitario cualificado.

Los test de intolerancia alimentaria más comunes que ofrecen los centros dietéticos y estéticos implican un análisis sanguíneo, en el que se mide el anticuerpo IgG4 y su reacción con una batería de alimentos y condimentos culinarios diferentes. Tales test, que tuvieron mucho éxito en los años ochenta del pasado siglo, se basan en que estos anticuerpos inducen la liberación de histamina, involucrada en el rechazo inmune. Sin embargo, esto no está demostrado científicamente de forma clara (Toorenenbergen AW, Aalberse, 1982; García et al. 1993; Shakib & Smith, 1994; Stapel et al. 2008). Así pues, la medición mediante los test de intolerancia basados en IgG4 no son lo suficientemente fiables, por lo que se hacen necesarias otras pruebas para confirmar la causa de las reacciones adversas.

Algunos especialistas directamente descalifican la utilización de estas pruebas para tratamientos dietéticos dirigidos a alergias, intolerancias alimentarias y obesidad, al «no contar con el aval de la comunidad científica» y señalando que «las organizaciones sanitarias que realizan el estudio clínico de las alergias alimentarias, con la Organización Mundial de Alergia a la cabeza, coinciden en advertir a la población de que estas pruebas son ineficaces y desaconsejan su uso para hacer frente a las alergias e intolerancias alimentarias, así como a otras enfermedades para cuyo tratamiento también se postulan, como la obesidad, las migrañas o el colon irritable» (Zugasti Murillo, 2009).

Resulta especialmente interesante el Documento de Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN) sobre los tests de sensibilidad alimentaria (Garcia-Alcoy et al. 2010), que dice textualmente:

– Los tests de sensibilidad alimentaria son técnicas diagnósticas no validadas científicamente. Estas pruebas no gozan de justifi cación científi ca y en los estudios no han demostrado ser fiables ni reproducibles.
– Cada vez más, los tests de sensibilidad alimentaria se están promoviendo para el diagnóstico y el tratamiento de procesos en los que no se ha demostrado la participación del sistema inmunitario (alergias).
– Las sociedades clínicas de referencia en alergología e inmunología clínica no apoyan la utilización de este tipo de pruebas en cualquiera de las condiciones para las que dicen tener un valor diagnóstico eficaz.
– No se considera en absoluto un método para adelgazar, y no debería utilizarse con ese fi n, puesto que la pérdida de peso no depende únicamente de la restricción de alimentos basada en factores concretos, sino que responde a una conducta general determinada por la alimentación, el ejercicio físico y un estilo de vida saludable.
– Esta técnica puede dar lugar a resultados o asesoramientos engañosos y confusos, así como a la instauración de tratamientos ineficaces y, en determinadas ocasiones, potencialmente perjudiciales.
– Estos métodos pueden retrasar el diagnóstico y el tratamiento adecuado tanto en la alergia o la intolerancia alimentaria como en la obesidad.
– Los tests de sensibilidad alimentaria son costosos y, teniendo en cuenta su falta de efectividad y fi abilidad, suponen un desperdicio económico importante que el paciente podría invertir en tratamientos adecuados.

Como conclusión, considerando lo expuesto anteriormente, el GREP-AEDN desaconseja el uso de los tests de sensibilidad alimentaria como herramienta de diagnóstico para desarrollar planes dietéticos enfocados al tratamiento de cualquier enfermedad, como la obesidad, la alergia o la intolerancia alimentaria, o la retención de líquidos. Tras esta revisión, se hace evidente que dichos tests no tienen base científica que los sustente (una prueba supuestamente diagnóstica debería ser reproducible) ni el aval de las sociedades científicas de alergología e inmunología de referencia. El GREP-AEDN señala, además, que someterse a ellos conduce a un gasto económico innecesario y una pérdida de tiempo y puede poner en riesgo la salud física (por la posible restricción de alimentos básicos o por la demora en el diagnóstico de una enfermedad o en la instauración del
tratamiento curativo/paliativo) y/o psíquica (por la ansiedad y el aislamiento que puede conllevar la restricción de ciertos alimentos) del individuo. Por todo ello, los especialistas en dietética y nutrición deben
estar al corriente sobre la existencia, la inefi cacia, los riesgos y el uso de estas pruebas diagnósticas no validadas científicamente para poder informar y prevenir a sus pacientes en caso necesario.

Más recientemente han aparecido otros test que se basan en fenómenos de citotoxicidad (reacción adversa de células sanguíneas frente a determinados alimentos), que si bien segun algunos especialistas pueden ayudar a detectar sensibilidades alimenticias, son inútiles en la planificación de dietas adelgazantes, cuando no ponen en duda su eficacia para cualquier otro diagnóstico. Según Francesc Prats, director científico del Centro Inmunológico de Cataluña (CIC) «El test no es para todo el mundo y si hay quien lo anuncia para adelgazar hay que aclarar que este punto es rotundamente falso» (Rodríguez, 2003). El problema es el mismo que en el caso de las reacciones inmunológicas: que un alimento sea citotóxico no significa que su eliminación haga adelgazar.

Y si ya mezclamos al acupuntura y la bioenergía…

Rizando aún más el rizo, de unos años a esta parte algunos centros dietéticos anuncian un nuevo sistema para detectar incompatibilidades alimenticias que no precisa de extracción de sangre. Este nuevo método está basado, según sus promotores, en la «regulación bio-energética» y la técnica de acupuntura. El aparatito de marras, en unos minutos, es capaz de medir parámetros fisicoquímicos a través de la piel, siempre que se sitúe en la raíz de la uña del dedo índice, supuestamente relacionada con el meridiano del intestino grueso. ¿Cómo lo hace? pues parece ser que emite 193 impulsos eléctricos con la frecuencia correspondiente a cada alimento, obteniendo el valor de intolerancia al medir la bioenergía absorbida de cada impulso.

Meridiano del Intestino Grueso (Imagen: Acucn.com)

Meridiano del Intestino Grueso (Imagen: Acucn.com)

La primera duda proviene de que, si no tenemos claro como influye la IgG4 en la liberación de histamina, sabiendo la estructura molecular de ambas, y con miles de investigaciones realizadas, ¿cómo nos vamos a creer que existe una regulación bio-energética relacionada con la intolerancia alimentaria, que nadie conoce y sobre la que no hay un solo artículo científico en una revista indexada?. Igualmente difícil de creer  resulta el punto del dedo índice y su meridiano del intestino grueso, algo que proviene de la medicina china tradicional y que no puede ser detectado porque, o bien no existen (ni el punto ni el meridiano), o bien son invisibles.

Por último, no nos cansaremos de repetir que un organismo o un alimento no tiene una frecuencia característica, y aún menos eléctrica. La bioelectricidad o, mejor dicho, el potencial de membrana que presentan las células, no posee la especificidad necesaria como para poder distinguir un tomate de una lechuga. Además, decir que el proceso mediante el cual un impulso eléctrico generado en el dedo índice puede medir la «absorción bioenergética» de una célula intestinal, es algo que no está comprobado científicamente, sería una definición excesivamente amable.

Para colmo de males, y en contra de todas las opiniones profesionales, se asegura que el manejo del aparatito no precisa ser un experto en bioenergías (en medicina, fisiología o nutrición, ya ni te cuento).

Resumiendo: lamentablemente para los que, como el que les escribe, son víctimas del sobrepeso (políticamente correcto que es uno), hoy por hoy no existe ni la dieta milagro ni el adelgazaiento fácil. Seguiremos teniendo que quemar los excesos de las navidades a golpe de una alimentación hipocalórica y un poco de bicicleta…

Referencias

Garcia-Aloy, M., Maria Teresa Comas, Julio Basulto, Maria Manera, Eduard Baladia y Núria Ibarrola. 2010. Los tests de sensibilidad alimentaria no son una herramienta útil para el diagnóstico o el tratamiento de la obesidad u otras enfermedades: Declaración de Postura del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN).  Actividad Dietética;14(1):27-31 31

García BE, Sanz ML, Gato JJ, Fernández J, Oehling A. 1993. IgG4 blocking effect on the release of antigen-specific histamine. J Investig Allergol Clin Immunol. Jan-Feb;3(1):26-33.

Rodríguez, A. 2003. Las trampas del test de la dieta. El Mundo, suplemento Salud. nº548 (22 de noviembre de 2003)

Shakib, F. & S. J. Smith. 1994. In vitro basophil histamine-releasing activity of circulating IgG1 and IgG4 autoanti-IgE antibodies from asthma patients and the demonstration that anti-IgE modulates allergen-induced basophil activation. Clinical & Experimental Allergy. 24(3):270-275

Stapel, S.O, R. Asero, B. K. Ballmer-Weber, E. F. Knol, S. Strobel, S. Vieths & J. Kleine-Tebbe. 2008. Testing for IgG4 against foods is not recommended as a diagnostic tool: EAACI Task Force Report. Allergy. 63(7):793-796.

Toorenenbergen AW, Aalberse RC. 1982. IgG4 and Release of Histamine from Human Peripheral Blood Leukocytes. International Archives of Allergy and Immunology 67:2.

Zugasti Murillo A. 2009. Intolerancia alimentaria. Endocrinol Nutr; 56(5):241-50

  1. 10 enero, 2012 a las 7:29

    Interesante artículo, pero la frase «Cualquier método para adelgazar debe tomar en cuenta estos factores, bien rebajando la ingesta calórica, bien aumentando el ejercicio físico o, normalmente, interviniendo en ambos casos.» es una simplificación errónea que, en parte, es la causa de la obesidad actual.
    Una recomendación:
    http://thesmarterscienceofslim.com/the-idea/
    Un saludo.

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  2. J.M.
    10 enero, 2012 a las 8:42

    Ufff, pues no se muy bien que decirte. Habría que estudiar el texto y las referencias con muchísimo más detalle, pero me suena un poco raro.

    Cierto que en una dieta no solo hay que considerar la cantidad de calorías, sino que ésta debe ser equilibrada tomando en cuenta otros aspectos, y cierto que hay factores no dietéticos que influyen en la obesidad (como comento en el artículo), pero de ahí a afirmar que lo que funciona es determinada y oculta combinación de calorías buenas frente a las calorías malas (supongo que para saber cuál es cuál habrá que comprar el libro), va un paso.

    Por otro lado, argumentar que hoy se hace más ejercicio y hay más gente a dieta que en los años 70 del siglo XX y sin embargo hay mas gordos, más accidentes cardiovasculares y más diabéticos, me parece un análisis un poco «ligero».

    Argumentar que médicos y farmacéuticas saben desde hace tiempo que comiento más y haciendo menos ejercicio se induce al cuerpo a adelgazar pero que no lo revelan porque estar gordo es un negocio para las industrias alimenticias y sanitarias, me chirría bastante.

    Y argumentar que las calorías no lo son todo porque los diabéticos no obtienen energía por mucha glucosa que coman, dado que su problema es hormonal, ya me suena a trampa de márketing total…

    Como te digo, habría que estudiarlo en bastante más profundidad…

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  3. 10 enero, 2012 a las 9:12

    Bueno, lo que es evidente que la política de «comer menos, hacer menos ejercicio» ha obtenido los resultados adversos a los que pretendía.
    Unos interesantes artículos que entran en el asunto:
    http://www.nytimes.com/2011/04/17/magazine/mag-17Sugar-t.html?pagewanted=all
    http://www.guardian.co.uk/lifeandstyle/2007/oct/28/healthandwellbeing.features1
    http://www.nytimes.com/2002/07/07/magazine/what-if-it-s-all-been-a-big-fat-lie.html?scp=1&sq=what%20if%20its%20all%20been%20a%20big%20fat%20lie?&st=cse

    Este de un humilde servidor:
    http://elcentinel.blogspot.com/2011/12/hacer-ejercicio-no-adelgaza-aunque.html

    Te recomiendo profundizar en el tema. El libro comentado tiene referencias rigurosas y muy serias al respecto. Y no es el único que dice lo mismo, cada día son más. Estos son algunos de los más rigurosos:
    – Eat, drink and be healthy: The harvard medical school…
    – Good calories, bad calories
    – Why we get fat and what to do about it

    Un saludo.

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  4. elengendros
    10 enero, 2012 a las 9:22

    La genética es una putada, hay gente que come como limas y no engorda ni un gramo, y gente a la que le cuesta un infierno adelgazar. En las dietas lo que hay que tener en cuenta no solo son las calorías que entran, sino como tu cuerpo asimila las calorías que entran. Cuanto más eficiente es tu metabolismo, más posibilidades tienes de tener sobrepeso, y más te cuesta mantener un peso aceptable.

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  5. Cat77
    10 enero, 2012 a las 10:36

    Como enferma de Crohn, me había planteado alguna vez la utilidad de estos tests para controlar mi enfermedad. Al prometer encontrar alergias e intolerancias, estos análisis parecen la respuesta perfecta para muchos enfermos de EII que no sabemos qué comer, ya que los médicos no suelen dar indicaciones dietéticas y dejan las decisiones a cargo del paciente: «si no te sienta bien, no lo comas más». Y claro, a veces es desesperante y quieres algo más concreto. Pero siempre me había parecido que había algo «raro». Si fuera posible diagnosticar la intolerancia a la lactosa, por ejemplo, con un simple análisis, ¿por qué siguen los médicos haciendo pruebas que duran horas para encontrarla?. En fin, que no me cuadraba mucho. Pero había buscado información en internet para verificar su validez y no encontraba nada convincente.

    Me alegro mucho de que hayáis tocado este tema, porque conozco a varias personas que se han hecho estos análisis y han empezado a condicionar su dieta a los resultados, y no sabía cómo decirles que me parece una barbaridad. Ahora tengo mucho más claro que no me voy a gastar un dineral en algo inútil.

    Seguid así. Un saludo.

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  6. J.M.
    10 enero, 2012 a las 11:17

    Gracias, Centinel, no dudes que le meteré mano, promete ser muy interesante.

    Cat77, en estos casos yo siempre aconsejo lo mismo: acude a tu médico, con la posibilidad de que si no te convence, puedes cambiar de facultativo. Buscar información por Internet y, más aún, aplicarla sin los conocimientos médicos adecuados es muy peligroso. Los únicos profesionales que pueden ofrecen garantía de estar al día en los avances basados en evidencias rigurosas son los especialistas médicos.

    Igualmente, y tal como reza nuestro «Aviso médico», la información que puedas encontrar en este blog es meramente de carácter general y divulgativo, no debiendo ser usada jamás como una guía médica y no pudiendo sustituir el consejo de un médico o de otro profesional de la salud.

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  7. Cat77
    10 enero, 2012 a las 12:06

    J.M. :
    Gracias, Centinel, no dudes que le meteré mano, promete ser muy interesante.
    Cat77, en estos casos yo siempre aconsejo lo mismo: acude a tu médico, con la posibilidad de que si no te convence, puedes cambiar de facultativo. Buscar información por Internet y, más aún, aplicarla sin los conocimientos médicos adecuados es muy peligroso. Los únicos profesionales que pueden ofrecen garantía de estar al día en los avances basados en evidencias rigurosas son los especialistas médicos.
    Igualmente, y tal como reza nuestro “Aviso médico”, la información que puedas encontrar en este blog es meramente de carácter general y divulgativo, no debiendo ser usada jamás como una guía médica y no pudiendo sustituir el consejo de un médico o de otro profesional de la salud.

    No te preocupes, J.M. Tengo toda mi confianza puesta en la medicina y en los médicos que me tratan, y no pienso sustituir el tratamiento por fantasmas vistos en internet. Sólo estuve buscando referencias sobre estos análisis, ya que los médicos de digestivo no suelen dar pautas en cuanto a dietas. Ya que no está demostrado en absoluto que ningún alimento sea responsable de las EII, los médicos (generalmente todos) sólo nos aconsejan que vayamos probando todo tipo de alimentos y eliminemos de la dieta aquello que nos siente mal. Es por ello que algunos enfermos ven estos análisis como una posibilidad de encontrar una dieta que les de algunas pistas y les ayude a controlar los síntomas.

    Muchas gracias por el consejo. 😉

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  8. 10 enero, 2012 a las 12:20

    Pues yo os diré que el único profesional que tiene competencias sobre estas cuestiones es el médico, ya sea el alergólogo, el endocrinólogo o el nutricionista. Como bien dice JM, en cuestiones del peso pueden intervenir infinidad de factores, desde una tiroides vaga hasta una propensión genética, y esto lo tiene que ver el profesional de la medicina.

    Yo personalmente, en enero del año pasado me puse a dieta con la endocrina del hospital. Me han estado haciendo un seguimiento mensual. El resultado es que en un año he perdido 30 kg. Todavía me queda mucho que perder, pero ahí sigo. Ya prácticamente no pierdo nada, porque he llegado a lo que denominan «período meseta», y probablemente pase por quirófano, pero las pautas que he seguido son tan sencillas como aprender a comer y hacer ejercicio cada día. Caminar, ¿eh? no os creáis que me dedico a escalar montañas… Como de todo, igual que antes, pero con un orden y un control. Y a mí, ni me han hecho estos test ni nada por el estilo. Lo que sí hizo la endocrina es sentarse un buen rato conmigo y sacar información: enfermedades en mi familia, si hay más gente gorda en la familia, lo que como, cómo lo como, si hago ejercicio, etc… Todo esto unido a mi historial médico, que todos sabéis cuál es, le dio una idea de lo que tenía que hacer conmigo.

    Así que yo sólo puedo recomendar que quien quiera perder peso, vaya a ver a un endocrino o a un nutricionista, que son los únicos que saben de lo que hablan.

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  9. 10 enero, 2012 a las 14:10

    Hola a todos,

    Ya tenía ganas de un artículo sobre alimentación, la verdad que me repatea que el libro de la «Dieta Dukan» sea líder de ventas mientras sus seguidores (al menos los que conozco), no hayan mejorado sensiblemente. Y lo peor es que lo defienden a capa y espada. No entiendo nada, pero en fin, es lo que hay.

    Tengo un método infalible (100% eficaz y gratis), para mantenerse en un peso «ideal» o incluso adelgazar, esta basado en el sentido común y por supuesto la voluntad de querer cambiar. Cambiar no sólo el aspecto físico, hay que cambiar el estilo de vida. Las dietas generan ansiedad y no tienen efectos duraderos.

    Solo hay que observar 2 normas (de por vida):

    1. Comer según esto (sentido común)

    http://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_alimentaria

    Sí, la base de la pirámide son los cereales, es una barbaridad eliminar los carbohidratos de la dieta (como la mierda de la timodieta Dukan)

    Esta es la más importante.

    Y por cierto, los edulcorantes no es que sean malos malísimos, pero no ayudan a adelgazar (ni a no engordar) porque engañan al cuerpo con su sabor dulce, provocando la liberación de insulina en la sangre. Si me equivoco corregidme, pero eso tengo entendido.

    2. Hacer ejercicio físico DIARIO, pero no hace falta matarse (ejemplo salir a correr 15-30 min, intentar no aparcar en la puerta de los sitios, utilizar menos los ascensores, etc). Los palizones solo consiguen desmoralizar, y además he observado que se tiende a comer más. Solamente hay que habituarse a moverse más!

    No hay que engañarse, el aumento de peso proviene de los alimentos, ya que la energía (y por tanto la materia), no se crea ni se destruye…

    Este tema me encanta, un estilo de vida saludable dispara la autoestima y desde luego que no lo cambiaría por nada del mundo.

    Todas las dietas son inútiles a largo plazo, no os dejéis engañar.

    Saludos

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  10. 10 enero, 2012 a las 14:23

    Totalmente de acuerdo con Rhay, si necesitáis ayuda de un profesional, que sea nutricionista.
    Conozco a varios muy buenos. El problema es que aunque las dietas de los nutricionistas sean equilibradas y saludables, el acto de «ponerse a dieta» implica normas, restricciones y por tanto, ganas de saltarselas. Es por eso que lo que hay que hacer es cambiar los hábitos de por vida, encontrando lo que llamo yo «golosinas saludables» (ciertas ensaladas, platos de pasta e incluso pizzas autoelaboradas), que sean muy apetecibles, equilibradas y sobre todo que no provoquen sentimientos de culpa.

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  11. Albireo
    10 enero, 2012 a las 14:36

    Pero, Centinel, la termodinámica existe. Si comes menos y haces mas ejercicio, adelgazas seguro. Otra cosa es que al hacer deporte aumente el apetito.

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  12. 10 enero, 2012 a las 15:14

    Selfish, lo siento, discrepo radicalmente contigo, en mi opinión has hecho un montón de afirmaciones sin nada que las soporte.

    – La pirámide alimentaria a la que haces referencia está denostada hace años. Quien la creo, la USDA americana, ya no la utiliza y ha creado myplate, que tampoco es una maravilla, pero al menos quita de la base todos los carbohidratos refinados que son pura energía y una verdadera bomba para el estilo de vida actual. No lo digo yo, lo dicen los expertos, te recomiendo leer los artículos que enlazo un poco más arriba, en el post número 3. De todas formas, te recuerdo que esa pirámide fue creada por el Departamento de Agricultura de los EEUU, aquel que defiende a todos los cultivadores de cereales. No creo en conspiranoias, pero si buscas en Google, verás que hay bastantes pirámides más. depende quien la haga, con variaciones diversas.

    – El ejercicio en cantidades normales no adelgaza. Las últimas reviews científicas así lo confirman, como puedes comprobar en este enlace:
    http://elcentinel.blogspot.com/2011/12/hacer-ejercicio-no-adelgaza-aunque.html

    – La idea de «comer menos y quemar más» no tiene ningún valor terapéutico ni científico, como se está viendo todos estos años. La realidad es bastante más compleja de lo que podría parecer. La cuestión es analizar (y dar tratamiento) a por qué comemos más y quemamos menos. Los mayores expertos en endocrinología y nutrición del mundo reconocen que el tema es muy complicado, con muchas preguntas sin responder y que hay que seguir investigando al respecto. Esta entrevista es un ejemplo:
    http://xlsemanal.finanzas.com/web/articulo.php?id=71018&id_edicion=6527

    – Por supuesto que la energía ni se crea ni se destruye, pero ¿en qué contradice eso lo que estoy afirmando? Por ejemplo, el hecho de que queramos comer más o menos no depende sólo de la energía que nos metamos, sino de factores tales como la sensación de saciedad que nos genere el alimento, la insulina y leptina que nos haga segregar, la fibra, nutrientes y agua que nos aporte, etc. Personalmente, creo que la clave no está en la cantidad de lo que comemos, sino en la «calidad». Lo malo es que si la «calidad» no es la que debería, influye brutalmente en la cantidad, es decir, se modifica el regulador del apetito que tenemos las personas. Y entonces entra en juego el instinto más potente de la naturaleza, por el que somos capaces de matar, no lo olvidemos: el hambre

    – La Dieta Dukan no es más que una moda pasajera de la que nadie hablará el año que viene. En mi opinión, muy dura, poco equilibrada, que puede obtener resultados a corto plazo pero sin soporte científico alguno. Sin más.

    En este tema de la alimentación y el metabolismo hay mucha afirmación gratuita, de esas que solemos rechazar los escépticos, del tipo «a mi me ha funcionado», «es de sentido común», etc., como si todo el mundo estuviese capacitado para diagnósticar y tratar la obesidad. Entonces no sé para qué necesitamos endocrinólogos ni por qué es una plaga en occidente. Recomiendo leer los últimos libros que se publican al respecto, por ejemplo los que enlazo en el 3er post.

    En concreto, Eat, Drink and be Healthy (el de la Universidad de Harvard), escrito por Walter Willett (una de las personas con más prestigio del planeta en temas de nutrición y salud), es muy recomendable. También The Smart Science for Slim es muy interesante y divulgativo. Los de Gary Taubes (Why we get fat… y Good Calories, Bad Calories) quizás sean algo más polémicos y mucho más densos, pero sus argumentos y referencias científicas son bastante convincentes. Como sus artículos, que también enlazo arriba.

    Y todos dejan a los carbohidratos refinados a la altura del barro, que conste.

    Por último, decir que «todas las dietas son inútiles» en mi opinión no significa nada. ¿Qué quiere decir «hacer dieta»? ¿Comer diferente a los porcentajes de esa pirámide que tú recomiendas’ ¿O los de otras pirámides? Entonces, si yo ahora tengo sobrepeso y para adelgazar sigo la pirámide de la USDA, ¿eso no se considera dieta? Insisto, esa frase es una trampa. Si yo tengo sobrepeso, lo que hay que hacer para adelgazar es cambiar la alimentación. Yo a eso lo llamo cambiar la dieta. Posteriormente ya debatiremos qué modificación es más eficaz, hasta entonces, por favor, basta de frases despectivas, ridiculizantes y artificiosamente simplificadoras. Lo único que se consigue es que se considere a los obesos estúpidos, paletos y/o sin fuerza de voluntad.

    Perdón por «copar» este interesante post, que realmente estaba dedicado a las alergias alimentarias…

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  13. 10 enero, 2012 a las 15:31

    Albireo, la termódinámica esta claro que existe y tiene sus leyes. Pero el consejo de comer menos o quemar más es tan obvio que no sirve para nada, porque no va al origen del problema. Es como si a alguien con insomnio le decimos «tú lo que tienes que hacer es dormir más». Genial. Un buen médico lo que haría sería analizar por qué tiene insomnio. Quizás sea por estrés, por problemas físicos, por alguna enfermedad, por la cama… Y tratar ese problema de origen. Si lo hace bien, como consecuencia, dormirá más y mejor.

    Con la alimentación, es igual. Hay que llegar a saber qué es lo que hace que algunas personas tengamos más apetito y queramos comer más, incluso algunos alimentos en concreto cosas. Y poner remedio al origen, a la razón de ese «exceso de apetito» que, insisto, es una de las fuerzas más potentes de los seres vivos.

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  14. 10 enero, 2012 a las 15:40

    A ver cuanto tarda el primer vendedor en aparecer por aqui diciendo lo «cerrado de mentes» que sois y que habeis quemado a Galileo.

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  15. Miolo
    10 enero, 2012 a las 18:03

    ¿Y qué opináis de las teorías del Dr. Seignalet?
    Este post me viene al pelo, porque justo ayer en otro foro me decían que los hornos microondas son mu malos, mu malos. Cuando pedí alguna referencia, la única que me dieron fue el libro «La alimentación: la tercera medicina», de Jean Seignalet. Buscando publicaciones de este hombre en PubMed me encuentro con 88 artículos, la mayoría sobre inmunología y similares. Solo uno relacionado con la nutrición, y ninguno que hable de microondas. Me parece un poco raro.

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  16. Albireo
    10 enero, 2012 a las 18:35

    Bueno, Centinel, pero tu habías dicho:

    ”“Cualquier método para adelgazar debe tomar en cuenta estos factores, bien rebajando la ingesta calórica, bien aumentando el ejercicio físico o, normalmente, interviniendo en ambos casos.” es una simplificación errónea que, en parte, es la causa de la obesidad actual.”

    Pues bien, una cosa es que algo sea erróneo y otra que sea difícil de conseguir.

    Por otra parte, tu comparación con el sueño no es acertada, ya que un insomne no puede inducirse el sueño a voluntad (salvo dándose un golpe en la cabeza con un martillo), pero un obeso si puede actuar conscientemente sobre su problema ingiriendo menos comida.

    Saludos

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  17. Efraín González Cruz
    10 enero, 2012 a las 18:44

    Espero utilizar bien los códigos html porque no tengo mucho manejo de ellos, y ya que no hay vista previa en el blog, no puedo saber si quedó bien o no. Así que si está hecho un desastre pido a los administradores puedan darle formato correcto.

    Centinel Muy interesantes tus comentarios y la información que nos proporcionas. Me tomaré mi tiempo para ir checando dichos enlaces. Mi comentario se encamina a la liga correspondiente a tu blog a href=»http://elcentinel.blogspot.com/2011/12/hacer-ejercicio-no-adelgaza-aunque.html»>El blog de Centinel

    Tal vez se trate únicamente de cuestiones de lenguaje, pero mencionas: – El ejercicio en cantidades normales no adelgaza. Las últimas reviews científicas así lo confirman… Posteriormente referencias tu blog. Al verlo, me parece que cambia el mensaje, ya que en el blog dice: Que quede claro: Hacer ejercicio es casi milagroso. Es magnífico para sentirse mejor, con más energía… …Pero por sí sólo NO SIRVE PARA PERDER PESO La última parte es muy importante. Revisé los comentarios, y nadie ha afirmado que el ejercicio por sí solo puede servir para perder peso. Quiero entender que tu mensaje es que tampoco las cosas son tan fáciles, como para pensar que en todos los casos comiendo adecuadamente y haciendo un ejercicio aeróbico por espacio de 20 a 30 minutos es equivalente a bajar de peso. En esa instancia estoy de acuerdo, ya que primero debe descartarse problema orgánico, e idealmente seguirse la recomendación de Rhay de acudir preferentemente a endocrinólogo o nutricionista. Sin embargo, tanto como afirmar que el ejercicio en cantidades normales no adelgaza, ya es diferente.

    En el blog das 3 referencias, pero lejos de soportar la idea de que el ejercicio no sirve. dice lo contrario. O al menos es lo que yo interpreto.

    El primero dice

    RESULTADOS PRINCIPALES: Los 43 estudios incluyeron 3476 participantes. Sin embargo la heterogeneidad significativa en algunos de los aspectos principales analizados limitaron la capacidad para asociar el tamaño del efecto de algunos estudios, un número de asociación de efectos se calculó. Cuando se comparó con no tratamiento, el ejercicio resultó en una pequeña pérdida de peso entre los estudios. El ejercicio combinado con dieta resultó en una pérdida de peso más grande que la dieta sola (WMD [Weighted Mean Difference O Diferencia Media de Peso] -1.1 Kg; 95% intervalo de confianza [CI] -1.5 a -0.6. Incrementando la intensidad del ejercicio se incrementpo la magnitud de pérdida de peso (WMD -1.5 Kg; 95% CI -2.3 a -.07)

    Conclusiones de autores: Los resultados de esta revisión apoyan el uso del ejercicio como una intervención de pérdida de peso, particularmente cuando es combinada con cambios en la dieta

    Además quien sabe qué habrán tomado como ejercicio: ¿el aeróbico o al anaeróbico?. Hacer pesas hipertrofiará el músculo por lo que aumentará el peso. ¿Qué consideran ejercicio leve, moderado e intenso?, ¿De cuánto tiempo fue el seguimiento? No es lo mismo perder kilo y medio en un mes a hacerlo en 1 año.

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  18. Herbert West
    10 enero, 2012 a las 18:46

    centinel :
    Interesante artículo, pero la frase “Cualquier método para adelgazar debe tomar en cuenta estos factores, bien rebajando la ingesta calórica, bien aumentando el ejercicio físico o, normalmente, interviniendo en ambos casos.” es una simplificación errónea que, en parte, es la causa de la obesidad actual.
    Una recomendación:
    http://thesmarterscienceofslim.com/the-idea/
    Un saludo.

    Después de ojear el artículo coincido con JM.

    No me huela bien.

    A mi el tema de las calorías buenas y malas me chirría, y no entiendo en que se diferencian unas de otras si al final todas acaban exactamente igual, en el ciclo de Krebs (dejando de lado si producen o necesitan más energía durante su catabolismo).

    Si los grasas de los vegetales sin féculas y los cereales engordaran, y comer poco no te hiciera adelgazar me parece que las imágenes del tercer mundo no serían como son.

    También resulta maravilloso cuando dice algo así como que si una mujer de 150 libras tomara una taza menos de ¿leche semidesnatada? (reduced fat milk, si alguien sabe la traducción que me corrija por favor) perdería 104 libras en 10 años es de traca. Como si solo tomara eso.

    Y cuando insinúa que la insulina para los diabéticos es para pueda introducir la energía en sus células ya es de juzgado de guardia.

    A mi me huele a que no tiene mucha idea el autor del libro.

    Claro que la obesidad tiene muchas causas, tiroides, suprarrenales, hormonas sexuales, embarazo… Pero salvo problemas metabólicos, que debe investigar un médico, a la gente normal le sobra con comer mejor y menos cantidad, para perder peso.

    El ejercicio que se recomienda no es para perder peso, es para que se pierda de lo que se debe ya que, curiosamente, el cuerpo comienza a quemar las proteínas musculares antes que la grasa. Al hacer deporte lo que se busca es minimizar la perdida de masa muscular, que no interesa a nadie. Además, el músculo pesa más que la grasa.

    De todas formas debe quedaros clara una cosa: lo fundamental no es cuanto pesas, sino la relación del peso con el tamaño del cuerpo y, sobre todo, la relación entre masa magra y masa grasa.

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  19. Efraín González Cruz
    10 enero, 2012 a las 19:27

    No me fue tan mal con el html, sólo una que otra precisión. Espero corregirlo.

    La segunda referencia que manejas en el blog dice:

    RESULTADOS: Los estudios mostraron que la intensidad del entrenamiento debe ser moderada. El tratamiento de individuos con sobrepeso y obesidad únicamente con entrenamiento no puede esperarse a que resulte en una pérdida de peso sustancial, pero debe ser combinada con dieta y terapia de modificación de comportamiento. Sin embargo el entrenamiento puede ser un factor importante en la prevención de ganancia de peso, o como auxilio para los individuos para mantener un peso corporal bajo.
    CONCLUSIONES: De acuerdo a la revisión sistemática de los ensayos controlados aleatorizados, el tratamiento que produce la mejor pérdida de peso, incluye una combinación de entrenamiento, terapia de comportamiento y dieta

    Aquí se reconfirma que la combinación entre ejercicio y dieta es significativa. Sea cual sea la consideración de los articulistas que signifique intensidad moderada en entrenamiento.

    La tercer liga que facilitas me repite de nuevo la primera revisión. Así que buscando la referencia mencionada: Isolated aerobic exercise and weight loss: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials veo que es la referencia con mejor fundamento. Dice:

    RESULTADOS: Identificamos 14 ensayos que envuelven 1847 pacientes. La duración de los programas de ejercicio aeróbico oscliaron entre 12 semanas a 12 meses. Los resultados fueron relacionados con programas de 6 meses de duración y 12 meses de duración. Los programas de 6 meses de duración fueron asociados con una reducción modesta en peso (WMD= -1.6 KG; 95% CI, -1.64 a -1.56)y circunferencia de cintura (WMD= -2.12 cm; 95% CI, -2.81 a -1.44). Los programas de 12 meses fueron asociados con reducciones modestas de peso (WMD= -1.7; 95% CI, -2.29 a -1.11)y circunferencia de cintura (WMD= -1.95%, CI -3.62 A -0.29)
    CONCLUSION: Los programas de ejercicio aeróbico de intensidad moderada de 6 a 12 meses inducen una reducción moderada en peso y circunferencia de cintura en poblaciones obesas. Nuestros resultados muestran que el ejercicio aeróbico aislado no es una terapia efectiva para pérdida de peso en estos pacientes. El ejercicio aeróbico aislado provee beneficios modestos para los niveles de presión arterial y niveles de lípidos y puede ser efectivo como una terapia de pérdida de peso en conjunción con dietas

    Aquí sí miden en un intervalo de tiempo los resultados, y es de resaltar que a mayor tiempo de entrenamiento fue menor la pérdida de peso. Sospecho que una variable externa intervino, sobretodo motivación. Al final concluyen lo mismo que los 2 anteriores estudios que linkeas. Que la combinación entre ejercicio y dieta es la mejor opción para pérdida de peso. Eso es muy distinto a decir que el ejercicio no sirve. Insisto en que tal vez sean especificidades del lenguaje. Por ejemplo si digo que con el ejercicio intenso no se baja de peso, y doy el ejemplo de un jugador de futbol americano entonces tendré la razón, pero no considero el tipo de ejericio ni la dieta que manejan; lo mismo con los basquetbolistas.

    Tal vez di una respuesta apresurada porque no he visto toda la información que nos facilitas, pero me pareció prudente escribir las entradas dando mi opinión. Checaré el resto poco a poco

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  20. 10 enero, 2012 a las 22:16

    Albireo, en mi humilde opinión si un método es difícil, o mejor dicho, muy difícil de mantener a largo plazo (según las estadísticas un 95% no consiguen mantener una dieta de restricción calórica), a pesar de estar motivados (te aseguro que una de las mayores motivaciones de un obeso es adelgazar), entonces no vale para nada. SI tengo un dolor en el brazo y levantándolo no me duele, no tiene sentido que vaya todo el día con el brazo levantado (de hecho, me acabaré cansando y bajándolo), de la misma forma que no tiene sentido que pase media vida con sensación de hambre. Evidentemente el insomnio era un ejemplo, pero veo que cuesta quiere considerar la obesidad como una disfunción o enfermedad, volvemos al “enfoque reproche”: Los gordos son unos vagos y unos comedores sin fuerza de voluntad.

    En este sentido, que quede claro que casi ningún ser humano es capaz de soportar la sensación de hambre durante demasiado tiempo. Eso es indiscutible. Pero es que la sensación de hambre (o no saciedad) depende de diversos factores, no sólo de la cantidad. Por ejemplo de qué tipo de alimento comamos ( http://www.ajcn.org/content/82/1/41.abstract)

    Pero hay más factores a tener en cuenta. En función de cómo respondan nuestras hormonas, nuestro metabolismo almacena grasa de forma exagerada, convirtiéndonos en obesos irremediables. La insulina es la que regula este proceso metabólico y resulta que entre los elementos que modulan el comportamiento de esta hormona están los carbohidratos refinados.
    Insisto: No hace falta tener un problema orgánico ni ser un dejado para estar obeso. La mayoría de los obesos del mundo no tienen ningún problema orgánico, ni tampoco son especialmente vagos ni comedores.

    Efraín, los tres enlaces que facilito no son de 3 estudios, sino de 3 reviews, es decir, que engloban y analizan muchos más estudios. Respecto a la conclusiones que comentas, creo que lo mejor es que veamos y analicemos los datos y lleguemos nosotros mismos a conclusiones: Dicen que el ejercicio es efectivo…combinado con dieta. Y yo. Porque es sanísimo. Pero insisto, el ejercicio por sí sólo, en general no adelgaza. Por ejemplo, en el blog digo que en la primera review se concluye que la pérdida de peso es mínima y si observas los datos que facilitan, lo es. De un kilo, o poco más. En el segundo, insisten que hace falta complementar con dieta y comportamiento (y especifican que el ejercicio por sí sólo no vale). Y en el tercero, ocurre parecido (gracias por avisarme del error del enlace, ya lo he corregido), tras medio año y un año, las pérdidas de peso por ejercicio son mínimas, de algo más de un kilo. Evidentemente, ninguno va a decir que no merece la pena hacer ejercicio para adelgazar, además de políticamente incorrecto, es una tontería. Pero por los datos se ve que el ejercicio, por sí mismo, casi no adelgaza. Vale, en el titular no he puesto el “casi”, a efectos prácticos es parecido. Lo que pretendo con el artículo (además de provocar un poco) es hacer ver que sin cambios en la dieta, no se adelgaza, por mucho gimnasio, andar o baile que hagamos (a no ser que uno se convierta en marathonman, claro). Y que el ejercicio no es milagroso para adelgazar, como creen muchos. Ni mucho menos. De hecho, es relativamente fácil adelgazar sin hacer nada de ejercicio, si se sigue la dieta adecuada (yo lo hice hace 10 años, 20 Kg, y sin pizca de ejercicio, y aún me mantengo), pero no al contrario.

    Herbert West, quizás no te guste cómo explica las cosas el autor del libro, es verdad que a veces simplifica demasiado las cosas para hacerlas entender (pero en todo caso es correcto), entonces te recomiendo Good Calories Bad Calories o Why we get fat, de Gary Taubes, es mucho más riguroso y científico en la forma de contar las cosas. El libro de Willett también está muy bien. Hay muchos más, pero estos tienen un enfoque especialmente científico-divulgativo. Y llegan a similares conclusiones. Los artículos que enlazo pueden ser un buen aperitivo. Recomiendo fervientemente a todo el mundo que los lea, la obesidad a veces parece como el fútbol o la política, parece que todo el mundo tiene una opinión muy concreta (normalmente depende de si eres dle grupo delos delgados o de los gordos), pero casi nadie se preocupa por formarse y estar al día. Y ahora la información está muy a mano.

    Para echar más leña al fuego: Os invito a leer un artículo que acabo de publicar en el blog, “Los beneficios de una dieta sin carbohidratos refinados”:
    http://elcentinel.blogspot.com/2012/01/los-beneficios-de-una-dieta-sin.html

    Saludos.

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  21. Javier
    10 enero, 2012 a las 23:42

    Me ha parecido muy interesante esta entrada, los comentarios y el debate. En mi caso no me fio de ninguna dieta que no sea equilibrada y ajustadas a cada paciente (en ello incluyo su ejercicio físico, la verdad, me parece una barbaridad decir que el ejercicio físico no ayude a adelgazar, pero tal vez lo entendí mal y tampoco lo voy a discutir porque no estoy tan metido en el tema).

    Por lo que escribo, es porque encontré muy interesante uno de los comentarios (no se como se cita), es el siguiente:
    «Y por cierto, los edulcorantes no es que sean malos malísimos, pero no ayudan a adelgazar (ni a no engordar) porque engañan al cuerpo con su sabor dulce, provocando la liberación de insulina en la sangre. Si me equivoco corregidme, pero eso tengo entendido.»

    ¿Los edulcorantes provocan la liberación de insulina? Si alguno sabe de buen libro o artículo que hable del tema se lo agradezco, me ha parecido muy interesante, pero no quisiera hacer un acto de fe. Yo que me estaba tomando una coca-cola light tan tranquilo… jajajaja

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  22. 11 enero, 2012 a las 7:28
  23. 11 enero, 2012 a las 13:12

    Pues qué quieres que te diga, Centinel, pero siguiendo esa pirámide, servidor ha perdido 30 kg en un año. Por algo será, digo yo…

    Yo hago cinco comidas todos los días, y en todas hay carbohidratos… ¿No será que el problema son las cantidades que ingerimos, que son mucho más de lo que necesitamos? Yo antes, para comer, fácilmente me podía apretar una barra de pan. Ahora no lo hago. Y si como pasta, no como pan; y si como patatas, no como arroz. Yo creo que lo que dice Selfish es bastante cercano a la realidad. Insisto que estoy haciendo un poco el «a mí me funciona», pero claro, con una endocrina detrás que supongo que sabe lo que hace…

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  24. 11 enero, 2012 a las 14:09

    Rhay, me alegro que hayas encontrado (de la mano de tu endocrino) tu solución. El problema suele venir cuando nos quedamos solos y pasan los años. Espero que dentro de 5 o 10 años te mantengas. Yo adelgacé 20 hace diez años y estoy mejor que nunca, pero como bien dices, los «a mi me funcionan» tienen poco valor científico. Insisto en animarte a leer cosas sobre el tema, siempre con fuentes científicas.

    Hay algo más que me tiene un poco confuso. Por un lado lo ves fácil, parece que con seguir una de las pirámides nutricionales bastaría. Pero por otro lado, estás siendo supervisado por un experto. Entonces, ¿qué aporta el médico?

    Y si opinas que es tan sencillo, ¿por qué crees la obesidad se ha convertido en una plaga? ¿Por qué los obesos lo intentan una y otra vez, y en el 95% de las ocasiones a largo plazo (incluso con médicos) recuperan lo perdido (y más)?

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  25. Javier
    11 enero, 2012 a las 14:43

    La piramide nutricional es una idea de alimentación equilibrada, esta indicada a toda la población como unas pautas de alimentación sana. Pero en el tratamiento de la obesidad y relacionandolo con las actividades de la persona, las patologías asociadas, y otros factores, la dieta se ve modificada. Por eso es el endocrino el que mejor puede aconsejar sobre el tipo de dieta a cada persona en concreto.
    No hay una dieta universal para bajar peso, las dietas son personalizadas, pero lo mas recomendable para personas sanas es llevar una dieta equilibrada siguiendo las pautas de la pirámide nutricional.
    Por cierto, no encontré referencia a la insulina y su relación con los edulcorantes en el artículo, tal vez no lo ojee con demasiado detalle.

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  26. 11 enero, 2012 a las 15:27

    Y ¿de dónde sale la pirámide? ¿Por qué es así? ¿En base a qué criterios se ha desarrollado? ¿Quién la ha hecho? ¿Por qué hay varias diferentes? ¿Cual es la mejor? Si queremos que esté basada en ciencia, debería basarse en evidencias científicas. ¿Cual es la evidencia científica que demuestra que es recomendable comer hasta 11 raciones de carbohidratos refinados al día?

    ¿Entiendo entonces que el endocrino es para que nos defina nuestra dieta personalizada para adelgazar si estamos obesos y las recomendaciones de la pirámide son para no engordar?

    Sobre el estudio, perdona, no entendí bien tu pregunta. No habla de la insulina, más o menos concluye que la sustitución de azúcares por edulcorantes no parece tener efectos adversos y puede ayudar a perder peso.

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  27. Javier
    11 enero, 2012 a las 16:02

    Las pirámides, ruedas y otras representaciones son una simple metodología de programas de educación alimentaria y van destinada a una información sencilla para toda la población. Hay distintas pirámides porque están hechas por distintas escuelas de salud pública. Pero no constituyen un instrumento científico.
    Y en las pirámides que yo he visto en ninguna te dice que debas comer 11 raciones de carbohidratos refinados al día (>2 raciones de verdura, >=3 raciones de fruta, 4-6 de cereales), no se de donde has sacado lo de refinado, es más, yo diría que cuanto menos refinados estén los alimentos mejor.
    Si utilizas estas pirámides y elaboras una dieta a tu medida, es probable que te salga una dieta equilibrada. Pero repito, no es un instrumento científico, es una medida de salud pública.
    Y una buena alimentación no solo trata de que estemos más o menos gordos.

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  28. Efraín González Cruz
    11 enero, 2012 a las 16:17

    Javier Acerca del tema de los edulcorantes hace poco se hizo un Simposio de edulcorantes no calóricos Ahí hay diversos temas. El tema no es fácil. Hasta donde sé aún no hay nada del todo concluyente, pero dentro de la página, en la ponencia del Dr. Adam Drewnowski a la pregunta expresa: «¿Hay algún estudio acerca de efectos de hipoglicemia cuando se consumen endulzantes no calóricos?» La respuesta fue: «La insulina es liberada en respuesta al azúcar, no en respuesta al aspartame. Por lo tanto no hay efecto de los endulzantes bajos en calorías.
    También está la Posición de la Asociación dietética americana. En el link está la versión pdf. Escribe: «insulin» en el buscador para ver el tema del que preguntas. O bien si tu interés es mayor puedes ver el artículo completo. Espero te sirva

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  29. Efraín González Cruz
    11 enero, 2012 a las 16:47

    Gracias a Centinel por la respuesta. En primer lugar tienes razón. Son revisiones (a eso se dedica Cochrane), no artículos. Por lo mismo difícilmente van a especificar cosas como ¿qué consideran ejercicio?, ¿qué consideran ejercicio leve, moderado e intenso? Yo creo que deberían hacerlo, y es algo que me disgusta mucho de los meta-análisis, porque por eso hay tanta ambigüedad. Es importante saberlo, al menos en este tema, porque a partir de ahí vamos a saber si esa pequeña pérdida de 1.5 kg fue por un buen régimen de ejercicio. O tal vez ellos consdieren barrer o trapear como ejercicio (lo cual no es), o consideren caminar al trabajo o usar el metro como ejercicio (OK estrictamente lo es, pero no sirve de forma adecuada para el fin de bajar de peso); ¿de cuanto fue el seguimiento? ¿Bajaron el kilo y medio en un mes o en 1 año?

    Me alivia el saber que si fue una situación de lenguaje, y que estamos de acuerdo en que una buena alimentación, ejercicio y cambios en la conducta son el mejor camino para bajar de peso. Todo esto asesorado y llevado por un buen médico. Porque difiero en eso de que es obvio que los obesos tienen la motivación de bajar de peso. Yo he visto como el mismo día que han preguntado y obtenido su plan para bajar de paso se van a compar tortas cubanas y quesadillas. O después de bajar 3 a 4 kilos en un mes o mes y medio lo recuperan porque hubo fiesta, bautizo, cumpleaños o lo que sea. Yo he visto mayormente que la gente que se compromete a bajar de peso es la que lo consigue. Obvio que no es regla general.

    Centinel dijo:Pero por los datos se ve que el ejercicio, por sí mismo, casi no adelgaza. Vale, en el titular no he puesto el “casi”, a efectos prácticos es parecido

    Si fuera otra situación te diría que es cierto que el «casi» no es mayormente importante, pero en situaciones de medicina esto es la excepción de la regla, y no la regla misma. En medicina no puedes decir «casi está embarazada», «casi es diabético» (aunque existe el término resistente a la insulina, no es ser casi diabético), o «casi es obeso». Poniéndolo de otro modo. Si se tratara de un medicamento sería terrible decir: «casi no tiene efecto», a decir «no tiene efecto». Por eso me saltó cuando entendí que afirmabas que el ejercicio no sirve para bajar de peso. Estoy de acuerdo si dices que el ejercicio por sí solo no sirve para bajar de peso. De acuerdo también, en que las dietas donde se mata de hambre a la gente no sirven para bajar de peso. De hecho termina haciendo más lento el metabolismo y paradójicamente provocando que no se baje. Como dice Rhay lo mejor es alimentarse en quintos, quitarse de la cabeza que hay alimentos «malos», lo malo no es comer pan. El problema es comerse 5 panes en el desayuno y 5 en la cena del tamaño de un plato extendido.
    La verdad no conocía la idea de «My plate» ideada por la administración Obama. Y vaya porquería que resultó. Es espantoso. Afortunadamente la Universidad de Harvard entró al quite e hizo algo más profesional. Aunque siguen considerando a las proteínas como si fueran un grupo alimentario.
    Finalmente no cuestiono tu experiencia. Mi obligación es creerte que has bajado 20 kilos sin pizca de ejercicio, pero no es lo recomendable. Incluso si has bajado de peso, por la cuestión de tonificación. Si se usa como regla bajar de peso (sobretodo en casos de obesidad) sin ejercicio es cuando quedan «brazos de abuela», o el abdomen «como si se hubiera ponchado una llanta», con la piel colgada. Así que con cuidado.

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  30. 11 enero, 2012 a las 17:01

    Bueno, en mi caso el endocrino está para enseñarme a comer y prepararme física y mentalmente para el by-pass gástrico que espero que me hagan a finales de este año. Creo que es motivo más que suficiente como para que haya un endocrino detrás…

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  31. 11 enero, 2012 a las 17:55

    Javier, aunque las pirámides sean un instrumento de salud pública, creo que deberían basarse por igual (e incluso más) en la ciencia, ya que afectan a muchísima gente. Lo de «hasta 11 raciones» de refinados no me lo he inventado, estaba en la pirámide (Bread, cereal, rice & pasta group, 6-11 servings) : http://en.wikipedia.org/wiki/File:USDA_Food_Pyramid.gif
    De acuerdo en que la alimentación no sólo es tema de gordos, pero yo estaba en ello, ya que el post era sobre obesidad. Y la obesidad sí es un problema de salud, cuya solución principal está, en mi opinión, en la alimentación.

    Efrain, interesante enlace sobre los edulcorantes, muchas gracias. Y siento decírtelo así, pero no me ha gustado nada este párrafo tuyo:
    «Porque difiero en eso de que es obvio que los obesos tienen la motivación de bajar de peso. Yo he visto como el mismo día que han preguntado y obtenido su plan para bajar de paso se van a compar tortas cubanas y quesadillas. O después de bajar 3 a 4 kilos en un mes o mes y medio lo recuperan porque hubo fiesta, bautizo, cumpleaños o lo que sea. Yo he visto mayormente que la gente que se compromete a bajar de peso es la que lo consigue.»
    Creo que tiene demasiados prejuicios, demasiado desprecio hacia los obesos y demasiados «yo he visto». No voy a debatir ese tipo de argumentaciones, porque me parecen totalmente equivocadas y esto se haría interminable.

    Sobre mi artículo sobre el ejercicio y el adelgazamiento, creo quien ha querido entenderlo, lo ha entendido. Mucha gente ha adelgazado alguna vez 10, 20 o 30 kilos cambiando la alimentación y sin hacer ejercicio. Muy poca, o nadie, los ha perdido haciendo ejercicio (normal) y sin variar la alimentación. Pero recomiendo fervientemente hacerlo con ejercicio. Yo desde hace años lo practico con frecuencia, aunque en su momento no lo hiciera. Sin más, quizás le estamos dando demasiadas vueltas…
    Sobre lo de que no hay alimentos malos, puede ser, pero algunos científicos no están tan de acuerdo:
    http://elcentinel.blogspot.com/2011/07/megaestudio-lo-que-mas-engorda-y-lo-que.html

    Rhay, sin duda tu endocrino es totalmente necesario. Mi reiteración se debe a que a menudo escucho a las mismas personas decir «para adelgazar hay que ir a un médico» y a continuación,. añaden, «para adelgazar hay que comer menos y quemar más». Quizás estoy demasiado sensibilizado…

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  32. J.M.
    11 enero, 2012 a las 18:37

    Conste que estoy interviniendo poco, pero leyendo todos los comentarios. Me encanta cuando un artículo da para un debate de nivel en lugar de para un cúmulo de descalificaciones.

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  33. Albireo
    11 enero, 2012 a las 18:43

    Pero, Centinel, ¿Cómo puedes afirmar: “Muy poca, o nadie, los ha perdido haciendo ejercicio (normal) y sin variar la alimentación”?.

    ¿En qué te basas?.

    Vale que niegues la evidencia del balance energético. Vale que creas que lo de pasar hambre no es el estado natural del hombre (incluso de cualquier animal) y que por tanto consideres que los gordos deben adelgazar sin suplicios de ese tipo.

    Pero que niegues la realidad de todos los equipos deportivos del mundo cuando vuelven de vacaciones veraniegas, la experiencia que todos hemos tenido viendo bajar nuestro peso según entrenamos,…no sé me parece que te pasas un pelín.

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  34. Efraín González Cruz
    11 enero, 2012 a las 19:03

    Centinel supngo que me faltó contextualizar el comentario con el cual no estás de acuerdo. Puede sonar a prejuicio, pero es que no es sólo encontrarme de casualidad a las personas comiendo mal. Debido a mi trabajo, la cual es médico esa fue una experiencia personal y directa. Coloqué esa experiencia como ilustración, pero no es la única que ha ocurrido. En aquella vez dí un plan de alimentación como a eso de las 5 de la tarde. Para las 9 de la noche, la misma persona estaba en un puesto de tortas con su hija, y no lo estaba comprando para alguien más. En otra ocasión una paciente ya había bajado entre 3 a 4 kilos en mes y medio, y por una fiesta regresó como a los 3 meses habiendo recuperado lo que perdió y ganado otros 3 a 4. Cuando se le cuestionó dijo que porque había regresado a su alimentación anterior con ayunos prolongados, sin desayunar, muchos carbohidratos, poca toma de líquidos, nulo ejericio. Son dos experiencias de muchas.

    También puedo decir con orgullo he tenido a gente que baja con constancia, y lo hace comiendo a sus horas, variado, suficiente, balanceado, con abundante toma de líquido y con un ejercicio aeróbico de acuerdo a sus actividades y capacidades, las cuales lo incorporan como hábito, y no solo para el momento.

    En ningún momento he escrito que los gordos son unos vagos, inútiles que se la pasan asaltando comida, como para sonar prejuicioso o despreciarlos. Eso es una percepción meramente tuya. Simplemente la mayoría, si no es que todas las personas con sobrepeso y obesidad que he tratado tienen malos hábitos muy arraigados aunque sean personas valiosas, trabajadoras. Sin embargo un compromiso no se queda únicamente en intentarlo uno o dos días, sino en incorporar hábitos sanos para el resto de la vida. Y tirar esos malos hábitos o bien introyectos es complicado si se intenta externamente. Para eso se necesita la cooperación de la persona.

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  35. Efraín González Cruz
    11 enero, 2012 a las 19:07

    Se me olvidaba. Supongo que estás bastante de acuerdo con la dieta basada en índice glucémico. Veo muchos enlaces que tratan de ello en las entradas de tu blog. A mi me agrada mucho. Sin embargo debe tomarse con sus reservas. Hay algunas cosas que no cuadran del todo, aunque los resultados son más que alentadores. Dejo un link de una revisión de Cochrane con explicación bastante extendida del tema de href=»http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion/dietas_de_bajo_indice_glucemico.pdf»>Dietas de bajo índice glicémico y por cierto muy favorables.

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  36. 11 enero, 2012 a las 19:50

    Albireo, creo que he indicado en un montón de veces que todo lo que decía se refería a no deportistas, si no ha quedado claro, lo vuelvo a repetir. De todas formas, y ahora hablo sin datos y probablemente me equivoque, me extraña que los deportistas bajen 20 kilos sólo con entrenamiento. Y para afirmar lo que dicho sobre adelgazar muchos kilos sólo con entrenamiento me baso en las evidencias más sólidas que de momento conozco (si alguien me da otras, bienvenidas sean) las comentadas reviews, Que por cierto, coinciden con lo que las experiencias a mi alrededor, conozco al menos a una decena de personas que en algún momento han adelgazado más de 15 kilos sin hacer ni una pizca de ejercicio. Pero ninguna que haya conseguido lo mismo sin tocar la dieta.

    Efrain, ¿y por qué crees que la gente vuelve a su antigua dieta? Eso le ocurre a muchísima gente, gente ilusionada por haber perdido un poco de peso, de repente lo tira todo por la borda. Insisto, le ocurre al 95% de las personas que siguen una dieta de restricción calórica. Entonces, ¿nos quedamos de brazos cruzados, diciendo «es que hacen caso»? Este enfoque no está consiguiendo resultados, pasan las décadas y aumenta la epidemia de obesidad. ¿Nos resignamos y lo achacamos a la baja condición humana o seguimos buscando soluciones?.¿Estás seguro que lo que tú defines como malos hábitos y buenos hábitos son los mejores? ¿Estás seguro de que el hecho de que estén arraigados es lo que hace que a la gente le cueste cambiar y vuelva a sus costumbres anteriores? ¿Es cuestión sólo de hábitos? Yo pienso que no, pero es mi opinión, claro. Si alguien lo hace con el tabaco, lo entendemos y lo achacamos al «mono» de la nicotina. El poder de la nicotina es terrible, se ha demostrado en infinidad de ocasiones. Creo que algo pasa con el sobrepeso que nos empuja a recaer y reincidir, más allá de costumbres y fuerza de voluntad. No coincido al 100% con los autores comentados de los libros y artículos comentados, Walter Willett, Vidal-Puig o Gary Taubes, pero ellos son los que más saben. Mucho más que nosotros.

    Muchas gracias por el enlace sobre el índice glucémico, muy interesante. Coincido contigo en que tampoco es la panacea ni está todo dicho sobre el tema, pero parece una buena vía. Aunque creo que hay bastante más, que irá demostrándose los próximos años, pero esto ya son conjeturas mías.

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  37. Albireo
    11 enero, 2012 a las 20:26

    Yo también me refiero a no deportistas. Me refiero a equipos de edad cadete y juvenil, por ejemplo. Me refiero a que la pausa estival produce que a su regreso, muchos chavales tengan que retomar la actividad deportiva (no de élite, repito) perdiendo peso a base de ejercicio aeróbico. Los adultos somos aun peor, por eso los gimnasios y piscinas hacen su agosto en septiembre.

    Podría decirse que no es la pausa deportiva sino las paellitas y merendolas lo que provoca el indudable, comprobable y conocido incremento de peso veraniego, puede ser, pero tu argumento es el contrario. Dices que es el deporte, y no su ausencia, lo que conduce a incrementar la ingesta diaria y por ende, a engordar.(¿)

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  38. Efraín González Cruz
    11 enero, 2012 a las 20:28

    Al igual que J.M. celebro el hecho que la entrada de lugar a un lindo debate, lejos de descalificaciones. De este modo sí me agrada participar.

    Centinel: ¿Porqué la gente vuelve a su antigua dieta? No hay una respuesta única. Cada persona dará respuestas diversas. Que le ocurre a mucha gente, sí. Por eso es importante la asesoría, de preferencia de algún nutricionista. ¿Para qué? Para que le diga que la pérdida de peso es progresiva, que habrá meses que no baje de peso, pero sí de talla, que no se pese de forma constante, que pueda hacer ajustes al plan de alimentación. En algún comentario se cuestionaba la utilidad del médico. Pues esa es. Si alguien tiene el conocimiento y disclíplina para que solo pueda hacer su manejo, adelante. Pero según mi propia experiencia, que puede no resultar como índice de medición satisfactorio para todos, las personas que bajan de peso un poco, y luego se enfrentan a cosas que no pueden explicar o manejar tiran todo por la borda, en eso estoy de acuerdo.

    Que yo recuerde, tal vez me equivoque, no he apoyado una dieta de restricción calórica. De hecho estoy de acuerdo que no es útil, ni aislada y muy poco en combinación con ejercicio. La estrategia principal es comer mejor. Muy general ya lo mencioné: a sus horas, evitando ayunos prolongados, en quintos, completa, balanceado, variada, higiénico y demás conceptos que aquí en México se engloban en «el plato del buen comer» (muy parecido al my plate de Harvard). Si por el peso de la persona debe haber restricción calórcia, pues ni hablar se tiene que recomendar. Apenas una colega atendió a una persona que mide 1.80 y peso 180 kg. Supongo que tiene que haber restricción calórica de alguna índole. No es decirle que coma solo verdura, una vez al día. Se hacen cálculos para determinar cuántas calorías le corresponden, y qué opciones de ejercicio tiene.

    La situación no es cruzarse de brazos o resignarse. Está muy bien buscar soluciones y ver opciones, pero como bien dices debe tener un fundamento. Desconozco si en alguno de los links que nos has facilitado venga información de estudios de personas que no hagan pizca de ejercicio, (que esté expresamente mencionado) y bajen de peso.

    ¿Qué si estoy seguro de que lo que consiero malos y bueno hábitos son los mejores, que el arraigo hace que la gente no cambie? La respuesta es sí. No entiendo la finalidad de la pregunta. No creo tener la absoluta verdad de las cosas. Estoy abierto a otras opiniones o evidencias. En cuanto a que es sólo cuestión de hábitos. La respuesta es no, y no sé de donde habrás tomado esa idea. Tiene que ver el metabolismo, la existencia de enfermedades, la motivación, la accesibilidad a asesoría médica, etc.

    Y no es sólo cuestión de sobrepeso y obesidad. Apenas salí a comer y me di el permiso de pedir un par de tacos de chicharron. Al lado de mi estaba un chico como de 25 años, el cual pidió un taco de papa. Hasta aquí todo va bien. El problema es que le dijo al taquero: «Es que no puedo comer cerdo». Dirán que todo tiene lógica. No cuando antes del taco de papa ya se había comido 2 de chicharrón. El chico para nada es obeso y desconozco porque no puede comer cerdo. Pero si sabe que no puede, ¿porqué lo hace? Eso es cuestión de idiosincracia y de hábitos. Aunque siempre estará la posibilidad de que pueda dar una «buena» explicación. Yo he escuchado tantas. La más conocida por mucho es: «No había otra cosa que comer»

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  39. Herbert West
    11 enero, 2012 a las 20:28

    Coñe Rhay, estás hecho un cromo 😀

    Espero que te vaya bien la operación y luego no tengas problemas. Eso si, si es la que creo que es luego nada de comer grasuña o te quedarás como un ecce homo.

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  40. Javier
    11 enero, 2012 a las 20:40

    Negar el balance energético es una burrada, yo sí creo que se puede adelgazar variando el ejercicio, sin tocar la dieta. Tantas calorías gastas, tantas calorías entran. Otra cosa es que después de correr 40 minutos te entre hambre y ansiedad por comer. Pero eso no invalida el balance energético. Y si una persona habituada a no hacer ejercicio comienza a practicarlo, lo más probable es que baje de peso. Es de cajón, la gente quema las calorías de los turrones en spinning en estas fechas.
    Lo de los deportistas no es un buen ejemplo, los deportistas consumen mayor cantidad de Kcal y también tienen mayor masa muscular dependiendo del ejercicio.
    Trastornos metabólicos aparte, una persona obesa ingresa más calorías de las que quema. Bien porque no quema nada y se tira el día en el sofá, o porque come demasido. Los que tienen que perder 20kg normalmente se debe más bien a lo segundo, por ello es lo que hay que corregir más a menudo. Una persona que tiene una buena alimentación, pero que debido a la inactividad ha engordado, la dieta no le va ayudar, tendrá que hacer ejercicio.

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  41. 11 enero, 2012 a las 20:57

    Bueno, Javier, te olvidas de los componentes genéticos de la obesidad…

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  42. 11 enero, 2012 a las 20:59

    Herbert West :
    Coñe Rhay, estás hecho un cromo
    Espero que te vaya bien la operación y luego no tengas problemas. Eso si, si es la que creo que es luego nada de comer grasuña o te quedarás como un ecce homo.

    Si lo más divertido es que nunca me ha gustado la grasaza… Pero claro, cuando tienes que perder un total de 85 kg como es mi caso (y ya he perdido 30, que no está mal), no hay otra forma que la de pasar por quirófano. Y la verdad, es que me preocupa más mi salud cardiovascular, mi hígado y mi propensión genética a la diabetes que el hecho de que me troceen el estómago, si te digo la verdad…

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  43. 11 enero, 2012 a las 22:03

    Javier, nadie niega el balance energético. Lo que niego es que en la práctica médica sirva para que la gente pierda peso.El problema está en que durante muchos años se nos ha enseñado que alguien engorda porque come demasiado. Es decir, que la causa de engordar es el hecho de comer demasiado. Pues claro, es evidente. ¿Y por qué comemos demasiado? Pues algunos expertos piensan que el comer demasiado no es la causa, sino el síntoma. Algo nos pasa que nos empuja a comer demasiado y, como consecuencia, engordamos. Ese «algo pasa» tiene diversas teorías.
    Una de ellas, la más popular, se centra en el tipo de alimentación y las hormonas. La naturaleza de ciertos alimentos (especialmente los carbohidratos refinados y siropes que utiliza la industria moderna para endulzar los alimentos), reforzado con la carencia de otros (especialmente proteínas, fibras y algunas grasas) hace que nuestras hormonas (en concreto la insulina, quizás también la leptina y otras), que son las que lo casi regulan todo, nos hagan tener hambre continuamente. Además «aceleran» o potencian enormemente el almacenamiento de grasa y para colmo bloquean su utilización. Todo esto está científica y rigurosamente demostrado, puedo facilitar bibliografía abundante. Pues bien, el síntoma es que no quemamos nada, estamos aletargados, nuestro metabolismo se ralentiza, pero siempre tenemos hambre. Es evidente que entonces comemos demasiado y quemamos poco, pero es que es inevitable, la bioquímica de nuestro cuerpo con ese tipo de alimentación nos empuja a hacerlo. Pero el comer demasiado y no quemar casi nada es el síntoma, la causa está en una fase anterior, en la naturaleza (que no la cantidad) de lo que estamos comiendo.
    Otras teorías, todavía en desarrollo, están investigando la obesidad como un proceso inflamatorio, cuyo origen está por determinar. Ya veremos cómo evolucionan.
    Diréis que soy un pesado, pero vuelvo a invitaros a leer los libros comentados. Que conste que yo no gano nada con todo esto, como veréis en mi blog prefiero hablar de astronomía, física, tecnología y otras cosas, y mis inquietudes profesionales están en otras disciplinas. Y quizás no esté bien decirlo, pero si alguno quiere alguno en formato ebook, el «prestar» libros es totalmente legal, lo haría encantado. Pero que no salga de aquí (moderador, si esto está fuera de lugar, bórralo, por favor). Rhay, si te defiendes con el ingles, alguno de ellos puede solucionarte muchos problemas, de veras. Para después de la operación, si es inevitable, pueden serte muy valiosos y cambiar tu vida.

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  44. Javier
    11 enero, 2012 a las 22:56

    Estoy de acuerdo en la importancia de hormonas como la ghrelina, leptina que provocan saciedad y en aquellas que regulan la movilización de grasas como la insulina, adrenalina,etc.
    Lo que critico es que digas que no se puede bajar de peso con el ejercicio físico, no todo el mundo con sobrepeso u obesidad tiene un desorden hormonal.

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  45. 11 enero, 2012 a las 23:42

    II Congreso y Feria de Alimentación Consciente

    – 11 y 12 de Febrero de 2012 en Barcelona –

    – Centro Cívico la Sedeta – C/Sicília, 321 – 08025- Barcelona –

    Hoy me llego un correo electronico invitandome a este congreso, y no tuve necesidad de pasar al segundo parrafo para que las alertas magufas se encendieran…

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  46. Merkzek77
    12 enero, 2012 a las 1:17

    Por supuesto que existe una cura milagrosa: ¡Es el té chino del Doctor Ming!

    Lo siento, no pude evitarlo 😆

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  47. Oscar
    12 enero, 2012 a las 3:52

    Intentaré resumirlo en una linea:

    Todo depende de lo sano que tengas el pancreas.

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  48. 12 enero, 2012 a las 8:52

    Daiko :
    II Congreso y Feria de Alimentación Consciente
    – 11 y 12 de Febrero de 2012 en Barcelona –
    – Centro Cívico la Sedeta – C/Sicília, 321 – 08025- Barcelona –
    Hoy me llego un correo electronico invitandome a este congreso, y no tuve necesidad de pasar al segundo parrafo para que las alertas magufas se encendieran…

    Buf, vaya sarao…
    Algunos contenidos son realmente prometedores:

    «El Código de la Luz, las extraordinarias propiedades de la luz como alimento y medicina» (medicina y alimento barato sí que es, nos podemos ahorrar una pasta en homeopatía y en el supermercado)

    «Los beneficios de mirar al Sol o Sungacing» (supongo que también hablarán del «beneficio» de quedarse ciego)

    «Ritmos planetarios y siderales» y «El Karma de Comer Animales» (me he quedado sin palabras…)

    Aunque lo que más me gusta es el obsequio para todos los asistentes: Una caja de perlas de Stevia y un Orgonite. ¿Lo segundo no tenía algo que ver con Supermán?

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  49. Albireo
    12 enero, 2012 a las 9:08

    J.M. :Conste que estoy interviniendo poco, pero leyendo todos los comentarios. Me encanta cuando un artículo da para un debate de nivel en lugar de para un cúmulo de descalificaciones.

    Efraín González Cruz :Al igual que J.M. celebro el hecho que la entrada de lugar a un lindo debate, lejos de descalificaciones. De este modo sí me agrada participar.

    ¿Que me he perdido?

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  50. 12 enero, 2012 a las 10:53

    Supongo que se referirán a que, como no hay magufos de por medio, se puede tener un debate civilizado entre personas civilizadas…

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  51. Jose Manuel
    12 enero, 2012 a las 11:20

    Bueno, yo voy a tocar un tema muy concreto, porque me afecta directamente, sin pretender con ello sentar catedra ni nada parecido, ya que no soy medico ni cientifico, como sabeis. Hablo desde mi perspectiva personal, fundamentalmente; pero creo que introducire algunos elementos interesantes para enriquecer el debate y el analisis de este asunto, que ha venido a partir de otro excelente articulo de J.M. ante el que siempre me quito el sombrero por su saber hacer y divulgar ciencia de la buena, de la de verdad.

    Parto del hecho de que por mis enfermedades crónicas (que van desde la celiaquia a la Fibromialgia, pasando por una severa insuficiencia cardiaca y una leve insuficiencia hepatica, amen de otras con riesgo de derivar en cancer de esófago una y testicular, la otra)) me obligan a un control medico regular.

    Uno de mis problemas es que he sido gordo desde que termine el servicio militar (en 1984). Y digo «ser gordo» porque estoy convencido de que la obesidad esta muy relacionada con una manera determinada basica de ser o de afrontar la vida; es decir, que tiene fuertes componentes psicológicos, aunque ignoro cuales en concreto, que incitan a comer de manera inadecuada (no necesariamente abusiva en todos los casos, sino desequilibrada nutricionalmente), amen de los factores geneticos y metabólicos que tambien se va comprobando que se dan en los casos de obesidad crónica, como ha sido el mio.

    Siempre estuve entre el limite del sobrepeso a la obesidad, llegando a pesar como maximo 100 Kg (mido 1,79 metros) y como media unos 94 Kilos. Actualmente, desde hace tres ańos, me mantengo sin problemas entre 78 y 80 Kilos, por primera vez desde 1985.

    He estado a dieta de endocrino en cinco ocasiones, logrando buenos resultados de perdida de peso, pasando hambre (eso si) a pesar de las cinco ingestas diarias, que eran muy complicadas debido a mi trabajo de 11 o 12 horitas diarias (entre 65 y 70 horas semanales; casi nada. Asi he acabado.) sin parar y en la calle (reparaba calderas de gas). El problema siempre fue que me era imposible psicológicamente y muy poco practico mantener las pautas del endocrino a medio y largo plazo, con lo que en un ańo, como media, estaba otra vez en torno a los 100 Kg.

    Habiendo introducido el tema en este comentario, sigo en otro yendo ya al grano de lo que queria expresar. (Ya sabeis que la brevedad, no es mi mayor virtud, precisamente 😀 ).

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  52. Jose Manuel
    12 enero, 2012 a las 12:09

    Y ahora viene lo que pude resultar polemico, porque me centrare en el tema del Dukan de marras.

    Hay mogollonn de falacias y mentiras sobre ese tema, que dificultan el analisis critico serio de la dieta que elaboró este medico frances, que no es endocrino ni dietista, dicho sea de paso y que, actualmente, esta claro que se ha forrado con la venta de su metodo por libro y por internet.

    Ya sabeis que no tengo intereses de ningun tipo en su dieta ni en nada en concreto, pues soy un incapacitado laboral sin soporte alguno, salvo el de mi pareja, de quien dependo por completo para mi manutención, siendo mi «profesión» actual unica la de «esposo y amo de casa» emigrado a Polonia (que no es muy estimulante como profesión ni como forma de vida, pero es a cuanto «la vida» y mis errores me han ido reduciendo).

    Me mantengo en esos 78-80 Kg. desde hace tres ańos desde que hice la dieta de Dukan.

    El objetivo de mi comentario no sera el promocionar la dieta de Dukan, sino aclarar varias mentiras que se dicen repetidamente sobre ella.

    En la actualidad se reduce (como en cada caso en que se haga como la explica en su libro) a algo para nada insano ni disparatdo nutricionalmente: comer con total normalidad, como me apetezca, seis dias a la semana; comer sólo proteinas un dia a la semana; beber a diario un minimo de dos litros de agua; tomar dos cucharadas soperas diarias de salvado de avena con un enorme vaso de agua (como aporte de fibra que ayuda a reducir la absorción de grasa a nivel intestinal y que produce sensacion de plenitud. En mi caso no uso la avena, por la celiaquia, sino una fibra que carece totalmente de gluten); media hora diara de caminata; prohibicion casi absoluta de usar ascensores (en Polonia no abundan, por otro lado)… y ya esta. Con eso basta para no haber vuelto a engordar. Y eso reza para mi, para mi pareja y para otras tres personas mas, amigos y de la familia de ella que la han seguido a la vez que yo.

    Si, ya se que es «a mi me funciona», pero mis tiros no van por ahi, sino por corregir falsedades manifiestas que se dicen sobre la dieta del medico gabacho ese, que afirman que es un disparate nutricional sin saber que lo de solo proteinas es sólo durante un maximo de cinco dias (en casos de obesidad muy marcada, ya que lo normal recomendado por Dukan son dos o tres dias, como maximo).

    Lo de sólo proteinas puras, que es lo que pone los pelos de punta a quien no se ha molestado en conocer la dieta tal como la recomienda Dukan, es sólo una vez en la vida, durante un minimo de dos dias y un maximo de cinco (yo hice cuatro dias) y siempre acompańado del resto de medidas que he descrtio que sigo a dia de hoy (que son de por vida).

    Luego, se pasa (tras cinco dias como maximo, en los que se pierden sólo algunos kilillos) a tomar verduras un dia si y uno no durante un tiempo no muy largo (en mi caso fueron menos de dos meses). Y tras esta fase, se introducen de manera controlada los hidratos de carbono, frutas y algunas grasas.

    Esta fase dura varios meses, pero en ella no falta ningun nutriente indispensable en absoluto, habiendo incluso un dia en que puedes cenar de todo a placer hasta reventar si te apetece. Esas tres fases previas, a mi pareja y a mi, nos llevaron siete meses en total, en los que solo los dos y medio primeros hubo restricciones severas de azucares, grasas y, en menor tiempo y medida, hidratos de carbono. En todo ese tiempo, a pesar de mis enfermedades, los medicos no detectaron alteración alguna en mi salud, salvo una maracada bajada de mis altos niveles de colesterol y de trigliceridos, que les llevó a reducirme la dosis de estatinas que tomo.

    Se mantiene el dia semanal de sólo proteinas de por vida.

    En ninguna fase hay restricción alguna de cantidades de comida diaria, sólo de determinados tipos de alimentos durante temporadas que no ponen en riesgo a una persona con una salud normal en cuanto a niveles previos de nutrientes y bajo control medico en caso de problemas de salud (yo la segui con permiso y supervisión de mis medicos, dos de los cuales conocian la dieta de Dukan y no la consideraban peligrosa; entre ellos, mi endocrino, que no la «conocia» solo de oidas, como es lo habitual).

    Sinceramente, no se donde esta el disparate y el enorme peligro para la salud de seguir estrictamente (como repite Dukan hasta la saciedad cada pocas paginas) ese esquema, en el que la alimentación equilibrada o, al menos, normal de cada persona, se restituye en breve tiempo y en ningun caso se mantiene el disparate de comer sólo proteinas y la supresion de los hidratos de carbono durante un tiempo prolongado.

    Y eso era lo que queria puntualizar, pues me indigna el que se hable tan a la ligera, desde el desconocimiento evidente, de algo que al final no es ni tan irracional,ni peligroso en aboluto, independientemente de que tenga o no base cientifica clara (cosa que ignoro, pues desconozco el tema nutricional lo suficiente para evaluar su rigor cientifico, la verdad).

    Si quereis, podeis pasar del «a mi me funcionó», pues no es lo que queria enfatizar en mis comentarios. Pero el esquema de desarrollo de la dieta de Dukan es el que os he explicado aqui en breve y no supone ningun disparate ni peligro desde el punto de vista de la salud, salvo para personas con problemas especificos de salud, cosa de la que el propio Dukan (que es medico de verdad, ademas de, en la actualidad, comerciante con su dieta, que se ve que le da mas pasta gansa que la medicina) advierte en su libro, recomendando ponerse previamente en manos del consejo del medico. Para personas previamente sanas, con excepcion de la obesidad leve (no la mórbida), es segura, aunque quizas no funcione a todo el mundo de igual manera que a mi y a quienes conozco que la hemos seguido.

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  53. 12 enero, 2012 a las 12:29

    Jose Manuel, gracias por contarnos tu experiencia. Sin entrar a debatir en concreto sobre Dukan (yo ya he dicho por arriba mi opinión), sí quiero darte la razón en dos cosas:
    – Mucha gente habla y mete miedo sin conocer detalladamente la otra versión. He leído críticas alertando de mil y un males sobre algunos estilos alimenticios y dietas, de mano de gente que ni siquiera se había leído el libro correspondiente. Si les preguntas ¿te has leído el libro? «No- responden-, pero ya sé que es tal y cual»… la mitad de las cosas, falsas o distorsionadas. Como tú dices, de oídas. No se si esto es universal, pero a veces en España juzgar sin saber es el deporte nacional.
    – Si el proceso que sugiere Dukan en su dieta (porque realmente es un proceso) fuera peligroso en alguna de sus fases, estoy convencido que ese peligro es mucho menor que seguir tu vida con 20, 30 o 40 kilos de más.

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  54. Efraín González Cruz
    12 enero, 2012 a las 16:06

    Felicitar sinceramente a José Manuel por haber bajado a un buen peso, y sobretodo por mantenerlo.

    La teoría de la inflamación como causa de obesidad es algo que cada vez va captando más adeptos. Es la famosa dieta de la zona. Aquí en México tuvo mucha difusión porque trataron al hombre más obeso del mundo, un chico de la ciudad de Monterrey, el Señor Manuel Uribe Garza, el cual llegó a pesar 597 Kg. Le perdí la pista, pero hasta donde supe, sí le funcionó esta dieta. No conozco los detalles de la misma, así que no me atrevería a decir cosas a favor o en contra.

    Centinel Yo sí te agradecería si pudieras postear la bibliografía que trata del efecto por parte de los carbohidratos y hormonas de perpetuar el hambre. De primera instancia tengo algunas dudas. La principal es que todos estamos expuestos a los mismos alimentos, y no a todos nos produce ese efecto, pero es cosa de revisar los datos. A mi me gustan las papas fritas, pero las como más o menos cada 15 días si bien me va, y no estoy con el fenómeno de habituación, o aún menos de adicción. Por cierto en el siguiente post haré algún comentario acerca de un estudio que nos facilitaste, para fundamentar la postura de que sí hay alimentos malos. El más «malo» de hecho fueron las papas fritas.

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  55. Efraín González Cruz
    12 enero, 2012 a las 17:14

    El artículo que Centinel nos facilitó a través de su blog llamado: «Changes in diet and lifestyle and long-term weight gain in women and men» es un muy buen artículo. Muy completo porque el universo de personas estudiado fue amplio, un total de 120,877. El seguimiento fue a largo plazo (20 años), y porque dentro de los criterios de inclusión estuvieron, la ausencia de enfermedades crónico-degenrativas, y que las personas no tuvieran sobrepeso u obesidad. El objetivo (supongo, no encontré el apartado: «Objetive») es correlacionar diferentes variables como tipo de alimento, y algunos estilos de vida (ver televisión, actividad física, ingesta de alcohol, duración del sueño y tabaquismo). Utilizaron como herramienta de análisis estadístico la regesión lineal múltiple, que sirve paar relacionar diferentes variables con el factor a estudiar (No creo que haya una mejor herramienta para evaluar este estudio, pero por más que correlacionemos variables, no quiere decir que esas sean las causas).

    Hay muchas cosas que se pueden comentar, pero lo que quiero resaltar es lo siguiente: Hay por ahí una tabla donde se relaciona la ganancia de peso de cada una de las cohortes en un periodo de 4 años con al aumento en la ingesta de algunos alimentos. El que mostró causar más ganancia de peso fueron las papas a la francesa, con la siguiente estadística 6.59 (4.35 a 8.83). Tomando en cuenta la herramienta estadística, y si no la malinterpreto porque la estadística no es del todo lo mio, quiere decir que hubo una ganancia promedio de peso de 6.59 libras en esos cuatro años con un intervalo de confianza del 95%, encontrándose esta cantidad de nuestro universo entre 4.35 a 8.83 lb. La significancia estadística (p) fue de <0.001, por lo que esto no se puede atribuir al azar.

    El problema es saber ¿qué consieran aumento en la ingesta de alimento? Ellos dicen: "El incremento en el consumo fue definido como un incremento en el número de porciones por día de todos los ítems excepto grasas trans (un incremento en el porcentaje de energía) y consumo de alimentos fritos en casa o fuera de casa (un incremento en el número de porciones por semana". Es decir, según entiendo que para fines del estudio fue igual comer 2 veces al día (o a la semana) papas, o comer 30 veces. Sólo indica incremento en las porciones, y como 2 ó 30 son más de 1, ambas entran como incremento en el número de porciones.

    Otro problema se cosideró en las mismas conclusiones, dicen: "Nuestro estudio tiene algunas limitantes. Aunque se especificó en los cuestionarios el tamaño de las porciones, residualmente, las diferencias no medidas entre el tamaño de las porciones entre participantes pudieron contar independientemente para efectos del balance de energía" Es decir que puede que en el cuesionario les dijeron que una porción de papas fritas es 200 g, pero si la persona se comió 500 g y eso lo contó como una porción no pueden saber cómo afectó en la ganancia de peso.

    Otra cosa más. En este estudio se relacionó mayormente la ganancia de peso porque los alimentos con más cantidad de carbohidratos y harinas refinadas provocan que haya menos saciedad, por lo que después se vuelve a comer más cantidad de los mismos y de otros alimentos. Entonces no es que sean adictivis, sino que no logran que se llegue a la saciedad. Si eso es verdad, y la gente usó las porciones que quiso se terminó en un círculo vicioso, al comer más alimento igualmente considerando las porciones que quiso. Es decir el problema es la cantidad ingerida, y no el alimento como tal. Por eso quienes comieron mayormente vegetales y harinas integrales tuvieron baja de peso. Ahí mismo dicen que no es que no se apliquen las leyes de la termodinámica, pero bajaron al sentirse saciados, por lo que no estuvieron comiendo un mayor número de veces.

    En fin. Esto confirma lo que algunos habíamos escrito en los comentarios. Los alimentos no son los "malos". Lo malo son las porciones y la cantidad. Claro, es mi interpretación del artículo.

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  56. 12 enero, 2012 a las 17:22

    Efraín González Cruz : La teoría de la inflamación como causa de obesidad es algo que cada vez va captando más adeptos. Es la famosa dieta de la zona. Aquí en México tuvo mucha difusión porque trataron al hombre más obeso del mundo, un chico de la ciudad de Monterrey, el señor Manuel Uribe Garza, el cual llegó a pesar 597 Kg. Le perdí la pista, pero hasta donde supe, sí le funcionó esta dieta. No conozco los detalles de la misma, así que no me atrevería a decir cosas a favor o en contra.

    Por lo que he encontrado, había perdido unos 250 kg con una dieta personalizada hecha por un especialista, pero no he encontrado nada más. No especifica, sin embargo, que haya perdido tanto peso con la Dukan. Según la sacrosanta wikipedia, dice literalmente En 2010 logró bajar entre 230 y 250 kg con ayuda médica y una dieta especializada.

    En cualquier caso, no entiendo cómo las autoridades sanitarias mexicanas no metieron mano en este asunto. Este hombre tiene un problema de salud gravísimo, y en pocos casos he visto más justificado el by-pass gástrico, la verdad…

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  57. Jose Manuel
    12 enero, 2012 a las 17:43

    Yo ví un documental en la tele polaca sobre ese joven mejicano y en él se decía que hizo todo bajo estricto control médico, pero el documental no mostraba el resultado final, sino sólo hasta que perdió muchísimo peso y pudo salir por primera vez en años a la calle, transportado sobre una camioneta adaptada al efecto. Los gastos, al parecer, los asumió una cadena de televisión a cambio de cederles el afectado un reportaje exclusivo sobre su caso.

    La dieta no era de Dukan, sino una específica para él y su caso extremo, que decían que terminaría en cirujía estomacal, sin concretar mucho más, al cabo de unos cuantos meses en que debería seguir con dieta y ejercicio progresivo.

    La de Dukan es una dieta generalista, no personalizada y no se basa en eso de la inflamación, sino en aumentar durante un tiempo el consuno de proteinas (que exigen mayor gasto energético para ser digeridas, por lo que una parte considerable de su contenido calórico se gasta en el proceso digestivo); reducir las grasas, aumentar el ejercício moderado (caminatas y tratar de no usar el ascensor salvo en caso de verdadera necesidad); suspender temporalmente la ingesta de carbohidratos y de azúcares (lo que incluye a una cantidad de frutas) y luego mantener un dia semanal de por vida de sólo proteínas y mantener el ejercicio, la fibra, los dos litros de agua y erradicar en lo posible las patatas fritas, reducir el número de fritos y cocinar más a la plancha y en papillote, dejando el resto de la dieta y hábitos alimenticios al gusto, criterio y costumbre del que hace la dieta.

    Nada que ver con la dieta del joven mejicano. La de Dukan no es válida para obesidad mórbida.

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  58. Efraín González Cruz
    12 enero, 2012 a las 18:58

    Lo pregunto porque en realidad no sé la respuesta. ¿La dieta Dukan y la de La Zona del Dr Barry Sears son la misma? Hasta donde yo sé no es así. Y la que se le aplicó a este señor fue la del Dr Sears, en donde expesamente achacan el origen de la obesidad a factores inflamatorios. Tecleen dieta de la zona y en su página dicen sus bases. Insisto en que no conozco mucho de este tipo de alimentación, así que no podría aunar mayormente.

    Revisando el caso del señor Uribe Garza declaró en 2008, que los médicos que lo estaban atendiendo le dijeron que a raíz de una operación mal practicada (sea lo que sea que signifique eso para los médicos) a la que se sometió 2 años atrás se le ocasionó una inflamación que empeoró su obesidad. Desconozco si se le practicó bypass gástrico o se le colocó banda gástrica, pero la verdad no creo que le hayan hecho el bypass porque él no quería de hecho someterse a cirugía, menos lo iba a hacer con una operación irreversible.

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  59. 12 enero, 2012 a las 19:07

    Efrain , los mejores libros que hay al respecto son Why we get fay and what to do about it y Good Calories, bad calories, de Gary Taubes. No sé si en este enlace hay algo… : http://www.megaupload.com/?d=EGVC7UXE
    El estudio sobre los alimentos tiene el valor que puede tener un estudio de ese tipo. Pero es interesante. No estoy muy de acuerdo contigo en que sólo sea cuestión de porciones, separar un alimento de las porciones es un poco irreal. En la vida real lo que ocurre es que de una sentada nos comemos una bolsa enorme de patatas o de palomitas. ¿Cuantos comemos unas pocas y dejamos el resto para después? Pero a comerse de una sentada el equivalente calórico en brócoli no hay quien se atreva.
    Ya sé que no es ciencia, pero alguien cercano tras leer el artículo dejó de comer patatas (comía bastantes, creo) y en un par de meses ha perdido 7 kilos. Le vino bien…

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  60. Jose Manuel
    12 enero, 2012 a las 20:44

    En relación directa ya con el tema específico del artículo de J.M. sí he de decir que en mi caso, tras detectar que era celíaco y suprimir el glúten, perdí dos kilos en pocos días; pero ni uno más. También perdí algo de barriga, al dejar esta de estar hinchada permanentemente por la producción de gases y putrefacciones a causa de la alergia al glúten. Se me aliviaron dolores de cabeza y articulares, mejoró mi sueño y mis digestiones, dejé de ir hasta seis veces diarias «al trono de Roca» y otras cosillas muy recomendables; pero de adelgazar como una modelo, nada de nada.

    Por tanto, según mi experiencia, sumada a las evidencias y argumentos de base científica del artículo, se puede afirmar que eliminar intolerancias alimentarias reales o más falsas que un euro de madera, NO es un método de adelgazamiento. Como mucho, podrás retener menos líquidos y dejar de acumular gases intestinales como un globo (lo que siempre es de agradecer y te hace estar menos hinchado); pero nada más 🙂

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  61. Efraín González Cruz
    12 enero, 2012 a las 21:49

    Apenas escuché que Nature realizó un estudio donde mencionan el descubrimiento de la hormona denominada irisin, la cual se supone que ayuda al incremento en el gasto energético. La situación aquí es que esta hormona aumenta después de la realización de ejercicio. Espero revisar posteriormente, ya que es hora de retirarme del internet. Si a alguien más le atrae el tema agardecería comente de qué trata esto.

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  62. Herbert West
    14 enero, 2012 a las 0:12

    Rhay, nada más lejos de mi intención que dar a entender que te hartes a grasas, sobre todo porque no te conozco en persona.

    Sólo era una advertencia para después de la operación (si es la que creo que es) que supongo ya te dará o te habrá dado tu endocrino.

    Pido disculpas por si ha parecido otra cosa.

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  63. 16 enero, 2012 a las 15:05

    Me gustaría hacer algunas aclaraciones sobre lo que dije en #9:

    Cuando referencié la pirámide alimentaria, era consciente de que las hay de varios tipos, pero todas tienen en común varias cosas, como ejemplos claros, los siguientes:

    – Abundancia de cosas como cereales, frutas y verduras en la dieta.

    – Escasez de grasas animales en la dieta. Bollería industrial, ni olerla.

    Si alguien con sobrepeso mantiene hábitos de por vida, que por sentido común son saludables, a medio plazo verá resultados y al final alcanzará un peso más acorde con sus deseos. Porque digan lo que digan, a todos nos gusta vernos bien. Por otro lado, seguro que habrá casos en los que la pérdida de peso sea especialmente difícil, pero el balance energético está ahí. Pienso (y dejaremos un porcentaje para los fenómenos inexplicables) que en el 99% de los casos, la gente con sobrepeso come más de lo que debería (y de las cosas a las que no debería ni acercarse) y se mueve más bien poco. He visto muchas veces que querer es poder, y los que son constantes consiguen cosas (no solo con ejercicio). También he visto a familiares y amigos con tendencia a la obesidad, que la mantienen a raya, o no, dependiendo de sus ganas y su motivación.
    Repito, puede que haya casos verdaderamente extraños, pero la inmensa mayoría de las veces, mantenerse en forma está al alcance de todos, aunque es cierto que algunos les costará más que a otros.

    Saludos

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  64. 16 enero, 2012 a las 16:01

    Selfish, seamos realistas: estos consejos que tú dices son los que se llevan pregonando las últimas décadas. ¿El resultado? cada vez hay más gordos. Muchos más.

    Ante esta situación, podemos:

    a) Quejarnos y decir que la gente es como es, y rezar para que cambie y sea más obediente.
    b) Aceptar que cuando un tratamiento no funciona, no es culpa del paciente. Es que el tratamiento no es eficaz para las circunstancias en las que se aplica.

    Por otro lado, podemos preguntarnos cual es la ciencia que hay detrás de algunas de esas pirámides. Es que en algunos casos, no la hay. Y en otros casos, unas se han copiado a otras.

    Los consejos que das creo que no son suficientes. Ni siquiera correctos, en mi opinión. Si yo tuviera que dar unos, serían estos:

    http://elcentinel.blogspot.com/2012/01/10-cosas-sobre-alimentacion-y-salud-que.html

    Basándome en la ciencia más actual, no en elucubraciones. Que no quita que dentro de unos años, cuando haya nuevos descubrimientos, sean otros.

    De cualquier forma, si fuera tan fácil y las normas estuviesen tan claras, los mayores expertos del mundo no tendrían tantas dudas, como nos dice el endocrinólogo de la Universidad de Cambridge Vidal-Puig en esta entrevista:
    http://xlsemanal.finanzas.com/web/articulo.php?id=71018&id_edicion=6527

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  65. 16 enero, 2012 a las 17:03

    Muy bueno tu enlace, centinel 😉 De hecho es muy difícil no estar de acuerdo con los 10 puntos que expones, pero lo que yo intentaba era decir que simplificando los consejos al máximo, se consiguen resultados. Quizá no inmediatamente, pero se consigue.

    Creo que el problema no son los consejos, sino que NO se siguen. Creo que es más un problema de pereza mental, que de gula. Lo que quiero decir es que si cada vez hay más gente con sobrepeso (que no lo sé), pienso que es por la inmensa cantidad de basura que se consume, unida a la creciente fobia a las escaleras o a aparcar lejos. Una cosa que se debería eliminar directamente de la dieta es esa atrocidad llamada postre, el remate de una comida que por lo general suele estar mal planteada. Mientras haya comidas copiosas, regadas con coca light, rematadas con su postre y recontrarematadas con un sofá, pues seguirá habiendo sobrepeso. Estoy seguro que eliminando cuatro cosas ya se consiguen resultados.

    Es un hecho que si quieres, por ejemplo, correr más, tienes que entrenar, independientemente de que a unos les cueste más que a otros.

    Saludos

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  66. 16 enero, 2012 a las 17:07

    Por supuesto me refería especialmente a los postres tipo tarta de queso, stracciatella, helado…
    Esas cosas tan «ricas»

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  67. Efraín González Cruz
    16 enero, 2012 a las 20:12

    El tema de recomendar o no tipos distintos de dietas a la «oficial» por ponerlo así, me parece bien. Estoy de acuerdo en que si con el modelo actual de recomendaciones alimentarias, no se ha conseguido reducir los niveles de obesidad se busquen otros esquemas.

    Hay sin embargo otra situación que me preocupa mucho, y es el tema de la responsabilidad. Coloco estractos de la entrevista realizada al Dr. Antonio Vidal Puig del enlace que nos brindó Centinel>/b>:

    …Para él, la tendencia de nuestro cuerpo a almacenar calorías en forma de grasa es fruto de una adaptación de nuestro organismo al entorno. «De hecho, fue muy útil a nuestros antepasados prehistóricos. En aquellos tiempos, en los que se alternaban periodos de abundancia y de escasez, el organismo desarrolló unas células especializadas, los adipocitos, capaces de almacenar calorías en forma de grasa en épocas de bonanza para luego poder recurrir a esos depósitos en los momentos de penuria. Esa capacidad supuso una enorme ventaja de supervivencia a lo largo de miles de años. El problema es que, en la actual superabundancia de alimentos y sedentarismo, esas calorías almacenadas nunca llegan a consumirse».

    La pregunta aquí sería. Si el problema de que actualmente el ser humano almacene grasa es por una cuestión de adaptación al medio, porque a nuestros antepasados les servía para mantenerse calientes. ¿Porqué no todos somos obesos?

    La primer parte de la respuesta la dice claramente:

    «Porque esas calorías no se consumen debido a la superabundancia de alimentos.»

    Es decir que hasta el momento, según he entendido no dice nada distinto a lo que sabemos. Hay más obesidad porque hay exceso de alimento y no se consumen las calorías almacenadas. La segunda parte que encuentro como respuesta es perturbadora. A la pregunta de ¿Porqué la obesidad es más que un problema de kilos?». El médico responde:

    Hay que concienciar a la gente, e incluso a algunos médicos, de que la obesidad es una enfermedad real. Que los pacientes obesos no son ni caprichosos ni perezosos ni personas sin voluntad. Simplemente no han tenido suerte. Los mismos genes que ayudaron a sobrevivir a sus antepasados durante 50.000 años en épocas de escasez hoy les suponen una desventaja. De alguna manera, los delgados deberían considerarse gente con suerte, porque, por alguna razón, sus genes lograron sobrevivir en épocas de escasez y ahora esos genes los protegen. En cualquier caso, al paciente obeso no le queda más remedio que desafiar a sus genes y mantener una lucha continua. En esa lucha, la ciencia y la sociedad deben proporcionarle toda la ayuda posible.

    Básicamente (y de veras que no quiero frivolizar la respuesta) el problema de la obesidad es de mala y buena suerte, porque los obesos heredaron genes que los hacen obesos y los delgados heredaron genes que los hacen delgados. Y esos genes que ayudaron a dar calor en épocas prehistóricas conllevan problemas a parte de la población y a otra no. ¿Porqué? Por mala suerte. No niego el factor genético de la obesidad. Es muy real, pero no es el único. Cualquiera debe tener experiencias de personas delgadas en familias de obesos y viceversa.

    Estoy de acuerdo en la parte que dice que los obesos no son caprichosos, perezosos o sin voluntad (al menos necesariamente). Tampoco es que los delgados sean todos activos, despiertos y propositivos (hay muchos que son unos flojonazos de primer nivel). Pero de eso a trasladarle la responsabilidad de su enfermedad a la mala suerte puede atraer problemas. Lo explico en otro post.

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  68. Efraín González Cruz
    16 enero, 2012 a las 20:29

    ¡Qué caray! Se quedó todo en negritas. Espero me pueda echar la mano algún administrador para corregirlo. Se me barrió el código html y no cerré negritas bien.

    Continuando con el tema de responsabilidad. Mi punto de vista es que si una persona con una enfermedad se queda con la idea, de que el origen es completamente externo (cuanto más en la obesidad) quiere decir que aunque coma bien o mal de todos modos no depende de él, y seguirá siendo obeso. Entonces aquí cualquier régimen de alimentación sale sobrando. No es provocar culpa o regañar al paciente, pero sí es conscientizarlo que las acciones que realizó y realiza repercuten. Por lo mismo si realiza acciones para el cuidado de su salud, también tiene el control de revertir la enfermedad. Espero darme a entener. Sé que hay enfermedades que para que vean, no tiene ninguna culpa el paciente. No hizo nada «mal». Simplemente apareció. Pero si traslado el concepto de «no responsabilizar» a otra enfermedad, más «sencilla» como un resfriado, y digo: «Usted no tiene nada que ver, no importa si no come bien, si no consume vegetales, si se expone a cambios bruscos, si estuvo expuesto a otros enfermos y le estornudaron en la cara, si no toma agua. Toda la culpa es del bicho que lo contagió» Para mi modo de ver las cosas es decirle que la próxima vez siga sin cuidarse. Pero si le dimensiono que tuvo responsabilidad en su enfermedad, y que con cuidados puede reducir la posibilidad de volverse a enfermear es más probable que lo tome en cuenta.

    Por otro lado quisiera preguntarte Centinel ¿De qué estudio es el gráfico que presentas en tu blog? En tu intervención anterior nos linkeaste tu página. En esa entrada colocas un gráfico de barras que ilustra que a menos calorías hubo mayor aumento de peso, pero no encuentro el gráfico en el estudio que referencias. De hecho se trata de otra cosa (de aparición de enfermedades crónicas mayores en mujeres que siguieron las recomendaciones alimentarias de la época. Vieron que no hay diferencias, pero ese gráfico no lo encuentro.

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  69. elcentinel.blogspot.com
    16 enero, 2012 a las 22:00

    Este es el estudio:

    Haz clic para acceder a 1214.full.pdf

    El gráfico está tomad tal cual del libro The Smarter Science of slim, está retocadillo para exagerar el efecto, pero las conclusiones son reales. Los datos están en la Table 2.

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  70. 16 enero, 2012 a las 22:52

    Respecto a la responsabilidad del funcionamiento de las medidas preventivas, creo que uno de los problemas es que esa valoración a menudo la hace la gente que, como dice Vidal Puig, tiene unos genes bastante afortunados. Y claro, a ellos, cuya tendencia a engordar y cuyo metabolismo es mucho menos extremo, piensan que si ellos han podido hacerlo, por qué no el resto. Lo expliqué en esta entrada:
    http://elcentinel.blogspot.com/2011/06/por-que-los-delgados-no-deberian-dar.html
    Pero cuando te han tocado los genes «chungos», sabes de lo que se habla.

    Por otro lado, analicemos datos: ¿Es que millones y millones de de personas de todo el mundo tienen poca fuerza de voluntad o son unos irresponsables? ¿Es que gente obesa y con grandes logros, que seguramente se han esforzado en su vida como nadie para conseguir algunas cosas (Por ejemplo, Oprah, Caballé o Pavarotti) son unos blandos con la comida?

    Yo creo que cuando te toca un cuerpo complicado, si la alimentación tiene algunos ingredientes «tóxicos», por llamarlos de alguna manera, y además alguna carencia que otra, lo tienes difícil. Tu cerebro hará que tus ansias te superen y a largo plazo tendrás todas las de perder. Algunos, cuyos genes son menos retorcidos, pensarán que es problema tuyo, porque a ellos les será fácil de controlar. Pero están equivocados.

    Sólo tienes posibilidades de ganar si eliminas esos ingredientes dañinos y suplementas las carencias. Pero es que nadie nos enseña a hacer esto y las directrices genéricas están totalmente equivocadas, porque lo dañino seguro que no son las grasas saturadas ni la carne. Y es lo que muchos siguen repitiendo.

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  71. Efraín González Cruz
    17 enero, 2012 a las 17:35

    Acerca del gráfico linkeado del libro Smart Science of slim. Depende de cómo se quieran analizar los datos. Tomando en cuenta la tabla 2 del artículo tenemos los siguientes gráficos (espero que salgan bien):

    IMG SCR=»C:\Documents and Settings\H&B\Escritorio\HEI-F.JPG»/>

    Si únicamente comparamos las gráficas de IMC con Calorías es evidente que muestra que ante más IMC menos calorías consumidas, pero si comparamos IMC con HEI-F (índice de alimentación saludable)nos muestra que ante menor puntaje del HEI-F (mientras menos puntos, peor alimentación) hubo mayor IMC. Con un HEI-F menor, lo que se nos dice es que son personas que casi no consumen cereales, verduras, frutas, leche y derivados; y en cambio consumen muchoS embutidos, refresco y dulces. El índice es el siguiente

    Por lo tanto vámos a lo mismo. El problema no es el alimento sino la cantidad. Por más que se relacione el IMC con las calorías, si esas pocas calorías son por no comer absolutamente nada de vegetales, frutas o cereales enteros la gente estará obesa.

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  72. Efraín González Cruz
    17 enero, 2012 a las 17:38

    Vaya con la complicación de usar html. En fin, la tabla está en el artículo que nos envió Centinel y la explicación de mi punto de vista va en relación a lo que ya expliqué. Me hubiera gustado que se viera en imagen, pero insisto que algunas cosas se me complican.

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  73. Efraín González Cruz
    17 enero, 2012 a las 17:57

    Leí los puntos del blog de Centinel>/b> «Porqué los delgados no deberían dar consejos a los gordos». Sin pretender ser reduccionista, pero todos los puntos los puedo resumir en: «Tú no opines porque eres delgado». «Tú eres delgado por suerte (genética), por lo tanto no es ningún mérito ser delgado». Es el mismo argumento que he escuchado en temas tan serios o tan banales como se quiera.

    Por ejemplo: Tema serio. «El aborto» (es un ejemplo y no pretendo desviar el tema a post interminables dando su postura acerca del aborto. «Sólo las mujeres tienen derecho a opinar, porque son ellas las que se embarazan». Es decir, dejémos fuera al padre, aunque tuvo que ver para ese embarazo. Todos los científicos, médicos, psicólogos, juristas varones, etc no tienen porqué opinar.

    Tema banal: «Futbol». Es muy común escuchar de algún jugador: «¿Porqué opina si nunca fue jugador profesional? Es decir, técnicos, estudiosos del futbol, comentaristas, aficionados que nunca fueron profesionales no tienen porqué opinar.

    Entiendo que en una comparación siempre se encontrarán elementos para decir que ésta es inadecuada (pero por eso es comparación). Aquí el punto a asemejar es que personas que han estado inmersas en un tema le digan a otras que no tienen derecho a opinar, porque no tienen sus mismas experiencias. De hecho hay que usar la empatía (uno de los puntos pedidos en dicha entrada del blog) para poder opinar, aconsejar, animar, consolar a otra persona aunque no tengamos sus mismas experiencias. Es como si en este blog cada uno dijera: «Yo soy biólogo/ingeniero/médico/abogado/actuario/etc, y quien no lo sea no puede opinar».

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  74. 17 enero, 2012 a las 18:42

    Creo que te estás contradiciendo, Efraín. Precisamente lo que dice ese gráfico es que lo que importa para no engordar es el tipo de alimento que comes, no la cantidad. Las que más comen (más calorías), engordan menos. Las que menos comen (menos calorías) engordan más. El problema es que la que menos comen, comen mal.

    Por otro lado, comentar también que ese índice tiene algún punto polémico y con el que no todos los científicos están de acuerdo. Por ejemplo, en la Table 1 se indica que para ser saludable el máximo de colesterol a ingerir debe ser de 300 mg por día. Es una recomendación de EEUU, sin embargo en Europa y Asia no se promueve, porque montones de estudios han demostrado que el colesterol en dieta no afecta a los niveles de colesterol en sangre ni tiene riesgos cardiovasculares. En este estudio tienes una reflexión al respecto:
    http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20683785
    Por otro lado, se recomienda un máximo del 10% de grasa saturadas, otro aspecto polémico, porque los alimentos no tienen grasas saturadas o insaturadas, sino una mezcla muy diversa. Y además, tal y como se comenta en este enlace, el tema de las grasas saturadas sigue siendo una asignatura pendiente, con pocas pruebas para hacerlo culpable de nada:
    http://www.ajcn.org/content/93/4/684.long

    Sobre los delgados… creo que no has entendido el artículo, o no me he explicado bien. Lo que digo en el mismo es que casi siempre los delgados opinan basándose en su propia experiencia, y eso ni es ciencia, ni es justo, ni vale para nada.

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  75. 17 enero, 2012 a las 18:46

    Perdon, quería decir «los delgados dan consejos basándose en su propia experiencia…».

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  76. 17 enero, 2012 a las 19:07

    Algo más respecto al HEI, que al final no he dicho: En mi opinión es un índice que no vale para nada, ya que está basado en la antigua pirámide alimentaria del departamento de agricultura americano y que ya nadie recomienda. Y el índice español, pues igual de mal.

    Si quieren que eso tenga algo de fundamento, que expliquen dónde está la ciencia y los estudios que no recomiendan comer pescado (¡no esta!), que sólo haya que comer carne una o dos veces a la semana, o que las legumbres también una o dos a la semana, pero los cereales a diario.

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  77. Efraín González Cruz
    17 enero, 2012 a las 19:59

    Centinel dijo: Creo que te estás contradiciendo, Efraín. Precisamente lo que dice ese gráfico es que lo que importa para no engordar es el tipo de alimento que comes, no la cantidad. Las que más comen (más calorías), engordan menos. Las que menos comen (menos calorías) engordan más. El problema es que la que menos comen, comen mal.

    Debo aceptar que si parece contradicción. Aclaro. En ningún momento he mencionado que el tipo de alimento no tiene nada que ver. Sólo que para mi manera de ver las cosas tiene más importancia la cantidad de los mismos, que la cualidad del alimento. Pero siempre he estado de acuerdo contigo en que una dieta disminuyendo carbohidratos es preferible. Lo que los gráficos ilustraban era que personas con tendencia a comer muy pocos vegetales y mayor cantidad de carbohidratos (HEI-F bajo)tenían mayor Indice de masa corporal (IMC). Esto en contraposición a personas con dieta más equilibrada que comen tanto vegetales, frutas, cereales, lácteos, carbohidratos con un IMC menor.

    También aclarar que yo no defiendo este índice de alimentación. De hecho no hay mayor diferencia entre nuetras posturas. Básicamente los temas distintos son el grado de la responsabilidad del paciente, y el grado de importancia entre la cualidad y la cantidad de los alimentos. Pero jamás recomendaría a alguien seguir al pie de la letra este índice.

    Centinel dijo:Sobre los delgados… creo que no has entendido el artículo, o no me he explicado bien. Lo que digo en el mismo es que casi siempre los delgados opinan basándose en su propia experiencia, y eso ni es ciencia, ni es justo, ni vale para nada.

    Pues me parece que sí lo entendí. Tienes razón. Soy delgado. Me baso (en parte) en mi opinión personal, pero también me baso en mi experiencia profesional. Ciencia sí es, tal vez sólo el principio, que se refiere a la obtención empírica del conocimiento, pero es ciencia. No he encontrado algún estudio metodológico confiable que mida la relación directa entre motivación, adherencia a dietas, consideren porciones de alimentos. Y los que has enlazado lo que me dicen es confirmar que importa más la cantidad de la calidad de los alimentos. Ahí entra la ciencia metodológica.
    Justo lo es a todas luces. De hecho sería injusto que no pudiera dar una opinión de algo porque soy delgado.

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  78. 17 enero, 2012 a las 21:49

    No sé por qué sospechaba que eras delgado… 😉
    Pues nada, si los enlaces que aporto justo te sugieren lo contrario que a mí (y a otros), poco hay que hacer.
    Gracias por el intercambio de opiniones.

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  79. 17 enero, 2012 a las 21:57

    Sólo una recomendación final: Te recomiendo ver el documental «Por qué los delgados no engordan», en este enlace tienes la primera parte (las otras te irán saliendo en al listado de la derecha):

    Aunque no estoy de acuerdo con todo lo que se dice en él, hay un interesante experimento: A un grupo de delgados «naturales», de esos que siempre lo han sido sin esfuerzo, se les pone al límite. En este caso hacen que la cantidad sí importe y les dan un exceso de comida brutal Tanta que incluso algunos vomitan y son incapaces de comerla toda. Pues bien, tras varios días comiendo como bestias, la mayoría engordan, como es normal. Cuando el exceso es exagerado, es evidente. Pero lo sorprendente es que hay alguno que casi no gana peso, y uno en concreto que, a pesar de comer como un energúmeno, sólo sube un poco de peso y todo en forma de masa muscular, nada de grasa.
    Lo dicho, algunos nacen con suerte, como dice Vidal Puig.

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  80. Efraín González Cruz
    18 enero, 2012 a las 15:48

    Pues mira, también te agradezco el intercambio de ideas y la información aportada. Estamos de acuerdo en: «Pues nada, si los enlaces que aporto justo te sugieren lo contrario que a mí (y a otros), poco hay que hacer.».

    Checaré el video que me enlazas. Sin pretender dar opiniones a priori (Lo cual ya no haré. Creo que el diálogo se agotó) la explicación que das del mismo, me parece una falacia de generallización inapropiada (no sé si con o sin intención). Es decir que en el video aparecen un grupo de personas a las que se les da de comer de forma exagerada. La mayoría (como es lo habitual) suben de peso, pero como hay una persona que casi no sube, aunque coma a lo bestia confirma que hay gente con suerte, o tienen genes «protectores» contra la obesidad. No niego que puedan existir dichos genes, pero no me parece que esta sea una forma de aportar pruebas válidas.

    Una vez más, gracias por el lindo debate. Hasta pronto.

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  81. Armando
    21 abril, 2012 a las 21:25

    Hola, amino me intersa bajar de peso eso ya me ocurre sin buscarlo, perdi 7 kg en dos semanas. Hace años que tengo problemas de intestino, no me encuentran nada. Entre a esta pagina buscando referencias respecto al estudio de sangre que te dice cual es tu nivel de tolerancia a los diversos alimentos y conservantes y colorantes que estos contienen. Mi idea es conocer cuales me provocan trastornosintestinales, x los cuales termino con fiebre, perdida de peso y demas problemas, sin mencionar que mi rendimiento fisico y mental disminuye por estar agobiado por estos malestares y casi sin poder comer.
    Agradecere un comentario libre de preconceptos, en lo que a mi respecta el conocimiento cientifico es sumamente respetable, pero no descarto el conocimiento alternativo, solo dudo un poco mas ante el. Despues de 33 años, solo quiero sentirme mejor y mejorar mi calidad de vida, los cientificos hasta aca fracasaron en esa labor.
    Gracias

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  82. J.M.
    21 abril, 2012 a las 23:40

    Armando, mi consejo solo puede ser uno: acude a un buen especialista, a un buen endocrino. El asunto es mucho más complicado que hacer un rápido test y decir «no comas tomate ni sardinas».

    Lamentablemente, hay muchas enfermedades y trastornos que la ciencia aún no sabe curar, pero quien mejor te puede conducir y tratar en base a lo que hoy por hoy puede hacerse, es un médico que esté al día de la investigación en su campo.

    Piensa que si lo «alternativo» fuera cierto, Bayer lo estaría vendiendo a precio de oro. Nos calzan 30 euros por un cepillo de dientes, 10 euros por una caja de sacarina, un TAC cuesta miles de euros. ¿Tu crees que si un par de imanes de ferretería funcionaran para curar cualquier enfermedad no estarían vendiéndolos como un tratamiento carísimo?

    Aparte de este argumento, busca siempre detrás de cualquier tratamiento, sea científico o no: ¿hay estudios fiables sobre porcentajes de curación o son meros testimonios elegidos? ¿la base teórica se sostiene o es una invención que contradice la lógica más básica y los conocimientos de un simple bachiller?

    Saludos y suerte con tu problema.

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  83. BAJAR DE PESO, ADELGAZAR, PERDER LIBRAS, LOSE WEIGHT, COMO BAJAR DE PESO, DIETAS
    13 julio, 2012 a las 20:42

    ¿Puedo simplemente decir que es un alivio para descubrir a una persona que realmente sabe lo que están discutiendo a través de Internet. En realidad saben cómo llevar un tema a la luz y hacen que sea importante. Más y más gente tiene que mirar esto y entender esta parte de su historia. Yo no puedo creer que no somos más populares, ya que sin duda poseen el don.

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  84. 13 julio, 2012 a las 20:46

    Gracias por hacernos la pelota, pero aún y así no puedo publicar tu enlace. Lo siento, pero no aceptamos publicidad.

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  85. Maribel
    21 noviembre, 2012 a las 14:19

    Lo acabo de leer y me e quedado de piedra !! llevo 4 años con una dieta tremenda por la intolerancia alimentaria y celiaca. Mas bien solo puedo comer carne , pan de maiz sin huevo , fruta de temporada y poca xk si no tengo k ir al baño , pescado menos cangrejo, bakalao, anchoa especias solo azafran , perejil , oregano y bebida vino blanco , gaseosa , cava, agua mineral.
    Nose a que especialista ir xk x la seguridad social , me dicen que la enfermedad de cron.
    Y estube meses tomando cortisona…..lo que no me sento muy bien.
    peso 49 kilos y de 50 no e pasado desde hace 4 años. Y me siguen quitando comida.
    Cosas que no me sentaban mal , ahora me destrozan el estomago en cuanto las como.

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  86. 15 noviembre, 2013 a las 18:12

    Acabo de escribir una entrada referente a las Intolerancias; lactosa, fructosa y sorbitol. Con vuestro permiso, creo que hay gente que se puede beneficiar obteniendo información, y son patologías que están en aumento, sobre todo las desarrolladas a lo largo de la vida (como el caso de un joven de 22 años al que conocí el otro día). Suponen un cambio drástico de hábitos y alimentación (factor fundamental en la salud, a mi parecer y según mis conocimientos). Un saludo.
    http://elreflejoenlaventana.wordpress.com/2013/11/15/ejemplo-de-una-dieta-intolerancia-a-lactosafructosasorbitol/

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  87. Anónimo
    5 febrero, 2014 a las 11:00

    Bueno, yo expongo aquí mi caso particular. Después de años y años engordando y sin poderlo parar, con una alimentación «adecuada» según el endocrino y el nutricionista que me llevaban, lo único que conseguía era empeorar. Como ya «de perdidos al río», acabé haciéndome una de estas pruebas de intolerancia, y desde entonces he conseguido bajar 20 kilos y sigo en ello. El médico se maravilla del resultado y todos los análisis me dan mejor que nunca. Por fin me encuentro bien, después de años penando y todo lo que me querais contar, pero es el único método que me ha dado una solución que funciona y sin pasar ni hambre ni penalidades. Un saludo.

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  1. 10 enero, 2012 a las 20:12
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