Nuevo estudio sobre cambio climático y consecuencias en la biodiversidad
La posibilidad de que nuestro planeta esté sufriendo un calentamiento global producto de un cambio climático es un tema altamente polémico, especialmente a nivel político. Considerando únicamente al ciudadano de a pie y sin entrar en el aspecto ni círculo científico, resulta curioso observar como las opiniones contrarias a esta idea suelen estar más próximas a ideologías más conservadoras y neoliberales, mientras que el porcentaje de los que lo consideran un peligro real es superior entre los progresistas. O, siendo menos políticamente correcto, es mucho más frecuente oir opiniones contrarias en la derecha que en la izquierda.
Existen explicaciones claras del porqué de esta segmentación de la opinión pública. Quizá la más generalizada es que a cualquier ideología que apueste por la libre explotación de los recursos naturales, la libre empresa y la máxima reducción de impedimentos y limitaciones a las actividades industriales y empresariales en general, no le resulta cómoda la idea de que tal modelo económico no sea sostenible, y pueda estar cargándose literalmente el planeta tal y como lo conocemos.
No obstante, no es la intención de esta entrada profundizar en las causas que pueden estar originando este cambio climático, y aún menos en las connotaciones políticas de todo el fenómeno. El que se trate de un proceso natural o esté producido por la actividad humana es algo que aún no sabemos con seguridad, y sobre lo que únicamente podemos aplicar acciones preventivas con objeto de cubrirnos en salud. Sin embargo, el que en las últimas décadas se esté produciendo un calentamiento global es un hecho que puede contrastarse por inmumerables evidencias, como la que hoy traemos a colación, basado en el análisis de los datos de floración de vegetales y aparición de los insectos que los polinizan.
El deshielo de los casquetes polares, el retroceso de los glaciares y otros muchos datos geofísicos y climáticos muestran un calentamiento gradual y sostenido durante las últimas décadas. Sin embargo, los seres vivos también representan un indicador tan o más importante aún que el hielo y las medias de temperatura. Diversas investigaciones muestran como las áreas de distribución de aves y mariposas se están desplazando hacia el norte en respuesta a esta elevación de las temperaturas. El adelando en la eclosión de algunos insectos o de la floración de muchas plantas, son testigos también de un importante cambio en la estacionalidad climática del planeta.
Precisamente sobre este último aspecto es sobre el cual un equipo de científicos de varias universidades norteamericanas acaba de presentar nuevas pruebas. En un artículo publicado el pasado 20 de diciembre en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), presentan los datos recopilados durante los últimos 130 años sobre abejas silvestres y las plantas que polinizan. Los resultados del análisis indican que el ciclo anual en 10 especies de abejas del noroeste de norteamérica se ha adelantado una media de 10,4 ± 1.3 días con respecto a la década de 1880, siendo a partir de 1970 cuando el adelanto se produce con mayor rapidez, de forma paralela al incremento medido de la temperatura global.
No hay que olvidar que las abejas son los principales polinizadores mundiales no solo de plantas silvestres, sino de la inmensa mayoría de los cultivos. Podríamos decir, sin temor a exagerar, que la mayor parte de ecosistemas y gran parte de la alimentación humana dependen directamente de estos pequeños insectos.
Como indican los autores de la investigación, la fenología de muchos procesos ecológicos está modulada por la temperatura, haciéndolos potencialmente sensibles a los cambios climáticos. Las relaciones mutualistas como la polinización son especialmente vulnerables, debido a la posibilidad de un desacople fenológico en las especies implicadas al no responder de forma similar a los cambios de temperatura. Este mismo problema se ha señalado en otras interacciones, como las de aves migratorias y mariposas de cuyas orugas se alimentan: los cambios de áreas de distribución debidos al calentamiento global pueden desacoplar la coincidencia de ambas especies, produciendo importantes trastornos en el equilibrio ecológico.
Referencias
- Ignasi Bartomeus, John S. Ascher, David Wagner, Bryan N. Danforth, Sheila Colla, Sarah Kornbluth y Rachael Winfree. 2011. Climate-associated phenological advances in bee pollinators and bee-pollinated plants Proc. Natl. Acad. Sci. USA, edición online del 5 de diciembre de 2011.
- Robert J. Wilson, David Gutiérrez, Javier Gutiérrez, David Martínez, Rosa Agudo, Víctor J. Monserrat. 2005. Changes to the elevational limits and extent of species ranges associated with climate change. Ecology Letters, 8(11):1138–1146
«El deshielo de loS casqueteS polareS…»
Hasta aquí he leído.
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Pues sigue leyendo:
http://scholar.google.es/scholar?hl=es&q=%22Antarctic+ice+cap%22&btnG=Buscar&lr=&as_ylo=&as_vis=0
http://scholar.google.es/scholar?hl=es&q=%22Antarctic+polar+cap%22&btnG=Buscar&lr=&as_ylo=&as_vis=0
Y más facilito: http://en.wikipedia.org/wiki/Antarctic_ice_sheet
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Notable el avanze de algunos insectos en zonas geográficas de mi país (Argentina) en los últimos años, sobre todo en la patagonia.
La primavera que está en el fondo de mi casa (no se el nombre científico de la planta), la tendría que renombrar, está muy perdida la pobre. Ya no anuncia como antes la llegada de la primavera con unos pocos días de error…
Julián: ¿si te lo explican con animalitos?
Saludos
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Creo que no le has entendido, creo que se refeiere al uso del plural. Creo.
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¿Cual es la parte incorrecta de «Casquetes polares»? Hasta donde yo se, hay 2.
Hombre evidentemente la palabra «casquete» resulta graciosa por su acepción sexual.
Quiero decir que no estaría de mas, si uno hace una crítica o corrección, especificar un poquito mas, al fin y al cabo, no hay ninguna limitación por palabras que impida poder ser un poco mas conciso.
Siempre, claro está, que lo que se pretenda se que los otros te entiendan.
Si el caso es el contrario, da igual.
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¿Y cuál es el problema del uso del plural? Efectivamente, no he debido entenderlo…
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Otro hecho para derribar las falacias e insultos del señor Mulet.
En cuanto a lo de los polos, que yo conozca la Tierra tiene dos polos (geográficos), y en los dos la superficie sólida es de hielo (de agua). El que no siga leyendo porque considera que el término «casquete» solo se puede aplicar a uno, allá él, nadie le obliga a leer buena divulgación científica.
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Técnicamente no son iguales. El casquete polar ártico es puro hielo flotando sobre una superficie oceánica, el casquete polar antártico es una combinación de una fracción de hielo más la capa de hielo que está sobre una superficie sólida. A efectos de deshielo ambos son muy distinto, si se derrite el hielo del ártico se incrementaría la cantidad de agua circulante (lo que tendría efectos colaterales como el cambio de salinidad oceánica), pero el nivel mar no subiría, si se derrite hielo que está sobre continentes ocurrirían ambas cosas.
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Como siempre excelente la entrada y se las harè leer a los alumnos de biologìa, gracias JM por las citas para seguir leyendo sobre el tema y me alegra ver como siempre el enriqueciemiento que aportan todos en este Blog, tanto los autores como los lectores, es una de las cosas más me maravilla de leerlo.
De hecho son eventos que ya están afectando la vida animal y por ende los ecosistemas
Saludos a todos
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Efectivamente, Manuel, la diferencia fundamental es que el casquete polar artíco está en el océano, mientras que gran parte del antártico está sobre tierra firme (la Antártida); la bankisa antártica (hielo flotante) es también importante, pero la mayor parte de ella se renueva estacionalmente: aproximadamente el 85% se derrite en verano y se vuelve a formar en invierno. Ambas masas forman los casquetes polares ártico y antártico. El que la mayor parte de hielo esté sobre tierra firme, como ocurre en el polo sur, no le despoja de su nombre. De hecho, los casquetes polares marcianos están ambos sobre tierra firme (bueno, sobre marte firme, jeje).
Ahora bien, tampoco es exacto que el deshielo del ártico no haga subir el nivel del mar; si únicamente se tratara de la bankisa, el hielo que flota, no se produciría tal subida (de igual forma que cuando se nos derrite el hielo del cubata éste no se sale del vaso), pero no hay que olvidar el hielo que cubre Groenlandia, donde sí estaríamos hablando de aporte de volumen extra al océano.
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Yo tampoco veo el problema, sólo indicaba que no os estábais entendiendo.
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Pues nada, nos quedaremos con la incógnita…
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