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Imágenes de la ciencia y de la naturaleza: ¡aparta, que te pico!

19 febrero, 2012

Vespula germanica, Fabricius, 1793. Fotografía: José Manuel Sesma

Vespula germanica, Fabricius, 1793. Fotografía: José Manuel Sesma

¡Aparta que te pico! parece estar diciendo con semblante feroz la avispa de la imagen. Y es cierto, es lo que trata de comunicarnos a su manera. No con sus amenazadoras mandíbulas o con la curiosa impresión de unas cejas fruncidas, sino con la combinación de negros y amarillos de su diseño corporal.

Muchas especies venenosas utilizan la estrategia consistente en adoptar colores llamativos, frecuentemente estructurados en manchas y bandas, para advertir a sus potenciales predadores de su mal sabor o las nefastas consecuencias de su ingestión.

Avispas, escarabajos, mariposas, chinches y diversos tipos de orugas adoptan espectaculares libreas para advertir de los compuestos tóxicos que poseen. Este fenómeno es conocido como aposematismo, y no es exclusivo de los insectos; los anfibios también utilizan frecuentemente esta estrategia, como ocurre en las ranas brillantemente coloreadas de la selva sudamericana, unos de los organismos más tóxicos del planeta.

En muchas ocasiones, distintas especies adoptan patrones comunes, como ocurre en las avispas. El compartir el mismo tipo de señalización representa una ventaja adaptativa, dado que un predador que no haya capturado nunca a un individuo de determinada especie, puede haber aprendido con otras de coloración similar lo poco aconsejable que sería considerarla como alimento. Sin duda alguna, esto constituye una importante ventaja para los animales venenosos, al compartir el número de bajas que precisa el aprendizaje del predador. Este fenómeno de imitación se denomina mimetismo mülleriano, en honor a Johann Friedrich Theodor Müller, naturalista alemán que fue el primero en describirlo.

El aposematismo se encuentra fuertemente ligado a otro tipo de mimetismo, denominado mimetismo batesiano en honor al naturalista inglés Henry Walter Bates, el cual describió cómo muchas especies inofensivas imitaban la coloración de especies venenosas, beneficiándose del código cromático empleado por éstas últimas y engañando a los precavidos predadores. Numerosas moscas, mariposas y escarabajos son fácilmente confundidas con avispas u otros insectos venenosos gracias a esta estratagema.

Parece una avispa, pero no es más que una inofensiva mosca.

Parece una avispa, pero no es más que una inofensiva mosca.

  1. 19 febrero, 2012 a las 6:03

    Una pregunta: ¿cómo describen ustedes los biólogos el mecanismo que permitió que la especie de la mosca de la última foto «imitara» los colores de la avispa?

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  2. 19 febrero, 2012 a las 6:06

    No cumplió un minuto el post y ya lo comento jeje, justo vi la notificación en facebook.
    Alucinante esta advertencia en forma de traje que hacen los insectos.

    Me pregunto si esto de «aposematismar» podrá extrapolarse a algunos humanos… 😛
    Saludos!

    P.D.: J.M., en el 5to párrafo has escrito «aposematimos», sólo una sugerencia.
    mmmmm, bonito lapsus sabiendo que muchas veces se toca el tema de los timos por aquí jeje 🙂

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  3. KC
    19 febrero, 2012 a las 6:09

    Ahora hagamos una de esas pequeñas y divertidas preguntas que se hacen los creatas:

    ¿Qué fue antes, el ojo o el color? 😀

    Saludos.

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  4. 19 febrero, 2012 a las 6:11

    ¿Qué fue antes, el ojo o el color? 😀

    :mrgreen: ¿Nunca duermes?

    Un abrazo.

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  5. J.M.
    19 febrero, 2012 a las 11:15

    Darío :

    Una pregunta: ¿cómo describen ustedes los biólogos el mecanismo que permitió que la especie de la mosca de la última foto “imitara” los colores de la avispa?

    Esa es la pregunta del millón, Darío. Siempre ha resultado complejo explicar el mimetismo en términos adaptativos, dado que hasta no alcanzar un cierto parecido, éste no sería seleccionado positivamente. Así pues ¿cómo explicar los «primeros pasos» de la adaptación?.

    Ultimamente han surgido algunos descubrimientos que contribuyen considerablemente a entender este fenómeno, como ya hemos comentado en algún post:

    El supergen del mimetismo

    juanmanuel2 :

    J.M., en el 5to párrafo has escrito “aposematimos”, sólo una sugerencia.
    mmmmm, bonito lapsus sabiendo que muchas veces se toca el tema de los timos por aquí jeje :)

    En que andaría yo pensando… :mrgreen:

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  6. Uri
    19 febrero, 2012 a las 13:03

    En el caso de las avispas, no solo son venenosas sino que gastan un mal carácter bastante peligroso.

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  7. dream bikes
    19 febrero, 2012 a las 20:39

    Las avispas no pican. Muerden!!!!

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  8. Uri
    19 febrero, 2012 a las 22:23

    Y pican. Mas de una vez.

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  9. J.M.
    20 febrero, 2012 a las 8:25

    dream bikes :

    Las avispas no pican. Muerden!!!!

    Las avispas pican y muerden, las muy canallas. Tienen un aguijón venenoso de órdago, y en cuanto a las mandíbulias, en la foto pueden apreciarse de sobra!

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  10. Nelson
    20 febrero, 2012 a las 18:15

    me gustaría que comentaras más adelante el caso de la falsa coral, que imita a la verdadera serpiente coral.

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  11. Nelson
    20 febrero, 2012 a las 18:17

    juanmanuel2 :
    Me pregunto si esto de “aposematismar” podrá extrapolarse a algunos humanos…
    Saludos!

    Me parece que ahí entra el caso de las siliconas…

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  12. J.M.
    20 febrero, 2012 a las 18:55

    Nelson :

    me gustaría que comentaras más adelante el caso de la falsa coral, que imita a la verdadera serpiente coral.

    Tomando nota!! En reptiles hay buenos ejemplos de mimetismo batesiano.

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  13. Cronopio
    21 febrero, 2012 a las 0:45

    Uri :
    En el caso de las avispas, no solo son venenosas sino que gastan un mal carácter bastante peligroso.

    Discrepo profundamente. De mal carácter nada. Sólo pican si se sienten amenazadas. Si te acercas a menos de un metro de un nido (sobre todo si lo haces de forma brusca) serás catalogado de amenaza. Si se acerca una avispa volando y empiezas a dar manotazos eres una amenaza, si estás de picnic y alguna va a comer a tu plato y la intentas ahuyentar es posible que te pique. Por el contrario si no haces movimientos bruscos, no te atacarán nunca. Puedes moverlas suavemente de un trozo de fuet que tengas en la mano para poder morderlo. Puedes pellizcar ese trozo de fuet, embadurnarte un dedo y dejar que se posen en el y coman. Notarás las cosquillas de sus potentes mandíbulas al rozar tu piel, pero no te morderán. (Esa estrategia se le ocurrió a mi hijo cuando tenía 7 años, para poderse comer un trozo de fuet en una excursión por el monte). Observa como cortan un trozo de grasa de una chuleta de cordero, o un trozo de jamón de york casi tan grandes como ellas y levantan pesadamente el vuelo, prácticamente en horizontal, al límite de sus posibilidades.
    A lo mejor es que soy demasiado simple, pero me quedó embobado mirando cosas así.
    Los colores de las avispas nos advierten «amablemente» de su peligro potencial. Tenemos un cerebro muy grande para no valorar adecuadamente la situación y actuar de una forma minimamente racional. Si me pica una avispa es que he hecho alguna gilipollez.

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  14. KC
    21 febrero, 2012 a las 2:05

    Una vez abrí un cajón, saqué una camiseta y cuando me la puse noté un pinchazo en la espalda bastante intenso. Llevé la mano a toda pastilla hacia ese sitio y noté algo. Me quité la camiseta lo más rápido que pude y cuando la tiré al suelo vi una avispa caminar tranquilamente. No sé si me mordió o me picó, pero la mandé por la ventana en un momento. Tampoco sé cómo llegó hasta allí (me imagino que del tendedero al cajón o que quizás entró por la ventana en afán exploratorio), pero siempre pensé lo que podría significar esa tontería en alguien que hubiera tenido a alergia a las abejas (y hubiera sido una abeja en vez de una avispa).

    Otro día fui a comerme una corteza de cerdo y no me preguntéis por qué, pero cuando me la fui a llevar a la boca miré que había algo raro enroscado dentro de la corteza: otra amiga avispa. Estaba muerta, pero como que no me era apetecible comer avispas…

    Juro que son anécdotas reales de mis «aventuras» con las avispas.

    Saludos.

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  15. Persona
    21 febrero, 2012 a las 3:17

    Me imagino que ya conocereis a esta «pequeña» amiguita:

    No se tu Cronopio, pero a esta yo no la dejo que me haga cosquillitas…

    Sun salud☼.

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  16. KC
    21 febrero, 2012 a las 8:53

    En este vídeo se puede ver cómo las abejas han desarrollado una estrategia bastante efectiva contra el ataque de los avispones.

    Saludos.

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  17. Uri
    21 febrero, 2012 a las 8:57

    Bueno Cronopio, yo no te discuto que sean estrategias defensivas de la avispa pero si son mas agresivas que las abejas, por ejemplo, en el sentido que se sienten mas fácilmente amenazadas que las abejas y atacan mas obsesivamente porque para las avispas el hecho de picar no les supone morir como si sucede con las abejas sino que pueden picar tantas veces como quieran ya que los dentículos de su aguijón están mas cerrados que en las abejas y el picar no les supone perder la mitad posterior del cuerpo..
    En mi casa, suelen hacerse colmenas, generalmente de abejas pero en alguna ocasión también de avispas. Pues bien, el apicultor que suele venir a retirar las colmenas, no tiene las misma precaución con abejas que con avispas. Con las abejas, apenas tiene ninguna (ni guantes, ni mascara ni nada de nada), con las avispas sigue todas las precauciones a rajatabla.

    Admito que calificar a las avispas de tener «mal carácter», tal vez sea antropocentrismo, pero no resulta difícil que unas muy pocas avispas se pasen horas exterminando abejas hasta terminar con la colmena entera para poder robar los huevos.
    A mi me ha picado alguna vez una avispa y no se contentan con picar una sola vez, te pican una y otra vez de forma obsesiva hasta que la matas o huyes (si puedes).

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  18. Uri
    21 febrero, 2012 a las 13:39

    Impresionante lo de la pelota de abejas que mata a las avispas por golpe de calor.
    Me he quedado a cuadros. Increíble la estrategia.

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  19. 21 febrero, 2012 a las 15:11

    No sé yo qué decirte, Uri… Que hay especies de abejas con muy mala leche (las africanas, por ejemplo). Yo estoy con Cronopio. A mí me parece un animal tan flipante que me quedo embobado mirándolas… Además, es cierto que si no haces ningún movimiento brusco, ni se inmutan. No dejan de ser depredadores, y no van a ir perdiendo el tiempo con todo lo que se mueva a su paso, si no es estrictamente necesario.

    Por cierto, ayer después de Saber y Ganar hicieron un documental en La 2 sobre las libélulas, que flipé en colores… Qué bichos más alucinantes, por favor… ¿Habéis visto las mandíbulas que se gastan cuando están en estado larvario? ¡Si parecen aliens, coño!

    Otra cosa, JM, ¿hay alguna relación entre el mimetismo de algunas especies y la convergencia evolutiva? Lo digo pensando sobre todo en muchas de las especies que habitan Madagascar (y en concreto, en el fosa [Cryptoprocta ferox], que es igual que un gato…).

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  20. Uri
    21 febrero, 2012 a las 18:22

    Es que no son terminos excluyentes. Pueden ser agresivas y no por ello dejan de ser fascinantes.
    Ya dije que se basa en una impresión puramente humana.
    Esto es: Vivo en el campo (lo correcto seria monte o bosque, pero ya nos entendemos)y las avispas me han hecho correr en mas de una ocasión y me han dejado mas de una marca.
    Suelen anidar en el suelo y como pases cerca te toca correr, lo que es peor, en cuanto te pique una automaticamente te ataca el resto del enjambre.
    Y cuando digo correr, digo correr, porque las abejas te pican y luego mueren, pero las avispas se ceban y no solo pican tambien muerden, a veces ambas cosas a la vez. Suponen un peligro aún no siendo alérgico y eso no solo lo se yo, mis otros vecinos (o sea, los animales del bosque) parecen ser de la misma opinión ya que toman las mismas precauciones que yo y huyen igual (aunque bastante mas rápido) cuando las ven salir del suelo.

    Tambien el Ratel o el Glotón son animales fascinantes pero no por ello dejan de ser agresivos.
    Y no pasa nada, es incluso mejor. Pero que sepais, que ser, son.

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  21. KC
    21 febrero, 2012 a las 18:49

    Uri :
    Impresionante lo de la pelota de abejas que mata a las avispas por golpe de calor.
    Me he quedado a cuadros. Increíble la estrategia.

    Me ha pasado lo mismo, Uri. Es como si pudieran comunicarse sin lenguaje verbal.

    Por cierto, por los montes de Cuenca vi un par de veces como una especie de abeja que en realidad parecía una mosca grande con el negro y amarillo y que a su vez tenía los pelillos típicos que tiene el cuerpo de una abeja. La vi un par de veces salir del suelo, y su zumbido es bastante fuerte. Nunca supe bien que bicho era ese, pero era acojonantemente grande.

    Saludos.

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  22. Uri
    21 febrero, 2012 a las 18:59

    Tal vez fuese un tabano.

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  23. Uri
    21 febrero, 2012 a las 18:59

    «tábano»

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  24. J.M.
    21 febrero, 2012 a las 23:51

    Rhay :

    Otra cosa, JM, ¿hay alguna relación entre el mimetismo de algunas especies y la convergencia evolutiva? Lo digo pensando sobre todo en muchas de las especies que habitan Madagascar (y en concreto, en el fosa [Cryptoprocta ferox], que es igual que un gato…).

    Depende a lo que te refieras. La forma en la que una mosca imita la coloración de una abeja no es mediante convergencia evolutiva, sino porque la imitación tiene un premio. En este caso, digamos que la selección avanza hacia un «modelo» útil predefinido por el bicho venenoso. A eso lo llamanos mimetismo.

    La convergencia evolutiva es cuando dos especies separadas alcanzan la misma solución, algo muy común en los seres vivos, y también en el mimetismo, donde dos especies diferentes y separadas pueden adoptar soluciones semejantes para confundir a los predadores. Por ejemplo un insectos palo (orden fásmidos) puede parecerse mucho a ciertos saltamontes (orden ortópteros), o los insectos hoja (orden fásmidos) a ciertas mantis (orden mántidos) (aunque estos ejemplos serían cripsis en sentido estricto, no mimetismo), pero son caminos independientes los que han seguido; esto sí sería convergencia evolutiva.

    [Advertencia: comentario no adecuado para creacionistas. Si no tienes muchas neuronas, en lugar de ponerte a hablar de evolución dirigida por un diseñador inteligente, comenta el empate del Real Madrid]

    KC :

    Me ha pasado lo mismo, Uri. Es como si pudieran comunicarse sin lenguaje verbal.

    Es que las abejas se comunican con lenguaje no verbal, KC, y mucho. Tienen un lenguaje químico importante, pero el lenguaje visual es una pasada. El máximo exponente es la danza indicadora de una fuente de alimento, donde la exploradora le dice a las compañeras de colmena la dirección y la distancia a la que se encuentra el papeo… ahí es nada!

    KC :
    Por cierto, por los montes de Cuenca vi un par de veces como una especie de abeja que en realidad parecía una mosca grande con el negro y amarillo y que a su vez tenía los pelillos típicos que tiene el cuerpo de una abeja. La vi un par de veces salir del suelo, y su zumbido es bastante fuerte. Nunca supe bien que bicho era ese, pero era acojonantemente grande.

    Puede ser una «abeja subterránea», que construyen los nidos en el suelo. Hay muchas especies, pero algunas son muy tochas:

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  25. 22 febrero, 2012 a las 4:21

    Uri #13: La avispa común es bastante mansita, y, sobre todo, forma colonias de muy pocos individuos.

    Pero hay especies, aquí en España, mucho más peligrosas.
    Una vez vi a a un perro desesperado, con decenas de avispas que se le metían por entre el pelo para picarle, y no se espantaban.
    Otra vez, al caer un árbol cortado salió del suelo un geiser de avispas que estuvo picando a toda la parroquia durante varios días.
    Y lo más terrorífico fue el caso de un nido de avispas de casi cuatro centímetros los bichos y de unos cincuenta centímetros de diámetro el nido colgado en un desván. Se podía entrar, pero había que moverse como un gato,

    Cuando van a probar la merienda son bastante mansas, solo hay que procurar no asustarlas, pero no les toques el nido, sobre todo si son de esos con cientos o miles de individuos.

    Las víboras, por lo que vi, tampoco se enteran de nuestro buenos sentimientos hacia los animales al mínimo que se sientan acorraladas. Por el contrario, su hermosa imitadora, la Natrix maura es la culebra más pacífica que hay, creo que es la única que no muerde cuando la coges, solo intenta estrangularte los dedos, pobrecita.

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  26. Persona
    22 febrero, 2012 a las 5:26

    Con la venia. Es curioso que lo esteis diciendo y no encontreis la explicación. No es que las avispas sean especialmente agresivas, es que son territoriales. Que las haya con más mala uva puede, como también lo son las abejas africanas y las africanizadas, que también son altamente territoriales por cierto.

    Rhay, si las larvas de libélula te parecen aliens, J.M. me ha recordado otra especie que surge del suelo que le va a la zaga: en inglés las llamamos cicadas, creo que son cigarras en español, no te puedo decir con certeza porque nunca vi ninguna en España. La larva de este insecto si que impresiona de lo fea que es la pobre, saqué un buen puñado del jardín preparando una huerta.

    (Atención, contiene escenas de alto erotismo entre especies diferentes)

    Sun salud☼.

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  27. Uri
    22 febrero, 2012 a las 9:00

    Ya dije que la impresión de agresividad es puramente subjetiva.
    También podríamos decir que son unas guerreras muy tenaces que no se rinden ni retroceden nunca y que son grandes luchadoras.
    Yo no soy entomólogo y no se exactamente que tipo de avispa es de la que hablo. Solo se que como se te ocurra o tengas la mala suerte de pisar su nido o pasar muy cerca seras atacado. Que en lugar de agresivas son territoriales… Vale, de acuerdo, pero tampoco veo en que sentido son términos excluyentes. Los hipopótamos son muy territoriales. ¿Les resta eso agresividad?

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  28. 22 febrero, 2012 a las 12:25

    Cómo mola, Persona. La verdad es que las cigarras son guapísimas…

    A mí lo que me alucina de las libélulas es que son tan perfectas que prácticamente no han cambiado en 300 millones de años…

    Con respecto a lo de las avispas, ahora que lo hemos explicado todos mejor, estoy de acuerdo con Uri, en el sentido de que los animales, cuanto más territoriales son, más agresividad suelen mostrar. Los gatos, por ejemplo, que son profundamente territoriales, muestran muchísima agresividad cuando les introduces un compañero nuevo… Y en cambio, cuando quieren, son el colmo del cariñito…

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  29. 1 marzo, 2012 a las 21:20

    que chebre la ciencia

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