Los peligros de la medicina alternativa: complementos dietéticos
Desde que se asociaron tan productivamente el marketing y las medicinas alternativas millones de personas en todo el mundo han sido convencidas de que, a pesar de vivir en sociedades opulentas (en donde el problema no es la falta de alimento o la carencia de micronutrientes sino la cada vez más omnipresente pandemia de la obesidad), deben tomar de manera rutinaria esa casi infinita variedad de complementos dietéticos y suplementos vitamínicos existentes en el mercado. Y con ello prevenir todo tipo de enfermedades y mantenerse además fuertes, sanos y activos para poder hacer frente a la frenética vida de las sociedades modernas. Sin embargo, la ingesta de este tipo de potentes bombas metabólicas no es para nada inocua sino que puede llegar incluso a ser muy peligrosa.
Desde hace ya tiempo se sabe que en personas normales, habitantes de países más o menos desarrollados, el consumo de complementos dietéticos y suplementos vitamínicos y minerales es simple y llanamente una más que onerosa y despilfarradora manera de repartir vitaminas, oligoelementos y demás micronutrientes por el alcantarillado, sin ninguna ventaja sobre la salud de los incautos consumidores que se dejan estafar por los más que evidentes y engañosos cantos de sirena de grandes multinacionales y “profesionales” de la vida sana.
Sin embargo ello no es óbice para que una fracción más que significativa de los ciudadanos occidentales tome de manera constante y rutinaria pastillas que mezclan distintos tipos de vitaminas y minerales. Es más, en unas sociedades con tan baja natalidad que los niños empiezan a ser una especie en peligro de extinción, los padres se encuentran presionados a administrar casi cualquier sustancia que familiares, amigos, compañeros de trabajo, “profesionales” pseudosanitarios o simplemente la omnipresente publicidad tenga a bien indicar que puede ser bueno para la salud y el futuro desarrollo físico o mental del vástago.
Y así ocurren casos como el recientemente publicado en una revista científica. Unos angustiados padres llevan a su hijo de corta edad, en principio sano salvo por un leve autismo, a urgencias hospitalarias con fuertes vómitos, pérdida de peso, sed excesiva, pérdida de apetito y micción constante. Los facultativos le realizan diversas pruebas exploratorias y encuentran unos más que anómalos altos niveles de calcio en sangre. Como a menudo la hipercalcemia es un síntoma de una enfermedad subyacente grave (como por ejemplo un tumor o un problema de tiroides) los médicos amplían la batería de análisis y pruebas médicas hasta realizar al paciente escáneres de abdomen e incluso una resonancia magnética cerebral, todo ello con el desconcertante resultado de no encontrar ninguna dolencia grave. ¡Vamos un caso similar a los que se enfrentaba todas las semanas el famoso personaje televisivo del Dr. House!
Pues bien, pasados algunos días desde la admisión del enfermo y a la vista del desconcierto alguno de los médicos de urgencias (probablemente uno de aquellos en los que bien se podrían haber inspirado los guionistas de la afamada serie televisiva) tuvo la intuición de interrogar a los padres. Entonces la madre reveló que desde hacía varios meses estaban administrando a su hijo “12 tipos diferentes de suplementos holísticos” por prescripción de su naturópata para ayudar a combatir el autismo del niño. Por ello entonces los médicos sospecharon de una más que evidente intoxicación por calcio, administraron al paciente diversas sustancias para impedir la absorción de este metal y rehidrataron abundantemente al niño para aclarar el exceso de este elemento químico, por lo que de manera muy rápida el paciente se recuperó casi mágicamente. ¡No me digan que no es el típico caso del Dr. House!
Finalmente, cuando los padres fueron informados del diagnóstico quedaron devastados por haber dado con las mejores intenciones a su hijo algo que le había producido tanto daño por consejo de un “profesional”, aunque bien mirado estos padres podrían no haber llevado a su hijo a este chamán del siglo XXI, curandero que (tal y como se indica en el estudio) fue denunciado a la policía por el equipo médico para que se investiguen los hechos de toda esta tan “completa” (e imagino que nada barata) “terapia” contra el autismo.
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Wikipedia (malnutrición): «Se suele pensar en la malnutrición sólo en términos de hambre, si bien la sobre alimentación es un factor que contribuye a ella también. En multitud de lugares del mundo existe un acceso a un superávit de comida no nutritiva, lo que se añade a estilos de vida sedentarios. Esto ha desembocado en una epidemia de obesidad. Y ello no sólo en el mundo desarrollado, sino también en países en desarrollo que han visto crecer sus ingresos.»
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