Homeoacupuntura, la fusión de dos disparates pseudomédicos
Aunque el mundo de las pseudomedicinas es casi infinito, no deja de sorprender la inventiva de esos vendedores de humo capaces de reunir las más variadas e ineficaces supercherías alternativas en una simbiosis que al final no deja de ser más que una simple suma de placebos. Y como ejemplo, la fusión de dos pseudomedicinas: una de Oriente y la otra de Occidente.
La acupuntura es uno de esos “saberes” milenarios de la cultura china que afirma curar todas y cada una de las enfermedades conocidas controlando una más que inexistente “energía vital” o Qì, mediante la inserción de agujitas en unos (también incognoscibles para la Ciencia) “meridianos”, que según la tradición oriental parece ser que es por donde discurre ese indetectable Qì. El que incluso ni siquiera los «expertos» de las diferentes escuelas de acupuntura hayan sido capaces en el último milenio de ponerse de acuerdo de la ubicación corpórea de cada meridiano y su supuesta relación con cada enfermedad, es una señal más que clara de que nos encontramos ante una disparatada invención de unos tiempos en donde sus equivalentes occidentales acuñaban la idea de los famosos (y también más que erróneos) cuatro humores.
La homeopatía sin embago es mucho más reciente ya que únicamente se remonta a los primeros años del siglo XIX en donde Samuel Hahnemann confundió sus propios síntomas provocados por la ingestión de quinina con los que se daban en individuos afectados por fiebres palúdicas, de tal manera que esta simple coincidencia le sirvió (sin necesidad de hacer ningún estudio más profundo, que eso cansa mucho) para enunciar su famoso principio de que «lo semejante se cura con lo semejante» y pregonar a los cuatro vientos que había encontrado la panacea contra todas las enfermedades.
Pues bien, ahora algunos avispados de ese siempre tan particular mundo de las mal llamadas terapias (puesto que curar no curan nada) alternativas han encontrado un nuevo filón para estafar a incautos, es la homeoacupuntura que como su propio nombre indica consiste en administrar al paciente el agua mágica azucarada de la homeopatía en los inexistentes meridianos por donde fluye el indetectable Qì mediante pinchazos con las famosas agujitas orientales.
Y por si alguien quiere especializarse en esta nueva y más que teatralizada superchería pseudomédica pues bien puede visitar la bella ciudad de Gerona, en donde el «Instituto Homeopático de Cataluña» oferta un curso intensivo de esta mezcolanza chamánica por el módico precio de 1045 euros, material (agujas y agua azucarada) incluidos.
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Y si a las agujas les añaden radio (O cualquier otro elemento radiactivo) pueden inventar la “radiohomeacupuntura” que ya será la hostia.
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Eduardo
No des ideas, que estos tipos son capaces de todo.
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