Es intelectualmente perezoso dejar de hacerse preguntas y asumir que Dios es la explicación para todo
Quizás el más peligroso veneno que inocula la religión en la mente de los creyentes sea el hecho de que ya no hace falta hacerse preguntas, y mucho menos diseñar costosos experimentos y realizar arduos estudios para comprender el Universo o la Naturaleza, porque todo está ya «explicado» en viejos libros escritos por profetas científicamente analfabetos de tiempos más o menos remotos.
¿Que miles de niños mueren al año de cáncer? nada de investigar en mecanismos moleculares o en el diseño de nuevas terapias, Dios en su infinita sabiduría tiene un plan para ellos. ¿Que un terremoto, un huracán o un tsunami pueden matar a cientos de miles de personas? nada de invertir en satélites o en superordenadores para realizar complejas modelizaciones del clima o de la corteza terrestre, porque el Altísimo seguramente quiere eliminar de la faz de la Tierra a esos impíos. ¿Que aparece un nuevo patógeno «inteligentemente diseñado»? pues a aguantarse, porque Iahvé (que conoce el pasado, el presente y el futuro) tiene una muy buena razón para poner patas arriba el orden socioeconómico del mundo y ya de paso llevarse al Cielo o al Infierno (según toque) a varios millones de primates bípedos.
Porque es más, cada nuevo estudio, cada nuevo descubrimiento, cada nueva conclusión que se derivan del duro trabajo que esos millones de científicos llevamos realizando en los últimos siglos solo lleva a un conclusión inequívoca: todo nuevo elemento analizado tiene una explicación natural, lo que resta un poco más de ese menguante poder que los creyentes asignan a un cada vez más impotente «Dios de los huecos«.
P.D:
Y para todos aquellos que quieran argumentar que grandes científicos han sido o siguen siendo (grupo este último cada vez más escaso) personas religiosas les dejo una entrada relacionada que escribí en LCyD hace algún tiempo.
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Ciertamente cada día la gente (la gente que piensa un poco, claro) recurre menos a esto lo hace Dios, porque la Ciencia deja muy pocos huecos, para el día a día, que antes nos ocupaba tanto. Sí, la meteorología, la medicina han hecho mucho daño.
Pero cada vez se da más el fenómeno de los «medio ilustrados» que han leído algo, o incluso solo se informan por Youtube y análogos, que cambian «Dios» por «Ente» («Algo, no sé, una energía, un no sé qué…» dicen) ya solo les falta meter la Mecánica Cuántica para darle un poco más de misterio y «racionalidad» de juguete, claro.
El Universo es tan grande, y conocemos tan poco… dicen también. Estas personas incluso pueden tener alguna carrera de ciencias, los menos, pero no dejan de causarme perplejidad, pero parece que es un paso lógico. Ya no «creen» en dios, su conocimiento de la realidad les impide estar tan ciego como un creyente en dios, pero cambian a algo que, ahora mismo tiene pocas respuestas y sí muchas preguntas.
Espero que dentro de unas pocas décadas, una nueva generación de personas educadas en esta «Creencia en un Ente Energético» y las respuestas que tendremos en unos años, gracias a los nuevos telescopios y observaciones, vayan dejando caer esta «creencia suave» y empiecen a ser Racionales, con todas sus consecuencias.
No sé si lo veré, seguramente no, aunque estoy seguro que seguirá habiendo grupos de creyentes en la Biblia, el Talmud-Gemara y el Corán. Con ellos nunca se terminará la fiesta.
Salu2
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En buena lógica, la dicotomía entre ciencia y creencia, es la primera la que debería imponerse a la segunda. Pero no es tan fácil. Por una parte la irracionalidad sigue teniendo un gran peso en el pensamiento y comportamiento humano, una irracionalidad que nos lleva a aceptar como válidos planteamientos totalmente absurdos.
Por otra, está la pereza intelectual, ampliamente instalada en los cerebros humanos, y no solo en lo que se refiere a discusiones de alto nivel, sino en el más prosaico día a día. Hace ya varios años que estoy en situación de jubilación, pero en mis últimos años de actividad laboral, mi función consistía en dar soporte informático a empleados y agentes de una compañía de seguros (Incluyendo cursos sobre el uso de recursos). Uno pensaría que, dado que la herramienta habitual de trabajo era el ordenador personal, existiría interés en comprender los entresijos básicos de su manejo, evitando las incidencias más elementales derivadas de un uso erróneo. Pues nada más lejos de la realidad, ya que para la mayoría aprenderse de memoria los procedimientos sin entender lo que estaban haciendo, era lo más fácil. Habrá quien argumente que eso era propio de una plantilla con bastantes personas de una media de edad relativamente alta (Para mí no es excusa) como era el caso, pero en mi vida laboral me he encontrado con casos de personas de menos de treinta años con más que evidentes síntomas de “pereza intelectual”. Un ejemplo, la resolución de una incidencia (vía telefónica) en la que el afectado me indica que no se le enciende el ordenador: simplemente no había accionado el botón de encendido de la pantalla.
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Quién quiere dioses teniendo matemáticas y espacio?
Quién quiere dioses teniendo masa en movimiento, electricidad, magnetismo, campo?
Quieren dioses las de letras puras.
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