Bacterias para revertir el envejecimiento
Según un reciente artículo publicado en la prestigiosa revista científica «Microbiome», las insignificantes bacterias que colonizan nuestro tracto intestinal desde hace millones de años podrían ser el mejor aliado para combatir, o al menos retrasar, el siempre inexorable proceso del envejecimiento humano.
Los humanos somos conscientes, casi desde el origen de nuestra especie, del inexorable paso del tiempo; un hecho que conlleva la progresiva degeneración de nuestros cuerpos y nuestras mentes. Y prácticamente todas las culturas han desarrollado mitos acerca de cómo retrasar o incluso parar ese reloj biológico que nos acerca cada segundo a un inapelable final. Y así, novelistas, pensadores, filósofos y aventureros han dedicado mucho tiempo y esfuerzos a elucubrar e incluso hasta buscar esa tan ansiada “fuente de la eterna juventud”. Pero quizás no haya que viajar a remotos parajes en busca del tan preciado manantial, sino que puede ser que lo hayamos tenido dentro de nosotros todo este tiempo.
Científicos pertenecientes a tres centros de investigación británicos acaban de publicar un interesante estudio en el que se modula el envejecimiento en esos siempre tan útiles ratoncillos de laboratorio. En primer lugar los investigadores extrajeron de ratones de distintas edades el microbioma intestinal, ese conjunto heterogéneo de microorganismos presentes en el tracto digestivo de cualquier animal que ayuda a la absorción de nutrientes. Y después realizaron trasplantes fecales en otros animales también de diferente edad.
Así, los investigadores observaron que el trasplante de microbiota fecal de ratones viejos a otros más jóvenes produce una mayor permeabilidad de la barrera intestinal que conlleva en estos últimos animales procesos de inflamación y daño cerebral, además de provocar dificultades visuales por el agotamiento una proteína clave requerida para la visión normal, fenómenos similares a los que produce el envejecimiento.

Por el contrario, el trasplante de microbiota fecal de ratones jóvenes a viejos revirtió diversas deficiencias en el intestino, los ojos y el cerebro asociadas al envejecimiento.

Ahora los autores del estudio están trasladando este conocimiento a la microbiota humana para comenzar en un futuro próximos ensayos de transferencia de microorganismos provenientes de individuos jóvenes a personas de edad avanzada. Esperemos que estos experimentos lleguen a buen puerto.
P.D:
Y de regalo un interesante video sobre la evolución bacteriana
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A veces tengo la sensación de que solo somos un «puñado» de células procariotas a los mandos de un «mecha» (esos robots gigantes típicos del manga y anime japonés) eucariota del cual sacamos todo el provecho que podemos.
No sé si este comentario lo escribo yo o alguna E. coli de mi intestino, o quizás es que yo soy esa E. coli 🙂
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