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Desgraciadamente la superstición es más poderosa que la Ciencia


No importa que las mejores mentes que ha dado la Humanidad hayan dedicado todos sus esfuerzos y su intelecto a desentrañar los misterios y a desvelar las leyes que rigen la Naturaleza, porque luego miles de millones de personas no solo son capaces de despreciar ese increíble conocimiento día sí y día también sino peor aún, sentirse encima ofendidos si algún racionalista les confronta con su evidente analfabetismo anticientífico.

El conocimiento científico se condensa en Teorías y Leyes Científicas, formulaciones capaces de explicar (e incluso de predecir) la realidad más allá de cualquier duda razonable, como se dice en el género judicial del cine norteamericano.

Sin embargo, a lo largo de la Historia miles de seres «extraordinarios» han asegurado haber violado casi todo este sólido conocimiento científico. Así por ejemplo, algunos  afirman no estar sujetos a las leyes de la gravitación

otros aseveraron que fueron capaces de despegar de la Tierra sin cohete ni combustible alguno, propulsados únicamente por un engendro biológico alado mitad mujer, mitad equino, digno de la experta manipulación genética del Dr. Moreau

o peor aún, directamente en cuerpo y alma sin ayuda material alguna.

Pero quizás el caso más llamativo sea que día sí y domingo también miles de magos repartidos por todo el orbe (desde las más populosas ciudades hasta la aldea más perdida de la selva o el desierto) lleven ya la friolera de casi dos milenios violando (gracias a un arcano «conocimiento» que solo se puede transmitir mediante lenguas muertas como el arameo o el latín) todas las leyes conocidas de la Física, la Química, la Biología, la Anatomía o la Fisiología, tal y como muy irónicamente muestra en el siguiente video el polifacético racionalista británico Stephen Fry

Y lo peor de todo, es que a día de hoy miles de millones de personas (incluida la mayoría de la clase política mundial, reputados pensadores y hasta algunos grandes científicos) que supuestamente viven en hiper tecnológico siglo XXI (aunque es evidente que sus cerebros quedaron anclados en el oscuro Medievo o quizás más atrás en el tiempo) rinden arrobada, ignorante y estúpida pleitesía a esa mezcla de dementes y/o estafadores con turbante, tirabuzones o sotana que siguen contando su más que vieja sarta de estupideces anticientíficas solo aptas para débiles mentales.

P.D:

Y de regalo un video que ahonda en este tema:

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  1. 3 febrero, 2023 a las 23:34

    Lo que sabemos que no sabemos, es la novedosa ‘Ciencia de la ignorancia’, pero el verdadero problema no es lo que no sabemos, sino más bien lo que sabemos, o mejor, lo que creemos que sabemos.

    Lo que creemos que sabemos nos impide, no solo revisar lo que creemos que sabemos, el conocimiento; sino también avanzar para explorar y adquirir nuevos conocimientos, incluido lo que creemos imposible o vemos como ciencia ficción, que como la historia demuestra, en algunos casos llega a convertirse en realidad.

    Creer saber algo nos permite avanzar, pero tener la certeza de saber algo nos lo impide. La ciencia tiene conocimientos, pero no tiene certezas; la ciencia tan solo tiene creencias que evolucionan a lo largo de los tiempos.

    Ciertamente, una continua revisión del conocimiento, esto es, de lo que creemos que sabemos, puede parecer algo inútil y entorpecedor para el avance de la ciencia, pero los grandes avances de la ciencia son necesariamente disruptivos, llegando a cuestionar, violar y a ‘obsolecer’ muchos de los conocimientos científicos anteriores.

    Ciertos fenómenos que hoy nos parecen absurdos e imposibles, quizás lleguen algún día a tener una explicación perfectamente razonada. Pero lograrlo, posiblemente, solo pueda hacerse mediante un pensamiento divergente que nos permita estudiarlos.
    Quizás lo que actualmente consideramos como pseudocientífico; en los límites de la ciencia conocida, llegará a ser una nueva ciencia. Siempre ha sido así, y no existen motivos para pensar que dejara de serlo.

    Lo dicho no impide la existencia de charlatanes y embaucadores, que siempre han existido y existirán. Desgraciadamente también entre los científicos.

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  2. Eduardo Baldu
    5 febrero, 2023 a las 13:58

    Epicoach, discrepo. Tu planteamiento tiene demasiadas semblanzas con el pensamiento posmoderno. “Lo que creemos que sabemos nos impide, no solo revisar lo que creemos que sabemos, el conocimiento; sino también avanzar para explorar y adquirir nuevos conocimientos”: En realidad, la ciencia está en permanente revisión, y los datos experimentales se revisan una y otra vez, ente otras cosas, para conseguir una cada vez mayor afinación de los valores observados. Eso, también, nos permite descubrir posibles errores o datos que se nos hubieran pasado por alto en experimentos anteriores.
    No debemos olvidar que lo que la ciencia crea son modelos matemáticos de la realidad, y esos modelos son aproximaciones, no la propia realidad. Por tanto, un nuevo modelo de esta debe necesariamente incluir los resultados obtenidos con el modelo anterior que resultan ser coincidentes con los resultados experimentales. Lo que quiero decir es que el modelo sustituido era válido para un rango de valores. El nuevo modelo lo es para un rango mayor, que incluye los dados por el modelo antiguo. Un ejemplo claro es la teoría de gravitación de Newton y la de Einstein. En el rango en que son válidas las dos, no se contradicen, dan los mismos resultados. Las discrepancias se dan en el rango en las que la teoría newtoniana ya no es válida. Y lo mismo sucederá en la teoría de gravitación que, sin duda, venga a sustituir a la de Einstein. Por tanto, sí hay verdades que no van a desaparecer o cambiar por arte de magia. Dentro de quinientos años (Si aún estamos aquí), cuando un humano habrá la mano con la que sostiene una manzana, ésta caerá al suelo debido a la gravedad igual que ahora, aunque en ese momento dispongamos de una nueva teoría que nos explique la alta complejidad de esa fuerza que hoy aún no comprendemos plenamente.
    Creo, precisamente, que uno de los “pecados” de la futurología es plantearse ideas (Y sus aplicaciones) sobre fundamentos que hoy no comprendemos demasiado bien, llegando a conclusiones, en muchos casos, que cabría calificar de disparatadas. Y eso le pasa, incluso, a genios de la ciencia. Pero tampoco es nada nuevo. Recuerdo como en los años 60 del siglo pasado, los futurólogos del momento, nos afirmaban que para el año dos mil tendríamos coches voladores, la energía nuclear sería la fuente de energía estándar, hasta el punto de ser la energía que movería barcos, locomotoras, aviones, e incluso nuestras aspiradoras caseras. Evidentemente, nada de eso se ha cumplido, y hoy tenemos sobradas razones para descartar totalmente esa imagen. Fue, simplemente, el resultado de proyectar unos conocimientos limitados hacia el futuro, y creo que eso sigue sucediendo.
    Para que ciertas elucubraciones pudieran tener visos de realidad, deberíamos, en algunos casos, hacer borrón y tabla rasa de los modelos actuales. Pero ello generaría muchísimos más problemas de los que, hipotéticamente, pudiera resolver, puesto que algunos planteamientos van contra de las pruebas obtenidas experimentalmente. Así que, vale que está bien abrir nuestras cabezas a nuevas expectativas, pero no las abramos demasiado, no sea que se nos vaya a caer el cerebro.
    Nota: Algunas otras frases que considero erróneas:
    “La ciencia tiene conocimientos, pero no tiene certezas; la ciencia tan solo tiene creencias que evolucionan a lo largo de los tiempos”. Si hubieras dicho “No tiene todas las certezas”, habría estado de acuerdo contigo, pues algunas certezas sí que tiene: las derivadas de la experimentación (No voy a repetir aquí lo de la manzana, sería cansino)
    “Los grandes avances de la ciencia son necesariamente disruptivos, llegando a cuestionar, violar y a ‘obsolescer’ muchos de los conocimientos científicos anteriores”.
    En esta frase se confunde conocimientos y creencias. Es verdad que durante siglos el conocimiento científico estaba basado en meras creencias, algunas sin fundamento, pero la aplicación del método científico nos permite tener una garantía de validez (Dentro de los márgenes que la propia ciencia entiende como válidos. De ahí que las conclusiones a las que llega la ciencia sean siempre consideradas como provisionales), especialmente si existe respaldo experimental. Las creencias (Que no conocimientos científicos) que han sido descartados eran más el resultado de creaciones imaginativas de personas (incluidos científicos) al margen del método científico.
    “Ciertos fenómenos que hoy nos parecen absurdos e imposibles, quizás lleguen algún día a tener una explicación perfectamente razonada. Pero lograrlo, posiblemente, solo pueda hacerse mediante un pensamiento divergente que nos permita estudiarlos.
    Quizás lo que actualmente consideramos como pseudocientífico; en los límites de la ciencia conocida, llegará a ser una nueva ciencia. Siempre ha sido así, y no existen motivos para pensar que dejara de serlo”.
    En la primera frase, lo primero a tener en cuenta es la escala. Por ejemplo, hay cosas en que son imposibles a escala humana, y habituales en el mundo de las partículas, por ejemplo, el efecto túnel. Y no es que sea absolutamente imposible a escala humana, sino que la probabilidad que ocurra es tan remota que la convierte en imposible. Otra es la energía requerida: algunos fenómenos (o posibles actuaciones) pueden no ser imposibles teóricamente, pero requieren niveles energéticos enormes, tan altos que tal necesidad las convierte en imposibles de hecho. Y no olvidemos que si tales hechos son posibles, deben tener unos efectos claros en el universo, y por tanto ser detectables.
    En el segundo párrafo, recuerdo: La supuesta “nueva ciencia” deberá ser compatible con las aportaciones validadas experimentalmente por la ciencia sustituida. El ejemplo de los modelos gravitacionales expuesto antes, es aplicable aquí. Una cosa es que los límites actuales de la ciencia den lugar a nuevas teorías que, recogiendo los resultados hoy ya establecidos, nos amplíen el conocimiento y capacidad sobre el universo, y otra muy distinta suponer que aparecerá un nuevo modelo que romperá todos los esquemas y volverá inútil el conocimiento actual. Y la pseudociencia, seguirá siendo pseudociencia.

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  3. Anónimo
    11 febrero, 2023 a las 19:36

    La discrepancia siempre es buena y entiendo perfectamente tu punto de vista, aceptando todo lo que dices Eduardo; y aunque sinceramente deba decir que estoy más bien en contra del posmodernismo, debo reconocer que el posmodernismo es un producto del pensamiento científico.
    Quizás si considerásemos una ciencia evolucionista y una ciencia disruptiva, pseudociencia en algún caso, según como se mire; podríamos estar más de acuerdo.
    Personalmente, pienso que, dado que las conclusiones a las que llega la ciencia deben ser siempre consideradas como provisionales, como muy bien tú dices; lo que denominamos conocimiento no deja de ser una mera creencia revisable sobre fenómenos, por lo que, efectivamente, ambos términos pueden confundirse en ciencia.
    Científicamente, deberíamos considerar la posibilidad de que las supuestas verdades a cerca de fenómenos, esto es, las creencias de nuestros conocimientos sobre ellos, puedan desaparecer o cambiar, no por arte de magia, sino por el método científico; evidentemente sin que la realidad o verdad de los fenómenos desaparezca. Nunca debemos olvidar que la ciencia tiene sus orígenes en las pseudociencias de la magia y la alquimia, y que la tecnología actual, conseguida gracia a la ciencia, sería considerada magia por nuestros ancestros. Probablemente, esto seguirá siendo así eternamente. Muchas de las certezas y supuestas verdades de la ciencia de su tiempo, son consideradas por nuestra ciencia como creencias producto de una pseudociencia. Es muy probable que en un futuro también nuestra ciencia actual sea considerada pseudociencia, o ciencia primitiva.
    Si bien es cierto que: ‘hacer borrón y tabla rasa de los modelos actuales generaría muchísimos más problemas de los que, hipotéticamente, pudiera resolver, puesto que algunos planteamientos van contra de las pruebas obtenidas experimentalmente.’ No es menos cierto que quizás saliendo de los actuales modelos de nuestra ‘zona de confort’ científica, podría llegarse a nuevos modelos totalmente disruptivos con los actuales, cosa que ya ha sucedido en otras ocasiones gracias a la inestimable ayuda del cambio generacional de científicos.
    Puede que sea necesario que se caigan muchos cerebros, pero solo es necesario que se aguante uno con ideas nuevas para iniciar que otros consigan cambiar un modelo. La utopía no es lo irrealizable, simplemente es lo que aún no se ha logrado.

    Evidentemente, todo lo dicho no implica que debamos tirar al bebé junto al agua del barreño; sin embargo, un baño aleatorio con agua limpia siempre debería ser bien venido aunque el agua este inicialmente demasiado fría. Puede que de entrada parezca menos ecológico, pero puede ser más eficiente calentar agua fría limpia que intentar filtrar y limpiar la turbia y tibia agua ya utilizada en el baño.

    Para cuestionarse el saber actual, es interesante este video de Sheldrake sobre lo que él denomina dogmas de la ciencia, aunque en realidad sean tan solo creencias, pues como es bien sabido: las conclusiones a las que llega la ciencia deben ser siempre consideradas como provisionales.

    [link eliminado a un video de Youtube de un bioquímico que ha presentado una nueva «teoría» que conjuga la biología con la telepatía y los poderes extrasensoriales, ¡ahí es nada!]

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  4. 12 febrero, 2023 a las 0:07

    «Personalmente, pienso que, dado que las conclusiones a las que llega la ciencia deben ser siempre consideradas como provisionales, como muy bien tú dices; lo que denominamos conocimiento no deja de ser una mera creencia revisable sobre fenómenos, por lo que, efectivamente, ambos términos pueden confundirse en ciencia.»

    Estoy bastante cansado de esta errónea «argumentación» ¿es provisional que la Tierra es una cuasi esfera con un diámetro de alrededor de unos 12.000 km? ¿vendrá una revisión dentro de unos años o siglos en la que se demuestre que la Tierra es plana o con forma cilíndrica? ¿descubriremos algún día que la atracción gravitatoria no es igual al producto de las masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia?

    Lo que es «provisional» es aquello que se encuentra en la actualidad en los límites del conocimiento, pero que dentro de unos años o siglos (cuando se acumulen los estudios) esa provisionalidad desaparecerá y ese conocimiento será tan sólido como el teorema de Pitágoras, la ley de Hubble, la ley de Coulomb o la ley de Ohm.

    Y por supuesto las elucubraciones de Sheldrake es más que evidente que no llegan ni a provisionales, puesto que caen absolutamente dentro del marco de la pseudociencia, tal y como el editor jefe de Nature dijo en el ya lejano 1981:

    «los argumentos de Sheldrake no son, en ningún sentido, argumentos científicos, sino un ejercicio de pseudociencia… Muchos lectores quedarán con la impresión de que Sheldrake ha tenido éxito en encontrar un lugar para la magia en la discusión científica; y esto, de hecho, puede haber sido parte del objetivo de escribir un libro así.»

    Y después de más de 40 años este individuo sigue sin haber presentado un experimento que apoye sus disparatadas «teorías». Pero gente como el del último comentario siguen dando un poco de vida al disparate.

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  5. Eduardo Baldu
    12 febrero, 2023 a las 17:14

    Anónimo, Ateo ya ha dado respuesta a buena parte de tu entrada, así que procuraré, dentro de lo posible, no repetir argumentos.

    Lo primero que me llama la atención es tu afirmación “debo reconocer que el posmodernismo es un producto del pensamiento científico”. ¿Qué? ¿Cómo? ¿De dónde sale tal afirmación?
    Veamos, Jean-François Lyotard, Jean Baudrillard, Michel Foucault, Gilles Lipovestky, Gianni Vattimo, Cornelius Castoriadis, jacques Derrida, luce Irigaray, Julia Kristeva, Jacque Lacan, todos y todas filósofos vinculados al posmodernismo, la mayoría de los cuales, además de filosofía, han estudiado otras carreras, concretamente entre ellos y ellas podemos encontrar 4 sociólogos, 2 teóricos de la literatura, 2 psicólogos, 1 historiador, 1 economista, 4 psicoanalistas, 1 lingüista y 1 psiquiatra, todos títulos de conocimientos en los que es de muy difícil aplicación el método científico. No encontramos, en cambio, físicos, químicos, matemáticos, biólogos, etc… Pero sí encontramos a estos últimos entre los críticos del posmodernismo (Alan Sokal, Jacques Bricmon, por ejemplo).

    En cuanto a lo que es propiamente la filosofía, es evidente que es una forma de conocimiento, pero no una ciencia. Quizás la demostración más evidente de ello es que la infinidad de corrientes distintas que componen el conocimiento filosófico, son, de hecho y en muchos casos, contradictorias entre ellas, y claramente dependen del entorno social e histórico del momento. ¿Método científico en esta caso? Desaparecido en combate.
    Así que ¿Posmodernismo producto del pensamiento científico? Va a ser que no.

    Parece que confundes provisionalidad con obsolescencia previsible. No, la provisionalidad en ciencia no equivale a que los conocimientos adquiridos vayan a convertirse en obsoletos, falsos o inservibles, sino más bien a su ampliación y mejora. Los “Principia” de Newton, que son el fundamento de la llamada mecánica clásica, datan de 1687, y en absoluto han quedado obsoletos, siguen formando parte fundamental de la mecánica. El modelo de gravedad de Einstein (Relatividad General) solo sustituye al de Newton cuando las condiciones de velocidad y/o masa así lo aconsejan, pero en los problemas cotidianos más habituales, la gravedad newtoniana sigue siendo válida (Y por supuesto se sigue estudiando en física). Los nuevos modelos convierten en casos particulares los antiguos, aplicables cuando las condiciones así lo aconsejan. Así pues, la afirmación “deberíamos considerar la posibilidad de que las supuestas verdades a cerca de fenómenos, esto es, las creencias de nuestros conocimientos sobre ellos, puedan desaparecer o cambiar”, es una clara demostración de que no se entiende la ciencia y su funcionamiento.

    Otra falacia “Nunca debemos olvidar que la ciencia tiene sus orígenes en las pseudociencias de la magia y la alquimia”. Es, precisamente, con el desarrollo de la ciencia y del método científico cuando se produce la separación definitiva entre ciencia y pseudociencia, porque el nacimiento de esta, y su método, arrinconará para siempre la magia, la alquimia y todas las gilipolleces que las acompañan. No es una “derivación natural”, es una ruptura de conceptos.

    Y no, la ciencia no se mueve en una “zona de confort”. Ahora mismo, los físicos experimentales realizan experimentos a muy altas energías buscando, precisamente, resultados anómalos, resultados que no coincidan con los previstos de acuerdo con los modelos actuales, porque eso les abrirá una puerta a una posible nueva física (Que nuevamente te digo no será contradictoria con los modelos actuales en el rango de energías correspondientes).

    Volviendo a Newton, desarrolló el cálculo infinitesimal, coincidiendo con Leibniz, que comparte el honor de habernos dotado de tan potente herramienta. En el caso de Newton, las fluxiones de fluentes, que es como desarrolló dicho cálculo, parecen ser un poco anteriores a las derivadas de Leibniz, lo que provocó graves enfrentamientos entre los dos. Al final han sido las derivadas de Leibniz las que se han impuesto en el uso frecuente, por su comodidad frente a la opción de Newton. Y sigue siendo una herramienta de extendidísimo uso en todas las ramas de la ciencia ¿Obsolescencia en tal conocimiento científico? Ni por asomo.
    Lo que si me demuestra tu entrada es tu escaso conocimiento sobre la ciencia, su desarrollo y su evolución.

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  6. 12 febrero, 2023 a las 18:52

    Para qué Anónimo se instruya un poquito indicar que la esfericidad de la Tierra y su tamaño más que aproximado fue definitivamente aclarado por Erastótenes de Cirene allá por el ya más que lejano siglo II aEC es decir, hace ya casi dos milenios y medio y ese conocimiento «provisional» sigue todavía en curso.

    Eudoxo de Cnido propuso el correcto modelo heliocéntrico del sistema solar en el siglo IV aEC y todavía nadie ha podido demostrar que fuera erróneo.

    Los Elementos de Euclides siguen siendo válidos, aún cuando fueron propuestos entre los siglos III y IV aEC.

    El Teorema de Pitágoras sigue siendo «provisional» desde el siglo V aEC.

    Y el Teorema de Tales está en uso desde el siglo VI aEC.

    Y como bien indica Eduardo, los Principia de Newton han sido más que validados por legiones de científicos posteriores desde su publicación en 1687.

    Y por supuesto, podrán pasar dos milenios o dos millones de años pero las leyes fundamentales hasta ahora descubiertas seguirán siendo validas por siempre jamás.

    Es más, una de las grandes esperanzas de los científicos es que, en el caso de poder contactar con civilizaciones alienígenas será la Ciencia la forma en la que podamos comunicarnos con ellos, ya que el número pi, el Teorema de Pitágoras e infinidad de otras conclusiones científicas habrán sido también descubiertas y demostradas por cualquier entidad que se considere mínimamente racional, aunque se encuentre en el otro extremo de la Galaxia. Y a partir de ellas, podremos inventar un lenguaje común con seres que quizás seamos casi incapaces de imaginar.

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