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Un muro y que cada palo aguante su vela
Leo en el “eldiario.es” que negacionistas y conspiranoicos varios proliferan cada vez con más fuerza en las redes sociales diseminando todo tipo de estupideces anticientíficas sobre el origen y tratamiento del coronavirus, afirmando que todo es un invento de los malvados comunistas chinos, con la inestimable colaboración de Bill Gates y George Soros, y en donde no puede faltar la tradicional confabulación judeo-masónica para acabar con el mundo occidental y convertir España (y al resto del mundo) en una dictadura bolivariano-cubana dirigida en la sombra por las farmacéuticas.
Peligrosa publicidad pseudomédica hacia los más vulnerables
Uno de los grandes peligros de las pseudomedicinas es que influyan en la decisiones médicas que todos tenemos que tomar tarde o temprano. Y esto es más relevante en el caso de las personas mayores, en las que los problemas de salud se van acumulando mientras, desgraciadamente, los recursos intelectuales van siendo cada vez más limitados.
Los chamanes de las pseudoterapias quieren ganar en los juzgados lo que no pueden demostrar en el laboratorio
Muy desgraciadamente vivimos en un mundo en el que la realidad no tiene casi ningún lugar y en el que el «honor» de los timadores parece estar por encima de la verdad e incluso de la Ciencia. Y el último (y más que aleccionador) ejemplo nos llega de España.
¿Por qué las pseudomedicinas parecen funcionar? una reflexión personal
Hace ya algún tiempo escribí una entrada en la que desgranaba un par de ejemplos extraídos de mi experiencia personal para explicar porqué, a pesar de la falta de datos fiables, muchas personas creen (nunca mejor dicho) que tal o cual pseudomedicina (por más disparatada que esta sea) parece tener algún efecto curativo. Hoy, como la vida da muchas vueltas y envejecer se podría resumir en mantener una relación más o menos cercana con la medicina ¡y hay del que abandone ese complicado trato!, les voy a relatar un nuevo caso muy cercano por si sirve de aviso para navegantes.
Homeoacupuntura, la fusión de dos disparates pseudomédicos
Aunque el mundo de las pseudomedicinas es casi infinito, no deja de sorprender la inventiva de esos vendedores de humo capaces de reunir las más variadas e ineficaces supercherías alternativas en una simbiosis que al final no deja de ser más que una simple suma de placebos. Y como ejemplo, la fusión de dos pseudomedicinas: una de Oriente y la otra de Occidente.
Acupuntura: tanto pinchacito al final no es nada bueno
Uno de los principales argumentos de los defensores de las mal llamadas “medicinas” alternativas es que su aplicación no suele conllevar ningún tipo de riesgo. Verdad de Perogrullo cuando está más que estudiado que estos “tratamientos” suelen ser simples teatralizaciones (más o menos elaboradas), que sólo sirven para poner en funcionamiento el más que conocido efecto placebo. Sin embargo, a veces el chamán de turno se toma demasiado en serio sus “poderes” y acaba provocando una tragedia, tal y como acaba de ocurrir en China.
La medicina «complementaria» también mata
Uno de los grandes argumentos de los defensores de las pseudomedicinas es que aunque puede que no curen nada, si se usan como medicina complementaria que no sustituya a la medicina científica puede servir al menos para que el paciente se sienta un poco mejor, vamos el siempre presente efecto placebo. Y sin embargo, un estudio de ayer mismo demuestra lo contrario: las supercherías pseudomédicas siempre tienen un coste en vidas, aún cuando no intenten suplantar a la medicina convencional.
¿Masajear la espalda de las mujeres incrementa la tasa de éxito de la fecundación in vitro? o como dilapidar los recursos públicos de la I+D
Quizás no haya nada más prepotente, y también más derrochadoramente ignorante, en Ciencia que poner marcha un ensayo clínico con casi mil pacientes para intentar probar lo que no es más que una superchería pseudomédica. Pero aunque parezca increíble, esto es lo que han hecho unos investigadores en Australia y Nueva Zelanda.
Malgastando el dinero de la sanidad y la investigación públicas en España
A estas alturas del siglo XXI cualquier ciudadano mínimamente racional se sorprendería muy mucho, y hasta se indignaría con total justificación, si parte de sus impuestos se malgastaran por ejemplo estudiando la posible transmutación del plomo en oro, utilizando para ello los arcanos conocimientos alquímicos. Sin embargo, y aunque pueda parecer sorprendente, a día de hoy en España se siguen dilapidando parte de los recursos públicos cada vez más menguantes en estudiar las más disparatadas pseudomedicinas.
Viejas pseudomedicinas rejuvenecidas por la nueva tecnología
Uno de los axiomas de las pseudomedicinas es que nunca desparecen del todo, sino que gracias a la siempre fértil y también disparatada inventiva humana se van renovando con las nuevas tecnologías. Así el proceso siempre es el mismo, elíjase una pseudomedicina que, aunque se base en una serie de elementos mágicos científicamente absurdos, sea cuanto más milenaria y exótica mejor, por ejemplo la acupuntura y combínese con el nuevo adelanto tecnológico recién salido al mercado, aunque por supuesto esta tecnología no tenga ninguna relación con la medicina, y ya está en marcha la nueva estafa pseudomédica.
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