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Imágenes de la ciencia y la naturaleza: Mono narigudo
Lo que los antiguos naturalistas denominaban «caprichos de la naturaleza» es algo que no deja de sorprendernos. Increíbles estructuras, aparentemente sin función más allá de la ostentación, son característica común en muchos seres vivos.
Sipadán, cuando un volcán construye un paraíso
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Sipadán es una pequeña isla volcánica situada en el Mar de Célebes, en el Indo-Pacífico. A unos 40 km de la costa este de Borneo, es la única isla oceánica de Malasia, elevándose casi 700 metros desde el lecho marino. Se trata de un cono volcánico que no tendría mayor interés de no ser por el extraordinario ecosistema marino que lo rodea: uno de los arrecifes de coral más espectaculares y mejor conservados del planeta.
Y es que si nos limitamos a circunnavegar la isla, o incluso a emplear unos escasos 45 minutos en recorrer a pie su perímetro, puede parecer otra isla tropical más. Un pequeño islote completamente saturado de bosque tropical, donde encontramos varanos y una gran variedad de aves, provista de algunas playas de
arena blanquísima. Como construcciones, un par de barracones del ejército y un pequeño embarcadero.
Por el contrario, si nos armamos de unas gafas y un tubo de buceo, nos sumergimos en un paraíso nada más entrar en sus aguas. Bajo la superficie, un nuevo y espectacular mundo nos recibe con impresionante belleza: el arrecife de coral que rodea completamente la isla y que alberga miríadas de corales y de muchos otros invertebrados, innumerables especies de peces y enormes tortugas, en lo que parece un gigantesco acuario, pues tan increible nos resulta que la naturaleza haya podido reunir tal variedad de formas de vida en un solo lugar.
Borneo: El declive de la jungla
Con sus 743,330 kilómetros cuadrados, Borneo es la tercera isla más grande del mundo, dividida políticamente entre Malasia, Indonesia y Brunei. Antaño estaba constituida por una selva prácticamente impenetrable, con bosques de mangle en el litoral y un interior montañoso dominado por el bosque lluvioso tropical. Hasta hace un siglo, las tribus cazadoras de cabezas dominaban las partes más remotas de la isla.
Hoy dia, ese panorama ha cambiado radicalmente. La explotación maderera de los años 80 y 90 del pasado siglo deforestaron la isla a una velocidad desconocida hasta entonces incluso para el amazonas. Gran parte de los bosques de borneo acabaron como muebles de jardín, papel y palillos en los países industrializados.
Esta explotación insostenible hizo que la producción de madera fuera cada vez más escasa, lo que favoreció la implantación de un nuevo tipo de explotación forestal que supuso la puntilla para gran parte de la isla: el cultivo de palma de aceite. En la actualidad, más de tres millones y medio de hectáreas solamente en el Borneo malayo, están cubiertas por monocultivos de palma.
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