Archivo
La burla intelectual de los magisterios separados de la Ciencia y la Religión
Prácticamente la totalidad de los creyentes que no son fundamentalistas irredentos argumentan que no hay conflicto entre Ciencia y Religión, porque ambas supuestamente abarcan dominios excluyentes del conocimiento humano.
Leer más…Diseño Estúpido
Imaginemos que un zoólogo presentara un estudio afirmando que todo el complejo entramado de la vida en la Tierra orbita alrededor de un pequeño gusano, endémico de un único y minúsculo atolón perdido en mitad del océano Pacífico. Es muy probable que nuestro protagonista acabara en el más oscuro ostracismo intelectual y que únicamente fuera sacado del olvido para servir de ejemplo (con escarnio incluido) en clases universitarias de metodología científica. Sin embargo, es habitual que algún «pensador», incluidos algunos científicos a veces muy reputados, sea capaz de usar sin ningún tipo de ética ni rigor profesional un disparatado argumento muy similar al de nuestro zoólogo enamorado de sus gusanos y esperar encima reconocimiento intelectual por su «brillante» evidencia.
Leer más…El evolucionismo y la muerte de dios
Una de las más importantes consecuencias a largo plazo de la publicación del «Origen de las Especies» fue que el enfrentamiento más o menos soterrado entre Ciencia y Religión, que se venía fraguando desde que Copérnico y Galileo presentaran las primeras y demoledoras pruebas de que la Biblia no era para nada un relato certero de la realidad (por mucho que supuestamente hubiera sido revelada por una entidad omnisciente), se decantó de manera inexorable del lado de la primera exponiendo las vergüenzas de lo que ahora sabemos que no es más que el resultado de la delirante inventiva de unos profetas analfabetos y supersticiosos de tiempos remotos.
Leer más…Antropología bíblica: Dios nos creó con un hueso nasal porque sabía que algún día usaríamos gafas
Dentro de la delirante estupidez de los creacionistas siempre se puede ir un poco más allá y sobrepasar todos los límites del ridículo a la hora de presentar ese divino «diseño inteligente» que parece ser que pergeñó (de forma un tanto chapucera por cierto) esa tan particular anatomía humana.
Leer más…La aburrida película del creacionismo
Los religiosos, independientemente de su particular creencia, afirman sin rubor intelectual alguno que un Universo que tienen la inimaginable edad de más de 14.000 millones de años y un tamaño de alrededor de unos 93.000 millones de años luz ha sido «inteligentemente» creado únicamente para el gozo y disfrute de unos monos con poco pelo, bastante cabezones y con un ego desmesurado que habitan en una insignificante mota de polvo cósmico suspendida en un vacío casi infinito.
Perpetuando el ciclo de ignorancia y superstición en pleno siglo XXI
Después de casi siglo y medio de la presentación de la Teoría de la Evolución, millones de fundamentalistas cristianos estadounidenses llevan a sus hijos a recibir, en un ambiente festivo, el único y verdadero conocimiento: esa incuestionable revelación de que vivimos en un miniuniverso de cartón piedra conformado por un puñado de planetas, una bóveda de puntos de luz casi pintada a mano y poco más, una creación inventada por una mente enferma capaz de exterminar a humanos, animales y plantas cuando no se le honra adecuadamente.
El despropósito intelectual de los biólogos evolucionistas religiosos
Un científico religioso es una rara avis permanentemente influido por esa disonancia cognitiva que le produce un comportamiento marcadamente bipolar entre una faceta racionalista y reflexiva durante su jornada laboral y un comportamiento crédulo, supersticioso e infantilizado cuando cuelga la bata y abandona el laboratorio. Y dentro de esta tan particular cofradía de esquizofrénicos intelectuales la palma se la llevan sin duda alguna los científicos evolucionistas creyentes. Leer más…
El intranscendente lugar del hombre y lo absurdo del creacionismo por Francisco Ayala
El prestigioso biólogo evolutivo Francisco Ayala comenta en esta entrevista el insignificante lugar del ser humano dentro de la frondosa inmensidad del árbol de la vida y también desmonta la desatinada proposición religiosa de que nuestros muy imperfectos cuerpos hayan sido inteligentemente diseñados por una entidad todopoderosa a la vez que omnisciente.
Huerto Evolutivo (10): La Fruta de Dios (¿o quizás no?)
.
In Science we trust
.
La banana, el plátano… son frutas cuya forma está perfectamente diseñada para encajar con nuestras manos. Para facilitar aun más la posibilidad de aferrarlas, constan de una superficie antideslizante. Su coloración amarilla y las pintas negras son un indicador de su madurez. El extremo del fruto le permite ser abierto con la misma facilidad que una lata de refrescos. La piel es biodegradable y el extremo del fruto pelado encaja a la perfección en la boca humana. Además es un fruto fresco, fácil de digerir (y sin semillas y con carne dulce, jugosa y energética). Todo ello no puede ser casualidad, por lo tanto, Dios EXISTE. Y la banana es la pesadilla del ateo.
.
¿Cómo os habéis quedado? Irrefutable, ¿verdad? Para mí, el único inconveniente es el último par de frases. Quizás necesite algo más de potencia neuronal, pero no termino de entender cómo se salta del “es perfecta para el ser humano” hasta el “luego es obra y creación de Dios”. Tan sorprendente (por surrealista) argumento fue expuesto por los creacionistas Kirk Cameron y Ray Comfort hace unos pocos años ¿Qué no te lo crees? ¿Qué los creacionistas no pueden llegar tan lejos? Acepto dicho escepticismo, pero es real, aquí tenemos la prueba: mira esta vieja entrada de La Ciencia y sus Demonios, es el segundo vídeo…
No voy a hacer leña del árbol caído. No diré que aunque el plátano sea ideal para consumo humano, otras frutas lo ponen un poco más difícil. Dígase la nuez, que hay que ingeniárselas para consumir su contenido. O el higo chumbo (fruto de la chumbera), delicioso, pero con fieras espinas por fuera y molestas semillas enormes por dentro. O el coco, que bien usado es más peligroso que la honda de David. O la yuca, que hay que desenterrarla, quitarle su dura corteza y luego hervirla para eliminarle los compuestos tóxicos. O el fruto del tejo, que tiene todo lo bueno del plátano: color apetitoso, piel suave, pequeño, fácil de coger y encaja en la boca la mar de bien… pero venenoso. No, no haré leña del árbol caído, me conformaré con reducirlo a astillas. Hoy, en «El Huerto Evolutivo», conozcamos la historia de nuestros plátanos y bananas, las cuáles son así, porque así quisimos.
–

Un montón de plátanos o bananas… joer que hambre me está dando…
Últimos comentarios