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¿La contaminación atmosférica aumenta la tasa de mortalidad del coronavirus?
La actual pandemia por COVID-19 tiene a miles de científicos de todo el mundo intentando desentrañar las causas y mecanismos que han llevado al mundo al borde del colapso socioeconómico. Dos recientes estudios sugieren que la elevada mortalidad ocurrida en algunas zonas de Europa y EEUU estaría relacionada con altos niveles de contaminación atmosférica.
El Ártico es una bomba de relojería climática a punto de estallar
Aunque los efectos del calentamiento global se pueden observar casi en cualquier lugar del planeta, hay una región especialmente susceptible al aumento de la temperatura y que se está convirtiendo en una bomba de relojería climática a punto de estallar: el cada vez menos gélido Norte.
Conservar la biodiversidad es muy bueno para la economía
La biodiversidad no sólo es buena para el medio ambiente y para la salud de las personas, sino que además tiene importantes beneficios económicos para la sociedad.
Adiós a los glaciares pirenaicos
El calentamiento global está afectando a todo el mundo, por lo que no hace falta viajar a los lejanos confines polares para ver en todo su dramatismo como desaparecen casi todas las masas de hielo del planeta. Y así los Pirineos, a unas pocas horas de viaje desde la grandes ciudades españolas, pueden resumir lo que está ocurriendo en todas partes.
La más que sorprendente forma de comunicarse que tienen los árboles
Desde antiguo ha predominado la idea de que los árboles son seres vivos pasivos que se enfrentan con muy pocos recursos a los avatares de la Naturaleza de manera individual. Sin embargo, en las últimas décadas multitud de estudios científicos han venido a cambiar esa ya antigua idea preconcebida y han demostrados que los árboles, lejos de llevar una existencia solitaria, presentan un sofisticado comportamiento grupal que no sólo incluye a los miembros de su propia especie, sino también a otras especies vegetales e incluso a las más diversas familias de hongos con los que comparten una más que productiva relación simbiótica altamente eficiente, tal y como muestra el siguiente y más que interesante video.
¿Es la economía una ciencia?
Miles de economistas de todo el mundo se dedican afanosamente a recopilar datos y estadísticas, que posteriormente combinan en cada vez más sofisticados modelos matemáticos para intentar entender o incluso predecir el complejo flujo de bienes y servicios que hacen posible la vida en las diferentes sociedades humanas, desde las más ancestrales a las más tecnológicas. Sin embargo sorprendentemente todo ese inmenso esfuerzo tiene habitualmente un gigantesco agujero que pone en entredicho las propias bases del estudio de la economía.
Food for thought (I)
“Durante muchos siglos hemos aprendido a pedirle sacrificios a la naturaleza para el beneficio de nuestra especie, creo que ya va siendo hora de nuestra especie empiece a realizar sacrificios en beneficio de los ecosistemas.”
David Attenborough
Darwinismo y economía: o cómo la estúpida competencia puede llevarnos al suicidio colectivo
En numerosas ocasiones la selección natural y la supervivencia del más adaptado darwinianas han servido en economía y en política de justificación de la ortodoxia del libre mercado, el individualismo a ultranza o el liberalismo en todas sus variantes. Sin embargo, dejando de lado el absurdo conceptual de que seres racionales que viven en sociedades hipertecnológicas quieran mantener como guía los patrones evolutivos que han servido a la supervivencia de gacelas, avispas o gusanos, lo que esconde esta excusa es un total desconocimiento de los mecanismos evolutivos y sus implicaciones.
El aprendiz de brujo
Hace alrededor de diez mil años el ser humano paso de ser una especie más, en equilibrio estable con el resto, y comenzó a alterar los ecosistemas en donde vivía, poniendo a su servicio recursos naturales de todo tipo (minerales, vegetales y animales) cada vez en mayor proporción hasta llegar a la situación actual, en donde prácticamente todo el planeta está siendo manipulado para satisfacer las necesidades, pero también los caprichos, de una especie cada vez más omnipresente y depredadora como ninguna otra de las que han poblado a lo largo de los eones este pequeño y pálido punto azul. Y la pregunta que surge es ¿hasta cuándo podrá el planeta satisfacer las cada vez más exigentes demandas de nuestra voraz especie?
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