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Los humanos hemos sido genéticamente modificados hace ya mucho tiempo por los microorganismos más simples
En el mundo actual dominado cada vez más por las nuevas tecnologías genéticas, resulta muy sencillo modificar el material hereditario de las más variadas especies vegetales y animales bien para el avance del conocimiento científico, por interés sanitario o para su aprovechamiento agroalimentario o industrial. Ello por supuesto ha generado una importante polémica social con argumentos enfrentados tanto a favor como en contra de dicha manipulación génica. Pero resulta que los siempre ingeniosos y recicladores procesos evolutivos se nos ha adelantado de largo, incluso en el propio ser humano. Leer más…
Buceando en el Genoma Humano
Hace 12 años de la famosa fotografía en la que aparecían Bill Clinton y Tony Blair estrechándose la mano, festejando el primer borrador de la secuencia del Genoma Humano. Un borrador lleno de errores, y que no cubría toda la extensión de nuestro genoma, pero un primer avance hacia lo que ha venido posteriormente. Y después ha venido mucho, tanto por parte de científicos que han escudriñado en dicha secuencia, como por parte de investigadores que han realizado análisis a gran escala, y que han utilizado el Proyecto Genoma Humano como sustento a sus investigaciones.
En el último trimestre de este año 2012 hemos asistido a la presentación de resultados altamente interesantes, que se apoyan en la secuencia de nuestro genoma. Por un lado tenemos el denominado proyecto ENCODE y por otro el proyecto de los 1.000 genomas.
El proyecto ENCODE (Encyclopedia of DNA Elements) hace un análisis del DNA no codificante. Solamente el 1.5% de la secuencia del genoma humano codifica proteínas. Se estima que en nuestro genoma hay unos 21.000 genes que codifican un número estimado de 90.000 proteínas. El resto del genoma no tiene función codificante, y hasta hace un par de décadas no se conocía bien su función. Una parte de esa secuencia (aproximadamente el 15%) se considera estructural, da consistencia a los cromosomas y mantiene sus extremos –telómeros- preservándolos de su degradación. Pero no se conocía la función de más del 80% restante. A esta secuencia se le llegó a llamar “DNA basura”, un término es total desuso, que ya sólo es empleado por divulgadores científicos (para hacerse entender por el público neófito) o en página creacionistas.
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Por San Valentín regala a tu pareja la secuencia de su genoma
Imágenes de la ciencia y de la naturaleza: la enciclopedia del genoma humano
En 1990, un proyecto internacional de investigación denominado «Proyecto Genoma Humano» emprendió la ingente tarea de secuenciar la totalidad del ADN humano. En 2003, dos años antes de lo esperado, el presidente Bill Clinton y el primer ministro Tony Blair, anunciaron conjuntamente la finalización del proyecto. Repartidos en 23 pares de cromosomas, nuestro genoma está formado por unos 3.000 millones de pares de bases, que contienen cerca de 25.000 genes.
Ni conocimiento libre, ni gaitas…
Si el otro día nos animaba la noticia sobre la oferta pública y gratuita y por parte de la National Academic Press sobre sus ediciones, hoy otro titular emborrona la alegría: «El 20% de los genes humanos están patentados», reza un artículo de The Guardian (vía Guizmodo). Una de cal y otra de arena…
El dato es tan duro como parece: una quinta parte del genoma humano es propiedad de unas cuantas empresas privadas. Esto quiere decir que para trabajar con esos genes, por ejemplo para cualquier investigación sobre terapia génica, hace falta pagar por ello al empresario de turno. De nuevo, confundimos propiedad intelectual con «derechos [económicos] de autor». Y en este caso el agravante es que ni siquiera son los derechos del autor, sino del descubridor, o del que se lo ha comprado al mismo (vamos, como si los americanos aún estuvieran pagándole un alquiler a D. Cristóbal por descubrir para occidente aquellas tierras).
Es lo que tiene el libre mercado: comenzamos pagando a un empresario por un libro cuyo autor está criando malvas y terminamos apoquinando royalties por nuestro propio ADN.
Entre chimpancés y humanos… tan solo unas bases nitrogenadas
Desde que en 2001 se finalizó la secuenciación del genoma humano hemos ido de sorpresa en sorpresa, dado que muchos de los nuevos datos no han concordado con ciertas ideas que teníamos sobre nuestra dotación genética y las diferencias de ésta con otros seres vivos. Primero fue el pequeño número de genes que compone nuestro genoma (entre 25.000 y 30.000), que representa únicamente el doble de los que posee la mosca del vinagre Drosophila melanogaster y tan solo 2.000 a 5.000 más que Arabidopsis thaliana, la primera planta secuenciada y aproximadamente los mismos que el ratón común (Mus musculus).
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