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Aunque Boris Johnson lo afirme, no ha sido «la codicia capitalista» la que ha inventado la vacuna de Astrazeneca sino la cenicienta de la ciencia pagada con dinero público
Hace unas semanas el Primer Ministro inglés afirmó que la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y Astrazeneca había sido posible gracias a la codicia empresarial. Sin embargo, la realidad es que esta afirmación es una monumental mentira, tal y como indica un reciente estudio en proceso de publicación.
Leer más…¿Quien ha invertido realmente en el desarrollo de las vacunas frente a la COVID-19?
Bajo el actual sistema económico los medicamentos son quizás el ejemplo más paradigmático de esa perversa asociación público-privada en la que la primera pone todos los recursos, el esfuerzo y el talento de miles de científicos para que cuando la fruta esté madura el sector privado monopolice los beneficios.
Leer más…El peligro de dejar en manos de otros el desarrollo de medicamentos
Desgraciadamente España es un país que nunca ha apostado en serio por la Ciencia y ahora, con la pandemia coronaviral, quizás veamos en primera persona las terribles consecuencias de esa absoluto abandono (casi suicida) de la única herramienta verdaderamente útil que permite a una sociedad enfrentarse a los complejos problemas de un mundo hiperconectado y globalizado.
El problema de dejar a la iniciativa privada el desarrollo de medicamentos
«Sólo el necio confunde valor y precio». Y desgraciadamente este viejo aforismo quevedesco, no sólo sigue en plena vigencia, sino que a la vista de la evolución económica del mundo sólo se puede concluir que vivimos en una sociedad compuesta, y lo que es peor dirigida, por necios tal y como demuestra el actual sistema de desarrollo de medicamentos.
Lo ridículamente baratas que son las vacunas
Antes de la actual pandemia del coronavirus casi nadie se daba cuenta del muy productivo «negocio» que es para el mundo el tener vacunas eficaces que impidan que esos siempre peligrosos patógenos campen a sus anchas por un mundo globalizado e hiperconectado. Pero ahora, la cruda realidad nos ha despertado de golpe y ya tenemos muy claro el precio de no disponer de esos maravillosos medios profilácticos.
Trágico ejemplo de lo que ocurre cuando faltan las vacunas
La actual pandemia mundial es el ejemplo paradigmático de la importancia de las vacunas, porque cuando un virus se disemina entre la población el desastre (no sólo sanitario) está asegurado.
¿Por qué los medicamentos son cada vez más caros?
Entre 2006 y 2016, el número de patentes de medicamentos otorgadas en los EEUU se duplicó, pero no porque hubiera una explosión innovadora. Simplemente ocurrió porque las compañías farmacéuticas han aprendido cómo engañar al sistema, acumulando patentes no para nuevos medicamentos sino para producir pequeños cambios en los ya existentes, lo que les permite crear monopolios, bloquear la competencia y elevar los precios.
Hay que establecer un cordón sanitario de hierro entre las farmacéuticas y los médicos
Se supone que los médicos son profesionales expertos, que tras pasar media vida formándose primero en la Facultad de Medicina y después como residentes hospitalarios, terminan poniendo a disposición de la ciudadanía todo su conocimiento y experiencia para dar el mejor tratamiento posible al paciente. Sin embargo, desgraciadamente los médicos son también seres humanos moldeados por las mismas presiones evolutivas que nos convirtieron en exitosos primates sociales. Y eso crea un evidente y quizás peligroso conflicto de intereses entre pacientes y las empresas farmacéuticas.
Por una Agencia Estatal de Desarrollo de Medicamentos
La sanidad es quizás el sector más paradigmático de ese más que intocable dogma impuesto por el pensamiento único neoliberal de que los ciudadanos deben asumir los costes y en cuanto se generen beneficios estos deben privatizarse, lo antes posible y al menor precio, en aras de una pretendida (y más que falaz) superioridad del mundo empresarial frente al siempre sospechoso e ineficaz sector público. Y este dogma casi religioso hace que al final los ciudadanos acabemos pagando dos veces (y muchas veces a precios más que prohibitivos) lo que bien pudiera haber sido un bien público, si los políticos por supuesto hubieran sido honrados y no estuvieran pensando en el consejo de administración que les puede tocar cuando termine su labor de «servicio» publico.
La gran mayoría de los nuevos medicamentos no tienen ventaja terapéutica reseñable
Investigadores del «Instituto para la Calidad y la Eficiencia en el Cuidado de la Salud» alemán acaban de publicar un artículo en la prestigiosa revista médica BMJ cuyos resultados ponen en tela de juicio el actual sistema de aprobación y evaluación de los medicamentos.
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