Archivo
La amenaza de Andrómeda
Burton tenía cincuenta y cuatro años; era patólogo. Era titular de una cátedra de la Facultad de Medicina de Baylor y actuaba de consejero del Centro de Vuelos Espaciales Tripulados de la NASA, en Houston. Anteriormente se había dedicado a la investigación en los Institutos Nacionales de Bethesda. Su campo de actuación había sido el de los efectos de las bacterias en los tejidos humanos.
Una de las peculiaridades del desarrollo científico la constituye el hecho de que un campo tan vital permanecía virtualmente intacto cuando Burton se adentró por él. Aunque los hombres sabían que los microbios causan enfermedades, y lo sabían desde la hipótesis de Heine en 1840, a mediados del siglo XX todavía no se sabía nada acerca de cómo ni por qué realizaban sus destrozos las bacterias. Se desconocían los mecanismos específicos.
Como otros muchos en sus dias, Burton empezó con el Diplococcus pneumoniae. el agente causante de la pneumonía. En los años cuarenta antes del advenimiento de la penicilina, hubo mucho interés por los pneumococos; descubierta la penicilina, se evaporaron a un tiempo el interés y el dinero para las investigaciones. Burton se pasó entonces al Staphylococcus aureus, causante de los barrillos y los forúnculos. Por la época en que inició el trabajo, sus colegas investigadores se rieron de él; el estafilococo, lo mismo que el neumococo, era muy sensible a la penicilina. Dudaban que Burton pudiera conseguir dinero suficiente para llevar adelante la tarea.
Leer más…
Últimos comentarios