Archivo
Nuestros primos los neandertales
Se está montando mucho revuelo en los blogs de ciencia estos días con un tema recurrente. ¿Somos o no somos familiares de los neandertales? Nosotros no vamos a ser menos, así que toca explicar un poco el tema y el revuelo.
Empecemos por el principio de la historia para ponernos en situación. Hace unos cuantos años ya, la moda era separar a los Homo sapiens en dos subespecies: Homo sapiens sapiens y Homo sapiens neanderthalensis. Eso fue lo que muchos de nosotros estudiamos en la escuela. Y nos lo creímos.
Unos años más tarde, cuando se descubrió la PCR, cuando se empezaron a secuenciar genomas, se dijo que no, que todo había sido un error, que los cálculos estaban mal hechos, y claramente eran especies diferentes. Recordemos que si fuesen la misma especie, tendrían descendencia fértil, y si son especies diferentes no, por lo que este cambio era muy importante.
Y durante un tiempo, la cosa quedó así. Era la época de los descubrimientos de Atapuerca. Y cada vez nos situaban más lejos. La moda de ser una especie diferente, única. Muchos dudaban de estas nuevas teorías, argumentando lo evidente: si sapiens y neandertales vivían en el mismo sitio… ¿no iban a relacionarse? Vamos, que somos humanos… Pero parecía que no, que se debían ignorar mutuamente.
La ciencia siguió avanzando, y la teoría se volvió a un «bueno vale, puede que se relacionasen… pero la descendencia no era fértil». Erre que erre con que somos bien diferentes.
Leer más…
Algunos creen que la ciencia es como el fútbol…
Solemos pensar que política y ciencia no combinan bien, pero la segunda necesita inexcusablemente de la primera. Lo mismo ocurre muchas veces con el periodismo, y mientras algunos profesionales de las rotativas ven a los científicos como locos con batas blancas que viven en su propio mundo sin salir del laboratorio, en el mundillo científico no se suele tener en buena consideración a la prensa, por las numerosas incorrecciones que la prepotencia de ciertos profesionales nefastos hacen aparecen con demasiada frecuencia en los medios de comunicación.
Sin embargo, periodismo y ciencia deben ser compañeros inseparables. Los resultados científicos deben ser transmitidos a la sociedad, que no solo debe beneficiarse de la utilización de los avances tecnológicos o médicos, sino también de la adquisición del conocimiento que los investigadores van atesorando y que debe ser propiedad de -y por lo tanto compartido por- toda la humanidad.
El problema es que, a veces, algunos lo ponen muy difícil. Sigue existiendo una mentalidad sensacionalista en buena parte de la profesión periodística que, sin ser mayoría, solo busca titulares llamativos que hablen de escándalos, disputas, enfrentamientos y otros valores más propios de un periódico futbolístico que de una sección de ciencia.
Nuestros ancestros denisovanos
Un análisis genético comparativo muestra que un alelo de un componente vital en el sistema inmunológico del hombre moderno parece haber sido adquirido por hibridación con una especie hermana de los neandhertales.
Si bien hace tiempo se pensaba que los humanos modernos no habían hibridado con los neanderthales, numerosos estudios realizados durante los últimos años han venido demostrando todo lo contrario. Uno de los últimos y más significativos estudios sobre el tema fue publicado el pasado año en la revista Science (Green et al. 2010), donde a través del análisis comparativo de cuatro mil millones de nucleótidos procedentes de tres individuos neanderthal con los genomas de cinco humanos actuales, los investigadores encontraron abundantes coincidencias con los humanos no subsaharianos, lo que indica que existió un importante flujo génico a partir de los neanderthales con aquellas poblaciones de humanos modernos fuera de África.
Descubierto un pariente cercano de los neandertales en Siberia
Utilizando ADN de una falange procedente de la Cueva de Denisova, en el sur de Siberia, se ha secuenciado el genoma de una hembra joven de homínido de hace unos 30.000 años. El estudio, llevado a cabo por un grupo internacional y publicado esta semana en Nature, desprende que el individuo analizado perteneció a un grupo que comparte un origen común con los neandertales, habiendo convivido con éstos y con Homo sapiens.
Esta población no parece haber participado en el flujo génico de los neandertales con las poblaciones de Homo sapiens euroasiáticas, pero los datos sugieren que aportaron un 6,4% de su material genético a los genomas de las poblaciones melanesias. Los investigadores han designado a la población como «denisovana», por el nombre de la cueva en la que se encontró el hueso del dedo y un diente con un genoma mitocondrial muy similar. El equipo sugiere que esta población pudo dispersarse por Asia durante el Pleistoceno tardío, presentando una historia evolutiva diferenciada de los neandertales y humanos modernos.
Más información: Pruebas moleculares sobre hibridación con linajes humanos desconocidos.
Últimos comentarios