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¿Se puede demostrar la inexistencia de Dios? la Ciencia ha hecho algo mucho mejor
Uno de los más erróneos “argumentos” de los creyentes, que además es el último recurso que utilizan cuando se les han desmontado todas y cada una de las pobres “evidencias” que suelen repetir (como papagayos) en defensa de la irracionalidad manifiesta consistente en dar por válidos mohosos libros, de esos que narran las andanzas de analfabetos dementes necesitados de modernos tratamientos psiquiátricos, es afirmar que no se puede demostrar la inexistencia de los dioses (por supuesto y sobre todo en su versión judeocristiana). Sin embargo la Ciencia ha hecho algo mucho mejor.
Leer más…Todo tiene una explicación, más o menos
Los primates humanos, en su desaforada imaginación, tienden siempre a buscar una explicación (aunque sea la más absurdamente rebuscada) a cualquier evento. Y esa «explicación» siempre (desgraciadamente) incluye la máxima dificultad: esa que dice que una entidad todopoderosa, ajena al espacio-tiempo altera la realidad y se inmiscuye en los insulsos asuntos de unos pobres monos bípedos con demasiado ego, una más entre las decenas de millones de especies que han evolucionado en un pequeño planeta, que orbita a una insignificante estrella, de una de las casi infinitas galaxias que componen el casi inabarcable y prácticamente infinito Cosmos que la Ciencia va desvelando poco a poco.
Leer más…Los orígenes de los dioses: una introducción (no exhaustiva) al estudio científico de la religión (XII)
Los religiosos apelan a profundas «razones» para justificar sus creencias, pero la realidad es mucho más prosaica. La religión es simplemente otra característica humana más, sujeta como todas a las inexorables leyes de la Biología Evolutiva desde el momento en el que la selección natural nos dotó de una complejidad cerebral y social que, inevitablemente nos dirigió hacia los senderos de la superstición.
Leer más…Exorcismos en el siglo XXI ¡ahí es nada!
Han pasado los milenios, el conocimiento humano a través de la Ciencia ha alcanzado cotas casi inimaginables, arrinconando a las divinidades al casi impotente «Dios de los huecos». Y sin embargo, parece que el Demonio se resiste a desaparecer y sigue haciendo de las suyas.
Leer más…Conversión farmacológica de ateos en personas religiosas: una introducción (no exhaustiva) al estudio científico de la religión (XI)
A lo largo de la Historia millones de personas en el mundo han tenido una revelación de naturaleza divina, algo que les cambia la vida y con cuya experiencia quieren intentar convencer al resto de los mortales de la existencia y del omnímodo poder de la Serpiente Emplumada, el Dios Elefante o la Zarza Colérica. Aunque solo basta leer un poco de literatura científica para comprobar que todas esas experiencias no tienen nada de extraordinarias y si mucho de ver con la química cerebral, tal y como indican los datos de un reciente artículo científico.
Los humanos son naturalmente religiosos: una introducción (no exhaustiva) al estudio científico de la religión (X)
Uno de los grandes “argumentos” de los creyentes es que como la religión es un comportamiento universal (que se ha encontrado en prácticamente todas las culturas que ha desarrollado la humanidad en su ya largo devenir) eso por tanto sería la prueba de que las creencia son algo “bueno”. Sin embargo, este es un pobre y más que erróneo argumento.
La religión es otro producto más de la selección natural
Los creyentes afirman (sin prueba alguna, por cierto) que la religión es algo externo a la psique humana, y que las creencias demuestran la existencia de las particulares divinidades que han sido adoradas a lo largo del tiempo por las diferentes culturas. Sin embargo, la Ciencia está desentrañando los complejos mecanismos evolutivos que, en términos estrictamente darwinianos, llevaron a nuestros ancestros a inventar todo el complejo mundo supernatural, tal y como lo explica en el siguiente video el Dr. David Buss, profesor de psicología de la Universidad de Tejas.
Que no, que no eran demonios sino simples (pero más que letales) patógenos: una introducción (no exhaustiva) al estudio científico de la religión (IX)
El mal ha sido siempre la principal preocupación (cuando no obsesión) de esos monos bípedos con poco pelo y con un gran cerebro autodenominados sapiens. Y ¿qué mayor expresión del poder del mal que esas más que genocidas pandemias que a lo largo de la Pre y luego Historia han diezmado a generaciones de humanos durante milenios? Pues bien, según un reciente estudio científico todo ese más que elaborado constructo socio-supersticioso sobre malévolos demonios, siempre dispuestos a disfrutar con el dolor y la sangre de la Humanidad no es más que un adaptación evolutiva frente a los más que letales (y reales por cierto) patógenos.
Una introducción (no exhaustiva) al estudio científico de la religión (VIII): cómo contactar con espíritus, alienígenas, ángeles, demonios y por supuesto dioses en el más que ateo siglo XXI
Aunque el tecnológico e hiperdesarrollado mundo moderno parece ser un lugar hostil para entidades supernaturales, hay un par de sitios en los EEUU en donde la presencia de espíritus, monstruos, demonios, dioses y hasta alienígenas es más que habitual.
La medicina científica está acabando con el mundo espiritual
Una de las mayores invenciones de la más que poderosa mente humana ha sido sin duda el mundo espiritual, tanto en su variante profana como en la religiosa, en donde fantasmas de los fallecidos, espíritus varios, ángeles y demonios junto con los siempre variados dioses campaban a sus anchas, favoreciendo unas veces a los seres humanos mientras que en otras ocasionaban producían severos perjuicios a quienes les molestaban o desobedecían. Sin embargo, a día de hoy el estudio científico de la mente humana está desvelando que todo este complejo mundo del «más allá» tiene un origen mucho más cercano y también más prosaico.
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