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Todos tranquilos que el yoga está ayudando a vencer a la pandemia coronaviral
En un momento en el que la pandemia coronaviral está extendiéndose por todo el mundo, con el más que probable resultado del colapso de los débiles sistemas sanitarios de los países del Tercer Mundo, el primer ministro de la India tiene la solución: por supuesto nada de medicamentos avanzados, ni desarrollo de vacunas (que eso son estupideces de la denostada Cienciaoccidental) sino la vuelta a esos «efectivos» tratamientos médicos avalados por miles de años de superstición y podredumbre intelectual.
El «milagro» de Notre Dame desmontando por la siempre atea Ciencia
Aunque vivimos en el hipertecnológico siglo XXI, miles de millones de personas siguen irracionalmente apegadas a oscuros mitos heredados de nuestro pasado más ignorantemente remoto. Y ello conlleva que, aunque las pruebas y las explicaciones científicas son accesibles a todos y gracias a internet en todo momento y lugar (siempre y cuando se tenga el más mínimo interés en buscar información y aprender), en este mundo hiperconectado siempre se puede hacer el más absoluto ridículo intelectual.
La medicina científica está acabando con el mundo espiritual
Una de las mayores invenciones de la más que poderosa mente humana ha sido sin duda el mundo espiritual, tanto en su variante profana como en la religiosa, en donde fantasmas de los fallecidos, espíritus varios, ángeles y demonios junto con los siempre variados dioses campaban a sus anchas, favoreciendo unas veces a los seres humanos mientras que en otras ocasionaban producían severos perjuicios a quienes les molestaban o desobedecían. Sin embargo, a día de hoy el estudio científico de la mente humana está desvelando que todo este complejo mundo del «más allá» tiene un origen mucho más cercano y también más prosaico.
¿Existe lo sobrenatural? Una reflexión navideña
A lo largo de la historia, e incluso en la actualidad, miles de millones de personas creen en fenómenos sobrenaturales, pero ¿existe lo sobrenatural?
El problema de la psiquiatría con la religión
Tres investigadores de la “Harvard Medical School” han expuesto uno de los grandes problemas de la psiquiatría actual: un diagnóstico totalmente dependiente de factores externos, lo que implica que algunos pacientes son adecuadamente tratados mientras otros dan rienda suelta a sus delirios sin cortapisa alguna, con el consiguiente peligro para ellos mismos y los que les rodean.
La anticientífica doble vara de medir de la psiquiatría: ateos locos y creyentes cuerdos
Ante un mismo conjunto de síntomas los profesionales médicos pueden diagnosticar o no a una persona como enfermo mental dependiendo de si el individuo en cuestión responde con un par de palabras «mágicas». Y aunque pueda parecer increíble, esto es posible ya que la psiquiatría tiene un gran problema irresoluto llamado religión.
Un «salvaje» racionalista frente a un «civilizado» supersticioso
Un psiquiatra medieval en pleno siglo XXI
En los últimos siglos el espectacular desarrollo de la medicina ha sido capaz de mejorar casi de manera increíble la calidad y la esperanza de vida de las personas (al menos de los privilegiados habitantes del mundo desarrollado) gracias al pensamiento racionalista y a la aplicación sistemática del método científico. Así, todas las disciplinas médicas han ido abandonado los viejos modos de pensamiento irracional basados en la superstición tanto religiosa como secular, y al concentrarse en una visión materialista de la anatomía, la fisiología y la patología han permitido identificar, clasificar, tratar, paliar y muchas veces curar gran parte de las casi infinitas dolencias que acompañan al ser humano a lo largo de su vida. ¿Todas? Pues aunque pueda parecer sorprendente parece ser que no ya que existe una especialidad médica que, al estilo de esos irreductibles galos de la famosa aldea de la Bretaña, intenta resistirse a los todopoderosos envites del malévolo Imperio Científico utilizando ¡agárrense porque no es broma! las terapéuticas armas que le proporciona la Santa Madre Iglesia, estamos hablando de la Psiquiatría.
Programados para creer
En este video Michael Shermer muestra algunos de los sesgos de nuestros cerebros capaces de explicar la recurrente tendencia a la superstición de nuestra especie.
Evidencia o creencia: cómo funciona el método científico (I)
Este tema quizá resulte cansino para la mayor parte de nuestros lectores, pero es algo que recurrentemente parece ser necesario escribir. Bastan unas cuantas conversaciones, sean en persona o virtuales, para sorprenderte una vez más (y van…) con la incomprensión generalizada que gran parte de la población muestra sobre cómo trabaja la ciencia.
Es común leer aseveraciones tales como «la ciencia es la nueva religión«, «los dogmas de la ciencia» o la «incapacidad de la ciencia oficial para aceptar nuevas ideas«. Obviamente, estas críticas pueden ser aplicables a muchos científicos que, como personas que son, pueden adolecer de defectos y prejuicios como cualquier otra. Sin embargo, cuando se refieren a «la ciencia» en general, solo denota la enorme ignorancia que el crítico posee sobre la forma de trabajar en el mundo científico.
Decía Arthur C. Clarke que «toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia» y, lamentablemente, esto es lo que ocurre en muchas ocasiones. Para un buen número de personas, la ciencia consiste en una especie de ministerio donde unos doctores con batas blancas opinan magistralmente sobre un tema y, dado su prestigio y posición, sientan cátedra sin mayor argumentación que su valía. El resto, se limita a creer ciegamente sus aseveraciones.
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