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«Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una montaña»

13 julio, 2010

La máxima que titula esta entrada, atribuida -aunque sin confirmar- al filósofo chino Confucio, viene a decir que con la voluntad y constancia suficiente somos capaces de realizar cualquier empresa. Ahora bien, ¿es indiscutible esta aseveración?. No sólo es discutible, sino que es falsa, y además me permito decir que perniciosa. No somos capaces de cualquier cosa. Como humanos, tenemos unas limitaciones que debemos asumir, o caeremos en la más profunda de las frustaciones cuando nos demos cuenta de que no somos dioses.

No cabe duda que muchos dichos populares rebosan sabiduría empírica, y que grandes pensadores han dejado en una sola frase una reflexión que a otros nos costaría páginas expresar, suponiendo que fuéramos capaces de hacerlo. Prueba de la admiración que sentimos por estas citas breves es nuestra sección «Sapere aude«, donde vamos recogiendo las que más nos gustan.

Sin embargo, como tantas cosas, las citas célebres representan un arma de doble filo. En muchas ocasiones, una frase ingeniosa, un dicho conocido o una cita de un sabio relevante llegan a convertirse en tópicos universales que, lejos de orientarnos, nos alejan de la realidad y nos hacen creer o conformarnos con algo que no es tan exacto como debiera. En lugar de enriquecernos, nos degradan, y de igual forma que pueden convertirse en instrumentos de reflexión y sabiduría, también pueden tornarse en tenebrosas herramientas de la conformidad, la ignorancia y el oscurantismo.

El Cotopaxi, 272 kilómetros cúbicos de montañita

El Cotopaxi, 272 kilómetros cúbicos de montañita

¿Construir una montaña con un puñado de tierra diario? Ni en broma. Un puñado de tierra no tiene más de 250 cc (0.00025 m³). Llenar una caja de un metro cúbico precisaría 4.000 puñados (es, decir, más de diez años de paciente acarreo). Llenar un trailer de 8 metros de largo costaría unos 208.000 días, unos 570 años. Construir un pequeño monte de 1 km³ (para  el Monte Éverest se calculan unos 1.500 km³) llevaría la friolera de 4.000.000.000.000 (4 billones) de días, unos 11.000 millones de años, prácticamente la edad del universo.

Va a ser que no, que por mucho empeño que le pongamos, a lo largo de nuestra vida llenaremos como mucho un Seat Ibiza.

Pero cuidado, no estoy diciendo que no seamos capaces de constuir una montaña, o incluso de construir un planeta entero. Solo señalo que, discrepando del sabio oriental, no podemos hacerlo sólo con paciencia y puñados diarios de tierra. Nuestro ingenio, el que nos hace humanos, debe ser capaz de prever que nunca lo conseguiremos de esa manera, y tal conocimiento será el que nos espolee para superar el reto obligándonos a buscar medios viables. Y este punto reside la peligrosidad de muchos refranes, dichos y pensamientos «filosóficos» de este tipo: en lugar de estimular la imaginación, el ingenio y el intento de superación, nos instan a darnos cabezazos contra las paredes, auspiciados por un ignorante en matemáticas elementales.

Lógicamente, pensara el lector que se trata de una parábola, que no hay que tomarla al pie de la letra y que estoy buscándole tres pies al gato. También me permito discrepar. Es una parábola, en efecto, pero una parábola nefasta. En ella se anima a no analizar previamente nuestros objetivos y la forma de alcanzarlos, se nos anima a no ser imaginativos, ni siquiera a ser racionales. La parábola nos insta a confiar, aprovechando nuestra ignorancia, en que con pequeños y nada novedosos actos podremos alcanzar cualquier meta. Si hubiéramos pensado así, estaríamos intentando llegar a la Luna esperando con paciencia un viento favorable (otra cosa es que nos interese llegar a la luna o no, pero esto compete a otra discusión).

Los ejemplos de este tipo son numerosos, pero sólo vamos a citar algunos más del mismo Confucio, ya que estamos:

«La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.»

(Todo el mundo sabe que cuanto más palurdo seas, menos xenófobo)

«La naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural.»

(En Atapuerca han encontrando un collar Neandertal con la inscripción «haz el amor, no la guerra»)

«Pensar dos veces ya es bastante.»

(Eso, eso, tampoco nos vayamos a pasar!)

Y especialmente dedicada a los becarios:

«Escoge una carrera que ames y jamás en tu vida tendrás que trabajar»

Esta sí que va a ser verdad…

.

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  1. 13 julio, 2010 a las 1:44

    Pues me has convencido, y mira que venía leyendo con ganas de discutirte.

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  2. 13 julio, 2010 a las 6:22

    La entrada me ha producido muchas sensaciones, cierto, pero también me ha inducido a reflexionar y eso, por sì mismo, ya me enriquece y lo agradezco.

    Bien. Lo primero que tendría que decir, como tu también ya lo anotaste, es que el sentido de esta «perla» de la sabiduría popular es metafórico. Pero yo diría, más bien, que la perla es hiperbólica: exagera la realidad para que la enseñanza sea más entendible.

    En realidad las enseñanzas populares son así: redundantes y exageradas porque de esa manera no hay forma de que SE TE ESCAPE EL SENTIDO. Por supuesto que con la constancia no vamos a hacer TODAS las cosas, pero si se pueden hacer GRANDES cosas, dependiendo de lo que el sujeto en cuestión considere GRANDE. Un claustrofóbico que en el día a día puede «atravesar» (no «superar») el miedo de subir al elevador de su edificio puede decir que eso ya es GRANDE, aunque la mayoría de las personas suban y bajen el elevador sin el mayor esfuerzo y lo consideren una nimiedad.

    La montaña NO ES LA META, es su SIMIL. La montaña sólo representa. Y así como SI SE PUEDE CONSTRUIR UNA MONTAÑA después de 1.000 millones de años, la representación (meta)se puede alcanzar aunque el ser humano se tarde lo que dure la vida de los hombres. El ser humano puede alcanzar cosas, pero no necesariamente cosas «imposibles». El puñado de tierra (siguiendo la idea) no hará que de pronto tengamos un océano. Concuerdo: no somos dioses. Y no me parece que de la frase se deduzca necesariamente la interpretación de «el ser humano puede hacer cosas imposibles».

    Sí, estoy muy de acuerdo en lo que dices acerca de que muchas de esas «sabias» sentencias «nos alejan de la realidad y nos hacen creer o conformarnos con algo que no es tan exacto como debiera.» y que «pueden convertirse en instrumentos de reflexión y sabiduría, también pueden tornarse en tenebrosas herramientas de la conformidad, la ignorancia y el oscurantismo.»

    La cuestión aquí es que se trata de interpretaciones. Y, por ello, de sujetos. Será cada sujeto quien, con base en su experiencia y mínimo de reflexión den sentido a estas frases que, por sí mismas, no constituyen necesariamente un factor de limitación.

    Tú mismo has hecho una interpretación en tu entrada: «En ella se anima a no analizar previamente nuestros objetivos y la forma de alcanzarlos, se nos anima a no ser imaginativos, ni siquiera a ser racionales. La parábola nos insta a confiar, aprovechando nuestra ignorancia, en que con pequeños y nada novedosos actos podremos alcanzar cualquier meta»

    ¿Por qué esta frase se anima a no «analizar» previamente «nuestros objetivos»? ¿Por qué los actos «pequeños» deben ser «nada novedosos» y porque es «cualquier meta»?

    Que los actos pequeños cambien cosas (porque los cambios son procesos) no implica que no sean novedosos. Insisto: es cuestión de tú interpretación y analizar o no los objetivos es responsabilidad del sujeto, pero en ningùn momento la frase plantea «mecánicamente y sin pensar haz las cosas pequeñas».

    Completamente de acuerdo con que el ser humano no es infalible, y por supuesto que hay cosas que por más voluntad, constancia o empeño simplemente el ser humano no puede hacer, porque es ser humano, no un delfín o un extraterrestre con telepatía o un dios. Por supuesto que conocer nuestra condición (y sus limitantes)es indispensable para encontrar salidas ingeniosas e imaginativas para resolver problemas.

    Pero, insisto: la frase no insta a que seamos ignorantes y no analicemos y hagamos cosas, con constancia, pero sin razonarlas. Esa es (una) iterpretación del autor.

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  3. KC
    13 julio, 2010 a las 13:27

    JM, no me seas literalista, cohone… 😀 Como dice Sibila, ciertamente es una hipérbole metafórica; sí, de esas que tanto se dan en la Biblia y la gente se toma a pies puntillas… supongo que por eso la entrada. Tienes razón con que no todas estas frases filosóficas van a ser necesariamente perfectas, ni tienen por qué cumplirse en nuestra vida subjetiva, aunque sí sirven para extraer de ellas conceptos que a alguien le pueda servir de inspiración conductual.

    Lo que está claro es que hay aforismos mejores y peores. Supongo que por eso unos nos gustan más que otros.

    Saludos.

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  4. 13 julio, 2010 a las 19:19

    Estoy de acuerdo en que la frase es una hipérbole metafórica, y es muy posible que el autor no quisiera expresar que no debemos analizar las cosas y hacerlas sin razonar. También coincido en que es una interpretación mía y, como tal, subjetiva.

    Pero os aseguro que conozco muchas personas que utilizan esa interpretación, que la usan como inspiración conductual y que pretenden cambiar el mundo a base de pequeñas, insignificantes y no acumulativas acciones. ¿No conocéis a nadie que piense que siendo un poquito mejores cada día alcanzaremos un mundo paz y libertad para todos? ¿Nunca habéis oido que si cada día ofreciéramos un poco de lo que nos sobra acabaríamos con el hambre en el mundo? ¿No os suena el argumento de que si apadrinamos a un niño estamos levantando al tercer mundo? Pues esas acciones son el resultado de ciertas inspiraciones conductuales. Y si aplicamos las mas elementales matemáticas, podremos comprobar que una cuarta parte de la población no puede mantener a las otras tres cuartas partes con unos cuantos céntimos (o montoncitos de tierra) diarios.

    Y al loro, no estoy diciendo que «apadrinar» a un niño del tercer mundo, donar el 0,7 de nuestro sueldo a una ONG o ser un poco mejores cada día, sean malas acciones. Estoy diciendo que no son ninguna solución definitiva, que así no conseguimos construir una montaña, sino apenas un montecillo. ¿Que es mejor eso que nada? obviamente, pero esta forma hiperbólicometafórica de pensar nos lleva a creer que estamos contribuyendo a un mundo más justo, cuando solamente estamos tapando algunos boquetes, y gracias. Pero claro, echar unas cuantas horas de paletadas de tierra es considerablemente más jodido que llevar un puñadito de tierra al día.

    Como ejemplo de la honradez y la racionalidad que creo que le falta a la frasecilla de marras, pongo otro ejemplo que va exactamente sobre el mismo tema, que atañe al mismo tipo de comportamiento, que también es metafórico, que también es filosófico, pero que no pretende engañarnos. Decía Eduardo Galeano:

    «La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.»

    ¿Cual es la diferencia fundamental? Que la Confucio nos dice que llegaremos al final, pero Galeano nos advierte que más vale que merezca la pena avanzar por avanzar, porque nunca alcanzaremos la meta.

    Y de las otras citas, ni hablamos…

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  5. Darío
    13 julio, 2010 a las 19:49

    Pero os aseguro que conozco muchas personas que utilizan esa interpretación, que la usan como inspiración conductual y que pretenden cambiar el mundo a base de pequeñas, insignificantes y no acumulativas acciones. ¿No conocéis a nadie que piense que siendo un poquito mejores cada día alcanzaremos un mundo paz y libertad para todos? ¿Nunca habéis oido que si cada día ofreciéramos un poco de lo que nos sobra acabaríamos con el hambre en el mundo? ¿No os suena el argumento de que si apadrinamos a un niño estamos levantando al tercer mundo? Pues esas acciones son el resultado de ciertas inspiraciones conductuales. Y si aplicamos las mas elementales matemáticas, podremos comprobar que una cuarta parte de la población no puede mantener a las otras tres cuartas partes con unos cuantos céntimos (o montoncitos de tierra) diarios.

    Si: he escuchado y leído estas tonterías ad naseum.

    ¿Que es mejor eso que nada? obviamente, pero esta forma hiperbólicometafórica de pensar nos lleva a creer que estamos contribuyendo a un mundo más justo, cuando solamente estamos tapando algunos boquetes, y gracias. Pero claro, echar unas cuantas horas de paletadas de tierra es considerablemente más jodido que llevar un puñadito de tierra al día.

    Y no solamente se tapan algunos boquetes: permite hacernos creer que hacemos algo contra las injusticias para seguir en nuestro mundito sin sentimientos de culpa… ¿Una forma de tapar bouquetes internos? :mrgreen: :mrgreen:

    Y si: también le creo más a Galeano que al sucedáneo ascéptico que nos han vendido los newageros sobre una supuesta filosofía oriental.

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  6. KC
    13 julio, 2010 a las 19:53

    De las otras frases directamente habría que darles un antipremio que bien pudiera llamarse los premios Bocarrana o Bocachancla.

    Lo que yo quería decir, JM, es que no se puede analizar una frase literaria o filosófica desde un cálculo matemático, aunque tengas razón en que matemáticamente deje bastante que desear. Es posible que el mismo Confucio la dijera sin atenerse a hacer cálculos matemáticos (si es que la dijo él). Pero lo de analizar una frase desde un análisis lógico-matemático ya lo hizo una vez en este blog el amigo Aficionado -que por cierto echo de menos algunos de sus comentarios- sobre la frase de Ortega que dice yo soy yo y mis circunstancias y me pareció que era un error porque las matemáticas no sirven para interpretar textos, y mucho menos textos con cierto trasfondo.

    Aún así estoy totalmente de acuerdo en hacer este tipo de críticas, sobre todo habiendo tantas frases de este tipo en según qué textos sagrados con las que lo único que pretendía aquel que las escribiera era crear esa inspiración conductual que luego ha llevado a tantos conflictos cerebrales y pajas mentales. La frase que pusiste es una ejemplo similar a muchas frases bíblicas pseudofilosóficas con una finalidad más bien dudosa…

    No me sirve el ejemplo que dices sobre la mejora del Mundo ya que sí es cierto que mejore gracias a esas pequeñas acciones que suman mucho más que las de los pocos que tienen poder para modificarlo (de hecho diría que quienes tienen poder real para poder cambiarlo, son los que más lo joden). Es más, sin esas pequeñas acciones de cada uno, esto seguiría siendo el siglo XV.

    Cierto es que la frase de Galeano es, de algún modo, más honesta que la de Confucio, pero también debería haber dicho que quizás su utopía no fuera la mía o que la mía no tiene por qué ser la del vecino, ya que utopía es un término también subjetivo. Además de que en el término en sí hay un INHERENTE significado de inalcanzable, que puede ser relativo. Hace 30 años creo que para cualquier negro norteamericano hubiera sido una utopía el pensar que un negro podría acceder al puesto de Presidente.

    Saludos.

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  7. 13 julio, 2010 a las 20:20

    Bueno, KC, el cálculo mátemático es lógicamente irónico (leche, si Confucio puede exagerar, yo también puedo hacer una reducción al absurdo, :mrgreen:). A lo que iba es precisamente a ese transfondo: nos podemos creer que alimentaremos a 7.000 millones de personas con 50 céntimos diarios de cada habitante del «primer mundo», pero la realidad es que con eso no hacemos absolutamente nada mientras siga creciendo exponencialmente la población y no desarrollemos otras formas de cultivo, pesca y ganadería.

    Y eso, por feo que suene, no se consigue transportando puñaditos, sino invirtiendo una pasta en investigación y en educación, así como modificando políticas económicas y sociales. Y además rapidito o petamos, no podemos esperar a que crezca la montaña.

    Son más solidarios los transgénicos y los condones que las filosofías orientales, por poco políticamente correcta que sea la comparación.

    Y si el objetivo es finalmente inalcanzable y acabamos petando, valoremos con qué habremos vivido mejor durante el camino.

    Por último, sinceramente no me creo que pienses que tener de presidente a Obama suponga de verdad haber alcanzado la utopía de Martin Luther King 😉

    Saludos.

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  8. Darío
    13 julio, 2010 a las 20:42

    Son más solidarios los transgénicos y los condones que las filosofías orientales, por poco políticamente correcta que sea la comparación.

    :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen:

    Te acabas de ganar la excomulgación de la feligresía esotérica de izquierda y no poca de derecha, y de no pocos de sus Obispos.

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  9. jose
    13 julio, 2010 a las 21:42

    «¿No os suena el argumento de que si apadrinamos a un niño estamos levantando al tercer mundo?»
    Bueno, decir eso para no apadrinar tampoco me suena convincente.

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  10. 14 julio, 2010 a las 0:12

    jose :

    Bueno, decir eso para no apadrinar tampoco me suena convincente.

    Pues Jose, casualmente yo apadrino a un niño… (aunque soy consciente de lo que vale y lo que significa).

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  11. KC
    14 julio, 2010 a las 2:09

    J.M. Hernández :
    Por último, sinceramente no me creo que pienses que tener de presidente a Obama suponga de verdad haber alcanzado la utopía de Martin Luther King
    Saludos.

    Hace 40 años es muy posible que al hecho de que un negro pudiera acceder a la presidencia, más de un millón de negr@s norteamerican@s lo denominaran, en algún momento de sus vidas, «utopía». Si más de un millón lo denominó alguna vez así, podríamos decir que de alguna forma lo era, hasta hace más bien poco. De momento parece que un negro puede gobernar USA sin que se nos caiga el cielo sobre las cabezas, lo haga mejor o peor que otros.

    Sobre lo del comentario «malthusiano», estoy bastante de acuerdo contigo, y diría que, como casi siempre, la previsión no ha sido la piedra angular de la política mundial… bueno, ni de la mundial, ni de la nacional ni de la local… Es más, diría que la política ignora que sea la previsión. Más o menos como parte del Derecho y parte de la Economía. Algunos no se dan cuenta de que ayer, hoy y mañana son totalmente distintos.

    Saludos.

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  12. 14 julio, 2010 a las 8:49

    KC :

    diría que la política ignora que sea la previsión.

    Ahí si que estamos de acuerdo al 100%, al menos la previsión > 4 años 😉

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  13. Pálido Punto
    14 julio, 2010 a las 9:25

    Estás corrigiendo a Confucio. Creo que han puesto tu foto al lado de la palabra «Presuntuoso» en la Enciclopedia :P.

    Confucio, evidentemente, no se puso a pensar en cantidades de tierra, unidades de volumen, veces por año ni nada por el estilo. Por cierto, has de saber que era un gran matemático, y que si hubiera pretendido hacer un estudio de las necesidades para constuir una montaña, lo hubiera hecho.

    Tu error es confundir la Filosofía con la Ciencia. Tu visión está focalizada y todo se te transforma en magnitudes, absolutos, cifras. Abre tu mente. La profundidad de esta cita filosófica, igual que la belleza de Orión, la armonía de una poesía, la sensualidad de Sara Carbonero, la elegancia de un caballo cartujano, el amor contenido en el beso de una madre, etc. son elementos que no se miden por las veces que se pueden meter en un Seat Ibiza. Lo triste sería precisamente eso, que fueran medibles.

    Mira, te propongo una entrada basada en esta frase de Cien años de soledad, de García Márquez: «…se comía medio lechón en el almuerzo y cuyas ventosidades marchitaban las flores» para que nos expliques científicamente por qué el autor está equivocado y que no hay pedos de ese calibre… 😛

    Un saludo.

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  14. jose
    14 julio, 2010 a las 13:03

    J.M. Hernández :Pues Jose, casualmente yo apadrino a un niño… (aunque soy consciente de lo que vale y lo que significa).

    Era por si acaso 😛

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  15. Darío
    14 julio, 2010 a las 16:35

    Tu error es confundir la Filosofía con la Ciencia. Tu visión está focalizada y todo se te transforma en magnitudes, absolutos, cifras. Abre tu mente.

    Anda ya. Te proponías una crítica a los alucinados pseudofilósofos que traen a Oriente y a Confucio para todo, venga o no a cuento, y terminas siendo corrector de Confucio y terminas viendo la crítica al revés: ¿no son algunos, o varios, alucinados filósofos o peor aún, pseudofilósofos de tres al cuarto, los que pretenden hacer pasar por ciencia sus desvaríos filosóficos? O peor aún: pretenden que la ciencia se someta a lo que ellos te dicen que es la filosofía 🙄

    Y terminamos con el clasico mantra del alucine newagero:Abre tu mente. Y tumba el cerebro… 😛

    En fin.

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  16. 14 julio, 2010 a las 19:23

    Pálido Punto :

    Estás corrigiendo a Confucio. Creo que han puesto tu foto al lado de la palabra “Presuntuoso” en la Enciclopedia :P .

    No, no estoy corrigiendo, estoy CRITICANDO a Confucio, espero que sepas apreciar la diferencia. Y además, suponiendo que esa frase fuera realmente suya, dado que es algo sin comprobar. Pero claro, como parece que comprobar la veracidad de algo es antipoético y afilosófico, supongo que dará igual.

    Pálido Punto :

    Confucio, evidentemente, no se puso a pensar en cantidades de tierra, unidades de volumen, veces por año ni nada por el estilo.

    Es algo evidente. Pero mal has entendido la crítica, según observo. Los cálculos sobre la imposibilidad de construir una montaña a puñados son tan metafóricos como la propia afirmación de la frasecilla. Tratan de mostrar que no todo se puede conseguir poco a poco y con constancia. A veces hay que utilizar otros métodos. Lo que pretendo decir es que igual que no se construye una montaña con puñados de tierra diarios, no se consigue la paz en el mundo con un besito amoroso diario. ¿Está claro o lo tengo que explicar con manzanas?

    Pálido Punto :

    Tu error es confundir la Filosofía con la Ciencia. Tu visión está focalizada y todo se te transforma en magnitudes, absolutos, cifras.

    En absoluto. La entrada no es científica, sino exclusivamente de opinión. Veo que el que no sabe diferenciar eres tú. ¿Cuando ves una multiplicación ya crees que estás leyendo un artículo científico?. No te confundas. Critico la base de la afirmación utilizando la forma. Critico como pernicioso el significado de la moralina, no el cálculo matemático.

    Pálido Punto :
    Abre tu mente.

    No tanto como para que se me caiga el cerebro (tópico por tópico ;-))

    Pálido Punto :

    La profundidad de esta cita filosófica, igual que la belleza de Orión, la armonía de una poesía, la sensualidad de Sara Carbonero, la elegancia de un caballo cartujano, el amor contenido en el beso de una madre, etc. son elementos que no se miden por las veces que se pueden meter en un Seat Ibiza. Lo triste sería precisamente eso, que fueran medibles.

    Pues mira, Palido Punto, te voy a decir algo que espero no te frustre: sí son medibles. Todo eso es medible. Otra cosa es que sepamos medirlo o todavía no seamos capaces. ¿Triste? ¿Es mas fea una rosa porque sepamos la fórmula y la proporción de los pigmentos que componen su color? ¿Es más fea Sara Carbonero porque secuenciemos su genoma? ¿Saben peor 250cc de Marqués de Murrieta que un trago del mismo vino?

    Lo que a mí me parece triste, pero que muy triste, es necesitar no comprender un proceso para que lo podamos considerar bello. Si alguien necesita no saber que son las hormonas para gozar del amor, me da mucha, pero que mucha pena. ¿También te niegas a comprender el proceso fisiológico del orgasmo para poderlo disfrutar?

    Pálido Punto :

    Mira, te propongo una entrada basada en esta frase de Cien años de soledad, de García Márquez: “…se comía medio lechón en el almuerzo y cuyas ventosidades marchitaban las flores” para que nos expliques científicamente por qué el autor está equivocado y que no hay pedos de ese calibre…

    Insisto: poco has entendido sobre lo que quería decir, aunque la culpa puede ser mía por explicarme mal 😉

    Saludos.

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  17. 14 julio, 2010 a las 19:23

    jose :

    J.M. Hernández :Pues Jose, casualmente yo apadrino a un niño… (aunque soy consciente de lo que vale y lo que significa).

    Era por si acaso :-P

    Entendí lo que querías decir 😉

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  18. Pálido Punto
    14 julio, 2010 a las 20:04

    Insisto: creo que sigues «cientificando» asuntos que por su propia naturaleza no son científicos.

    Que la Luna gira en torno a la Tierra, que el agua hierve en torno a 100ºC, o que los videntes carecen de dones subrenaturales son realidades científicas. Se pueden observar, medir, razonar, enunciar principios…
    Pero el asunto que nos trae aquí es otro.

    El genoma de Sara Carbonero no es lo que genera la sensualidad: su sensualidad la genera el que la mira (si se da el caso). La cantidad y cualidad de los pigmentos de una rosa no hacen que esa rosa sea bella: es el observador el que lo hace (si al observador le gusta). Si el trago de vino lo mides en cc (cm3) o cualquier otra medida de volumen, o en ninguna y lo llamas simplemente «trago» no es relevante; lo relevante es si tienes el paladar educado para su disfrute.

    Si aprendes una lengua y sus conceptos, y diseccionas una cita filosófica, un verso, o una frase hecha escrita en esa lengua, y buscamos simplemente la coherencia ciéntifica o lingüística, no obtienes nada. Nada sustancial.

    Por otra parte, con la frase «abre tu mente» no me estoy refiriendo a nada relacionado con la Era Acuario, ni hacer yoga, ni esperar a la venida de Maitreya. Me refería más a la frase «Lo importante es no dejar nunca de hacerse preguntas» de Einstein, con el pensamiento lateral, etc.
    Y termino con otra frase de Einstein(el más grande) que si la sacamos de contexto te parecerá también errada, y que tiene exactamente la misma esencia que la de Confucio: «Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad».

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  19. 14 julio, 2010 a las 22:34

    Quisiera «romper una lanza» a favor de Confucio (Me encanta está cita..)

    ”.. No se puede tallar la madera podrida, ni allanar con la paleta un muro de ramas y barro. ¿Que voy a ganar con regañar a Yu? Antes, escuchaba las palabras de alguien y daba crédito a sus acciones. Ahora, cuando escucho las palabras de alguien, también observo sus acciones. Yu es el que me ha hecho cambiar..”.

    “Los cuatro libros”

    Me acuerdo que decía mi padre, como trabajador de un periódico, que hay que saber leer un artículo, interpretar la noticia en función de sus fuentes ó tendencias y a la vez, contextualizarla. Tal vez sea una idea que pueda extrapolarse a otras lecturas.

    Saludos,

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  20. Carl Sagaz
    16 julio, 2010 a las 10:54

    «Más vale encender una vela que maldecir la oscuridad»

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  21. cronopio
    16 julio, 2010 a las 12:33

    Bonita frase para ponerla en la entrada de un almacén pirotécnico, Carl.

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  22. Carl Sagaz
    18 julio, 2010 a las 6:44

    ¿Qué necesidad tienes tú, Cronopio, de jugar con «foguetes»?

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  23. Carl Sagaz
    18 julio, 2010 a las 7:53

    Cronopio, tengo la frente roja de golpeármela repetidamente con la palma de la mano. Tal vez mi juego de palaras no haya sido el más ingenioso de todos los tiempos, pero si repasamos juntos algunos fragmentos del artículo “Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una montaña” 13 Julio, 2010 J.M. Hernández quizá lo contemples desde otra perspectiva:
    “…No cabe duda que muchos dichos populares rebosan sabiduría empírica, y que grandes pensadores han dejado en una sola frase una reflexión que a otros nos costaría páginas expresar, suponiendo que fuéramos capaces de hacerlo. Prueba de la admiración que sentimos por estas citas breves es nuestra sección “Sapere aude“, donde vamos recogiendo las que más nos gustan.
    Sin embargo, como tantas cosas, las citas célebres representan un arma de doble filo. En muchas ocasiones, una frase ingeniosa, un dicho conocido o una cita de un sabio relevante llegan a convertirse en tópicos universales que, lejos de orientarnos, nos alejan de la realidad y nos hacen creer o conformarnos con algo que no es tan exacto como debiera. En lugar de enriquecernos, nos degradan, y de igual forma que pueden convertirse en instrumentos de reflexión y sabiduría, también pueden tornarse en tenebrosas herramientas de la conformidad, la ignorancia y el oscurantismo…”
    El proverbio “Más vale encender una vela que maldecir la oscuridad” aparece citado en la obra de Carl Sagan “El mundo y sus demonios” y, desde luego para mí, expresa a la perfección lo que entiendo que J. M. Hernández quiere transmitir en el primer párrafo de su artículo que aparece reproducido más arriba.
    También me atrevo a afirmar que refleja, en cierto modo, lo que entiendo que J.M. Hernández pretende comunicar en este otro párrafo de su artículo:
    “…Pero cuidado, no estoy diciendo que no seamos capaces de construir una montaña, o incluso de construir un planeta entero. Solo señalo que, discrepando del sabio oriental, no podemos hacerlo sólo con paciencia y puñados diarios de tierra. Nuestro ingenio, el que nos hace humanos, debe ser capaz de prever que nunca lo conseguiremos de esa manera, y tal conocimiento será el que nos espolee para superar el reto obligándonos a buscar medios viables. Y este punto reside la peligrosidad de muchos refranes, dichos y pensamientos “filosóficos” de este tipo: en lugar de estimular la imaginación, el ingenio y el intento de superación, nos instan a darnos cabezazos contra las paredes, auspiciados por un ignorante en matemáticas elementales.)…”
    Es decir, paradójicamente, o no tanto – si atendemos a los primeros párrafos del artículo aquí transcritos -, un proverbio puede bastar para expresar la reflexión que, entiendo yo, J. M. Hernández quiere transmitir en su escrito. Lo cual, por otro lado, no me impide considerar, al mismo tiempo, que J. M. Hernández lo hace de forma más que acertada. Porque considero que es aconsejable desarrollar y matizar las reflexiones.
    Aclaro también que la elección del nombre “Carl Sagaz” forma parte del – ¿desafortunado?, ¿incomprendido? – juego de palabras.

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