La Ciencia y sus Demonios

Un buen número de colectivos sociales y entidades no gubernamentales llevan varios años asociándose para demostrar que existe otra forma de gobernar el planeta, atendiendo a los verdaderos problemas que sufre la ciudadanía sin destruir el medio ambiente. En ocasiones algunos colectivos que fomentan campañas pseudocientíficas con claros perjuicios sanitarios intentar integrarse entre estos colectivos. En este artículo denunciamos uno de esos casos.

Los días 6 y 7 mayo tuvo lugar en Madrid una reunión del Foro Social Mundial de Madrid en una serie de eventos bajo el título “Alternativa a los Mercados”. El FSM-Madrid pertenece al Foro Social Mundial, un organismo que agrupa un ingente número de entidades que tienen como lema común “Otro mundo es posible”. Más allá del dominio que los mercados tienen del planeta, estas organizaciones tratan de mostrar alternativas, recordar al primer mundo los problemas de los países pobres, mostrar que el hambre, la barbarie y las enfermedades siguen siendo el día a día para la mayor parte de la humanidad y que la codicia humana está arrasando el medio ambiente.

Las entidades que se agrupan son muy diversas, desde asociaciones que luchan por los derechos de los jóvenes (“Jóvenes sin futuro”), entidades que plantean la destrucción que se está perpetrando en todos los ecosistemas (“Ecologistas en Acción”) a organizaciones que tratan de ayudar a inmigrantes de huyen de la hambruna y represión política de sus países de origen (“Migreurop”).

La campaña electoral en la que estamos inmersos nos está mostrando el hartazgo de una parte importante de la población hacia la clase política actual: partidos políticos que presentan a candidatos trajeados imputados en redes de corrupción, gastos suntuarios en momentos en el que muchas familias no llegan a fin de mes, economía basada en el ladrillo y los servicios en lugar del desarrollo y la innovación, cismas políticos alejados por completo de los verdaderos problemas de los ciudadanos… Esto produce una reacción en la ciudadanía que la lleva a asociarse y a buscar soluciones que vayan más allá de políticos ineptos y títeres de las grandes corporaciones. Y ese es el espíritu del FSM, una alternativa internacional basada en intentar solucionar los verdaderos problemas de la sociedad, no los de la aristocracia dominante.

Pero como siempre pasa cuando una gran idea se pone en marcha, y una serie de grupos quieren remar juntos en la misma dirección, aparecen aprovechados que toman la bandera de lo alternativo para transmitir su mensaje irracional, “magufo”, reaccionario y perjudicial para los ciudadanos. En este sentido, me comentaban unos compañeros que en la última reunión del FSM-Madrid se proyectó el panfleto “La ciencia del pánico”, una película negacionista, que afirma que el virus VIH no provoca el SIDA, y que éste no es más que una invención de las farmacéuticas para lucrarse. Dentro del FSM-Madrid, parece ser que dos grupos “Asociación ARIS” y “Superando el SIDA” están intentando constituirse en miembros permanentes de la Asamblea de Movimientos Sociales de Madrid. Desde este medio pensamos que ese es un grave error y por ello lo denunciamos públicamente.

Es cierto que en la batalla contra el SIDA hay muchas cosas que se pueden hacer mucho mejor, y que esos aspectos deben ser denunciados para encontrar soluciones lo más rápidamente posible. Se ha luchar para que los resultados médicos sean confidenciales, evitando así casos de discriminación por parte de una sociedad que todavía relaciona el SIDA con comportamientos amorales, se ha de universalizar el acceso de los enfermos a las últimas terapias con menos efectos secundarios, se han de conseguir que las patentes no impidan que el tercer mundo alcance la medicación a precios que puedan asumir, hay que fomentar la investigación y el desarrollo de nuevas terapias y vacunas aunque esto redunde en perjuicio de los intereses de las grandes corporaciones farmacéuticas que prefieren una enfermedad cronificada, hay que prevenir la extensión de la enfermedad mediante educación para bloquear los sistemas de transmisión, hay que educar a la población para que entienda que el SIDA es una enfermedad infecciosa provocada por un virus, y no un castigo o una plaga que hace justicia ante comportamientos inmorales…. En resumen hay mucho trabajo por hacer, y desviar la atención de esta labor es inmovilista.

Los grupos negacionistas afirman que el VIH no tiene nada que ver con el SIDA, y afirman que la causa de la enfermedad puede ser la desnutrición, la falta de higiene, comportamientos sexuales propios de los homosexuales, depresión, etc. Basan sus proclamas en una serie de afirmaciones de unos pocos científicos disidentes que jamás han demostrados científicamente sus postulados y que se confrontan con las evidencias científicas y publicadas obtenidas por cientos de miles de científicos de todos los países del mundo que, a día de hoy, trabajan de forma rutinaria con el virus e investigan para encontrar alguna forma de bloquear la infección.

Estos grupos negacionistas, de los cuales podéis leer mucho en esta serie de artículos, pretenden que no se haga caso de los resultados de los criterios diagnósticos de infección, ni se tome la medicación en caso de ser seropositivo para el virus VIH, recurriendo en su lugar a alternativas tan peregrinas como los complejos vitamínicos, ni se empleen los preservativos como mecanismo de prevención. Este es un contrasentido de consecuencias sanitarias extremadamente graves, como ya se demostró cuando el presidente sudafricano Mbeki, siguiendo esta misma política, provocó que más de 300.000 personas murieran por serles negado el tratamiento adecuado.

Por todo ello pensamos que, al igual que los curanderos, los creacionistas o los adivinadores esotéricos no pueden ser tomados en serio a la hora de tomar decisiones, grupos con comportamientos anticientíficos que involucran a temas sanitarios no pueden aportar nada positivo a una organización que se caracteriza por intentar mejorar las condiciones en que viven los ciudadanos de este planeta. Es más, pensamos que este tipo de movimientos, adueñándose de las banderas de otros, ocultan una postura reaccionaria, intransigente, inmovilista y antisolidaria que pretende difundir la ignorancia, una de las mejores armas de los poderosos. Algo orientado de forma diametralmente opuesta a los objetivos de organizaciones sociales como el FSM»