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El nuevo asalto a la razón

1 diciembre, 2011

Por Darío

En 1953, Georg Lukács, filósofo y marxista húngaro publicó su libro “Die Zerstörung der Vernunft”, que en castellano fue traducido con el título “El Asalto a la Razón. La trayectoria del irracionalismo desde Schelling hasta Hitler”. En este texto Lukács demuestra, de manera bastante convincente, como muchas de las escuelas filosóficas que se generaron en Alemania entre los siglos XIX y XX, y que muchas de ellas se hicieron famosas y generaron a su vez otras escuelas en muchos países, y a las que él asocia con el calificativo de “irracionalistas”, fueron preparando, lenta y concientemente, el paso a lo que sería el culmen irracional del nazismo y sus consecuencias devastadoras. En este texto Lukács no pretende, y lo aclara perfectamente, hacer creer a sus lectores que la filosofía, por sí sola, es responsable exclusiva de la llegada de Hitler al poder y de la decadencia de la sociedad alemana y mundial que permitió el paso a éste y a la locura que se generó con la Segunda Guerra. Sí pretende, y a juicio tiene razón, demostrar que los filósofos que en sus escritos y actos renegaron y atacaron por diferentes causas la razón, la idea de progreso, la ciencia y toda la herencia de la Ilustración, dando paso a filosofías cada vez más bizarras y las ideas más absurdas, tienen una cuota de responsabilidad en la relativa facilidad con la que el nazismo se instaló en la sociedad alemana. Es decir: a diferencia de lo que muchos ridículos sostienen, Lukács no pretende establecer una línea continua entre Nietszche y Spengler con Hitler, por ejemplo. Cualquier idea en este sentido es simplemente absurda y Lukács la refuta como tal. No, su hilar es más fino.

Georg Lukács. Foto: Wikimedia Commons

Georg Lukács. Foto: Wikimedia Commons

Lo que Lukács demuestra a lo largo de las 707 páginas de la edición castellana de su libro es que la filosofía que predominó en la mayor parte del siglo XIX y la parte del XX hasta la llegada del nazismo es que no fue, por ningún motivo, la filosofía de Hegel y Kant, la de Marx o el pensamiento claro de Goethe, sino otra filosofía: una filosofía que en muchos escritos de varios autores pregonó la intuición como conocimiento o incluso como sustitución del conocimiento; una filosofía que más que un ejercicio intelectual de interrogación fue una apologética indirecta del capitalismo; una filosofía que fue una contraposición y una negación de cualquier filosofía o pensamiento dialéctico, al grado de negar la posibilidad de la resolución de un problema, cualquiera, y con ello la imposibilidad de conocer, y todo con el propósito, confesado o no, de escapar de cualquier respuesta positiva. Una filosofía, además, que no se comprometía con nada: ni con la religión, ni con Dios, ni con el pensamiento, ni con la reflexión, con el afán, confesado o no, de obtener seres sometidos en una pasividad social total que sirva a los “iluminados”, sean estos “grandes pensadores” o artífices de la política imperialista alemana. Evidentemente, para tal filosofía, la idea de compromiso social, de responsabilidad de uno con los demás simplemente no era concebible. Y lo que empezaron unos el fascismo lo termina y lo lleva a un plano más alto, con las consecuencias ya por todos sabidas.

En suma, en el libro de Lukács, se demuestra que la filosofía  predominante en Alemania en esos años es la filosofía de la ausencia de la responsabilidad con los demás, de la idea de la imposibilidad de conocer con razón si esto implicaba una respuesta positiva entendida esta como la generada por el conocimiento racional: la filosofía del sometimiento general a unos cuantos. Una filosofía, que Lukács demuestra, hará de los nazis en el período anterior a la guerra, un gran favor por qué todo ese pensamiento irracional se reflejó  en todos los niveles de la sociedad alemana de entonces, empezando por el educativo.

Y es además, agrega Lukács, una filosofía irracionalista que acaba siendo acorde a las necesidades del particular desarrollo alemán en la forma en que esa sociedad pasó de los mini-feudos al capitalismo y la unificación. Y es también una filosofía irracionalista que acaba siendo del agrado de muchos que fuera de Alemania la ven como un auténtico dique contra lo que en ese momento es percibido como la gran amenaza comunista.

En resumen: la filosofía irracionalista que predominó en Alemania hasta la llegada del los nazis fue la filosofía necesaria que una forma social y económica necesitaba para consolidar el capitalismo y ponerse al nivel de las otras potencias europeas.

Si les he traído este breve resumen del libro de Lukács, y del cual recomiendo su lectura, queridos lectores de La Ciencia y sus Demonios, es para tener una base con la cual hablarles, o escribirles, de los herederos decadentes de aquel irracionalismo y de los cuales un día sí y otro también tenemos testimonio en la defensa de las ideas más estrambóticas y absurdas que han sido criticadas de manera racional en los post que varios autores han colocado aquí, o en la negación del conocimiento científico (del cual solamente existe uno con este nombre) que niega cualquier propósito teolológico de los procesos naturales sobre todo biológicos y que también aquí se han mencionado. No sobra de más recordar para todos algunos de los unos y los otros: negación de la Teoría Sintética de la Evolución, imposibilidad de conocer coherentemente los procesos aleatorios que en diferentes áreas del conocimiento científico se encuentran, defensa de cosas que hasta hoy han demostrado o su inefectividad o que pueden ser incluso verdaderos fraudes de persecusión criminal (la homeopatía y las negaciones de la enfermedad del SIDA), predominio de pseudo-explicaciones negando un verdadero conocimiento en nombre de la intuición y de explicaciones que “salen fuera del conocimiento científico”, promoción de estafas evidentes como las famosas pulseras de energía y de los cuales la misma compañía que las elaboraba tuvo que admitir que eran un fraude. Estos pocos ejemplos y los más que recuerden ustedes darán cuenta de la actitud irracional que predomina en muchos sectores  que en algún momento, ingenuamente quizás, uno imagina que estarían vacunados contra todas esas estupideces.

No dudo que a estas alturas de la lectura más de uno de ustedes, queridos lectores, se estarán preguntando que tiene que ver el libro reseñado con los escritos de tanto irracional que constantemente visita nuestro blog.

Discite moniti”, escribe Lukács en la introducción. “Discite moniti”: saben que están ustedes advertidos, escribe Lukács para decirnos que tenemos que estar atentos a que los nuevos irracionales que defienden en nombre de la intuición y de “otro conocimiento”  de cosas absurdas pueden llevarnos, aunque quizás a muchos les parezca inconcebible, a una nueva situación desagradable porqué el fascismo en general no ha desaparecido y este se nutre precisamente de todos los irracionalismos que niegan cualquier idea que venga de la razón y del conocimiento científico en particular y de la herencia de la Ilustración en general. Y vean ustedes si no: lo que Lukács describe de aquellos filósofos que el analizó (gente que negaba la posibilidad de conocer, que pregonaba a la intuición por encima del conocimiento racional, que buscaba el sometimiento de la mayoría a una casta de iniciados) se puede extrapolar con sus debidas precauciones a los nuevos alucinados (varios de ellos defensores del “diseñointelegentismo”, una filosofía muchos más barata y absurda que la que Lukács analizó en su época. Si Nietzsche -representante él mismo del irracionalismo filosófico los conociera seguramente su desprecio sería infinito y hasta el publicista Spengler sentiría pena ajena por ellos) que defienden, ya lo hemos dicho, cosas tan estrambóticas que moverían a risa sino es por qué lo dejan a uno pensando en la salud mental de esa gente. Pero aún así, más de uno posiblemente se estará preguntando: ¿no se estará exagerando al equiparar a los fascistas de la época de Lukács con gente que defiende, por ejemplo, el negacionismo del SIDA, la maldad de las transnacionales farmacéuticas, el que la homeopatía sea considerada una auténtica medicina al mismo nivel de la verdadera medicina, o que el azar no existe, por poner unos pocos ejemplos?

La respuesta es no.

Y es no por qué algo que me ha llamado la atención en el último año es el desparpajo con que varios defensores de la basura alternativa, al carecer de argumentos  con los cuales defender sus tonterías recurren, o amenazan con recurrir, a acciones judiciales en contra de quienes los cuestionan por las absurdidades que escriben y sostienen. Imposibilitados de mostrar racionalmente que tienen algo de cierto en lo que defienden, incapaces de soportar la mínima crítica a sus posiciones, inútiles de presentar más que patrañas sin sustento, amenazan con el fantasma de los juicios para obligar a quienes los cuestionan a retirar sus preguntas, sus críticas y sus dudas. En La Ciencia y sus Demonios, ustedes lo saben bien si han sido seguidores regulares de nuestro blog, hemos sido amenazados de una situación así por alguien que, además, se presenta a sí mismo como “alternativo”  y “antisistema” pero que no duda en usar ese mismo sistema que cuestiona por el otro lado si siente que su honor ha sido difamado. Y la lista de los blogs, páginas y autores que son amenazados crece de manera preocupante. Y esto, hay que decirlo con todas sus palabras, es fascismo, le guste a quien le guste, le pese a quien sea. Los nazis mismos no dudaron en su momento, y todos lo sabemos, en utilizar el sistema judicial y legislativo de la República de Weimar para justificar sus ataques, defender sus absurdas propuestas y darle el golpe definitivo a moribunda democracia alemana. Incapaces los cuestionados esotéricos de presentar algo más que el “a mi me funciona”, no dudan en buscar la manera de “cerrarles la boca” (o impedir que sigan escribiendo) a quienes no comulgan con sus alucines baratos y los cuestionan como los farsantes que verdaderamente son.

Discite moniti”: que la actitud fascista de cancelar un debate de ideas por la vía judicial continúe en el establecimiento de una dictadura dependerá de muchas cosas, históricamente hablando, como en su momento el fascismo se adueñó de muchas naciones. Pero en la situación actual, con el empobrecimiento generalizado de la población, con el ataque a que constantemente son sometidos el sistema público de enseñanza y el sistema público de salud en nombre de un “eficientismo” económico que pretende que la dictadura de la empresa sustituya el estado político, el que exista gente que en nombre de “lo alternativo” apoye esos ataques (se den cuenta de ello o no, es lo de menos) es preocupante y quienes creemos en la razón y sostenemos la herencia de la Ilustración deberíamos hacer más para evidenciar ese ataque y a quienes lo llevan a cabo. Y poco importa si esos “alternativos” se presentan a sí mismos como de izquierda: el fenómeno no es nuevo, ya Lukács los clasificaba como “proto-fascistas de izquierda”. Y eso es lo que son sus herederos actuales: que se presenten como defensores de “la gente”, de “los pueblos”, de “los desamparados”, como “comunistas” o “de izquierda”, es lo de menos. En el momento en que son incapaces de distinguir el conocimiento científico de la búsqueda de ganancia de las empresas, en el momento en que buscan “construcciones alternativas” y les niegan a los pueblos explotados del tercer mundo los beneficios del conocimiento científico y su aplicación práctica, en el momento que niegan la posibilidad del conocimiento real en nombre de irracionalismos del tipo “todo vale”, en suma, en el momento en que son incapaces de distinguir el trigo de la paja en nombre de pseudo-conocimientos absurdos, son cómplices de aquellos que por afán de ganancia o por ideología empresarial quieren confiscar derechos, cerrar sistemas de salud y escolares que pertenecen a todos y empobrecer y embrutecer a la mayoría. Y si esto se está consiguiendo por métodos dudosamente democráticos como lo sucedido en Grecia, los alternativos son cómplices. Y actúan como fascistas cuando niegan a sus antagonistas el derecho a discrepar de ellos.

Discite moniti”:  “… allí donde levanta cabeza el irracionalismo, en filosofía, lleva implícita ya, por lo menos, la posibilidad de una ideología fascista, agresivamente reaccionaria. Cuándo, dónde y cómo esta posibilidad -en apariencia inocente- llegue a convertirse en una pavorosa realidad fascista, no puede decirlo ya la filosofía.” (Lukács).

Y allí en donde el irracionalismo levanta la cabeza contra el conocimiento científico “lleva implícita ya, por lo menos, la posibilidad de una ideología fascista, agresivamente reaccionaria.”

Y allí en donde el irracionalismo levanta la cabeza contra la racionalidad y la Ilustración  “lleva implícita ya, por lo menos, la posibilidad de una ideología fascista, agresivamente reaccionaria.”

Cierto: ni los irracionales ni nosotros podemos decir si nuestras sociedades ni el mundo en general acabará en un nuevo tipo de fascismo. Pero si nosotros nos quedamos callados, si dejamos que el fascismo de los alternativos nos calle o nos impida escribir, ellos por acción y nosotros por omisión seremos responsables si eso ocurre.

Discite moniti”: estamos avisados. No cederle a los fascistas “alternativos” espacio en la discusión, cuestionarlos con las mejores armas que tenemos del conocimiento, la ciencia, la filosofía, evidenciarlos como los farsantes que son, “ponerlos en la picota y no darles un momento” (Cioran), seguir sosteniendo espacios como este y los otros que han sido amenazados para que la gente que no tiene contacto con lo mejor de la ciencia, la técnica y las humanidades conozca lo que se hace y participe de ello, por qué todos, todos, tenemos derecho y posibilidades de acceder al conocimiento real, es lo mejor que podemos y sabemos realizar para hacer frente a esta nuevo ataque a la razón por parte de aquellos que creen que han destruido al fantasma que amenazaba sus privilegios y ahora enfocan sus baterías, todavía ideológicas, contra un conocimiento que creen que si no controlan volverá a cuestionar sus derechos. Y en ello los fascistas alternativos se encuentran incluidos.

“Discite moniti”.

 

 México, D.F., 12 al 22 de noviembre de 2011.

  1. 1 diciembre, 2011 a las 1:27

    Wow, excelente post =). Gracias por compartir la reseña del libro, que buscaré a ver si encuentro por ahí.
    Me parece interesante esa forma de analizar el «si me criticas te demando», que últimamente se ha vuelto más común de lo que querríamos… Recuerdo haber leído hace poco unos comentarios en la página de la AECH donde los escépticos éramos tratamos de intolerantes y fascistas. Menuda ironía. Nosotros sólo acusamos cuando tenemos pruebas, cuestionamos ideas, no las censuramos, y respondemos a las críticas con argumentos. ¿Sí que somos fascistas, eh?

    De todas formas, me queda una duda: la ciencia sería una filosofía racionalista o empirista? Me parece que de ambas, pero primero empirista y después racionalista.

    [un detalle, sugiero revisar algunos «porque» y «por qué» que parecen haberse confundido.]

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  2. 1 diciembre, 2011 a las 1:33

    A mí me parece que tienes más razón que un santo, Darío, así que no puedo hacer más que darte le enhorabuena por este artículo. Felicidades, cuate.

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  3. 1 diciembre, 2011 a las 2:00

    Me acabo de enterar de esto, que es un claro ejemplo de lo que se habla en este post:
    Un blogger ha recibido amenazas (de las legales y de las poco-legales) de la Clínica Burzynski por escribir un post donde critica su práctica de vender un «tratamiento pionero» contra el cáncer, que en realidad no es ni tratamiento ni pionero. Para más detalles:
    http://circuloesceptico.com.ar/2011/11/clinica-burzynski-falso-tratamiento-cancer/
    http://esceptica.org/2011/11/29/las-amenazas-de-la-clinica-burzynski/

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  4. condimento
    1 diciembre, 2011 a las 6:35

    Yo también me cansé de irracionalismo. Hoy en día en que todos podemos opinar como es el caso del hinternec, cada comentario tiene el mismo peso que el del otro y esto no siempre es positivo. Mi propósito no es convencer a quien tenga enfrente, pienso que si uno presenta pruebas irrefutables la verdad cae por su propio peso. Sin embargo, cuando hago una argumentación sólida y contrastada no recibo aprobación. Y no se me caen los anillos cuando me he equivocado. Pero no, cada cual va con su ideología y/o fanatismo hasta donde la soberbia le permite. Me cansé de tanto intransigente, así que me vuelvo al estudio de la razón, del empirismo, del desarrollo de ideas constructivas, del altruismo,….y todo esto desde quien desea siempre aprender.

    Por eso leo este blog 🙂

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  5. 1 diciembre, 2011 a las 10:32

    excelente entrada Dario,tan sólo un apunte creo que la única forma en que un creyente pongamos de cualquiera de las 3 religiones monoteistas,deberemos mostrarle el camino hacia la racionalidad a traves de diversas herramientas como el metodo cientifico,pruebas,hechos,leyes,etc,etc y que él mismo vaya descubriendo paso apaso lo irracional de su postura,y esto amigos mios puede llevar muchisimo tiempo,lo que quiero decir es que tal y como apunta Dario,no caigamos en el insulto y descalificaciones,ya que sólo asi conseguiremos que se ponga a la defensiva y será muy dificil que a la larga entre en razón.
    Este blog es un claro ejemplo de racionalidad y buen criterio….

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  6. 1 diciembre, 2011 a las 13:59

    Buenas, hoy vengo cargado de críticas, y es que la entrada no me parece que esté muy allá…

    El artículo está redactado reguleramente: frases demasiado largas, llenas de comas. Tanto, que he tenido que releerlas varias veces para entender lo que se dice. Otras veces se nota que sobre la marcha has cambiado de idea y no has borrado del todo la frase anterior, hay repeticiones de palabras… recomiendo darle otra lectura de arriba a abajo, porque yo a medio he dejado de leer porque me resultaba muy costoso.

    Por otro lado, el contenido en sí es interesante, aunque sólo he llegado a leer la reseña del libro. Sin embargo, a falta de leerlo estaría dispuesto a contraargumentarle al tipo este. Precisamente me estoy leyendo «El Cisne negro», un libro que trata de cómo los sucesos imprevisibles dominan la evolución de la historia, y tengo que decir que está bombardeando los cimientos de todo lo que yo creía que sabía sobre cómo funciona el mundo. La tesis del tipo (apenas acabo de empezarlo) no es sólo que la mayor parte de los acontecimientos que marcan el rumbo de la historia son imprevisibles, sino que somos ingenuamente ciegos a este hecho. Creemos que podemos predecir lo que va a pasar. Somos geniales explicando a toro pasado por qué pasa lo que pasa. Así por ejemplo, nadie vio venir la crisis, aunque ahora cualquier «experto» te dirá que era evidente que pasara. Lo mismo con la primera guerra mundial, el nazismo, etc.

    Como digo, ni me he terminado de leer el libro ni he leído éste que proponéis, pero me da que es el típico tipo que, a toro pasado, ve que era evidente que la historia tenía que ir por los hilos que finalmente fue. No creo que hubiera tenido problema para «explicar» por qué fue por otros, si huera sido así. Sólo hay que ignorar suficiente cantidad de «evidencia en contra» para interpretar la historia como si fuese una historieta lineal y predecible.

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  7. Bernardo Lorenzo
    1 diciembre, 2011 a las 14:42

    De acuerdo con Ontureño en lo de revisar un poco la construcción del artículo, pero desde luego, el contenido es soberbio.
    Sí me gustaría contestar una cosa a Ontureño: No estoy de acuerdo en que seamos incapaces de predecir lo que ocurrirá. Me explico; dudo que nadie supiera que el 28 de Junio del 14 iba a ser asesinado el archiduque Fernando y que eso, un mes más tarde, desencadenaría la primera guerra mundial. Pero desde el plan Schlieffen llevaba diseñado desde 1905, amén de todo el dinero que se dedicó a la carrera armamentística en las dos décadas anteriores. Nadie sabía cuando, pero todos sabían que habría una guerra gorda.

    En cuanto al post, creo que hay un factor importante que explicaría algo de por qué, aparte del contexto social y económico nefasto, resurge la irracionalidad: Es complicado pensar. Cuesta mucho ser crítico y pensar ‘ey, tal vez esto que me cuentan no es cierto. Voy a comprobarlo’.
    Requiere esfuerzo y creo que hemos crecido (tengo 21 años) en una sociedad en la que el esfuerzo ni se premia, ni se respeta o valora.

    «…no se pueden decir más gilipolleces en menos espacio. Y lo malo es que para rebatir una a una todas esas tonterías necesitaría tres o cuatro folios: decir una tontería es fácil y rápido, pero rebatirla necesita tiempo, espacio y un mínimo de conocimiento. Por lo tanto, ser imbécil está termodinámicamente favorecido, porque se ahorra energía.»

    -JM Mulet

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  8. Daryl
    1 diciembre, 2011 a las 15:04

    Tengo una duda. Se acusa a una parte de los EEUU, el medio oeste, de condenar a Darwin, defender el diseño inteligente a capa y espada y de fomentar la irracionalidad. Nos muestran ejemplo de ello una y otra vez…….. pero a la hora de jugarse la pasta, parece que se olvidan de la ideologia y se van a lo práctico.

    Darwin estará perseguido en algunos estados pero a la hora de elegir semillas, métodos de siembra y plantaciones lo tienen bien presente. Solo las variedades más rentables o las que más resisten a las enfermedades, o la resistentes a las agua salinas o soporten mejor el stress hídrico son utilizadas. Las otras las dejan de lado favoreciendo su desaparación.

    Mucho pregonaran sobre el diseño inteligente de la manita o del ojo pero no tienen escrupulos en modificar geneticamente semillas y frutos para obtener nuevas variedades (que no se crearon en el génesis) o con funciones diferentes. Modificaciones que no hacen con arcanas teorias sino con bioquimica racional y académica. Pregonaran el DI para la mano pero no para el maiz. o el algodón

    Por lo que se ve, a la hora de jugarse la pasta o la cosecha, donde este la ciencia pura y dura es de lo má fiable. Más vale una buena hormona para engordar al ganado que gránulos anisados sin efectos probados.

    Y hablando de cosechas, Lukács cuando escribio su libro ¿pensaba solo en Alemania, Hitler y el fascismo ó acaso tambien tenia presente a la URSS, Stalin y el comunismo? Porque mientras la génetica progresaba en el occidente capitalista (a pesar de sus integristas religiosos), en la URSS se hundia, persiguiendo a Darwin y entronizando a Lysenko y su neolamarquismo, con la consecuencias de hundir la agricultura, y parte de las ciencias biológicas, soviéticas para los restos

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  9. Shaper
    1 diciembre, 2011 a las 16:11

    Comparto la línea argumental del artículo y doy la razón al autor en la mayoría de las cosas. Dicho esto creo que cae en exceso en la generalización y la lectura parcial (error desgraciadamente muy común en el «periodista antisistema» que critica). No creo que deban ponerse en el mismo saco pro-homeopatas con negacionistas del SIDA o temerosos de chemtrails. De la misma forma no me atrevería jamas a decir que la industria farmacéutica es un negocio totalmente limpio. En pensamiento y método científico es nuestro mejor baluarte pero tratar a todas las corrientes que lo manchan de la misma forma es cuanto menos contraproducente.

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  10. Merkzek77
    1 diciembre, 2011 a las 22:04

    Pues sí. Da un poco de miedo. Más aún cuando ves por ti mismo la clase de absurdos que brotan de las mentes de algunos. Da miedo. Da miedo ver cómo muchos caen rendidos ante ideas sin sentido. Da miedo ver cómo de pronto se comienza a etiquetar el pensamiento como algo maléfico, la duda como algo inútil y la ciencia como algo maligno.

    Y da asco ver cómo los medios de comunicación promueven estas ideas y, peor aún, las imponen como algo «bueno». Debemos actuar. Debemos actuar pero ya.

    “Discite moniti”

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  11. Lucien
    1 diciembre, 2011 a las 23:54

    Shaper :
    No creo que deban ponerse en el mismo saco pro-homeopatas con negacionistas del SIDA o temerosos de chemtrails.

    ¿Por qué no?

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  12. El chio del medio
    2 diciembre, 2011 a las 2:00

    voy…

    ni científicamente se puede, ni se debe pretender explicar todo, ni casi todo. En el fondo todos comentemos un error parecido, racionalistas e irracionalistas. Estamos obsesionado con tener la verdad, cuando puede simplemente no tenemos la capacidad de saberla.

    El ser humano en sus deducciones, racionales e irracinales, me parece tremendamente soberbio.

    (Científico Rebotado)

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  13. 2 diciembre, 2011 a las 10:15

    Lucien :

    Shaper :
    No creo que deban ponerse en el mismo saco pro-homeopatas con negacionistas del SIDA o temerosos de chemtrails.

    ¿Por qué no?

    Creo que para pertenecer a esas tres categorías hacen falta distintos niveles de tronadora. Obviamente, la tronadura crece según se avanza en la lista.

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  14. 2 diciembre, 2011 a las 10:20

    El chio del medio :
    voy…
    ni científicamente se puede, ni se debe pretender explicar todo, ni casi todo. En el fondo todos comentemos un error parecido, racionalistas e irracionalistas. Estamos obsesionado con tener la verdad, cuando puede simplemente no tenemos la capacidad de saberla.
    El ser humano en sus deducciones, racionales e irracinales, me parece tremendamente soberbio.
    (Científico Rebotado)

    uyuyuy… de ahí al relativismo hay un paso.

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  15. 2 diciembre, 2011 a las 12:02

    Estoy con Lucien, ¿por qué no?

    Tanto la homeopatía como el negacionismo del VIH/sida sólo trae una cosa en su mochila: muertos y más muertos. Para mí estas dos cositas deberían ser delito.

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  16. 2 diciembre, 2011 a las 12:11

    Ontureño, creo que hacer apreciaciones que no son correctas. En el año 2006 e incluso en el 2007 había voces dentro del mundo de la Economía que ya advertían que nos estábamos acercando peligrosamente a una época de crisis (Peter Schiff, por ejemplo). Se puede encontrar la misma explicación en por qué Francia construye la Línea Maginot en el período de entreguerras, de igual manera que hay cronistas alemanes que avisaban en los últimos años 20 del peligro que suponía el Partido Nazi. E incluso se tenía constancia de que podría haber un foco de sedición en el ejército español en el año 1936, sólo hace falta leer a Ortega y Gasset para darse cuenta.

    No es que la Historia cuente las cosas a toro pasado y por tanto sea más fácil, es que la Historia tiene que contar las cosas tal y como pasaron, pero eso no implica que los agentes implicados en las distintas épocas no supieran qué hechos podrían producirse en un futuro inmediato.

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  17. Tomas Gondesen
    2 diciembre, 2011 a las 15:06

    Interesante la manera en que se ataca los métodos del fascismo, sin tomar en cuenta que exactamente los mismos o peores fueron aplicados en los llamados comunistas…
    Ejemplos que aun hoy perduran en algunos países, y que por mas esfuerzo que hago, no logro discernir las diferencias entre las aplicaciones del fascismo y el comunismo…
    El irracionalismo no tiene país ni ideología es un estado mental, lamentablemente mayoritario, basta con ser creyente…

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  18. Shaper
    2 diciembre, 2011 a las 16:39

    Partiendo de un discurso tópico, no todo es blanco o negro. La homeopatía debería estar prohibida y puede ser en gran medida tan irresponsable como el negacionismo del SIDA. Pero (siempre hay un pero) hay un matiz muy importante que me gustaría resaltar. Los negacionistas del SIDA no se creen ninguna de las claras evidencias mostradas sobre la existencia de la enfermedad. Los pro-homeopáticos en cambio no niegan la etiología de la enfermedad, simplemente se fian o creen (aun sin existir evidencia) que el remedio mal llamado «natural» les va a funcionar (sin renuciar expresamente a la medicna tradicional aunq algunos si lo hagan).
    Me parece importante diferenciar entre negar la evidencia y creer en ausencia de ella.

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  19. 2 diciembre, 2011 a las 17:13

    El chio del medio :
    voy…
    ni científicamente se puede, ni se debe pretender explicar todo, ni casi todo. En el fondo todos comentemos un error parecido, racionalistas e irracionalistas. Estamos obsesionado con tener la verdad, cuando puede simplemente no tenemos la capacidad de saberla.
    El ser humano en sus deducciones, racionales e irracinales, me parece tremendamente soberbio.
    (Científico Rebotado)

    Vale, dejemos de buscar explicaciones entonces. Abandonemos la ciencia, y todos sus productos: volvamos a la media de vida de 40 años, abandonemos internet…; y no hagamos avances, y dejemos a esta gente ir engañando por ahí…

    Ciertamente no se puede explicar absolutamente todo: pero se puede tratar de explicar todo lo posible y avanzar, y debemos hacerlo. No lo comprendemos todo, pero comprendemos mucho más y mejor gracias a la ciencia.

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  20. 2 diciembre, 2011 a las 17:14

    Shaper, negar la evidencia y creer en la ausencia de ella es, a ojos de cualquier jurista, lo mismo. Digo jurista, porque es la parte de esta historia que me interesa.

    Los negacionistas del VIH/sida, lo que niegan es la existencia del virus. La mayoría de ellos consideran que bajo las siglas SIDA se han agrupado un número de enfermedades de diversa etiología y distinto tratamiento, y que el sida no es más que una forma de enriquecer a las farmacéuticas a través de la venta de antirretrovirales, que lo único que hacen es enfermarnos cada vez más hasta convertirnos en enfermos crónicos. Por este motivo, muchos de ellos recurren a las medicinas «alternativas», como por ejemplo la homeopatía. No es nada raro entrar en un blog o una página negacionista del VIH/sida y ver anuncios de promoción de productos homeopáticos, par biomagnético, acupuntura, flores de Bach, etc. etc. etc… Con esto quiero decir que las supercherías se contagian y se comunican unas con otras.

    Cuando una persona está completamente convencida de que el gobierno de su país está conchabado con la industria farmacéutica para joderle la vida, puede aceptar perfectamente que la Tierra está hueca, que nos rocían con productos químicos desde los aviones, o que la homeopatía cura y no está más estudiada porque no interesa a la medicina «oficial», porque sería la revolución de las masas contra los poderosos descubrir que la sacarina lo cura todo.

    La homeopatía, por contra, tiene claro que las enfermedades las causan gérmenes, pero coincide con los de más arriba en que la industria farmacéutica es mala y sólo cura los síntomas, mientras que ellos tienen un producto que trata el organismo «como un todo», y que además es infinitamente menos peligroso para la salud que un antibiótico. Claro, que obvian que con ello están contribuyendo al enriquecimiento descontrolado de, casualidades de la vida, una industria farmacéutica.

    Cuando una persona con sida va a la consulta de un homeópata y éste le dice que lo puede curar con occilococcinum o sacarina en cualquier otro formato, y además, le pide al paciente que abandone el tratamiento ARV, porque es venenoso, está induciendo al suicidio. Y no hace falta que recuerde que tanto la inducción, como el propio suicidio, son delito.

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  21. 2 diciembre, 2011 a las 17:24

    Es que, además, los únicos que le han buscado explicación a todo son los que apoyan las pseudociencias y demás mamarrachadas. Si algo caracteriza a la ciencia, es que siempre se hace preguntas. Nunca da una respuesta definitiva para nada, porque mañana puede cambiar el resultado. Es decir, la ciencia evoluciona básicamente gracias al ensayo-error constante, y por eso avanza, porque va encontrando respuestas que satisfacen temporalmente las preguntas, pero como el carácter de esas respuestas es, en la mayoría de casos, temporal, tiene que seguir investigando y generando nuevas preguntas en busca de esas respuestas.

    Un homeópata se ha quedado con lo que dijo Hahnemann en siglo XVIII y no se preocupa en ir más allá. Ya tiene la respuesta, y no se genera ninguna pregunta más, porque para él la homeopatía lo cura todo. Esto, un médico serio es impensable que lo hiciera. ¿Os imagináis si el tratamiento para el cáncer siguiera siendo el mismo que en los años 50 del siglo XX? ¿O que los trasplantes se hicieran de la misma manera que hace 50 años? ¿O que nos hubiéramos quedado en la penicilina tal y como la descubrió Flemming, y no hubiéramos seguido investigando en otros antibióticos? Pues es lo que básicamente postula la homeopatía, la cual no ha tocado nada en los últimos 200 años.

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  22. Uri
    2 diciembre, 2011 a las 18:35

    Estoy totalmente de acuerdo con Shaper. No podemos igualar unas magufadas con otras de la misma manera que no podemos igualar a un magufo con otro.
    Opino que siendo partidarios del metodo cientifico no podemos caer en tan burda generalizacion. Por ejemplo: Es muy posible encontrar entre los negacionistas del Sida gente religiosa, sexista y homofoba. La homeopatia no tiene esa carga. De la misma forma un seguidor de los OVNIS puede creer en los extraterrestres pero ser racional para todo lo demas.
    Evidentemente si vamos a lo esencial podemos decir que todo son gilipolleces. Si, lo son, pero gilipolleces diferentes una de otras.

    Creo que el ser magufo tiene muy distintas causas y estas causas tambien marcaran que tipo de maguferia va ser la utilizada.
    Es probable que ante la perdida de un ser querido, alguien caiga en la Ouija o el Espiritismo para poder «Comunicar-se» con ese ser querido que se ha perdido.
    En el caso OVNI, es muy evidente, que aun de forma no-consciente el protagonista busca notoriedad.

    Digamos que me parece un gran error, si de lo que hablamos es de solucionar esos problemas de ignorancia no podemos obviar sus distintas causas personales asi como la particularidad de su creencia en concreto.

    Para mi es como, en un ambito de desintoxicacion por drogas, tener los mismos protocolos para heroinomanos, cocainomanos y alcoholicos porque al fin y al cabo, en el fondo, todos son yonquis de mierda.

    Las generalizaciones siempre, siempre, son odiosas. Yo al menos no conozco de ningun caso de persona real que se sienta plenamente definido por una generalizacion. ¿Se sienten identificados con los topicos que definen al ciudadano español? ¿Se sienten identificados con los topicos de cibernauta? ¿Se sienten identificados con los topicos sobre homosexuales o heterosexuales?

    Mi experiencia me dice que todos usamos generalizaciones pero nadie se siente identificado con ellas (salvo tal vez los astrologos.)

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  23. Jose Manuel
    2 diciembre, 2011 a las 19:38

    En cualquier caso, está claro que el sueño de la razón produce monstruos (fascistas, entre otros).

    No pongamos jamás a dormir a la Razón y no permitamos que nadie la duerma nunca. Usémosla como instrumento y como arma antimostruos (y antifascista, por tanto).

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  24. 2 diciembre, 2011 a las 20:44

    Uri, totalmente de acuerdo en tu exposición. Ahora bien, ¿consideras que tanto la homeopatía como el negacionismo del VIH/sida son peligrosas para la salud de las personas y que la creencia en fantasmas o en OVNI’s no? Creo que ahí debe radicar la diferencia. Efectivamente, a mí me puede parecer que un tipo que se cree que la Tierra está hueca está un poco ido de la azotea, pero no hace daño a nadie (más que a su propia dignidad como ser humano), y por tanto no lo voy a considerar «peligroso». Ahora bien, un señor que me dice que las vacunas son nocivas y no se las pone a sus hijos sí está haciendo un acto de irresponsabilidad, no sólo para con la vida de sus hijos, sino para con la vida del resto de las personas. Por lo tanto, lo considero peligroso y lo denuncio si puedo. Pues con la homeopatía o el negacionismo del VIH/sida pasa exactamente igual. Una persona que se deja tratar por homeopatía cualquier problema de salud está exponiendo su vida, igual que se pone en peligro la vida de cualquier persona recién diagnosticada de infección por VIH si cae en manos de gentuza como García-Blanca, porque en ese momento se tiene una vulnerabilidad tan enorme que cualquiera que te prometa el Cielo te vas con él. Y lo único que estás poniendo en peligro es tu vida, y la de cualquier persona que se acueste contigo. Por tanto, creo que hay maguferías que sí que son peligrosas para la salud, la integridad e incluso la vida de las personas, y eso sí que hay que denunciarlo.

    Recuerdo un artículo que se publicó aquí sobre el par biomagnético, y yo flipé cuando me enteré que esta gente decía que curaban el cáncer y el sida. Ahí es ná. ¿Esta clase de vende humos no deberían tener responsabilidad penal? Yo creo que sí, sinceramente.

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  25. Uri
    2 diciembre, 2011 a las 22:41

    No queria decir que fuesen inofensivos o inocuos sino que son diferentes.
    Evidentemente tales creencias suponen una ruptura con la realidad y eso es potencialmente peligroso en un ambito general. Si encima hablamos del tema sanitario esa potencialidad se convierte en certeza.
    Y si, cosas como el negacionismo del SIDA o de la evolucion tienen un componente religioso reaccionario conducido.

    Pero finalmente el origen de todo es la ignorancia,el miedo…
    Y tienen tipologias diferenciadas y definidas aunque como dije en el anterior post no dejan de ser generalizaciones.
    Algunos comentaristas admiten haber caido en la maguferia en algun momento y eso fue a causa de circumstancias personales e intransferibles de esa misma persona.

    El error segun mi punto de vista es: Hasta cierto punto los escepticos o cientificos formas parte de un mismo grupo en cuanto a racionalidad o empirismo se refiere.
    No es asi en los magufos. Son un grupo muy heterogeneo sin puntos de vista en comun en muchos casos.

    Asi que el error del grupo cientifico-esceptico es igualar a los magufos a su categoria por el hecho de que todos son contrarios a la racionalidad.
    Esto da la sensacion de que los magufos son un grupo compacto y eso no es asi.
    En palabras del gran Pepe Rubianes:»Dios los cria y el viento los amontona».

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  26. 3 diciembre, 2011 a las 0:13

    Sin querer entrar en la discusión, sólo quería resaltar que he estado buscando el libro «El Asalto a la Razón» de Georg Lukács, ya que me ha despertado la curiosidad, y no he tenido manera de encontrarlo.

    Si alguien conoce alguna librería por Barcelona o alrededores donde tengan el libro, le agradecería que lo comentase ya que me gustaría echarle un vistazo (en las bibliotecas tampoco está).

    Gracias

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  27. Herbert West
    3 diciembre, 2011 a las 0:32

    Mu jrande, Darío.

    Tomo nota del libro.

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  28. 3 diciembre, 2011 a las 4:21

    Gracias a todos por sus comentarios.

    Asi que el error del grupo cientifico-esceptico es igualar a los magufos a su categoria por el hecho de que todos son contrarios a la racionalidad.
    Esto da la sensacion de que los magufos son un grupo compacto y eso no es asi.
    En palabras del gran Pepe Rubianes:”Dios los cria y el viento los amontona”.

    Lukàcs tampoco pretende en su texto decir que las filosofìas irracionalistas son iguales. En todo su libro algo que èl denuncia constantemente es la decadencia, la falta de rigor y la carencia de honestidad intelectual conforme el tiempo avanza de los defensores de la filosofìa irracionalista que derivò en el ascenso del nazismo, de tal manera que, quienes por alguna razòn nos vimos obligados a padecer la lectura del ladrillo de casi mil hojas de Spengler La decadencia de Occidente podemos estar de acuerdo con Lukàcs de que Nietzsche era un autèntico filòsofo que sabìa en donde estaba parado y que cualquiera de sus textos es infinitamente superior a aquèl, aunque ambos sean parte de la filosofìa irracionalista por èl denunciada.

    Y estas caracterìsticas que Lukàcs menciona en su texto no ha cambiado: es frecuente que los defensores de eso que llaman diseño inteligente presenten a este ahora como ciencia, ahora como filosofìa. En este blog se ha demostrado que como ciencia el diseñointelegentismo no vale ni el papel con el que se ha escrito. Pero tampoco como filosofìa: esta propuesta de pseudoconocimiento no es màs que otro caso, uno màs, de filosofìas irracionales que por cierto, como sus antecesoras, trata de usar la biologìa como base de sus argumentos, el vitalismo fue una propuesta que tuvo su auge durante el perìodo de la Restauraciòn que siguiò al fracaso de las revoluciones de 1848 impulsado por las elites que trataban de convencer que la dictadura de la burguesìa y sus cipayos era una cosa natural en la que las condiciones sociales no tenìan algo que ver. El diseñointelegentismo es una propuesta que pretendiendo desaparecer o negar los procesos estocàsticos de la naturaleza pregona a un ente no declarado la capacidad de diseño (¿?) para esconder su angustia personal de tener que admitir que su existencia en este tiempo y en este momento es meramente fortuita. En ambos casos las dos filosofìas no estaban interesadas en entender a la biologìa de su època sino en utilizarla y en ajustarla para sus fines. Pero como en ambos casos la honestidad intelectual va desapareciendo, el rigor en la discusiòn decrece y el conocimiento real de la disciplina biològica no importa, como tampoco importa conocer verdaderamente como se realiza el conocimiento cientìfico en general, podemos ver ahora a los defensores de la ùltima irracionalidad como desconocen de lo que hablan, brincan de un argumento a otro con tal de no tener que admitir su ignorancia, en suma: son ignorantes y deshonestos, pero es la caracteristica comùn a todos los irracionalistas, aunque a veces serìa bueno preguntarse si los actuales no han caìdo lo màs bajo posible.

    Y es cierto: el diseñointelegentismo no es igual al alucine de la tierra hueca, y sus efectos no tienen que ver con actitud criminal de los negacionistas del SIDA. Igual que para Lukàcs no eran lo mismo Nietzsche el filòsofo o Spengler el propagandista, para poner ejemplos. Pero todos tuvieron en su momento su cuota de responsabilidad en lo sucedido con el nazismo, como todos lo tienen ahora en lo que suceda de un nuevo fascismo, y esto es lo que me interesa resaltar.

    Ahora bien. Tambièn estoy leyendo el libro «El cisne negro» y es posible que haga una reseña de el si logro acabar de entender la propuesta del autor ya que hay cosas con las que dificilmente estoy de acuerdo, como la de calificar a A. Smith y a K. Marx como ilusos necios, lo mismo que a sus propuestas. Simplificando mucho, se dice que tenemos un evento de «cisne negro» si tiene las siguientes tres caracterìsticas:

    i) No habìa manera de preveer que pasarìa,
    ii) Cuando acontece su efecto es de tal nivel que no hay forma de que pase desapercibido,
    iii) Una vez acontecido se integra a nuestro marco de referencia.

    Tambièn dice el autor que la forma en que concebimos el mundo nos dificulta el darnos cuenta de como realizar previsiones funcionales. Su caùstica crìtica de la campana de Bell es muy buena.

    A diferencia de lo que escribe Ontureño no me parece que los dos libros se contrapongan ni que la denuncia del irracionalismo actual no proceda por que somos muy listos denunciando cosas a «toro pasado». Aunque en este momento no puedo citar referencias, hasta donde yo recuerdo leì que las sociedades anteriores a 1939 eran conscientes de que una nueva guerra se avecinaba. De què nivel serìa, que tanto afectarìa a los paìses participantes y al mundo al general, cuales serìan las atrocidades que se cometerìan que dejarìan cortas a las cometidas en la guerra anterior era ciertamente algo que nadie podìa preveer a menos que tuviera la bola de cristal a su alcance. En suma: no me parece que las ideas de ambos textos se contrapongan.

    A veces tengo la impresiòn, y lo dejo con esta palabra, impresiòn, de que el autor de «El cisne negro» tiene una pelea muy casada con el determinismo en general que se da en el discurso de las ciencias sociales pero que al obviar el efecto ideològico de construcciòn de justificaciones mete a todos los gatos en el mismo saco, y esto es difìcil de aceptar. Sabemos que podemos tener un fenòmeno fìsico determinista y ser incapaces nosotros de dar una respuesta numèrica, y que podemos tener un fenòmeno indeterminado probabilìstico y tener càlculos aceptables de èl. ¿Esto se extrapola a las ciencias sociales o no? No lo sè. Pero al menos los tres principios del libro sobre lo que es un evento de «cisne negro» no me parece que estèn peleados con la denuncia del irracionalismo actual.

    Cuando termine el texto completo y de meditar acerca de mis dudas, pondrè una reseña que me gustarìa que tù valoraras.

    Finalmente, tratarè de mejorar la redacciòn para futuros trabajos. Siempre es posible mejorar este aspecto, pero aùn asì me da gusto saber que la idea principal no cayò al vacìo.

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  29. 3 diciembre, 2011 a las 11:31

    Gracias por el comentario Darío, y espero que hagas la reseña del libro. Yo como digo apenas he empezado a leerlo (ahora estoy muy liado y tengo poco tiempo para leer), y como tú, me da la impresión de que es el típico cascarrabias que despotrica de todo y de todos sin dejar títere con cabeza. No obstante, algo de razón puede que tenga. Lo mencioné no como «Libro de la Verdad», sino como idea bastante contrapuesta (me da la impresión) a lo que aquí se expuso. Siempre es bueno leer ideas contrapuestas que te permitan sacar tus propias conclusiones.

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  30. 3 diciembre, 2011 a las 12:28

    Por cierto, acabo de ver esto, que va en la línea de lo que yo decía:

    http://www.revolucionnaturalista.com/2011/12/contra-los-pundits.html

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  31. 3 diciembre, 2011 a las 14:16

    Me encanta el artículo que nos has linkado, Ontureño. Sobre todo el vídeo de la Carmen Pardo haciendo uso de ese tan socorrido refrán que dice «donde dije digo, digo Diego». :mrgreen:

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  32. Phosphoros
    4 diciembre, 2011 a las 23:58

    Hola
    Relacionado, en cierto modo, a esto.
    http://impreso.milenio.com/node/9073556
    Saludos.

    Me gusta

  33. J.M.
    5 diciembre, 2011 a las 8:47

    Phosphoros :

    Hola
    Relacionado, en cierto modo, a esto.
    http://impreso.milenio.com/node/9073556
    Saludos.

    Si un biólogo o un físico se atrevieran a decir que Las Meninas es una mierda de dibujo o que Truffaut era un insulso y un coñazo, habría que ver las reacciones.

    Ahora bien, un novelista puede criticar las bases de una teoría científica establecida y quedarse tan ancho. Pues anda y que lo publique en youtube, para estar a tono…

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  34. 5 diciembre, 2011 a las 12:58

    J.M. :

    Phosphoros :
    Hola
    Relacionado, en cierto modo, a esto.
    http://impreso.milenio.com/node/9073556
    Saludos.

    Si un biólogo o un físico se atrevieran a decir que Las Meninas es una mierda de dibujo o que Truffaut era un insulso y un coñazo, habría que ver las reacciones.
    Ahora bien, un novelista puede criticar las bases de una teoría científica establecida y quedarse tan ancho. Pues anda y que lo publique en youtube, para estar a tono…

    Y lo mejor de todo es que todo el mundo culpa a Darwin, pero el no tuvo la culpa de que las cosas sean como son. Ni que él hubiera inventado la Selección Natural…a los que no les guste, que le pidan cuentas a Dios.

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  35. 6 agosto, 2012 a las 9:26

    Lanzo una pregunta al aire: ¿Entre esas filosofías irracionales no habría que incluir las doctrinas económicas neoclásicas y su total desconexión de leyes físicas tan fundamentales como la termodinámica? Lo digo porque parecen tan instaladas en el paradigma actual que son prácticamente invisibles, su critica es marginal y poco tenida en cuenta, y por otro lado su influencia (perjudicial) es tan grande que me parecen aún mas peligrosas que las magufadas. Para un ejemplo perfecto de lo que digo ver la opinión de Mario Bunge (la economía es una pseudo ciencia).

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  1. 2 diciembre, 2011 a las 0:43
  2. 2 diciembre, 2011 a las 0:58
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