La Ciencia y sus Demonios

Vamos a analizar un poco más la realidad interior y exterior del caso:

1) Yo, ignorante talibán, que no me he leído un libro en mi vida que no sea el que me han contado, que tengo el cerebro tan vacío como la realidad que genero con él.

2) A lo largo de mi vida me han contado la película, entre otras, de que el hombre es superior a la mujer (ni siquiera sé por qué me han contado esa película y no otra).

3) En mi cabeza tengo un virus llamado X del que no puedo desinfectarme porque es mi única realidad. Una especie de Matrix, pero totalmente verídico (no peliculero).

4) Una niña quiere tener conocimiento más allá del libro que a mí, y a los que me rodean, me contaron como fuente de sabiduría.

5) Si las mujeres imitan a esa niña, pronto tendremos mujeres que querrán independizarse e incluso es posible que quieran salir de Afganistán.

6) Si las mujeres se van, los hombres nos quedaremos sin sexo, sin hijos y sin quien nos haga la comida.

7) Uno de los principales dogmas de nuestro libro es que la tradición no debe cambiar. En realidad, yo, joven ignorante talibán, ni siquiera sé por qué, pero los viejos saben que se debe a que el hecho de que todo siga igual alargará nuestro patriarcal chollo.

8) Yo, imbécil que no se ha atrevido a investigar más cosas que las que me cuentan, actúo como me han contado que debe ser. Pero no sé si es.

9) ¿Cuál es la solución fácil para evitar que nada cambie y proteger mi statu y el de los viejos sabios cuyos conocimientos van de generación en generación?

10) Hay que matar a la niña que desafía nuestro statu quo.

Es lo mismo de siempre. Lo mismo que pasó en Egipto, Israel, Palestina, la América precolombina, o el continente austral: miedo e ignorancia. Ignorancia y miedo.

En realidad, Malalas han habido muchas a lo largo de la Historia. Que nos hayamos o no enterado, y que además quisiéramos enterarnos, es otra cosa.

Saludos.

Me gustaMe gusta