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Reyes magos, reinas, tradiciones y evolución


reyesmagosEn una de sus viñetas, el genial y prematuramente malogrado humorista Jaume Perich decía que puestos a conservar tradiciones, mejor conservar la del toreo que la de quemar herejes en la Plaza Mayor. Y su razón llevaba: que algo sea tradicional no quiere decir que sea deseable. Si en la Antigua Roma se consideraba la crucifixión como un método ejemplar de castigo a todo tipo de delincuentes, no debemos sentirnos obligados a colgar de los maderos al primer chorizo que detenga la Guardia Civil.

Pues, aunque cueste creerlo, este hecho tan evidente se olvida con gran facilidad, y encontramos multitud de opiniones que apoyan determinadas prácticas con el único argumento de que forman parte de nuestra tradición. Estos días, sin ir más lejos, hemos podido contemplar el escándalo que ha producido quitar algún camello en Madrid o celebrar una cabalgata laica en Valencia.

Además, otra idea equivocada es que las tradiciones existen «desde siempre», creyendo que los visigodos ya se ceñían  un pañuelo rojo sobre un traje blanco y se iban a correr toros en Pamplona a principios de Julio. Pero las tradiciones nacen, se modifican y -generalmente- se acaban olvidando. Si bien la celebración de festejos en honor a San Fermín se remonta a la Edad Media, el traje rojiblanco típico de estas fiestas no apareció hasta los años 30 del siglo XX, popularizándose en la década de 1960. Y como con ésta, ocurre con muchas que creemos ancestrales: las doce uvas se comenzaron a tomar en España a finales del siglo XIX, la tortilla de patatas es del siglo XVIII, al igual que el baile por «sevillanas» y la tomatina de Buñol cumple ahora 70 años. Sin embargo, otras tradiciones  nos acompañas desde siglos y milenios: algo parecido a los carnavales ya celebraban los antiguos egipcios hace 5000 años y la tauromaquia se remonta a la edad de bronce, por tomar solamente un par de ejemplos.

 

La buena, la fea y la mala

Una tradición guapa, guapa.

Una tradición guapa, guapa.

También encontramos variación entre los valores que representan unas y otras tradiciones, como señalaba Perich. La ablación del clítoris y el regalo de flores en el día de la madre son dos costumbres con significados indiscutíblemente muy diferentes. Sin embargo, la corrección o incorrección de unas y otras tradiciones está íntimamente ligado -como ya hemos comentado- a la evolución de la sociedad en la que se encuentran. Si bien en plena inquisición se veía la muerte en la hoguera como una forma de purificar las pecadoras almas de herejes y brujos, tal valoración no ha sobrevivido hasta la actualidad. Todo lo contrario, la sociedad ha cambiado de tal forma que el otrora piadoso método de ejecución es considerado una salvajada.

Así pues, la aceptación de las tradiciones no se debe a su antigüedad ni a su originalidad, sino a como encajan y a su vez conforman la identidad cultural de una sociedad frente a otras. Por ello no son fáciles de olvidar, dado que han contribuido a formar todo el entramado que compone nuestra cultura, pero -al igual que ésta- se modifican, se adaptan, desaparecen,  se adoptan o se crean otras nuevas según va cambiando nuestra forma de ver el mundo.

 

Tradición y evolución

Y es que no podemos olvidar que las tradiciones tienen un papel fundamental en la evolución cultural de las sociedades humanas. La antropología cultural nos enseña que, por un lado, representan un depósito de la sabiduría de las generaciones anteriores, tanto de conocimientos como de valores morales y religiosos. No es de extrañar que épocas de siembra y otros tipo de actividades básicas se basen en fechas tradicionales que no son más que una adaptación a las condiciones ambientales locales atesoradas a través de los años. Un segundo papel no menos historiabarriga3m-evolucin-cultural-de-la-humanidad-15-728importante es el que tienen en la cohesión de la comunidad, proporcionando señales de identidad y lealtad al grupo, con lo que esto representa para el éxito frente a otros. Por último, ofrecen un refugio emocional importantísimo frente a períodos de crisis e inseguridad; cuando personal o colectivamente se atraviesan malos momentos, todo lo que nos ofrezca seguridad es especialmente apreciado, y el abrigo de las tradiciones, de lo que nunca ha fallado, de aquello que ha seguido inmutable a lo largo de la historia, nos ofrece un consuelo indiscutible.

No podemos entender una evolución cultural sin tradiciones ni unas tradiciones sin evolución. El que siguiéramos teniendo las mismas costumbres que hace 2.000 años sería el equivalente cultural a mantener los genes intactos desde un par de millones de años atrás. Es imposible que la sociedad avance si no van modificándose las tradiciones. No podríamos vivir en una sociedad justa manteniendo el derecho de penada ni en un estado igualitario conservando la castración femenina. Por eso me resulta tan molesto el argumento ad antiquitatem, porque es una falacia que favorece el inmovilismo y frena el progreso social.

 

Reyes y reinas
Titulábamos el artículo «Reyes magos, reinas, tradiciones y evolución», porque todo esto venía inspirado por el revuelo que han causado varias asociaciones y algún ayuntamiento al modificar la tradición de los Reyes Magos, en el sentido de introducir alguna Reina Maga -por eso de la igualdad- o incluso en una celebración organizada por la Societat Coral el Micalet de Valencia hace un par de días, sustituyendo a los tres estrafalarios monarcas por tres «magas republicanas»: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, saluda desde el balcón municipal junto a las tres “Magas de gener” (Libertad, Igualdad y Fraternidad)

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, saluda desde el balcón municipal junto a las tres “Magas de gener” (Libertad, Igualdad y Fraternidad)

Obviamente, los abonados a la falacia ad antiquitatem han tardado poco en rasgarse las vestiduras voceando como energúmenos que tales cambios representan «patochadas», «adoctrinamiento infantil», «borrar toda seña de nuestra cultura», «empobrecimiento de las tradiciones», «en vez de magas parecen prostitutas» y otras barbaridades indignas de los que se supone que precisamente son abanderados de la cultura. Y no estamos hablando de cuñados en el bar cargaditos de cañas, sino de políticos y periodistas de renombre.

Poco hay que decir tras lo expuesto en los primeros capítulos: algunos estarían más a gusto si siguiéramos quemando herejes. Sin embargo, este caso particular me pide un poco más de ensañamiento.

 

Borrar toda señal de nuestra cultura

Si nuestra cultura se basa en tres tipos subidos en un carro de cartón tirando caramelos a los niños, si nuestra cultura se basa en hacer creer a nuestros hijos que hay unos reyes mágicos que tienen el don de la telepatía y la ubicuidad, que saben como se han portado 2.000 millones de niños y son capaces de recompensarlos o carbonizarlos uno a uno en una sola noche, ya nos vale.

El Rey amarillo

El Rey amarillo

No digo que toda la parafernalia de los zapatos, los camellos, los regalos y demás no tenga su aquél, pero tampoco son la Biblioteca de Alejandría. Para empezar, en la Biblia no se menciona a ningún «Rey»; únicamente el evangelio de Mateo habla de unos «magos» o «sabios» sin especificar nombres, origen ni número. Lo demás, han sido añadidos que se ha ido realizando a lo largo de la historia católica, desde su realeza establecida hacia el siglo V; su número de tres (excepto para los armenios que tienen 12 reyes magos) también en el siglo V; sus nombres -establecidos en Italia en el siglo VI- ; el color de su piel (Baltasar se convirtió en negro en la Alta Edad Media)  o su origen, que ha pasado de ser «Oriente» hasta cada uno de los tres continentes del momento (Europa, Asia y África) y con historias tan delirantes como la reciente afirmación del Papa Benedicto XVI en su libro «La infancia de Jesús» (2012) en el que afirma que en realidad venían de Tartesos, a lo que el Secretario de la Conferencia Episcopal se ha apresurado a puntualizar que el Santo Padre no quería decir que los Reyes Magos fueran andaluces.

Es decir, la tradición habla de unos personajes de los que no sabemos ni siquiera si existieron, si fueron reyes, astrólogos o adivinos, si fueron tres, doce o cuarenta, si fueron blancos, negros amarillos o verdes y si vinieron de Tombuctú, de Teherán o de El Mentidero. Pero cuidado, si le cambiamos a alguno el sexo, estamos «borrando toda señal de nuestra cultura» y «empobreciendo las tradiciones». Puestos a ser serios, casi prefiero a Bob Esponja, tiene menos contradicciones.

 

Patochadas y adoctrinamiento infantil

Resulta que si una asociación organiza el 3 de enero una cabalgata cuyas protagonistas son la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad es una patochada. Parece ser que ensalzar valores como la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad es adoctrinar a los niños.

11377614wSin embargo, pintar de betún a un pobre hombre, disfrazarlo  y subirlo junto a otros dos individuos a una carroza para que tiren caramelos a los niños mientras se les hace creer que vienen desde Oriente para estar toda la noche entrando en todas y cada una de las casas repartiendo regalos simultáneamente en Madrid, Valencia y Johanesburgo, es una historia muy realista y nada ridícula. Vamos, es la antítesis del esperpento.

Para colmo, explicarles a los pobres chavales que estos mismos personajes, que son Reyes porque aquí lo importante no es la libertad, ni la igualdad, sino la clase social y su clímax, la realeza, así lo llevan haciendo desde que hace dos mil años (encima de reyes, inmortales), cuando llevaron oro, incienso y mirra a un recién nacido que era hijo de una virgen y formaba parte de un triunvirato integrado por Dios, una paloma y él mismo y al que debes obedecer sin preguntar so pena de arder durante toda la eternidad, no es adoctrinar, es enseñar historia y aclararles las ideas a los chavales.

Y cuidado, que en ningún momento estoy diciendo que haya que privar a los niños de cabalgatas, caramelos, regalos e ilusión, faltaría más. La fantasía, los cuentos, la magia y la imaginación son un condimento indispensable en la infancia. Lo que hay que revisar es si seguimos creyendo las mismas cosas a los 50 años.

 

La puta Libertad, la puta Igualdad y la puta Fraternidad

El que aparezcan tres mujeres en un balcón simbolizando los valores más importantes de la Revolución Francesa y de la Democracia en general y que a alguien le parezcan prostitutas del oeste, dice mucho sobre la opinión de esos individuos acerca de la libertad, la igualdad, la fraternidad y, sobre todo, de las mujeres. Un poco de escote, algo que no represente una matrona obediente y ya sabemos ante lo que nos encontramos: una puta. Y esos lemas de «Libertad, Igualdad y Fraternidad», mejor cambiarlos como hizo el gobierno de Vichy por «Trabajo, familia, patria», que eso si que son valores guapos y  no los de esas prostitutas radicales. De nuevo, una gran lección a nuestros menores.

Pues que quieren ustedes que les diga. Pensando en que los niños del futuro esperen con ansiedad la llegada de tres Monarcas adoradores de divinidades  o la llegada de la Libertad, de la Igualdad y de la Fraternidad, prefiero ampliamente lo segundo y -por mi parte- a la tradición ya le pueden ir dando.

 

  1. Xuxinho
    6 enero, 2016 a las 0:15

    Me quedo con el último párrafo (sin la falta ortográfica, claro).

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  2. 6 enero, 2016 a las 9:28

    genial artículo, como siempre de una lògica aplastante

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  3. 6 enero, 2016 a las 12:56

    Es más que llamativo que los que han montado esta falsa polémica sobre las cabalgatas laicas sean aquellos pobres e ignorantes individuos que piensan que una zarza ardiente envió a la Tierra a una paloma sideral para fornicar con una virgen judía y así poder engendrar a un semidios milagrero que despeñaba gorrinos supuestamente endemoniados al mar.

    En algún momento como sociedad avanzada, a la vez que preocupada por la salud física pero también mental y el bienestar de todos los ciudadanos, junto con la defensa de los derechos más elementales de la infancia, deberíamos parar este degradante tipo de alineación mental, prohibirla por ley y perseguir judicialmente a sus impulsores, porque estas prácticas son tan perversas a la vez que poderosas que consigue que individuos adultos se mantengan perpetuamente en una etapa infantilizada de amigos imaginarios, y que tengan por tanto comportamientos tan próximos a la locura que caen perfectamente dentro del ámbito de las enfermedades psiquiátricas y que, consecuentemente y por su bien deberían estar medicados bajo estricta atención sanitaria en lugar de ser creadores de opinión o incluso dirigir medios de comunicación y lo que muchas veces es todavía peor, llegar a gobernar a un país como nuestro demente ministro del Interior que delira directamente con su «ángel de la guarda» como si todavía tuviera 5 años: http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2015/12/el-alucinado-ministro-del-interior-y-su.html

    Porque a mí personalmente me genera mucha ansiedad y estrés que un alucinado confeso de este calibre esté al mando de decenas de miles de policías y guardias civiles y que nuestra seguridad como nación dependa de qué narices le cuenta su «amigo» Marcelo al Ministro del Interior cuando se levanta por la mañana. Porque un demente que es capaz de dejarse aconsejar por su ángel de la guarda a la hora de aparcar ¿por qué no va a hacerle caso cuando tenga que decidir cómo y cuándo luchar contra el impío y anticristiano terrorismo islámico, sobre todo si Marcelo está en línea directa con el único dios verdadero, que casualmente todo lo sabe y vela por este católico país?

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  4. 6 enero, 2016 a las 14:46

    Aunque pese a algunos, la humanidad , afortunadamente,sigue avanzando y evolucionando.Me ha parecido un artículo genial.

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  5. 6 enero, 2016 a las 20:56

    Este es un debate que me supera, entre otras cosas porqué es puro teatro. Solo temen perder poder, luego no tienen problemas en tener tratos con grupos de otras religiones.

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  6. Tobaga
    6 enero, 2016 a las 22:39

    ¡Muy bueno!, buena analítica.

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  7. Edith Wasco
    6 enero, 2016 a las 23:26

    «se modifican, se adaptan, desaparecen, se adoptan o se crean otras nuevas según va cambiando nuestra forma de ver el mundo.» Me quedo con esa frase. Excelente escrito.

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  8. apalankator
    7 enero, 2016 a las 0:06

    También quiero dar mis felicitaciones por el escrito, ejemplo del poder de argumentación que da el estar bien documentado. Siempre me ha llamado la atención que los más religiosos son los menos informados en temas de religión.

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  9. Rubén
    7 enero, 2016 a las 1:33

    A mí lo que me toca mucho las narices es que estos que se quejan de que «les han quitado la ilusión a los niños, imperdonable», son los mismos que simpatizan con ese partido que ha recortado en educación, en sanidad, en los comedores escolares, y que son en buena parte responsables de que uno de cada tres niños en este país esté en riesgo de pobreza. Pero a cierta impresentable (no miro a nadie, ya sabéis quién es, seguro) le parece mucho más indignante que su cría no se haya tragado toda esta ridícula fanfarria. Anda que, valientemente.

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  10. 7 enero, 2016 a las 9:40

    Hoy he visto un chiste en Facebook sobre el tema que me ha parecido muy acertado:

    La referencia a Bob Esponja y Mickey Mouse como personajes «muy tradicionales» (y por tanto aceptables en tales desfiles) me ha parecido muy acertada en relación con todas esas hipócritas rasgaduras de vestiduras que se han dado.

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  11. linksblack
    7 enero, 2016 a las 11:04

    Sólo un apunte; no estaban sustituyendo nada; la cabalgata de las Magas, no reinas, era el día 3 de enero, en la semana de la infancia que organizaba la Societat Coral El Micalet, recuperando la cabalgata que se hizo para los niños que estaban refugiados en Valencia por la guerra civil en el 37, que reivindicaba valores tan universales y tan poco criticables de Igualdad, Libertad y Fraternidad, y la otra, la de los estrafalarios inmortales ha sido el día 5 de enero como todos los años. A mí me encantaría que hubieran sustituido la otra, y a los niños les da igual que les cuentes un cuento u otro; les importa el colorido, los caramelos y los regalos.

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  12. Abraham
    7 enero, 2016 a las 12:34

    Supongo que pasa como con la historia del ratoncito Pérez. Ahora nos quieren hacer creer que es un hada de los dientes la que viene a llevárselos, pero a mí el cuento me lo contaron en su día con un ratón, y cuando veo a la dichosa hada casi me indigno porque lo están contando mal.

    Queremos que los niños disfruten de un poco de magia y fantasía, y para eso nos viene muy bien este tipo de historias ya hechas, como la del ratoncito Pérez o los Reyes Magos, que nos ahorra tener que inventar nada y encima contamos con el resto de la gente para mantener la farsa, porque todos cuentan la misma historia a sus niños. Da igual que la historia no sea cierta. Mientras todos cuenten la versión más o menos igual, se mantiene la ilusión.

    Por eso es un poco difícil de encajar que este año sean las señoras de los Reyes Magos las que se vayan a dar el trabajo de repartir los juguetes. ¿En unos barrios van a repartir las Reinas magas y en otro los Reyes magos? ¿Es que ya hay tantos niños en el mundo que no dan abasto y han tenido que pedir ayuda a sus mujeres? Naturalmente que todo evoluciona, y que el cuento es mejor adaptarlo a los valores actuales de nuestra sociedad, pero siempre hay resistencia al cambio.

    Más fácil de explicar a los niños es que descubran que un Rey mago está siendo interpretado por una mujer, o que el negro es un blanco pintado. En ese caso se les puede decir que los de la carroza no son los auténticos, que los de verdad están en camino con sus camellos y sus pajes, y que los de la carroza son actores y que toda la fiesta se hace para celebrar que los magos vienen esta noche, y muy probablemente no lograremos verlos porque son mágicos. O ya romper del todo la magia y contarles que los regalos se los van a hacer los padres y demás parientes, y que toda la fiesta es simplemente una forma de homenajear a aquellos sabios que trajeron presentes a un recién nacido, sin conocerlo de nada, sólo porque un fenómeno astronómico les condujo hasta el pesebre donde se hospedaban sus padres. Y que la historia lo mismo es falsa, pero es bonito que todos los niños tengan una especie de cumpleaños colectivo.

    La cabalgata de los ideales democráticos es un asunto completamente diferente. Se trata de evitar financiar con dinero público de un estado laico lo que obviamente es una festividad religiosa. Y se han buscado el equivalente de una boda civil: un sustituto laico de un acto religioso tan comúnmente aceptado que no puedes sencillamente dejar de celebrar. Aquí ya no hay ni magia ni superstición, tan sólo una personificación (literaria) de los ideales republicanos. Imagino que las manifestaciones de odio hacia la cabalgata republicana, más que por el acto en sí o lo apropiado de la vestimenta femenina, será porque les han quitado una inofensiva fiesta religiosa de la que disfrutaban en su niñez, y la pagan con lo que intenta ser su sustituto.

    La verdad que yo no termino de tener muy claro si prefiero que mis hijos crean en la magia y traten de portarse bien unos días al año para que les lleguen más regalos, o castigarlos desde pequeños con la fría realidad, para que estén mejor preparados en el futuro.

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  13. Melchor
    7 enero, 2016 a las 14:20

    Ójala desaparezcan TODAS las tradiciones católicas(que es claramente por lo que lo quieren quitar todo) que la gente trabaje el dia 24 de Diciembre, porque para ellos no ha nacido nadie, el 25 porque NAVIDAD para ellos no significa nada, el 6 de Enero que es la epifanía del Señor,como no se sabe ni lo que es,así que a currar, San Isidro, que era un Santo? Adiós fiesta, adiós tradición, a currar! Semana Santa??Fuera tambien…..espera,espera que para lo que nos conviene…..jajajaja HIPÓCRITAS!!!Pensad un poquito las cosas,la ilusión de los niños, y pensad en ir diciéndoles a vuestros hijos que ya no vendran los 3 Reyes Magos repartiendo regalos(porque significa monarquia, riqueza, tradición, etc….)y que ahora vendran las 3 prostitutas del barrio a repartir paz y amor.

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  14. 7 enero, 2016 a las 14:40

    Melchor:
    1. Las fiestas nacionales son 12 + 2 fiestas locales, eso lo dice la ley. Y a mí me da igual que sea para San Isidro o para el día de la recogida del tomate, mientras que exista ese día de descanso. Entiendo que a la mayoría no le dé igual y lo acepto, pero no por ello se me puede acusar de librarme de no trabajar el 24 de diciembre, es un día que me corresponde por derecho laboral, no por hipocresía.
    2. » que ahora vendran las 3 prostitutas del barrio a repartir paz y amor»… Comentario salido de una profunda caverna que no ha sido olvidada en pleno siglo XXI.

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  15. 7 enero, 2016 a las 14:48

    Y fijate, el partido gobernante entró con la promesa de trasladar fiestas que caían entre semana a viernes o lunes, o incluso agruparlas. De esa forma se incrementaría la productividad laboral. Además, sería un estupendo acicate para la actividad turística (de lo poco que sabemos hacer en España), al aumentar el número de puentes. Pero claro, se olvidó cómo se organizan las cosas en este país de procesión, mantón y peineta.

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  16. 7 enero, 2016 a las 17:34

    En todo caso le pagamos a la Iglesia Católica con su misma moneda. Muchas de las fiestas católicas, empezando por la navidad,eran fiestas paganas que fueron cristianizadas. Así que a quejarse menos y aceptar que la realidad cambia. La mitología cristiana está ya muy acabada.

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  17. Pocosé
    7 enero, 2016 a las 19:30

    Como «Homo tecnotribalis»,que somos, por mucha tecnología que seamos capaces de manejar siempre andamos ávidos de mitos y ritos más o menos tradicionales, ya sean religiosos, paganos o laicos.
    Salvo honrosas mutaciones, casi todo los demás, aparte de haber adquirido una buena cantidad de conocimientos que contrarresten nuestra predisposición a la superstición, debemos de hacer un gran esfuerzo de racionalidad para poder mantener nuestra tribalidad en unos mínimos inocuos.

    De todas maneras los cambios son inevitables. En mi ciudad la carroza más festejada por la chiquillería fue la de la Patrulla Canina. La Batucada Brasileira con bombachos y rastas hizo bailar a jóvenes y no tan jóvenes, A mi lado un niño de unos seis o siete años, al paso de una tradicional pastoral cantando villancicos tradicionales acompañados con las muy tradicionales zambombas y panderetas, preguntó a su madre: «¿Y estos quienes son?». No hubo respuestas pues llegaron las ráfagas de caramelos de los Bo Esponjas con tremendos gorros de papa noel.

    Ardua tarea tiene por delante la Humanidad para hacerse digna del «sapiens» que tan prematuramente nos ha adjudicado»

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  18. 7 enero, 2016 a las 19:33

    El problema de las personas como Melchor es que, en lugar de pensar como ciudadanos del siglo XXI siguen comportándose como siervos de la gleba o peor aún, como esclavos. No entienden que tienen derechos, ya que piensan que todo en su vida (desde su nacimiento hasta su muerte pasando por todo lo que viven, sea esto bueno, malo o peor) tienen que agradecérselo a un diosecillo de pastores de cabras y a sus farsantes sotanados.

    Y claro, no pueden ni imaginarse que en una democracia en donde todos los ciudadanos deben ser tratados por igual lo justo sería eliminar todas las fiestas religiosas del calendario oficial y sustituirlas por otras más acordes con valores que incluyan a todos: derechos humanos, justicia social, etc. Así, sería mucho más integrador un día festivo dedicado al medio ambiente o contra la discriminación racial o sexual que acudir aborregado el Jueves Santo a azotarse masoquistamente arrastrando unas cadenas para rememorar un supuesto «hecho histórico» más que dudoso.

    Y tampoco entienden que ellos, como los cientos de miles o ya seguro que millones de budistas, hinduistas o musulmanes españoles (que también existen) pueden celebrar sus fiestas cuando quieran siempre que no implique privilegio alguno sobre el resto de los ciudadanos y el conjunto del estado. ¿O es que a algún judío o cienciólogo se le prohíbe en España de manera oficial cumplir con sus particulares ritos, sean estos los que sean?

    Ello tendría la ventaja de mostrar el verdadero número de católicos en España, porque estoy seguro que si la Semana Santa no fuera festivo obligatorio se juntaban cuatro gatos tras el Cristo sanguinolento. La prueba de ello es que el porcentaje de españoles que marcan la casilla de la iglesia en la declaración del IRPF es cada año más minoritario y eso que no les cuesta ni un céntimo, ya que si fuera por ejemplo como en Alemania, en donde los creyentes pagan directamente descontado de su nómina el sostenimiento de su particular iglesia (como han descubierto con sorpresa mayúscula muchos de nuestros compatriotas tristemente emigrados al recibir su primera nómina en tierras germanas) aquí no se mantenía católico ni el arzobispo de Toledo.

    P.D.
    Yo particularmente en la famosa Nochebuena celebro con mi familia el Día de Darwin, persona muchísimo más digna de admiración que ese pobre profeta alucinado que se creía el resultado de un «ménage à trois» formado por una paloma, una judía y una zarza ardiente. O bien podíamos celebrar el Solsticio de Invierno un par de días antes, fecha emblemática y totalmente científica y así a lo mejor alguno aprendía algo (que buena falta hace), además de por supuesto ponernos hasta las trancas de cordero, turrones y cava como es tradicional en esas fechas, cosa que por cierto no sé qué narices tiene que ver con el supuesto nacimiento de un pobre de solemnidad como era el nazareno demente.

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  19. Rain
    7 enero, 2016 a las 20:37

    Que quereis que os diga. Para mí la cabalgata de Madrid ha sido el mismo disparate que ha venido haciendo la Cristiandad de siempre, tapando las festividades ajenas con sus propias monsergas. En vez de dioses y demás cuentos, aquí compañias, que al menos existen y todos sabemos cual es el verdadero señor del mundo: $$$. No estoy a favor de perpetuar mitos, pero tampoco de hacer sustitutos, y para conmemorar los valores tenemos todo el año, que ya me contareis que tienen que ver con el desfile de carnaval que vimos.

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  20. Renzo
    8 enero, 2016 a las 8:14

    Estos días he estado «debatiendo» el tema en el blog de un sacerdote (hasta que, en la línea habitual de los sectarios, intransigentes, cobardones, manipuladores,…ha decidido censurar mis mensajes, que es algo que dominan mucho mejor que el dialogo).
    Entre otras cosas, me ha llamado la atención que el cura en cuestión considere que la libertad, la igualdad y la fraternidad, son imposiciones (lo cierto es que tampoco me ha sorprendido tanto, más bien nada).

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  21. Abraham
    8 enero, 2016 a las 8:34

    ateo, tengo que discrepar con lo de la Semana Santa. En Andalucía hay muchísimas personas que, sin ser especialmente beatas, son cofrades hasta la médula. De los que lloran desconsoladamente cuando por cuatro gotas no pueden sacar su trono en su día grande. Creo que en esto hay más de instinto tribal o gregario que de fe, pero no va a ser nada fácil cambiar esta tradición. Ni creo que a los ayuntamientos les interese dejar de apoyarlo, con la de turistas que atrae.

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  22. 8 enero, 2016 a las 13:07

    Esto lo publicó el diario El Mundo en el año 2010: La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Málaga, Carolina España; el periodista y director de la edición malagueña de EL MUNDO, Rafael Porras, y el hermano mayor de la Cofradía de los Dolores del Puente, Antonio Jódar, representarán a los Reyes Magos de Oriente durante la cabalgata que recorrerá las calles de la capital la tarde del próximo 5 de enero.
    La señora Carolina España ejerció de rey mago en la cabalgata de reyes de Málaga sin la fanfarria que ha montado su propio partido en 2015 en Madrid. Cada vez está más claro que las libertades caminan en regresión y que la atención en las tonterías dominan sobre las cosas importantes.

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  23. 9 enero, 2016 a las 2:09

    No veo el por qué hay que limitar la libertad de las personas en creer la gilipollez que quieran prohibiendo cosas. La religión se puede criticar, la ofensa religiosa a los símbolos no debe ser delito, hablamos de ideas y opiniones, pero las personas sí deben ser respetadas. Las cabalgatas son una tradición evidentemente cristiana o católica, para los creyente y para muchos no creyentes. No veo qué se debe prohibir con tanta saña, podemos discutir si debe ser pagado con dinero público, ya que ésto abre la puerta a tener que pagar todas las festividades religiosas de todos los credos. Hasta dónde se, los ayuntamientos deben dar subvenciones a las entidades del pueblo, por ejemplo los carnavales. Deben los creyentes exigir que se elimine ésta fiesta pagana? evidentemente encontraremos a gente que sí. No quiero ser como ellos, si no te gustan las cabalgatas, no vayas, si no quieres engañar a tu hijo, cuéntale la verdad, si no quieres carnavales, fallas, u otros festejos populares (vamos a no entrar en debates taurinos, al menos yo paso), no vayas, deja a los demás libertad para hacer lo que quieran, y al mismo tiempo a expresar que sus creencias o las de los demás son ridículas.
    Que la religión ha hecho lo que ha hecho, seguro, pero no nos podemos retrotraer, ya que no acabamos en la vida. A mi no me gusta ni prohibir ni modificar los festejos de los demás. Soy ateo convencido y celebro la navidad, como acto de reunión familiar, voy a la cabalgata, y considero que no soy un gilipollas por hacerlo, no creo que nadie tenga derecho a insultarme, si a criticar los festejos, o a montar otros alternativos si crea una entidad en su pueblo y pide una subvención que probablemente deba recibir por ley.

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  24. 9 enero, 2016 a las 11:35

    Estupenda entrada. De principio a fin

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  25. 10 enero, 2016 a las 19:34

    joanmale

    Dejando de lado comentarios tuyos como esos de que alguien quiere «limitar la libertad de las personas en creer» y «No veo qué se debe prohibir con tanta saña» que no sé donde te lo has sacado (a no ser que oigas con asiduidad a Losantos, Marhuenda y el resto de tertulianos del TDTParty, cosa que no te recomiendo por tu propia salud mental) puesto que al menos en la España de 2016 las cabalgatas navideñas se han celebrado con total normalidad incluso en los ayuntamientos de esa «extrema izquierda radical» que va a destruir la nación y de paso el universo conocido, quisiera enfocar el problema.

    Por supuesto que los poderes públicos como tu bien aludes permiten, ayudan o subvencionan multitud de actividades de los colectivos más diversos pero pienso, y eso debería ser una condición irrenunciable en cualquier democracia que se precie mínimamente de serlo, que esas actividades deben ser integradoras (es decir no excluyentes) o al menos haber sido despojadas de cualquier elemento partidista o partidario para hacerlas asequibles al conjunto de la ciudadanía. Porque de lo contrario se estaría privilegiando injustamente a unos ciudadanos respecto a otros. Y eso es lo que ha ocurrido (sin que nadie lo haya planificado expresamente) a lo largo de los decenios con las cabalgatas de navidad. Partiendo de un inicio católico (y por tanto sectario, es decir de su primera definición de la palabra : «Que pertenece a una secta.») esos espectáculos se han despojado de su contenido doctrinal y se han convertido en una representación festiva absolutamente secular puesto que está llena de carrozas de multitud de personajes sacados de la literatura popular o directamente de lo que las empresas de merchandising decidan ese año que hay que promocionar, y hasta donde llega mi limitado conocimiento de la exégesis bíblica ninguno de estos personajes aparecen ni en los evangelios canónicos ni tampoco en los apócrifos.

    Otra cosa es que consideremos adecuado que nuestros hijos deban abandonar las siempre peligrosas garras de la iglesia para caer en el consumismo más exacerbado. Por ello yo he repetido en innumerables ocasiones que soy partidario de sustituir todas las fiestas religiosas por otras de contenido claramente democrático: fiesta de la igualdad, del medio ambiente, etc., diseñadas específicamente para ensalzar valores de convivencia, justicia e igualdad, y que puedan ser asumidas por todos, aunque por supuesto los adoctrinadores de siempre rápidamente me acusarán de sus propios pecados.

    Pero resulta que esta año una tal Cayetana, condesa, duquesa o lo que sea ha decidido iniciar su particular cruzada en defensa de los «valores cristianos» para conseguir sus cinco minutos de gloria, ya que como parlamentaria ha trabajado menos que el sastre de Tarzán, y esta señora se ha sentido muy ofendida porque los reyes magos de Madrid iban vestidos muy «gais» para el gusto de su hija, que parece ser que aunque pequeña es la única mujer del PP que se da cuenta de las cosas que ocurren en su entorno, porque el resto ni siquiera es capaz de saber si aparece un Ferrari o un Jaguar en su garaje y quien narices paga las fiestas de cumpleaños y los viajes a Disneyland Paris a todo trapo de toda la familia. Por cierto, parece ser que nuestra Cayetana no ha asistido con asiduidad a las cabalgatas que celebraba su partido en Madrid puesto que el año que el propio alcalde Gallardón se vistió con sus plumitas, su boquita de piñón pintada de rojo pasión y su mirada más que picaruela ¡Hay ladrón!, momento antológico en el que seguramente robó el corazón a más de un curtido gay, le da una lipotimia de esas que sólo sufren las aristócratas como ella desde tiempo inmemoriales y no se despierta nunca más.

    http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2016/01/importante-noticia-para-los-cristianos.html

    Y ya para terminar te dejo con la fotografía de la carroza de TVE (no olvidemos empresa pública, pagada con los impuestos de todos los españoles) de la cabalgata de Reyes en Madrid 2014 bajo la muy cristiana y Legionaria de Cristo alcaldesa Ana Botella haciendo descarada publicidad de esos personajes bíblicos tan católicos y tradicionales como son Pepa Pig, Dora la Exploradora y Bob Esponja.

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  26. 11 enero, 2016 a las 2:45

    gracias por la respuesta, para aclarar, en los primeras líneas me refería a algún comentario que he leído aquí de los lectores, no del post del blog.

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  27. Renzo
    11 enero, 2016 a las 8:12

    joanmale,

    «…no vayas, deja a los demás libertad para hacer lo que quieran,…»

    Con esta frase ya te defines, no hacía falta que escribieras más. Estor hasta los mismísimos de gente como tú, que van de superdemócratas y paladines del respeto, cuando lo único que son es unos comodones que sólo se miran el ombligo y prefieren no mojarse y quedar bien con todos.

    Por cierto, con este otro comentario, «vamos a no entrar en debates taurinos, al menos yo paso», sí estás entrando en donde dices no querer hacerlo, y de nuevo te retratas confirmando lo anteriormente he dicho.

    Termino, dices:

    «Soy ateo convencido y celebro la navidad, como acto de reunión familiar, voy a la cabalgata, y considero que no soy un gilipollas…»

    Que seas ateo no puedo saberlo, pero diciendo lo que dices y cómo lo dices, no me animas a pensar que no seas lo segundo.

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  28. sergio silva
    30 junio, 2016 a las 2:07

    Quien chingaos es ese pendejo de JM y quien le paga por poner esta pagina?

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  29. 30 junio, 2016 a las 7:56

    Sergio, veo que en tu mente sólo cabe el insulto y la idea de que la gente sólo hace las cosas por dinero. Tu pobreza intelectual se retrata sola con lo que escribes.

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