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El local electoral influye en el resultado de las elecciones


elecciones votacion democracia crucifijo neutralidad religiosaEsta es la llamativa conclusión que se deriva de diversos estudios que analizan la importancia de la ubicación del local electoral sobre las opiniones políticas y el voto de los ciudadanos en consultas electorales. Y de estos estudios se pueden extraer importantes implicaciones sobre la convocatoria de elecciones en una democracia y la validez de sus resultados.

Como ciudadanos del tecnológico siglo XXI tendemos a pensar que somos seres racionales, capaces de tomar decisiones con conocimiento de causa, de manera reflexiva y al margen de influencias externas. Pero en realidad existen múltiples estudios que demuestran que nuestro cerebro está evolutivamente adaptado para dar mucha mayor importancia a los sucesos recientes de nuestra experiencia, aún cuando tengamos que decidir sobre asuntos para nada relacionados con esas vivencias.

Así por ejemplo en un experimento ya clásico, estudiantes norteamericanos que habían recibido una charla previa que incluía muchas palabras que se asocian a la vejez (Florida, bingo, achaques, jubilación, etc) caminaban más lentamente en una prueba posterior que aquellos otros estudiantes que habían recibido una información más neutra, es decir habían asimilado para sí mismos el estereotipo de la lentitud asociada a los ancianos. Del mismo modo, estudiantes a los que se les había mostrado previamente objetos asociados con el mundo de los negocios (por ejemplo un maletín de ejecutivo) se comportaron de manera mucho más competitiva en una posterior prueba (en consonancia con el estereotipo de que la gente de negocios son competitivos) que aquellos otros individuos que habían observado objetos control. Finalmente en otro estudio diferente, aquellos estudiantes (inciso, como pueden observar los campus estadounidenses además de educar a las élites del país son el laboratorio de pruebas ideal para todos los científicos sociales y los estudiantes son sus inocentes cobayas) que habían visto imágenes de una biblioteca hablaron en voz más baja que aquellos otros que habían observado fotografías de otros edificios, en consonancia con las normas establecidas de cómo debe uno comportarse en una biblioteca, aún cuando al realizar la prueba no era necesario guardar silencio. Por supuesto estos y otra multitud de estudios sobre comportamiento únicamente vienen a dar validez académica a lo ya perfectamente sabido y asumido en el mundo de la publicidad y del marketing: nuestro cerebro es muy influenciable por las experiencias más próximas. Y es por ello que las empresas invierten miles de millones de euros anuales en recordarnos en los momentos adecuados lo maravilloso que es su producto frente a la competencia y también explica muy bien el arte del buen vendedor, que consiste en intentar vender «en caliente» sin dejar que el cliente tenga tiempo para una posterior reflexión que bien pudiera arruinar la venta.

Pues bien, bajo esta base de estudio diferentes investigadores han intentado dilucidar si estos mismos mecanismos son operativos cuando tomamos decisiones mucho más importantes y cuando la decisión a tomar tenga consecuencias a un plazo mucho más largo.

Así en un estudio publicado hace algunos años, investigadores estadounidenses analizaron los resultados de un referéndum celebrado en el estado norteamericano de Arizona acerca de establecer una nueva tasa impositiva, cuya recaudación iría destinada a la mejora de la calidad de la enseñanza pública. Tras analizar diversas variables, en este estudio se comprobó que el porcentaje de electores que había votado a favor de la resolución había sido mayor cuando el centro de votación se ubicaba en una escuela (un 56%) con respecto al conjunto de los ciudadanos que habían depositado su voto favorable (un 54%) en otros edificios que no tenían función docente. Esta diferencia aunque no era abismal sí que era lo suficientemente importante para ser tenida en cuenta.

Para confirmar esa correlación estadística, los investigadores llevaron a cabo un segundo experimento controlado. Formaron varios grupos similares de personas a las que enseñaban 15 fotografías. El primer grupo veía 10 fotografías de escuelas y 5 imágenes de otros edificios genéricos. Al segundo grupo se le sustituyeron las fotografías de escuelas por las de diferentes iglesias. Y un tercer grupo, visualizó imágenes de 15 edificios sin relación alguna entre ellos. Después a todos los individuos se les explicó las condiciones del referéndum de Arizona y emitieron su voto virtual. Los resultados mostraron que nuevamente los individuos que habían sido expuestos a fotografías de escuelas votaban favorablemente a la propuesta de subida de impuestos para la educación en mayor proporción (un 64%), que los que habían visto fotografías de iglesias o genéricas (un 56%). Ambos tipos de resultados indicaban claramente que el contexto de la votación es relevante para una parte significativa del electorado a la hora de decidir su voto y reafirmaban la validez de la famosa jornada de reflexión, indicando que los controles de neutralidad democrática deberían ser todavía más rigurosos.

Pues bien se dirán ustedes, mientras no haya referéndums tan específicos como el mencionado la neutralidad democrática no se encuentra comprometida ¿seguro?

En un estudio más reciente, otros investigadores analizaron el papel del contexto religioso (elemento cada vez más presente en la sociedad, no sólo de EEUU sino de cualquier otro país) en la toma de decisiones democráticas. Así realizaron un cuestionario a pie de calle a diferentes ciudadanos sobre política y religión, con el detalle que seleccionaron dos tipos de edificios singulares, de tal forma que se encontrasen a la vista de los entrevistados (pero que pareciera ser una mera coincidencia) mientras contestaban a las preguntas. A un primer grupo se le realizó su encuesta frente a grandes recintos de culto como por ejemplo la abadía de Westminster u otras grandes catedrales cristianas. El segundo grupo tenía a la vista mientras contestaba a las preguntas edificios gubernamentales tales como los respectivos parlamentos de Holanda y del Reino Unido o ayuntamientos ubicados en edificios históricos. Los resultados mostraron un importante sesgo en las respuestas. Así aquellos transeúntes que fueron entrevistados a la vista de iglesias, fueron políticamente más conservadores y además mostraron actitudes más negativas hacia los no cristianos que aquellos otros ciudadanos encuestados frente a edificios seculares relacionados con la propia democracia. Y lo más llamativo fue que este resultado era independiente de las creencias o increencias religiosas o de la ideología política de los participantes en el estudio, de tal manera que incluso las personas que se calificaban a sí mismas como progresistas o menos religiosas, cuando respondían al cuestionario en presencia de los monumentales centros de culto transmitían opiniones más conservadoras, más religiosas y más «espirituales» que sus equivalentes encuestados en edificios sin estas connotaciones religiosas.

Como indicaron los autores de este segundo estudio, estos datos muestran que se podría estar influyendo indirectamente en el voto de muchos ciudadanos, puesto que en muchos países occidentales los edificios religiosos son centros habituales de votación. Y como recalcaron los investigadores, esta influencia indirecta sería más importante en aquellas elecciones más reñidas, en donde no existe un claro vencedor a priori, hay un alto número de indecisos y por tanto donde el resultado final se puede decantar por un muy estrecho margen de votos, hecho por cierto cada vez más frecuente en las elecciones democráticas de la mayoría de los países occidentales.

En resumen, estos estudios muestran claramente cómo la elección de los lugares de votación puede ser muy importante, ya que su ubicación influencia las actitudes de las personas y que por tanto la selección de los mismos debe ser adecuadamente estudiada para que sea totalmente neutral.

Entonces si la simple visión de un edificio con estas características puede influenciar a una parte relevante del electorado, imaginen lo que puede ocurrir en países como España o el resto de las democracias latinoamericanas en donde la iglesia católica es omnipresente y absolutamente combativa en política. Iglesia que además se encuentra sesgada hacia los partidos más reaccionarios y en donde es habitual que muchos colegios religiosos sean también recintos electorales. Escuelas por cierto repletas de iconografía religiosa en todas sus estancias, de tal manera que en las aulas en donde se ubican las urnas electorales la ciudadanía está votando bajo la atenta mirada de crucifijos y muchas veces de medio santoral católico. Así que finalmente las campañas contra los colegios electorales en locales religiosos están más fundamentadas si cabe después estos estudios y la pregunta verdaderamente relevante que deberíamos hacernos es ¿son justas y democráticas las elecciones realizadas de esta sesgada manera?

colegios electorales sin crucifijo ni símbolos religiosos

P.D.

A modo de ejemplo en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo del 2009 en España, acudieron a votar 15.935.147 ciudadanos. En ellas el PP venció con 6.670.232 votos lo que le valieron 23 escaños, mientras que el PSOE quedó en segundo lugar con 6.141.784 votos y 21 escaños. Si damos por buenos los porcentajes del estudio sobre el referéndum de Arizona y suponemos que la mayoría de los indecisos tal y como dicen las estadísticas suelen ser personas de centro que votan a los dos partidos antes mencionados dependiendo de las circunstancias, estaríamos hablando que quizás hasta varios cientos de miles de personas votaron al PP influidos por el recinto electoral por lo que esos resultados bien pudieran haber sido otros en una estricta votación neutral. Si además tenemos en cuenta que la actual ofensiva neoliberal en materia educativa implica el cierre de colegios públicos y el descarado apoyo al sistema educativo religioso tutelado por la iglesia católica, y que por ejemplo en los nuevos megabarrios que aparecieron en los años de burbuja inmobiliaria en España se está imponiendo el sistema educativo religioso desde el principio (por ejemplo en el Ensanche de Vallecas madrileño con 80.000 futuros habitantes no se dispone de instituto público, mientras llevan años funcionando diversos centros concertados afines a la ideología conservadora y dirigidos por la iglesia católica) pues se podrán ir dando cuenta hacia dónde va derivando lenta pero inexorablemente la democracia tanto desde el punto de vista de adoctrinamiento educativo de la infancia como de la propia calidad electoral. Vamos, como dice el viejo refrán castellano «gota a gota, la mar se agota».

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  1. 1 febrero, 2014 a las 12:14

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