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Una introducción (no exhaustiva) al estudio científico de la religión (III)


hongo sagrado dios religion alucinogeno psicotropicoLa religión es quizás uno de los elementos que más ha influido en la conformación de la estructura de las sociedades humanas, desde las más antiguas hasta las más modernas, condicionando de manera radicalmente opresora a otras facetas: política, economía, educación, legislación, sanidad, etc., llegando incluso a limitar y muchas veces a paralizar el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico hasta en las sociedades occidentales más avanzadas. Por tanto la compresión de cómo ha aparecido y todavía se mantiene prácticamente en todas las culturas es un objeto de estudio del máximo interés tanto académico como social.

Anteriormente comenté algunas hipótesis y estudios que intentan explicar la aparición de la religión dentro del contexto evolucionista. Así diversos estudios sugieren que la religión podría ser bien un fenómeno adaptativo (al atenuar o controlar el miedo a la muerte, el estrés ante situaciones inabordables o como elemento cohesionador del grupo)  o bien un subproducto que ha parasitado a una adaptación previa (como sería el comportamiento acrítico de los niños ligado a la supervivencia). En cambio otros estudios apoyarían la hipótesis de que la especie humana estuviera psicológicamente preparada o “preprogramada” para la religión. En esta entrada presentaré un enfoque algo diferente sobre el tema que se ha denominado la hipótesis enteogénica de la religión.

Es bien sabido que desde la más remota antigüedad y hasta la actualidad, infinidad de pueblos y culturas diferentes han utilizado diversas sustancias de origen vegetal con propiedades psicotrópicas, capaces de producir estados mentales transitorios que alteran diversos procesos cerebrales tales como la percepción, el ánimo, el estado de conciencia o el comportamiento, con fines chamánicos y religiosos para acceder a formas no convencionales de “conocimiento” y de relación con un supuesto “mundo espiritual”.  Entonces esta hipótesis desarrollada a finales de los años 70 del siglo pasado por un grupo interdisciplinar de etnobotánicos vendría a suponer que la religión, en su vertiente más original es un subproducto del uso de sustancias alucinógenas por parte de nuestros antepasados, que confundieron el mundo imaginario (creado por la ingestión primero accidental y posteriormente deliberada de estos agentes psicotrópicos) con entidades inmateriales “reales” a las que dotaron de intenciones, sembrando así el germen de todo el complejo y diverso mundo “espiritual” que ha atrapado a millones y millones de personas a lo largo de nuestra ya dilatada historia.

Y aunque los experimentos para comprobar esta sugerente hipótesis han sido muy escasos, por la dificultad y también por la reticencia cuando no por el rechazo a someter en un experimento controlado a humanos a la acción de estas poderosas sustancias, los resultados han sido muy ilustrativos. Allá por la década de los transgresores años sesenta del siglo XX, un grupo de estudiantes de teología de la Universidad de Boston fue reclutado para un primer experimento sobre el tema. Así, antes de acudir al servicio religioso en la capilla de la facultad, a la mitad de ellos se les administró el alcaloide psilocibina (proveniente de hongos utilizados desde la antigüedad en ritos chamánicos) y al resto niacina o vitamina B3 como sustancia placebo. Después, los estudiantes que habían tomado el alcaloide describieron haber tenido una profunda y mayor experiencia religioso-mística que aquellos individuos que habían tomado el placebo.  Posteriormente se detectaron algunas deficiencias en cuanto a la realización del experimento, de tal manera que sus conclusiones quedaron en suspenso.

Y así tuvieron que pasar cuarenta años hasta que a principios del siglo XXI se pudo realizar un experimento similar en condiciones de ensayo de doble ciego más rigurosas y con mayor número de individuos. Los individuos que habían tomado el alucinógeno describieron en un cuestionario realizado a las 7 horas de ensayo haber vivido mayores y más profundas “experiencias místicas” que los individuos del grupo control. Pero lo más llamativo del estudio fue que a los dos meses de la realización del experimento, los voluntarios que habían recibido el psicotrópico eran más positivos, altruistas y espirituales que los pertenecientes al grupo control tal y como lo indicaban los propios individuos estudiados y lo más interesante, lo percibían los miembros de su entorno social, aún cuando alrededor de un tercio de los individuos tratados con el alucinógeno habían descrito molestias, ansiedad y disforia después de haber tomado el psicotrópico. Un posterior estudio mostró que incluso después de más de un año estos individuos seguían considerando la experiencia alucinatoria como el evento tanto personal como espiritual más importante de sus vidas, describiendo el experimento en términos claramente místico-religiosos. Es decir, que con la simple ingesta de un agente psicotrópico se crearían las condiciones básicas tanto individuales como sociales para la formación y sobre todo el desarrollo de una mente religioso-espiritual más allá de los pasajeros efectos alucinógenos iniciales.

Y si estos sorprendentes efectos persisten en personas adultas del primer mundo, que cuentan con acceso prácticamente ilimitado a la información y a la tecnología, difícilmente impresionables (al menos de forma duradera) por la ingente cantidad de conocimientos a su disposición y expuestos a todo tipo de experiencias y sensaciones de manera constante, podremos imaginar la poderosa herramienta que significaron este tipo de sustancias cuando se usaban (o se siguen usando) en contextos más alejados del supuestamente analítico y globalizado mundo occidental, en pequeñas y antiguas culturas locales formadas por unos pocos miles de individuos fuertemente cohesionados en agrupaciones tribales cerradas, sujetas a un entorno social con escasos y muy espaciados cambios y poco o nulo contacto con el exterior y en donde casi todo su hábitat debía de ser por fuerza inextricable a la vez que enigmático. Y todo ello en presencia de un cerebro de gran tamaño, afinado por un par de millones de años de evolución para la búsqueda de patrones y hábilmente especializado en encontrar relaciones de causalidad.

P.D.

Y aún cuando en la actualidad los millones de personas que consumen habitualmente este tipo de sustancias en el mundo occidental las usan con fines recreativos como una droga más, sin embargo utilizadas en altas dosis aún son capaces de producir experiencias místicas en muchos de sus consumidores habituales. Por tanto estén atentos a la venida del siguiente Mesías.

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  1. 21 enero, 2014 a las 1:01

    Reblogueó esto en eulaliobe.

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  2. 21 enero, 2014 a las 10:04

    Bueno, veo un fallo fundamental en el experimento que describes: los sujetos sobre los que se realizo el experimento ya estaban imbuidos en el mundo religioso, asi que no creo que sirva para aportar nada al origen de la religion. Como mucho prueba que los alucinogenos pueden fortalecer las creencias y hacer que una comunidad religiosa se cohesiones todavia mas.

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  3. tobaga
    21 enero, 2014 a las 17:42

    Yo creo que el ser humano tiene una debilidad que necesita creer en algo para encontrarse protegido. Crea las religiones, los dioses, extraterrestres y todo tipo de esoterismo que le haga imaginar que hay algo superior que vela por el.
    Buen artículo.

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  4. Pocosé
    21 enero, 2014 a las 19:52

    Aquí puede estar el paso de la superstición eficaz a la primitiva mística.
    También pudo facilitar a los primitivos chamanes convertirse en élite privilegiada, dejando de compartir sus conocimientos con el resto de la tribu, incluso de buena fe, ya que sus experiencias místicas le darían la seguridad de estar, de alguna forma, por encima de los no iniciados.
    Pero la evolución es intrincada incluso para el mas simple de los seres vivos.
    El primer religioso pudo ser uno, que al recordar que las tres ultimas veces que se le dio bien la caza, había arrojado al amanecer una china blanca al rió y acabó por no salir a cazar sin haber encontrado antes una china blanca que tirar al río. El rito aumento su confianza y este aumento de confianza mejoró los resultados.
    El proceso que nos ha traído desde aquél primer rito, más o menos eficaz, hasta la situación actual, sin duda es un proceso evolutivo genético-memético y con la selección actuando a multinivel. Intrincadísimo e interesantísimo.

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  5. 21 enero, 2014 a las 19:57

    tobaga :
    Yo creo que el ser humano tiene una debilidad que necesita creer en algo para encontrarse protegido. Crea las religiones, los dioses, extraterrestres y todo tipo de esoterismo que le haga imaginar que hay algo superior que vela por el.
    Buen artículo.

    Mas que una debilidad; yo lo llamaría necesidad, la necesidad imperiosa de creer que hay algo superior. Cómo dijo Nietzsche «Dios ha muerto…»
    Estoy de acuerdo en esta necesidad que tiene el ser humano de creer en algo superior, al que alabar y rogar (y la vemos a diario…).

    El tiempo y la ciencia han demostrado que muchos de los fenómenos divinos sucedidos a lo largo de la historia tienen su explicación lógica y racional, cuando siempre eran explicados como intervenciones divinas, falsas interpretaciones o castigos por falta de sacrificios… y las propiedades psicotropicas no iban a ser menos; estoy seguro de que más de un chamán/curandero se achachó a él mismo y a sus poderes sobrenaturales el éxito de hacer alucinar a alguien, cuando lo química era la única responsable del viaje.

    He disfrutado con la entrada.

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  6. quimera
    23 enero, 2014 a las 17:59

    hola, he leido las tres entradas del tema, y en mi opinión, la religión es un producto de nuestras neuronas, igual que la ciencia, la política y el arte. En todo caso, se podría hablar de competencia entre ideas.No acabo de ver muy claro que sea una respuesta adaptativa elaborar las ideas de un credo, como tampoco lo es elaborar las ideas de un partido, las reglas de la suma, el impulso de pintar, o el de explorar. Más bien es el simple resultado de tener un órgano capaz de elaborar ideas y hacer planes. Resulta más apropiado y realista analizar el desarrollo histórico de las ideas, más que preguntarse si cada tipo de ideas. Si asumes que cada tipo de ideal deriva de un proceso evolutivo, que perderse entre un sinfín de posibles «presiones evolutivas» que expliquen una propuesta causa «adaptativa».
    Gracias por la serie, ateo…
    Un saludo

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  7. quimera
    23 enero, 2014 a las 18:03

    uuuupppsss… corrección….:
    Si asumes que cada tipo de ideal deriva de un proceso evolutivo, te pierdes entre un sinfín de posibles….
    sigue el original de la frase….

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  8. KC
    23 enero, 2014 a las 18:07

    tobaga :
    Yo creo que el ser humano tiene una debilidad que necesita creer en algo para encontrarse protegido. Crea las religiones, los dioses, extraterrestres y todo tipo de esoterismo que le haga imaginar que hay algo superior que vela por el.
    Buen artículo.

    El caso es que hay algo superior, pero no vela por nadie porque su función no es esa.

    Los extraterrestres nos los crea el ser humano. Lo que crea el humano son las abducciones, los «fui a por tabaco y me encontré una nave espacial que nadie más vio» y demás. Pero de existir, que es muy probable -tanto como de que tú estés leyendo esto o yo escribiéndolo-, los extraterrestres no los habremos creado nosotros, como tampoco hemos creado a Dios. Lo que hemos creado nosotros es su concepto, que decía Lennon en su magnífica God.

    Todo es un problema de interpretación que comienza desde el mismo momento en que no entendemos de qué va la película.

    Y las causas son muchas más de las que comentas; esas serían muy «por encima».

    Saludos.

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  9. 23 enero, 2014 a las 19:54

    Quimera

    » hola, he leido las tres entradas del tema, y en mi opinión, la religión es un producto de nuestras neuronas, igual que la ciencia, la política y el arte.»

    Por supuesto que todo lo que pensamos es producto de nuestro cerebro. Lo que ocurre es que mientras que se asume sin problemas que el resto de las facetas humanas son producto de la evolución: la política es el derivado de nuestro pasado de lucha por la jerarquía y el estatus dentro de la normal interacción grupal entre homínidos, el arte aunque en un principio tuvo un origen místico-supersticioso luego derivó directamente hacia el placer, etc., con la religión siempre ha existido la errónea idea de que era algo «especial» al margen de e incognoscible para la ciencia. Lo que yo he intentado transmitir en esta serie es que la religión tiene también una explicación racional dentro del marco del evolucionismo.

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  10. quimera
    24 enero, 2014 a las 2:13

    Ateo: quizás yo sea algo despectivo hacia la religión… un agnóstico duro, se podría decir. Le doy la misma importancia que a cualquier otra forma de pensamiento. Hiciste una buena trasmisión del enfoque evolucionista. Lo que yo apunto es que hay una diferencia entre el hecho de elaborar ideas, y el posterior desarrollo histórico de esas ideas. El desarrollo del cerebro es tema de evolución biológica, pero el desarrollo de las ideas es evolución cultural. Puse a la vez dos ejemplos de buenas ideas, ciencia y arte, y dos de malas ideas: política y religión. Si lo pienso mejor, cabe decir que la religión es una exclusiva humana, entre chimpancés sólo vemos los rudimentos de las otras tres. Nuestras bases «políticas» las encontramos en el chimpancé común: fronteras, patrullas fronterizas, guerras, manejos entre machos para conservar o derrocar al macho dominante de turno… obviamente en su lenguaje estos se dan sus argumentos, igual que ahora los diputados en el congreso. Lo que yo veo, es que esos «razonamientos» entre chimpas de un clan, están en función de su nivel cerebral y los humanos añadieron los de la vida «más allá», según aumentó su nivel de abstracción. Eso es evolución cultural, y a mi modo de ver, hay un punto clave en la historia: la sedentarización. Es el momento en el que aparecen juntas nuestras versiones «actuales» de política y religión. Pienso que la religión nació como instrumento de poder, como un conjunto de ideas con clara intención de refuerzo político. Menos mal, que en paralelo, otros aplicaron sus neuronas para descubrir el fuego, mejorar los utensilios, decorar su cuerpo y las ropas que usaban… pintar escenas de su vida cotidiana… El conflicto entre religiosos y científicos nació con la primera idea religiosa, y me temo que nos acompañe mientras dure nuestra especie.
    Saludos.

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  11. Pocosé
    24 enero, 2014 a las 8:21

    Nuestros genes y nuestros memes han coevolucionado desde el principio, con una presión selectiva simultanea sobre genes, memes, individuos y grupos. Deslindar las evidentes interacciones entre genes y memes y a que nivel se producen es muy complejo, mas aun cuando la transmisión de los memes es indiferentemente vertical u horizontal.
    En el caso de la religiones, trasmitidas memeticamente, me resultan evidentes las interacciones a todos los niveles.

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  12. quimera
    24 enero, 2014 a las 17:34

    Pocosé: No es evidente, ni siquiera clara, esa coevolución. Memes y genes son dos cosas independientes, ni siquiera tienen una relación directa. Los genes expresan metabolismo de las neuronas, pero las ideas son el resultado de interconexiones entre axones. Yo entiendo que cada idea es como cada latido, o cada respiración. Tu y yo cambiamos ideas, porque tenemos un órgano que nos lo permite. Puro y simple principio de parsimonia. ¿Dónde ves una presión evolutiva en esta conversación?. El problema del adaptacionismo es la necesidad de construir escenarios con posibles presiones evolutivas y respuestas adaptativas. El tema de estas entradas, fue precisamente, exponer diferentes hipótesis para explicar la religión como adaptación. La hipótesis más simple es que la religión es una forma como cualquier otra de idea. Por eso digo que la evolución cultural es independiente de la evolución biológica que desarrolla el cerebro, órgano usado en el desarrollo de las ideas. Ni siquiera digo que sea «para» pensar, sino que su validez respecto de tal uso es variable entre especies. La evolución biológica te deja en el punto viable para que nazcan ideas. Sólo piensan y culturizan en mayor o menor grado, aquellas especies que su cerebro se lo permite. Date cuenta que orangutanes y chimpancés tienen dialectos, conductas aprendidas, nuevas costumbres que se inventan y transmiten. Incluso entre babuinos se ha constatado una población que cambió su organización social, y es sólo matriarcal como si fueran geladas. Y lo más curioso, es que los machos nuevos en la manada, adoptan sin problemas las normas de ese grupo.

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  13. Pocosé
    24 enero, 2014 a las 20:16

    Quimera:
    Entiendo que todo lo que es aprendido es memético,
    Cuando empezamos a depender de la tecnologia y se desarrolla la eficiencia de las manos, el sistema nervioso necesitaría mas capacidad y eficiencia, tanto a nivel de conexión como a nivel de control. Si esta dependencia paulatina de la tecnologia fue beneficiada por la selección natural, como parece evidente, me resulta lógica una interdependencia y una presión evolutiva tanto sobre sobre las partes como sobre el conjunto. Lo mismo debió ocurrir con el habla, la marcha bípeda o la dentición. Yo doy por bueno que algo similar aunque fuese en menor grado ocurrió con la tribalidad y la religiosidad, ambas tambien muy ligadas entre si.
    Parece ser que hay evidencias de una disposición genética a la religiosidad, yo además veo muy clara una predisposición genética a adquirir una identidad tribal y serle fiel.
    La coevolución, interacción e interdependencia entre genes y memes por presión selectiva multinivel. para mi es una realidad.
    El cambio memético que mencionas en los babuinos, ¿no tendrá consecuencias en el acervo genetico de ese grupo transcurridas varias generaciones?
    Bonobos y chimpancés tienen comportamientos muy diferentes y en gran parte son aprendidos. ¿No pudo la divergencia entre ellos, de apenas un millón de años, estar influenciada por un cambio memético?
    ¿Que clase de ideas tendrá un adolescente humano criado desde bebe por chimpancés?
    Las ideas pueden interferir en la evolución si cambian comportamientos, sexuales, alimenticios, higienices, agresivos, etc, sobre los que si puede actuar la selección.
    Evidentemente esto solo tiene el valor de una opinión, pero es la que me sugieren los escasos conocimientos que he podido id adquiriendo.
    Un saludo desde la enriquecedora discrepancia.

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  14. quimera
    25 enero, 2014 a las 1:26

    Hola de nuevo, lo primero que hice fue repasar el concepto de meme, para usarlo en nuestra conversación, aunque yo prefiera usar «idea», que me parece un concepto más simple y realista. Sobre los famosos babuinos de El Cabo, el suceso aconteció a finales del s.XX, así que no se sabe si eso repercutirá en sus genes… jjejejejje…. Esa idea es «muy» lamarckiana, hay algunos artículos publicados: p,ej., la cantidad de ácido fólico que ingiere una hembra gestante, influye sobre el nivel de metilación, y por tanto, en la expresión génica. Pero el hecho que un grupo de babuinos funcionen sin cúpula patriarcal, no tiene por qué afectar a sus genes, ni tampoco le cambiarán los genes a los chimpas que pescan termitas con su tallo hábilmente «preparao».
    Piensa que en los primates el comportamiento es 99% cultural, y además tienen la costumbre de publicar y compartir sus inventos entre diferentes comunidades.
    Sobre los memes, digo que primero viene la evolución biológica que posibilita un sistema nervioso con un cerebro capaz de producir memes, y luego empiezan a surgir memes. Ahora vamos por partes, como Jack el Destripador… los memes son claros ejemplos de herencia de caracteres adquiridos, como dices tú, vertical y horizontal.
    las hipótesis científicas son memes que se fijan claramente por SN. Podemos definir claramente un ecosistema: los conocimientos sobre una materia en un momento dado, está claro que la supervivencia del más apto corresponde a la hipótesis con mayor soporte empírico.
    Cuando nos centramos en deporte, política y religión, la cosa cambia. Por más vueltas que le doy, no consigo definir un ecosistema en el que pueda aplicar el «principio SMA», supervivencia del más apto. La actual distribución de diversos creyentes, agnósticos y ateos es aleatoria… como mucho se podría decir que es producto de «deriva mémica», vaya palabro me inventao…. lo mismo pasa con los diversos seguidores de diversas tendencias políticas. En estos dos casos, influye un factor ambiental… los palos represivos en países autoritarios, pero tampoco cabe decir que las ideas de los que tienen el palo sobrevivan por ser mas aptas… en cuanto pierden el palo, sus ideas pierden validez. El deporte es clara deriva memética… hay familias con seguidores de varios equipos.
    Deberías revisar esa conexión tan clara entre genes y memes. Los genes no expresan memes. Te puse la comparación entre idea y latido o respiración, para que vieras que es producto de la actividad del sistema nervioso. Cuando lees estas frases, un estímulo activa la expresión de los neurotrasmisores, canales de iones, y demás componentes del pensamiento. Hasta ahí llega la expresión de los genes. La respuesta que me escribes es un meme que se escribe en tu mente de la misma manera que en la pantalla, como resultado de impulsos eléctricos. Tu meme de respuesta se archiva en tu memoria, de la misma forma que se guarda en un ordenador, por impulsos eléctricos. Tus genes sólo han expresado la cadena de proteínas necesarias para que corran los impulsos eléctricos. Genes y memes no coevolucionan. Los genes de un hospedador y un parásito sí que coevolucionan. La diferencia es que las proteínas de uno interaccionan de forma física y real, son mutuamente tóxicas, y sus genes mutan para expresar nuevas proteínas que sean resistentes al tóxico del otro. Esto es lo que suele llamar carrera de armas entre parásito y huésped. ¿Ves la diferencia? El meme no establece una interrelación física, es un ente abstracto, producto de una cadena de cambios de potencial eléctrico, que va corriendo de neurona a neurona, a través de los axones.
    Como final, aunque hay artículos que muestran los cambios genéticos que implican algunas costumbres, no hay una relación causal lo suficientemente potente para establecer una relación coevolutiva, en el sentido que tu le das.

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  15. tobaga
    26 enero, 2014 a las 20:50

    KC :

    tobaga :
    Yo creo que el ser humano tiene una debilidad que necesita creer en algo para encontrarse protegido. Crea las religiones, los dioses, extraterrestres y todo tipo de esoterismo que le haga imaginar que hay algo superior que vela por el.
    Buen artículo.

    El caso es que hay algo superior, pero no vela por nadie porque su función no es esa.
    Los extraterrestres nos los crea el ser humano. Lo que crea el humano son las abducciones, los “fui a por tabaco y me encontré una nave espacial que nadie más vio” y demás. Pero de existir, que es muy probable -tanto como de que tú estés leyendo esto o yo escribiéndolo-, los extraterrestres no los habremos creado nosotros, como tampoco hemos creado a Dios. Lo que hemos creado nosotros es su concepto, que decía Lennon en su magnífica God.

    Todo es un problema de interpretación que comienza desde el mismo momento en que no entendemos de qué va la película.
    Y las causas son muchas más de las que comentas; esas serían muy “por encima”.
    Saludos.

    Saludos
    Tu respuesta me resulta un poco confusa.
    Me gustaría que me concretases a que te refieres con «algo superior», y ¿cual es su función?.
    Por lo que sé, todas las apariciones de ET que tenemos, son sin ningún tipo de pruebas, por consiguiente son una invención humana, de momento, igual que las abducciones.
    Lo de dios, es una invención del ser humano, también lo hemos creado nosotros, igual que todos los dioses. Nadie puede demostrar la existencia de algún dios.
    Quizás deberías explicarnos tú, de que va la película.

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  16. KC
    27 enero, 2014 a las 13:21

    La película es muy sencilla: va de describir la realidad. Pero eso no es fácil, de hecho es jodidamente complicado. Porque la información es un concepto que lleva detrás mucho coste, no aparece de repente y se mete en tu cabeza para que tú sepas de qué va el Universo. Eso estaría muy bien, pero desgraciadamente no funcionan así las cosas. Uno nace siendo un desinformado y un ignorante, es decir, con la cabeza más vacía que un botijo llegado el mediodía de una jornada de verano. Es él/ella quien decide cambiar o eso o seguir con telarañas en su capacidad craneal.

    Yo no debo ni tengo que contar de qué va la película, tan sólo doy apuntes. Es más, me importa una soberana mierda lo que cada uno quiera interpretar para sentirse más a gusto, realizado o listo.

    Por lo que sé, todas las apariciones de ET que tenemos, son sin ningún tipo de pruebas, por consiguiente son una invención humana

    Ya, eso mismo estoy diciendo yo, si es que me has leído y si además sabes interpretar mínimamente un texto. Lo que pasa es que hay personas que confunden 1) una abducción/aparición con 2) la posibilidad de la existencia de vida fuera de la Tierra, lo cual es una perfecta IMBECILIDAD (o el adjetivo que tú prefieras).

    Que a mí me venga un tipo alucinado diciendo que lo han absorbido y demás no me hace pensar que porque ese tipo dé indicios de estar como una puñetera cabra directamente se reduzcan las posibilidades de existencia de vida fuera de mi planeta. Más que nada porque son dos cosas distintas y la realidad de A no va a ser verdadera/falsa dependiendo de un testimonio.

    ¿Empiezas a entender de qué va la película?

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  17. tobaga
    27 enero, 2014 a las 19:28

    @KC

    Empiezo a entender de qué va «tu» película, aunque lamento que me la hayas explicado con un tono un poco sarcástico, no obstante estamos bastante de acuerdo.
    Un saludo

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  18. KC
    27 enero, 2014 a las 22:29

    «Mi» película obviamente no es mía, es la misma que el 90% de los astrofísicos (concretamente bioastrofísica, de reciente aparición) y otros científicos de campos como la biología, la biología y más concretos como la síntesis de la vida (donde probablemente sea el 99%). Pero obviamente no tiene que ser la misma que la de tu vecina, tu primo el de Cuenca, o el amigo del amigo del amigo de la ex del ex de la hija del tío de tu compañero de trabajo. Ya sé que hay muchos directores de películas por ahí.

    El tono sarcástico es para darle emoción al asunto.

    Saludos.

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  19. KC
    27 enero, 2014 a las 22:42

    Por ejemplo la perspectiva de Neil DeGrasse, que se ajusta perfectamente a «mi» película por darle la importancia que yo suelo darle en este blog a la Psicología. Y sobre la que he criticado muchas veces que sectores como el jurista o el económico desconocen totalmente incluso sus bases esenciales. Es curioso que un astrofísico sí se la dé y un jurista/economista, que se supone que estudia partes del comportamiento humano, no tenga ni puta idea. Supongo que por eso me caen bien los astrofísicos y los otros, o la mayoría de ellos, me parecen unos gilipollas de cuidado (aun siendo yo jurista).

    DeGrasse entiende perfectamente el asunto, porque por alguna razón parece saber cómo funciona una cabeza humana. Es ahí donde reside la diferencia entre «fui a por tabaco y vi una nave espacial» y la posibilidad matemática, biológica y sostenible de que exista vida fuera de la Tierra.

    Parece que hablemos de lo mismo, pero no, no tiene nada que ver.

    Saludos.

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  20. KC
    27 enero, 2014 a las 22:53

    A recalcar el comentario que hace DeGrasse sobre el tema de los testimonios visuales y el sarcasmo que usa para afirmar críticamente que «asusta, pues resulta que forma parte de la más alta evidencia en la Corte -de Justicia, se entiende- en 3:16.

    Es una crítica totalmente directa, aunque la diga en tono irónico, y sobre la que cualquier jurista «de reconocida competencia» no tiene la menor idea. Pero sí, la Psicología sabe perfectamente que un testimonio visual no debería ser prueba de cargo, ni siquiera haber sido considerada nunca como elemento probatorio de un juicio, mucho menos en un juicio con Tribunal de Jurado. O, de serlo, con muchísimas excepciones como para considerarla.

    Pero bueno, estas cosas nos importan poco hasta que no somos juzgados y condenados porque alguien pareció vernos dónde en realidad no estábamos…

    A DeGrasse esto obviamente le «asusta» porque su concepción sobre la realidad es mucho más objetiva y real que la de cualquiera que ahora mismo esté sentado en la Corte Suprema de EEUU, por decir algo.

    Saludos.

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  21. 9 marzo, 2014 a las 2:09

    No veo consistencia en el experimento, como dijo Javi en su momento, éstas personas ya están influenciadas por ese » mundo simbólico».

    Sinceramente creo que en este, como en otras muchas cosas afectas al pensamiento humano, entramado mitémico que son las religiones, los «árboles no nos dejan ver el bosque».

    Las creencias humanas paleolíticas, en Oriente Próximo, no evolucionaron significativamente hasta la llegada del Neolítico en su «sentido horizontal». Un sentido horizontal que consistía básicamente en cultos a la Fertilidad, tanto en su vertiente humana como biológica, y un culto a los antepasados, como origen del conocimiento y «fuente circular reencarnativa» de la estirpe en su sentido mas básico, y sus cualidades morales y físicas,. Anexo a lo anterior, el tributo y respeto a la Naturaleza, como exponente ampliado de esas mismas cualidades y que atribuían a diferentes organismos.

    Debemos recordar que el Neolítico fue una revolución económica que cambió un modo de vida milenario. Conocido es que toda revolución económica, implica un cambio cultural adaptativo y que dentro del cambio cultural figuran creencias de todo tipo, incluidas la religiosas. Es mas, la revolución económica neolítica tuvo necesidad perentoria de apoyarse en las creencias para realizar ese extremo cambio. Esto es debido a que la estructura económica agro-pecuaria necesita de un fuerte ordenamiento social en su asignación de tareas, implicando la aceptación de nuevas formas de relación y estratificación que sólo el «mandato de las divinidades» puede imponer sin causar graves desavenencias sociales.

    El resto, hasta nuestras dias.., no es mas que el sincretismo de las diferentes «adaptaciones simbólicas» que surgieron de los diferentes caminos que se tomaron para adaptarse a ese cambio social y que, paradójicamente.., tienen sus mas prominentes premisas en «culturas semi-apartadas» de esa misma revolución que condujo al urbanismo y a las sociedades teocráticas: Los nómadas y semi-nómadas.

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