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¿Nos estamos acercando al fin de la era de los antibióticos?

20 May, 2013

PENICILINA antibiotico bacteriaDesde que a principios del siglo XX el bacteriólogo alemán Paul Ehrlich sintetizara un compuesto con actividad antimicrobiana específica (la arsfenamina) contra la bacteria causante de la sífilis o desde que Alexander Fleming descubriera la penicilina hasta la actualidad, los antimicrobianos se han convertido en unas de las herramientas clínicas más exitosas de la medicina moderna, permitiendo el tratamiento de multitud de enfermedades infecciosas y salvando la vida a varios centenares de millones de personas en este último siglo. Pero a la vista de la situación actual en donde están convergiendo diversos factores es muy posible que esta “Era de los antibióticos” en la que hemos nacido y crecido muchos de nosotros esté llegando a su fin.

A lo largo del último siglo se han descubierto o sintetizado 19 clases o tipos de antibióticos  tal y como se muestra en la siguiente figura

clases antibioticos tipos antimicrobianos desarrollo historico

La mayoría de estas familias se describieron o inventaron antes de 1970 y desde entonces únicamente se han introducido en la farmacopea clínica otras 5 clases. Además si se analiza la comercialización de antibióticos individuales en las últimas décadas, se puede observar una drástica disminución del número de estos fármacos que han ido incorporándose a la rutina clínica hasta llegar a la práctica paralización de nuevos antibióticos en los últimos años tal y como se muestra en la siguiente figura

numero de antibioticos aprobados licenciados mundoEllo ha sido debido a un complejo número de factores entre los que cabe destacar entre otros por su importancia, el incremento en los costes de I+D por nuevas regulaciones para aumentar la seguridad de los ensayos clínicos o la deriva en las prioridades de las empresas farmacéuticas hacia el desarrollo medicamentos económicamente más rentables.

Por otra parte, es de sobra conocido que los antibióticos van dejando de ser efectivos a medida que su uso se hace cada vez más común, porque su utilización rutinaria a lo largo de los años crea una presión evolutiva vía selección natural que favorece la supervivencia y expansión de aquellas cepas bacterianas resistente al antibiótico en detrimento de las más susceptibles (pero eso sí, que quede muy claro que la Teoría de la Evolución por selección natural es sólo una teoría atea tal y como pregonan incansables todos los mediadores de lo divino aún cuando sus fanáticos detractores se la tragan cada vez que su médico les receta un nuevo antibiótico). Perdonen la disgresión porque en seguida me enciendo. Y ya volviendo al tema que nos ocupa, este es el fenómeno llamado resistencia a los antibióticos. A lo largo del pasado siglo no ha habido demasiados problemas ya que cuando una especie bacteriana desarrollaba resistencia a un determinado antibiótico, los médicos disponían de otras moléculas nuevas con las que tratar al paciente. Pero esto está empezando a cambiar.

A partir de 1950, se hizo habitual el añadir de forma rutinaria antibióticos a la comida o al agua utilizadas en las granjas dedicadas a la cría industrial de animales para la producción de carne para consumo humano. Esta administración se realizaba en animales en principio sanos para prevenir las múltiples infecciones que ocurrían al mantener estabulados en una misma granja miles o decenas de miles de animales hacinados en condiciones de estrés y escasa higiene, y favorecer así el engorde de los animales optimizando el tiempo y los costes del proceso industrial. Y aunque en algunos países desarrollados se ha ido reduciendo su uso, la realidad es que incluso en la actualidad se siguen administrando antibióticos en exceso a los animales de granja prácticamente en todos los países con ganadería intensiva. Así que se calcula que todavía más de la mitad de las ventas mundiales de antibióticos se utilizan para este propósito agropecuario, el cual permite inundar los mercados mundiales de diversos tipos de carne.

Recientemente se ha publicado un estudio en el que se demuestra que, algunos metabolitos derivados de los antibióticos mantienen actividad antimicrobiana incluso después de ser excretados por la orina de los animales de granja. Esta actividad se mantiene durante periodos variables de tiempo, que oscilan entre varios días y algunos meses dependiendo de diversos factores ambientales, de tal manera que se seguirían seleccionando cepas bacterianas resistentes en el entorno de las granjas. Este no sería un problema menor ya que la ganadería industrial cría anualmente miles de millones de animales destinados al consumo humano (con sus consiguientes deposiciones) y salvo en unos pocos países con una legislación adecuada, el tratamiento de los residuos de granja es manifiestamente mejorable (por decirlo de manera muy diplomática) cuando no muy ineficiente o inexistente en la práctica en infinidad de naciones.

Así que con el paso del tiempo y gracias al mecanismo de transferencia genética horizontal entre procariotas, ayudado por este uso indiscriminado e irresponsable de los antibióticos (principalmente en animales pero también en humanos) se ha venido favoreciendo la expansión de las resistencias microbianas entre bacterias muy aleladas filogenéticamente entre sí. Primero fueron frente a medicamentos individuales ya que por ejemplo en el año 2010 la mitad de las muestras de carne de pollo analizadas por la FDA norteamericana estaban contaminadas por cepas de E. coli resistentes a algún antibiótico.  Y después frente a diferentes clases de antibióticos dando lugar a la aparición de organismos bacterianos multiresistentes a estos medicamentos. Un ejemplo de este proceso ha sido la selección de las enterobacterias productoras de carbanepemasas, bacilos resistentes a la gran mayoría de los antimicrobianos actualmente usados en la práctica clínica y cuya infección conlleva asociadas altas tasas de morbilidad y mortalidad. La siguiente figura muestra muy claramente la explosiva expansión de este nuevo tipo de patógenos.

carbanepemasas multiresistencia antibiotico klebsiella bacteria EEUU

Y las consecuencias de este fenómeno son muy onerosas a la par que graves, ya que se ha calculado que sólo en EEUU los costes sanitarios asociados a las infecciones por patógenos resistentes a los antibióticos serían superiores a los 20.000 millones de dólares anuales y que se producirían cerca de 100.000 defunciones al año por esta causa. Similarmente, en Europa cada año estos costes serían de unos 2.500 millones de euros y 25.000 muertes anuales atribuibles a estas bacterias resistentes a los antimicrobianos.

Las multiresistencias bacterianas unidas al parón en la investigación farmacéutica en antibióticos es de tal gravedad que ya la Unión Europea activó en el año 2011 un plan diseñado para intentar solucionar estos problemas. También a finales del año pasado, la FDA anunció la formación de un grupo especial encargado de apoyar el desarrollo de nuevos fármacos antibacterianos. Y hace unos pocos meses, la profesora Sally Davies, «Chief Medical Officer» del departamento de sanidad británico presentó en su informe anual un demoledor alegato a favor de la investigación en nuevos antibióticos declarando que

«La resistencia a los antimicrobianos es una bomba de tiempo no sólo para el Reino Unido, sino también para el resto del mundo. Tenemos que trabajar con todo el mundo para asegurar que un escenario apocalíptico en donde prevalezca una resistencia antimicrobiana generalizada no se convierta en una realidad. Esta amenaza es probablemente tan importante como el cambio climático.»

y añadió

«Este es un problema cada vez mayor, y si no lo hacemos bien, nos encontraremos en un sistema de salud no muy diferente del de principios del siglo XIX.»

Y para aquellos que no lo recuerden o que piensen que vivimos en un mundo hipertecnológico que no puede involucionar simplemente les recuerdo que la vida en una era sin antibióticos efectivos es muy, pero que muy frágil. Así, un alimento en mal estado o el más nimio e irrelevante accidente (visto desde nuestra actual perspectiva cubierta por la seguridad médica) que de lugar a una herida expuesta se pueden convertir rápidamente en causa de una grave infección, que puede acabar con la muerte del individuo afectado por muy sano y fuerte que estuviera antes del fortuito evento. Vamos, más o menos como vivían nuestros bisabuelos, o ya puestos como viven actualmente miles de millones de personas del Tercer Mundo. ¿Estamos dispuestos a correr ese terrible riesgo?

Y desgraciadamente las cosas pueden empeorar todavía mucho más, porque diversos elementos se están conjugando en acelerar este ya de por sí sombrío panorama sanitario.  Así en primer lugar, los dos países más superpoblados (China e India) están entrando a marchas forzadas en el irresponsable y despilfarrador sistema económico actual. Sus 2.500 millones de habitantes quieren también ¿por qué no? tener acceso a un suministro continuo y muy barato de carne que permita y asegure su consumo todos los días del año (señal de opulencia y del estatus económico y social que les hemos imbuido después de décadas y décadas de propaganda política, televisiva y cinematográfica desde nuestro arrogante primer mundo occidental) proveniente de la ganadería intensiva. Y para ello habrá que aumentar aún más la producción de carne en las megagranjas industriales, en donde el uso sistemático e indiscriminado de antibióticos es la solución más fácil, rápida y barata, además del sueño dorado de los directivos de todas y cada una de las grandes multinacionales farmacéuticas, porque permitirá a estas transnacionales el seguir aumentando la cuenta de resultados gracias a productos que en el primer mundo empiezan a estar obsoletos. Así en China ya es muy frecuente la contaminación de diferentes productos alimenticios por bacterias multiresistentes debido al uso indiscriminado de antibióticos. Y en el caso de la India se suma además que el país posee algunos muy bien dotados y sofisticados hospitales que ofertan sus instalaciones y tratamientos para una élite de unos 50 millones de personas mientras la mayor parte de la población depauperada tiene una muy débil o prácticamente inexistente cobertura sanitaria y que malvive expuesta a múltiples patógenos y en donde por ejemplo el 18% de las muestras de agua del grifo inspeccionadas en la propia capital del país, Nueva Delhi presentan evidencia de contaminación fecal con múltiples enterobacterias detectables, a la vez que el análisis de aguas abajo de las plantas de fabricación de antibióticos muestra altas cargas de bacterias resistentes a los antibióticos en diversos ríos, junto con concentraciones de antibióticos como la ciprofloxacina por encima incluso de los niveles que daría la sangre de un paciente medicado. Así el Dr. David Livermore, antiguo director del «UK Antibiotic Resistance Monitoring and Reference Laboratory» comentaba en un artículo refiriéndose a esta dicotomía del sistema sanitario indio

«Es difícil de creer que en cualquier hospital, por buenos que sean sus cirujanos y médicos, éstos puedan protegerse de las bacterias resistentes que circulan en el medio que rodean a sus pacientes»

porque no olvidemos que aunque algunos de estos hospitales indios puedan estar a la altura y profesionalidad de los mejores del mundo, los enfermeros, celadores, limpiadores, cocineros y demás personal auxiliar del mismo cobran como el resto de los ciudadanos y por tanto viven en las mismas casas humildes de esos inmensos barrios faltos de infraestructuras que conforman las megalópolis indias, mientras se encuentran expuestos a las nuevas variantes de bacterias multiresistentes que han sido seleccionadas por los tratamientos administrados a sus adinerados pacientes, muchos de ellos practicantes del llamado turismo médico que en la India está en expansión generando 2.300 millones de euros anuales en ingresos y que está creciendo a un ritmo del 20% anual.

Y claro en este mundo hiperconectado por las compañías «low cost» se han hecho accesibles los viajes a cualquier lugar del mundo por muy remoto que sea y el atractivo aumenta cuanto más pintoresco es el país y ahí la milenaria y mágica India no tiene rival. Bien de esta forma con un turista enfermo repatriado a su país de origen, o simplemente con un viaje de reagrupación familiar entre inmigrantes en este mundo globalizado se pueden diseminar rápidamente estas nuevas cepas multiresistentes por todo el mudo, ya que se encontrarían a la simple distancia del precio de un pasaje de RyanAir Nueva Delhi-Europa. Y esto no es ciencia ficción sino que ya está ocurriendo como demuestra un estudio realizado en Suecia, en donde se encontró que muchos de los turistas analizados provenientes de la India y de diversos países del Lejano Oriente portaban enterobacterias intestinales resistentes a antibióticos.

Y ya para terminar con este sombrío pero bastante realista panorama simplemente recordar que el desarrollo de cualquier fármaco implica una serie compleja de fases, cuyo progreso más normal comprende aproximadamente unos diez o doce años hasta la comercialización del producto.

desarrollo de un medicamento fases progreso farmacoAsí que parafraseando a Obi-Wan Kenobi y al resto de caballeros Jedi, esperemos que la suerte (porque lo que es de previsión y racionalidad como especie andamos bastante escasos) nos acompañe durante la siguiente década y media hasta que dispongamos de nuevos antibióticos, siempre y cuando por supuesto se articule una política científico-tecnológico adecuada y sobre todo, se realicen las inversiones necesarias para tal propósito.

P.D.

En cambio los españoles no debemos preocuparnos puesto que nuestros perspicaces y piadosos gobernantes patrios tienen la solución a éste y al resto de los problemas que nos puedan acuciar en este complejo y cambiante mundo del siglo XXI: encomendarse a la Virgen del Rocío o al patrón de Madrid San Isidro Labrador. Y no se crean, que el santoral católico debe de estar muy gratamente complacido y profundamente satisfecho puesto que en estos momentos de terrible crisis económica, mientras se está desmantelando prácticamente la sanidad y la educación publicas y la inversión en I+D española ha retrocedido a niveles de hace una década, nuestro cristiano gobierno sigue manteniendo intacto el desmesurado aporte de más de 10.000 millones de euros anuales de dinero público para el sostenimiento de la santa madre iglesia católica.

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  1. Ever
    20 May, 2013 a las 3:41

    La realidad puede ser dura, pero no hay que perder la esperanza y pues como tu dices «ojala que la suerte nos acompañe» y no es porque se quiera, sino porque no tenemos de otra

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  2. 20 May, 2013 a las 8:58

    Interesante, ameno y riguroso. Enhorabuena por el artículo.

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  3. 20 May, 2013 a las 11:10

    Hace años vi un documental que hablaba de los “bacteriófagos” en Rusia, y de cómo el sistema de salud soviético los había utilizado, si bien tras la caída del régimen comunista se habían ido sustituyendo por los antibióticos.

    No sé hasta qué punto aquel documental sería fiable, porque he encontrado muy poca información sobre el tema posteriormente, pues parece una línea de investigación prácticamente abandonada.

    Lo que me parecía convincente es que parece ser que ese tipo de microorganismos eran los depredadores naturales de las bacterias. Cada bacteriófago atacaba a unos microorganismos patógenos de forma específica. Según parece el método de uso era primero aislar el patógeno y luego enviaban el cultivo de su bacteriófago correspondiente. Según explicaban en el documental la eficacia era bastante grande, aunque el inconveniente era la complicación burocrática y los gastos asociados de distribuir los bacteriófagos específicos con rapidez.

    ¿Qué sabéis de este tema? ¿Es cierto que podrían ser una alternativa incluso mejor que los antibióticos, puesto que paralalelamente a la evolución de la bacteria evoluciona su depredador?

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  4. 20 May, 2013 a las 11:18

    Hola, si no es mucha molestia ¿podríais borrar mi primer comentario (enviado a las 11:07)? En el tercer párrafo hay un error de redacción que casi lo hace incomprensible (pulsé sin querer el botón enviar y por eso está ahí). Y también este, claro. Gracias de antemano.

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  5. 20 May, 2013 a las 11:21

    Según parece sí se está retomando esta terapia «fágica» como alternativa frente a cepas resistentes de bacterias. Interesante tema el de los bacteriófagos, también. Igual podríais preparar un artículo 🙂

    Sobre los bacteriófagos en Wikipedia.

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  6. Francesc
    20 May, 2013 a las 11:28

    Algunos de los antibióticos descubiertos -especialmente en sus inicios- provenían de otros microorganismos que los utilizaban para hacerse un hueco entre las bacterias. Estoy pensando en casos como el de la penicilina.
    Pues bien, si proliferan las bacterias resistentes a medicamentos, las armas de estos microorganismos también son inefectivas. Con lo cual, por selección natural, podría haber ahí fuera microorganismos adaptados a la nueva situación que estén investigando nuevos antibióticos para nostros. ¿No? La cuestión es identificarlos y sintetizarlos.
    (buena señal: el otro día tiré una naranja cubierta del famoso «penicillium notatum»)
    Vamos, como rayito de esperanza.

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  7. 20 May, 2013 a las 11:29

    Anxova, hace tiempo dediqué un articulo al tema y entrevisté a un experto en el campo: http://lacienciaysusdemonios.com/2010/03/26/fagoterapia-%C2%BFuna-alternativa-a-los-antibioticos/

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  8. Francesc
    20 May, 2013 a las 11:32

    No sé por qué no ha saldio mi comentario anterior, si se publicara luego podríais borrar los dos.

    Resumiendo: varios antibióticos tienen origen natural y a sus productores ya no les servirían en un contexto generalizado de bacterias resistentes. Puede que estén ahí fuera desarrollando nuevos antibióticos para que se los expropiemos.

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  9. 20 May, 2013 a las 11:42

    Muchísimas gracias, Manuel, ya mismo me lo miro. Procrastinar con vuestro blog es una delicia, muchas gracias de nuevo.

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  10. 20 May, 2013 a las 11:44

    anxova

    KaRMe tambíen escribió hace algún tiempo en CyD una entrada sobre bacteriófagos: http://lacienciaysusdemonios.com/2012/06/04/los-virus-que-matan-las-bacterias-una-alternativa-a-los-antibioticos/

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  11. krisiskekrisis
    20 May, 2013 a las 12:46

    Curiosamente, el declive de los antibacterianos coincide con el nacimiento de los antivirales. Antes de 1980 no teníamos ningún antiviral y ahora la lista es larguísima.

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  12. Masklin
    20 May, 2013 a las 13:49

    Buena artículo. Para que luego se siga recortando en ciencia, en inversión, que no gasto.

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  13. 20 May, 2013 a las 17:37

    Francesc

    El problema es que el buscar esas sustancias naturales que funcionan como antibióticos ha dejado de ser una prioridad medico-tecnológica.

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  14. Carlos T
    26 May, 2013 a las 10:08

    Solo un inciso. ¿Las bacterias que se «adaptan» a los antibioticos han dejado de ser bacterias? ¿Han cambiado de especie? ¿O mas bien siguen siendo bacterias con muy mala «leche»? Adaptación sí, pero evolución al estilo darwiniano no lo veo por ningún sitio

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  15. 26 May, 2013 a las 10:41

    Carlos T

    Un antibiótico generalmente actúa bloqueando el sitio activo de una enzima de una especie bacteriana. Si es esa enzima es esencial, la bacteria en cuestión muere o queda dañada. Ahora bien dentro de la población total de una especie, una bacteria en particular por ejemplo puede tener un cambio de un aminoácido dentro de ese sitio activo de la enzima de tal forma que el antibiótico ya no pueda bloquear eficazmente la función. De tal manera esa bacteria seguirá duplicándose mientras el resto de sus congéneres mueren. Y por ello se dice que la especie bacteriana en particular se ha adaptado al antibiótico. La mutación ya estaba antes, lo único que ha pasado es que el medio ha cambiado convirtiéndola en una adaptación ventajosa para la supervivencia. Y este es un proceso clásico de evolución darwiniana.

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  16. 26 May, 2013 a las 16:23

    Carlos T decir ¿Las bacterias que se “adaptan” a los antibioticos han dejado de ser bacterias? denota un profundo desconocimiento de microbiología. La diferencia que hay entre la bacteria Escherichia coli de nuestros intestinos con Geobacter metallireducens es mayor que la puede haber entre una pulga y un elefante. De una bacteria parecida a Escherichia coli se han generado endosimbiontes de insectos como Buchnera, en la que 2/3 del genoma ha ido desapareciendo. Sigue siendo una bacteria, pero no de la misma especie. La evolución no sólo se mueve por mecanismo darwinianos, donde pequeños cambios se acumulan y llegan a diferenciar especies, pero los mecanismos darwinianos se dan en la evolución.

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  17. 26 May, 2013 a las 23:08

    Me gustaría proporcionar un enlace, y así mismo pedir amablemente el no ponerse al mismo nivel en el que los fanáticos religiosos promulgan en su ceguera a la hora de declarar ciertas creenciass o principios, ya sea por mantener con rigor y dignidad el pilar de la ciencia, así como por evitar caer en las no tan fiables vías de la tecnocracia.

    http://www.outono.net/elentir/2013/01/27/vozpopuli-lanza-un-nuevo-bulo-sobre-la-financiacion-de-la-iglesia-catolica/

    Con respeto, me despido.

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  18. 27 May, 2013 a las 8:45

    @G.Nuin,

    ¿Y eso que tiene que ver con los antibioticos?

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  19. 27 May, 2013 a las 8:56

    G.Nuin

    Tal y como te ha preguntado Javi, esta entrada trata sobre el desarrollo de antibióticos mientras que tú estás haciendo propaganda sobre la iglesia católica. Por favor busca alguna entrada de este blog en la que se hable sobre la iglesia católica e introduce tu comentario.

    Y ya que sacas el tema a mí como investigador en activo me parece vergonzoso y ofensivo (además de suicida) que el estado español financie la superstición católica con diez mil millones de euros anuales mientras miles de investigadores han sido despedidos y docenas de laboratorios están siendo desmantelados en la práctica cerrándose múltiples líneas de investigación tal y como se denuncia en esta reciente entrada del blog: http://lacienciaysusdemonios.com/2013/05/25/hoy-ha-sido-necesario-mendigar-por-la-ciencia/

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  20. Carlos Garza
    29 May, 2013 a las 5:27

    Secundo al segundo comentario, no soy ningún experto en el área pero afortunadamente la redacción no es tan compleja como para tener que buscar en google tecnicismos. Muchas gracias.

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  21. 30 julio, 2013 a las 9:31

    Nature acaba de publicar una nota sobre la peligrosidad de las enterobacterias productoras de carbanepemasas: http://www.nature.com/news/antibiotic-resistance-the-last-resort-1.13426

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  1. 20 May, 2013 a las 12:53
Los comentarios están cerrados.